Encontrar el propósito
A veces pasa que no consigo poner en orden las ideas, voy de un tema a otro y no concreto nada. Me cuesta. Me cuesta dar con la clave de lo que pasa sin recaer de nuevo en ese declive que sufre Occidente. En esa podredumbre que avanza, como el apagón de España, aunque en algunos lugares la oscuridad tarde más en levantar.
Después pienso que no debo ser tan dura, ni pesimista, ni protestona, que el declive de la sociedad se debe sobre todo por al declive del corazón humano y que humanos somos muchos, y realmente Occidente comenzó su cambio con doce líderes incultos, pero con una sabiduría extrema en su alma.
Y así, me lleno de un poco de esperanza y recabo en que tenemos un nuevo Papa, León XIV, y que me gusta como viste y calza, y que, aunque ya le hayan criticado esta semana por decir algo tan obvio como que la familia es semilla de la sociedad, la unión natural y estable de hombre y mujer y que toca protegerla y reforzarla, lo seguirán haciendo, aunque diga: el pasto es verde saldrían a criticarlo y a decirle que en verano es amarillo, en invierno es parduzco, en primavera tiene otro brillo… y lo dirían quienes no tienen pasto.
Reviso los digitales y parecen más el guión de un drama pornográfico que diarios generales de información política nacional: mises, prostitutas, porteros de discoteca convertidos en potentes hombres del gobierno, hermanos juzgados por no saber ni por donde sopla el viento, drogas, paradores, ministros que insultan en redes a ciudadanos normales, políticos que dan un puntapié a sus compañeros y se aforan para evitar un juicio, cambio de las normas del juego en la elección de nuestros fiscales … y nadie dimite.
Parece que no hay en la izquierda gubernamental, nadie con el más mínimo sentido de la honestidad, responsabilidad, compromiso con la verdad, sentido del deber, amor a su país, respeto a la ley, capacidad de sacrificio por el bien común, amor a la libertad bien entendida…
Ni una virtud cívica, esas de las que hablaban Platón o San Agustín o Santo Tomás o tantos otros pensadores, brilla en el gobierno español de hoy. Esas virtudes que se hacen imprescindibles en los líderes que han de ser ejemplo para sus pueblos para mantener sociedades justas y prósperas y vuelve mi pesimismo, porque caigo en la cuenta de que en este siglo XXI parece que todo se ha vuelto del revés y se han cambiado esas virtudes por defectos o vicios a base de mentira, culpa, manipulación legal, sacrificar el bien común, amor a uno mismo y sobre todo al poder.
Pienso que podría ser un problema de educación, de formación básica, y concluyo que hemos perdido los básicos, que cuando dejamos de profundizar en la virtud, en el pensamiento, en la historia… el hombre acaba embrutecido, presa de pasiones e intentando justificar una orgía como acto de gobierno por el bien común y así acaba perdiendo propósito y norte y olvida sus orígenes y hasta quién es, y por eso es capaz de criticar lo más obvio, que el pasto es verde.
Pero hoy me levanto con los resúmenes y los vídeos del homenaje a Rafa Nadal en Paris, en la apertura de Roland Garros, su casa tenística. Y se me agua el ojo y me vuelve la esperanza, porque Rafa – y muchos otros- encarnan las virtudes que a nuestros políticos les faltan. Así que pienso que tal vez solo sea cuestión de encontrar a 11 más para liderar un gran cambio social que dé esperanza, para caminar hacia un verdadero progreso y sobre todo encontrar el propósito que España ha perdido.
Seguro que en Colombia también pasa, le avanzo que en Alemania es más de lo mismo, aunque tal vez no tan pornográfico.