Fred Trump, magnate del mercado inmobiliario desde los años 30, sufrió una de sus grandes decepciones en la vida cuando su primer hijo varón Fred Trump Jr., optó por ser piloto de la aerolínea comercial ´TWA` y no seguir el legado de su padre; este hecho elevó a su segundo hijo Donald J. Trump, como el favorito para sucederlo. Fred Jr. a la postre, moriría joven a los 42 años. Más tarde Donald en “El Arte De La Negociación”, expresará arrepentimiento por decirle a su hermano que estaba perdiendo el tiempo, sin percatarse que disfrutaba ser piloto, el rechazo de su familia lo dejó sumido en el alcoholismo, el cual le produjo la muerte.
Con una fortuna familiar y el apoyo de su padre, Donald se convirtió en el presidente de la Organización Fred Trump, renombrándola Organización Trump y concentrando sus esfuerzos en el crecimiento de inversiones en Manhattan; hasta entonces, la firma estaba dedicada a proyectos inmobiliarios en Queens y Brooklyn, diversificándola en otros campos: clubs de golf, casinos y hoteles, hoy día llevan el apellido Trump a diferentes países.
Comienza el milenio y después de una campaña exploratoria para ser candidato a la presidencia del no muy notable “Partido de la Reforma”, se asoció con Mark Burnett , productor ejecutivo de ‘Survivor’, el exitoso show de realidad; logró convertirse en una celebridad mediática con ‘El Aprendiz’, su propio show televisivo, donde los participantes concursaban por ser director de una de las compañías de la Organización Trump. Éste fue un sendero que emulaba de Ronald Reagan, quien saltó de la televisión a la política y se convirtió en gobernador de California; luego en presidente de los Estados Unidos (inverso sucede en nuestras latitudes, donde nuestro presidente está dando un salto a la pantalla chica, como conductor de un reality show diario).
Finalmente en 2016, luego de vapulear y denostar a Barack Obama, en lo que sería su pre-campaña electoral, al tiempo que ampliaba su base de seguidores en Twitter; el neoyorkino, haciendo uso de su mayor habilidad, se supo mercadear a sí mismo, diciendo las cosas políticamente incorrectas, que hallaron eco en los medios masivos y, amplificaron sus redes sociales catapultándolo para llegar a la presidencia.
Ya lo dirá la historia, si fue alineación de las estrellas o su gestión y discurso proteccionista; pero, en los últimos años, el Dow Jones subió un 40% y el Nasdaq dobló su valor. Su reacción al Coronavirus y la eventual pérdida de plazas de trabajo, mandaron por la alcantarilla la confianza del pueblo estadounidense, podríamos decir que la presidencia de Donald Trump, al igual que el famoso co-working We Work, murieron de Covid.
El reto del nuevo presidente
Joe Biden toma las riendas de un país polarizado; la gente votó y abrió la puerta, tal vez, a la que será, la primera presidenta mujer y negra en la historia de los Estados Unidos. Del otro lado, es bien conocido que Trump tiene posturas que distan de la figura presidencial, supo sumarse a las corrientes que lo favorecían y de manera conveniente se negaba apuntar contra gentes cuestionadas que lo apoyaban, pero hay más de fondo, Trump representa a una base de norteamericanos, que vieron la oportunidad de salir de la cloaca donde estaban sumergidos. Se va Trump, pero en Estados Unidos sigue abundando el racismo, fascismo, xenofobia, nacionalismo, movimientos supremacistas; no es gratis que, de marzo a septiembre de este año, se hayan vendido 15.1 millones de armas a lo largo del país.
Muchos tendrán que reacomodar sus apuestas, The Wall Street Journal, The New York Post y Fox News cambiaron gradualmente el tono en la última semana, al punto que, Laura Ingraham, presentadora de FOX, enviaba un mensaje al presidente que parecía escrito por el mismo Rupert Murdoch, dueño de estos medios: “perder, especialmente cuando cree que el proceso no fue justo, es un golpe en el estómago. Y no voy a conceder nada esta noche, por cierto. Pero perder, si eso es lo que sucede, es horrible. Pero el legado del presidente Trump solo será más significativo si se enfoca en hacer avanzar al país”. A la par que el WSJ titulaba “El juego final presidencial: Trump tiene derecho a luchar en los tribunales, pero necesita pruebas para demostrar el fraude electoral”.
Lecturas clásicas del mundo de los negocios llevan ese encabezado: “The Rise And Fall Of…”, este título no tardará en ver la luz y, convertirse en Best Seller del reconocido listado publicado por The New York Times, en esta oportunidad con Donald Trump como protagonista. No es la primera vez que el magnate ve el infortunio en su carrera. Varias veces sus compañías han visto la bancarrota; pero tal vez si sea la última, ahora que con 74 años y sin inmunidad presidencial, un porcentaje considerable del pueblo norteamericano lo etiqueta en redes sociales con el hashtag #YOUAREFIRED. Chau Donald, ni Alec Baldwin u otra parodia nos divirtió tanto como el original @realdonaldtrump.
*Director de Colombia Tech