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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Glifosato

La ministra de Justicia tampoco descarta el uso del glifosato

La ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, dijo que el uso de glifosato como herramienta en la lucha contra narcotráfico será la última opción.

La funcionaria explicó que la principal opción que tiene el Gobierno Nacional para hacerle frente al elevado número de cultivos uso ilícito en los diferentes territorios del país, es la erradicación manual de forma voluntaria.

 

De acuerdo con Buitrago, la erradicación mediante el uso de agroquímicos con el glifosato no se hará a través de avionetas sino por medio de la aspersión terrestre.

«Como lo dijo el Ministerio de Defensa ayer, de manera subsidiaria y desde ese punto de vista no queda al gusto del campesino tampoco porque es una política pública que tiene el Estado colombiano. Y esto nos lleva a decir, sin lugar a dudas, que es importante también contar con que lo que está prohibido en Colombia, que es la aspersión aérea, porque la aspersión aérea genera mucho más alcance, más daño y obviamente menos control», afirmó.

Nota relacionada: Contradicción en el Gobierno Nacional por posible regreso al uso del glifosato

Las declaraciones de la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, se hicieron en medio de la polémica nacional por el posible retorno al uso del glifosato para la erradicación de los cultivos de uso ilícito.

Contradicción en el Gobierno Nacional por posible regreso al uso del glifosato

El presidente de la república, Gustavo Petro, a través de un trino aseguró que no es cierto que su gobierno esté pensando en regresar al uso del glifosato en la lucha contra los cultivos de uso ilícito.

«La política del gobierno es el pago por erradicación voluntaria de cultivos de hoja y su sustitución por productos agroindustriales qué generen prosperidad en las comunidades», escribió Gustavo Petro en su cuenta de X.

 

Las palabras del primer mandatario llegaron luego de que el director de la Policía, general Carlos Triana, afirmara que se usará el químico de manera terrestre, recordando que la aspersión aérea está suspendida desde el 2015, por orden de la Corte Constitucional.

“Esto implica, a partir de las capacidades de la Dirección Nacional de la Policía y la Dirección de Antinarcóticos, con las que ya se ha adelantado una planificación precisamente para complementar todo lo que ha indicado el señor ministro de Defensa Nacional”, explicó el alto oficial de la Policía.

Así mismo se conocieron los documentos en los que consta que el Gobierno habría autorizado la adquisición de agroquímicos para fines de antinarcóticos.

“Hay que volver al glifosato”: Héctor Olimpo Espinosa

El gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, explica su petición al Gobierno Nacional para que se retome la fumigación con glifosato a los cultivos de uso ilícito.

¿Por qué insiste en el retorno al glifosato?

 

Héctor Olimpo Espinosa: Porque el narcotráfico es un factor dominante en la violencia en el departamento de Sucre porque aumentó el mercado y la producción de drogas ilegales.

¿Ya pensó en el daño ambiental que el glifosato puede causar en zonas como La Mojana por ejemplo?

Héctor Olimpo Espinosa: Salimos de las fumigaciones porque aumentaban el daño ambiental, pero no pensamos en que esto podía aumentar un problema de inseguridad bastante grande y las alternativas han resultado ineficaces. Hay que volver a fumigar.

Hay otras soluciones como la sustitución de cultivos de uso ilícito y la erradicación manual

Héctor Olimpo Espinosa: Tenemos que buscar una solución como Estado es cierto, pero no podemos seguir con el problema del narcotráfico porque se nos está deteriorando el tejido social, están matando a nuestros jóvenes y están acabando con nuestros bosques. La cura resultó peor que la enfermedad.

¿Tiene sentido pedir el regreso del glifosato para acabar con los cultivos de uso ilícito mientras el Congreso discute si aprueba el consumo de cannabis de uso recreativo y el presidente habla de darle un uso medicinal e industrial a la hoja de coca?

Héctor Olimpo Espinosa: No hay que confundir el cambio de enfoque al uso ilícito que se le da a algunos cultivos con lo que estoy pidiendo mientras se supera la utilidad que se le da a la hoja de coca y al cannabis, porque mientras esta siga siendo ilegal va a seguir generando violencia. No podemos dejar de fumigar mientras se cambia la política para combatir las drogas ilegales. Esto es un error.

¿El glifosato si puede terminar con la minería ilegal que genera violencia en los territorios y que es ejercida por los grupos ilegales?

Héctor Olimpo Espinosa: A la minería ilegal hay que combatirla, pero en la escala de participación en las economías ilegales es menor que el narcotráfico y tiene otro tipo de soluciones como la formalización y el control territorial, no es la fumigación con glifosato.

 

Prohibición del glifosato supera la primera prueba en el Senado

La Comisión V del Senado de la República aprobó hoy, en primer debate, el Proyecto de Ley de la Senadora del Pacto Histórico, Esmeralda Hernández, que prohíbe el glifosato en actividades de erradicación de cultivos de uso ilícito en Colombia.

“Es una buena noticia para Colombia que se avance en esta propuesta. Consolidar la Paz Total en el país pasa por resolver el tema del narcotráfico. Significa que de una vez por todas se acepte que la política antidrogas, que tenía como pilar, entre otras cosas, el uso del glifosato y la criminalización de los campesinos, es un modelo que fracasó”, sostuvo la congresista, al anotar que el propio Congreso de Estados Unidos llegó a esta conclusión en un informe de una de sus comisiones bicamerales.

 

La senadora Hernández volvió a recalcar que existe evidencia científica suficiente de que el glifosato afecta la salud humana y animal, destruye el ambiente y todas las formas de vida, además de ser ineficiente frente a las plantaciones de coca.

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“En 1991 había 160.120 hectáreas de coca y para 2021 teníamos 204 mil. Los niveles de resiembra llegaron al 38% al priorizar la erradicación forzada (incluyendo glifosato). Un fracaso total. Contrario a las acciones de sustitución voluntaria, que el anterior gobierno congeló en su interés de hacer trizas la paz y la implementación del acuerdo de paz, y que mostraron ser efectivas pues según cifras de la propia ONU los niveles de resiembra en esta modalidad fueron inferiores al 7%, incluso en un momento mostraron ser menores al 1%”, detalló.

El proyecto pasa a debate en la plenaria del Senado de la República.

«El uso del glifosato no ha dado ningún resultado positivo»: Esmeralda Hernández

La senadora del Pacto Histórico, Esmeralda Hernández,  en entrevista para Confidencial Colombia, explica las motivaciones para proponer un proyecto de ley que prohíba el uso del glifosato.

¿Qué alternativa propone para la lucha contra los cultivos de uso ilícito si se prohíbe el glifosato?

 

Esmeralda Hernández:  Está demostrado que la utilización del glifosato cómo estrategia principal para la erradicación de cultivos uso ilícito no ha dado ningún resultado positivo y si en cambio más siembra de la que teníamos hace 20 años. Si está comprobado que hay una estrategia de sustitución concertada, hablo del plan nacional de sustitución voluntaria de cultivo uso ilícito que tuvo un efecto inmediato de vinculación de las familias a otro tipo de actividades que son lícitas, que además es sostenible y que la tasa de resiembra es muchísimo menor a cuando se fumiga con glifosato.

¿Cuánto tiempo nos demoraríamos en quitar estos cultivos procediendo de forma manual?

Esmeralda Hernández: Ya depende de la voluntad del gobierno y de la inyección de recursos que se le meta al programa. Sí estamos hablando del tiempo entonces aquí desde los años 80 hemos intentado la estrategia con glifosato, lo que quiere decir que llevamos 50 años en el que no se obtenido ningún resultado efectivo.  Creo que el país tiene que darse la oportunidad de intentar esta labor utilizando otra vía qye ya tuvo un piloto y que fue efectivo, que vínculo a más de 99 mil familias y logró erradicar 47.000 hectáreas con hoja de coca.

¿Se puede luchar contra los cultivos de uso ilícito con mafias en los territorios donde están sembrados?

Esmeralda Hernández: Esa es la otra pata de la lucha antidrogas porque aquí nos han vendido un falso discurso que es fumigando y fumigando a los campesinos como se a acabar el problema, cuando realmente se deben desarticular a estas mafias organizadas que además actúan en complicidad con clanes políticos y clanes económicos del país. Esa es la verdadera lucha antidrogas que creo que no se ha intentado en este país

Algo importante para las comunidades en sus territorios, ¿De qué van a vivir?

Esmeralda Hernández:  precisamente, cuándo se fumiga con glifosato lo que se está haciendo es poner en una situación difícil a las familias que han tenido que subsistir cultivando coca, porque no tienen otra alternativa, el Estado no ha dado otra alternativa. Aquí lo que vamos hacer es que se pensó a través de un piloto en el gobierno Santos con el programa de sustitución, permitiéndoles que que cultiven otro tipo de cosas y que sea sostenible, que además cuenten con el acompañamiento del Estado, allí si van a tener una alternativa,

Reviva la entrevista de Iván Santisteban con la senadora Esmeralda Hernández:

 

Avionetas pasan de aspersión del glifosato; a controlar «incendios forestales» 

Dos ‘Guacamayas’ de la flota de helicópteros enfocados en proteger la selva y cuatro avionetas que eran utilizadas para la aspersión con glifosato ahora dispersarán agua para controlar los posibles incendios forestales, anunció la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, como acciones para fortalecer el control de la deforestación durante la temporada de menos lluvias.

El anuncio fue realizado al finalizar la Décima Sesión del Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación y otros crímenes ambientales (Conaldef) que, por primera vez, se realizó desde los territorios y en el que también se concluyó que “en aquellos núcleos, donde hemos avanzado en acuerdos sociales, las alertas por deforestación
han disminuido. Con la temporada seca hay un gran riesgo de aumento de la deforestación y hemos decidido, conjuntamente, lanzar una campaña de comunicación y prevención hacia las comunidades”, aseguró la jefe de la cartera ambiental.

 

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En ese sentido, Muhamad invitó a los colombianos a unirse a ‘Salvemos la Selva’, una campaña que, con el apoyo de las comunidades campesinas e indígenas de la Amazonía, se adelanta para proteger los bosques de los incendios y la
deforestación.

“Continuaremos realizando el Conaldef desde las regiones para llamar a los campesinos a que sean unos aliados del Sistema Nacional Ambiental en Guaviare, Sur del Meta, Caquetá y Putumayo contra los incendios forestales. Nos reunimos con todas las autoridades para coordinar acciones y prevenir que se destruya la selva”, señaló Muhamad.

El mensaje que la ministra dio a los campesinos fue: “La selva puede ser el mayor activo económico para sus vidas. Cada hectárea deforestada es perder ese activo, que puede ser muchísimo más valioso que una cantidad de tierras sin árboles y con algún ganado”, dijo.

Acciones acordadas en el Conaldef 

Están encaminadas al fortalecimiento de las investigaciones criminales para llegar a los determinadores de este flagelo, como también al envío de una circular a las entidades territoriales para el buen uso de maquinaria amarilla en ecosistemas estratégicos.

Asimismo, la ministra Muhamad señaló que desde el Gobierno se trabaja para consolidar los Pagos por Servicios Ambientales e impulsar la economía forestal, al tiempo que ratificó que no se permitirá la sustracción de tierras de reserva de Ley Segunda.

“El que quiera venir aquí a acaparar tierras, supuestamente, para esperar que se sustraigan y se vuelvan tierras que van a valer más, debe saber que eso no va a pasar. El Gobierno Nacional no las va a sustraer, estamos en un proceso de recuperar la naturaleza y el campesinado de la región es nuestro principal aliado”, puntualizó Muhamad.

En la última sesión del año del Conaldef participaron la viceministra de Políticas y Normalización Ambiental, Sandra Vilardy; los Ministerios de Justicia y de Defensa Nacional; la Fiscalía General de la Nación; la Procuraduría General de la Nación; el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam); el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi); Parques Nacionales Naturales de Colombia; la Policía y el Ejército Nacional.

Foto:MinAmbiente.

Gobierno prepara decreto que prohíbe el uso del glifosato

El Gobierno de Gustavo Petro prepara un decreto presidencial con el que prohibir el uso de glifosato para erradicar cultivos ilícitos a través de las aspersiones aéreas, según ha adelantado la televisión publica colombiana.

Esta nueva decisión dejaría sin validez el decreto 380 lanzado el año pasado por el expresidente Iván Duque con el que se daba luz verde al polémico uso de este herbicida. Varias organizaciones han denunciado que glifosato no solo causa daños irreparables al medioambiente sino también a la salud de las personas.

 

«La posición actual del Gobierno Nacional frente a la aspersión aérea ha cambiado y se decidió no hacer uso del herbicida glifosato en método de aspersión aérea para la erradicación de cultivos ilícitos», señala el borrador de esta norma que tendrá que ser pulida definitivamente por el Ministerio de Justicia.

El borrador también ahonda en los argumentos que estas organizaciones y colectivos de campesinos han venido denunciado durante años, que el glifosato puede «causar cáncer (…) además de generar importantes impactos ambientales».

«La decisión de no hacer uso de este mecanismo de erradicación se fundamenta en la prevalencia de los derechos fundamentales y de los Derechos Humanos», enfatiza el borrador, que se prevé esté listo de manera definitiva en los próximos días para su posterior ratificación por parte del presidente Petro.

Esta nueva decisión del Gobierno de Colombia está en sintonía con su propuesta de una nueva ley contra las drogas, después de que la anterior legislación jaleada desde Washington haya resultado ser un «fracaso total», tal y como el presidente Petro se ha referido a ella en varias ocasiones, la última vez la semana pasada en el Foro por la Paz de París.

Homenaje a Yaneth Valderrama en el Teatro Petra

Yaneth Valderrama tenía 27 años y estaba feliz con su tercer embarazo, pero una aspersión con glifosato le puso fin a sus sueños y deterioró tanto su salud que terminó costándole la vida. Hoy, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos estudia su caso para determinar la responsabilidad del Estado colombiano, una nueva novela gráfica cuenta la historia para visibilizarla y crear conciencia frente los daños que las fumigaciones aéreas causaron en la salud del campesinado colombiano.

Tras la aspersión aérea, sufrió un aborto incompleto y tuvieron que practicarle un legrado. La familia no solo perdió a su bebé, sino que meses después murió ella por una falla orgánica multisistémica y dificultades respiratorias.

 

La novela gráfica llamada Una Lucha por la Vida, que busca crear conciencia sobre los efectos nocivos de este herbicida en la salud de las personas, y en particular en la salud reproductiva, será lanzada este 13 de septiembre a las 7 de la noche en el Teatro Petra, con una lectura dramática en la que participarán el actor Jacques Toukhmanian y la actriz Estefanía Piñeres.

 

Estados Unidos reconoce que su política antidrogas trajó graves consecuencias para Colombia

El director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Estados Unidos, Rahul Gupta, dijo que el presidente, Joe Biden, «es consciente» de que las políticas de Washington en la región «han marginalizado» a algunas poblaciones y «no han trabajado» para el bien común.

«Lo podemos hacer mejor», ha asegurado Gupta durante la reunión que ha mantenido este martes con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el embajador en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo.

 

«La Administración Biden está en una nueva era, enfocada en las personas», ha dicho el representante de la Casa Blanca, quien ha pedido a Colombia que ve a Estados Unidos «como un aliado, que trata de impulsar el desarrollo rural, combatir la corrupción y el cambio climático» en la región.

«Ansiamos seguir cooperando en asuntos antinarcóticos y de seguridad mientras trabajamos en alinear nuestros intereses en común. La discusión de hoy simboliza la importancia de este trabajo como una responsabilidad compartida, motivo por el cual el presidente Biden está tomando acciones fuertes para reducir el consumo de drogas y los daños que generan», ha remarcado Gupta.

Por su parte, el nuevo embajador Murillo ha calificado de «productivo» el encuentro que han mantenido, en el cual han hecho énfasis sobre todo en asuntos de seguridad territorial y en la protección del medioambiente.

La llegada del presidente Petro a Casa Nariño parece que también conllevará una apuesta por políticas contra las drogas distintas a las de gobiernos anteriores, por el momento, el nuevo Gobierno ha puesto fin a las operaciones de erradicación forzada de plantaciones de coca, así como al uso del glifosato para acabar con los cultivos ilícitos por las repercusiones negativas para la salud y el medioambiente.

Durante su campaña, el presidente Petro cuestionó las políticas estadounidenses contra las drogas en la región. «Un fracaso rotundo», dijo, que había provocado cerca de un millón de asesinatos en todo el continente. Declaraciones que fueron secundadas por el embajador Murillo, que demandó un cambio de paradigma para hacer frente a este problema durante los próximos años.

No a la aspersión con glifosato. Sí al acuerdo de paz.

La Corte Constitucional mediante T-413 de 29 de noviembre de 2021, divulgada ampliamente el 19 de enero de 2022, dejó sin efecto el Plan de Manejo Ambiental, PMA, que expidió la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, sobre el uso del glifosato para erradicar los cultivos ilícitos de coca que existen en el país.

El alto tribunal confirmó la decisión de tutela de segunda instancia proferida por el Tribunal Administrativo de Nariño, en julio de 2020, que protegió los derechos de las comunidades al debido proceso, participación, consulta previa y acceso a la información.

 

La decisión obedeció a una acción de tutela que presentaron organizaciones de derechos humanos y ambientales, por vulnerar derechos fundamentales de las comunidades indígenas, negras, raizales y palenqueras ubicadas en seis núcleos de 14 departamentos y 104 municipios, escogidos por el gobierno de Iván Duque para realizar las aspersiones con glifosato.

Alegaron los accionantes que en los municipios donde residen las comunidades no tienen una buena conexión a internet que les facilite la participación adecuada a través de los canales virtuales dispuestos por la ANLA. Para ello, trajeron a colación información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, según la cual, en el país solo el 52.7% de los colombianos tiene conexión a internet, y de esa cifra, únicamente el 16,2% tiene conexión en centros poblados y rural disperso.

¿Qué tumbó la Corte? Dejó sin efectos la Resolución 0095 de 30 marzo de 2020 del Ministerio del Interior, que determinó que no procedía la consulta previa con comunidades afectadas para la modificación del PMA; la Resolución 0694 del 14 de abril de 2021 de la ANLA, que contemplaba trámites para realizar reuniones informativas y audiencias semipresenciales sobre el retorno del glifosato por desconocer el derecho a la participación de las comunidades, y con la cual la ANLA dio su visto bueno al PMA que presentó la Policía Nacional del Programa de Erradicación de Cultivos Ilícitos mediante aspersión aérea con glifosato, PECIG; y la Resolución 001 de 2020 del Ministerio del Interior que certificó la no presencia de comunidades étnicas en las áreas de influencia definidas para el programa.

¿Qué concluyó la Corte? Que no es cierto que en los 14 departamentos y 104 municipios en los que está pensado el plan no haya comunidades, como dijo el Ministerio del Interior, teniendo en cuenta que la ANLA determinó que existen coincidencias geográficas entre los núcleos operativos de San José, Tumaco, Caucasia y Condoto con algunos resguardos indígenas y territorios colectivos de comunidades negras.

Que «la autoridad ambiental no podía tomar una decisión acerca de la modificación del PMA del PECIG sin que antes se realizara el proceso de consulta previa a todas las comunidades étnicas susceptibles de verse afectadas con la actividad de aspersión, teniendo en cuenta que ella misma advirtió traslapes parciales entre esos grupos y las áreas de influencia del proyecto».

Y que la garantía del derecho a la consulta previa no puede postergarse hasta la eventual verificación que se haga en los Plan de Manejo Ambiental Específico, PMAE. La vulneración evidenciada del mencionado derecho fundamental requiere del juez constitucional acciones de protección inmediatas e inaplazables, premisa esencial de la acción de tutela.

¿Que ordenó la Corte? A la ANLA, al Ministerio del Interior y a la Policía Nacional que, en el término de un año, prorrogable hasta por seis meses más, «adelanten un proceso de consulta previa con las comunidades étnicas que tienen presencia en cada uno de los seis núcleos de operación definidos para la modificación del PMA del PECIG, que abarcan un total de 104 municipios en 14 departamentos» y, a la ANLA que, en el marco del trámite administrativo de modificación del PMA del PECIG, programe nuevamente la realización de las reuniones informativas y la audiencia pública ambiental.

¿Qué les recordó la Corte? A la ANLA, al Ministerio de Defensa, a la Policía Nacional, a la Dirección de Antinarcóticos y a la Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta Previa del Ministerio del Interior, que cualquier decisión administrativa sobre la actividad de aspersión debe considerar y acatar los parámetros constitucionales definidos por la Corte Constitucional en la Sentencia T-236 de 2017, especialmente aquellos relacionados con la aplicación del principio de precaución.

El 19 de enero la abogada Rosa María Mateus del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, saludó la decisión de la Corte por reconocer que las audiencias virtuales para abordar el uso del químico en el territorio “no son el medio idóneo para garantizar la participación de todas las comunidades”, puesto que no todas la personas cuentan con medios tecnológicos para conectarse y exponer los riesgos del uso del glifosato.

El 25 de enero el presidente Iván Duque se refirió a la aspersión con glifosato insistiendo en la necesidad de su uso para combatir el narcotráfico, y como ha sido su práctica, atacó a las cortes diciendo que “no podemos seguir viendo un aparato judicial que limita constantemente la capacidad de enfrentar este fenómeno”. Alegó que detrás de los crímenes y el asesinato de líderes sociales están los grupos armados organizados que se nutren del narcotráfico y están asesinando a personas en proceso de reincorporación.

Demasiado simplista la argumentación del señor Duque al descargar la responsabilidad así. El Estado tiene en sus manos una estrategia para solucionar el problema de cultivos ilícitos sin violar los derechos de las comunidades afectadas. Se llama el capítulo 4 del acuerdo de paz de 2016, el cual Duque y su gobierno se han negado a implementar. La insistencia del gobierno en retomar la aspersión con glifosato, táctica fracasada en el pasado, ha sido simultáneamente un desafío frontal a las cortes colombianas y un esfuerzo de socavar al acuerdo de paz. Ni hablar de la responsabilidad del Estado por acción y omisión de los crímenes contra lideres sociales, ex combatientes y los defensores de derechos humanos.

Si el interés del gobierno de Duque de acabar con los cultivos ilícitos fuera serio, debiera ocuparse de la problemática social y económica de los 104 municipios ubicados en 14 departamentos del país. Como fue constatado por la policía en las visitas previas que hizo a esas zonas rurales, las comunidades carecen de adecuados servicios sociales, de saneamiento básico, y de energía y vías de acceso. Según cita la sentencia, los cultivos ilícitos son considerados como la única fuente de empleo e ingresos para dichos habitantes rurales. El problema no es que las cortes protegen los derechos de los ciudadanos colombianos. El problema es que al gobierno no le da la gana invertir el tiempo, esfuerzo y dinero necesario para enfrentar un problema estructural que ha existido por décadas. Es decir, el gobierno se niega a implementar el acuerdo de paz.

Freno de mano al glifosato

En los últimos días la Corte Constitucional nos dio una excelente noticia a los defensores de la vida, de la naturaleza y del ambiente al fallar en contra de que en Colombia se realicen fumigaciones con glifosato.

Muchos sectores, especialmente de la derecha quedaron estupefactos con la noticia y no es para menos, se les cae parte de su discurso guerrerista que por años han impulsado, generando miedo y temor en la población.

 

La razón es que, la Corte Constitucional dio visto bueno a una tutela presentada por diversas organizaciones de Derechos Humanos, ambientales, indígenas y campesinas de 14 departamentos que agrupan a 104 municipios de diversos territorios y de paso rechazó el plan de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), para el manejo ambiental de esta práctica, lo que quiere decir que, la fumigación con ese herbicida quedará en veremos hasta tanto no se haga efectiva el proceso de consulta previa con las comunidades afectadas por las aspersiones, como también quedará en veremos la promesa del gobierno Duque, de retornar el uso del glifosato como instrumento en la política nacional de lucha antidrogas.

Por eso, aplaudimos esta decisión porque ya está claramente demostrado que las fumigaciones con glifosato no sirven para contrarrestar los grandes alcances del narcotráfico, ni las estructuras criminales, pero sí afecta de manera gravosa al medio ambiente porque lo envenena, de paso estimula la deforestación, crea conflictos sociales, genera desplazamiento de comunidades y choques con la fuerza pública, además que las aspersiones aéreas generan problemas de salud.

De tal manera que ha fracasado nuevamente las intenciones de este gobierno de insistir con un mecanismo ineficiente, caduco y sí muy costoso para combatir las drogas en este país. Estudios muy serios han demostrado que, para eliminar una hectárea, es decir, sacarla definitivamente había que asperjar treinta veces, lo que demuestra la poca efectividad de ese mecanismo.

Es momento que se busquen nuevas alternativas que sí sean efectivas para acabar con los cultivos de uso ilícito que hoy atormentan a muchas regiones en Colombia, como Nariño, el Catatumbo, el bajo Cauca, el Guaviare, entre otras. Aunque dudo que este gobierno lo haga, además porque se le está acabando el tiempo, les cogió la noche y no lo lograron.

En el nuevo gobierno, necesitamos volver a impulsar y a apostarle a las erradicaciones manuales y a la sustitución voluntaria de cultivos, haciendo acuerdos con las comunidades y estimulando su transición hacia la legalidad, pero con oportunidades e inversión social en su territorio, de lo contrario seguiremos en el mismo círculo vicioso de las últimas décadas.

A nosotros nos parece importante que hay que escuchar a las comunidades, debe haber una sintonía con sus necesidades y por supuesto que esa sincronía en las actuales circunstancias políticas que vive Colombia, no la hay, porque nos gobierna una derecha que no le apuesta a garantizar la paz en los territorios, sino por el contrario les encanta hacer sonar los tambores de la guerra en la Colombia profunda, marginal y olvidada, buscando con eso perpetuarse en el poder y seguir con los grandes negociados que les genera la guerra, pero eso, a partir del siete de agosto va dar un giro de 360 grados y será otro el futuro que le espera a nuestro país.

Mientras no resolvamos el problema de las 130 mil familias cocaleras, no habrá forma de acabar con este flagelo, hoy solo el 5% de ellas tienen proyectos productivos, lo que demuestra la poca capacidad o el desinterés del gobierno por avanzar en una política antidrogas distinta, donde se estimule lo social, donde se concerté con las comunidades proyectos productivos legales y rentables, pero mientras esto continue como viene sucediendo, lo más probable es que el país siga prisionero dentro de esa burbuja del narcotráfico que algún día tendrá que romperse para bien de todas las generaciones de colombianos.

*Senador de la República