A lo largo de la última semana se ha venido hablando de amenazas en contra de Manuel Ranoque, padre de dos de los cuatro nuños que se extraviaron en la selva del Guaviare y fueron hallados la semana pasada. El Estado Mayor Central de las FARC desmintió tales declaraciones.
«No es cierto, y desconocemos las razones de las declaraciones del señor padre de los menores cuando afirma ante los medios de comunicación que los niños y su señora esposa venían huyendo de la región de Puerto Sábalo y el rio Cahuinari, en el alto Amazonas, por amenazas de nuestras unidades», expuso el grupo en un comunicado.
Se dice que las amenazas en contra de él era la razón principal por la que la madre y los cuatro niños se encontraban en la avioneta. Con el comunicado emitido queda en entredicho lo que Ranoque expresó.
El Estado Mayor Central de las FARC lideradas por alias ‘Iván Mordisco’, le solicitó al padre de los menores que aclarara sus comentarios con el fin de no entorpecer las negociaciones del grupo con el gobierno en el marco de la paz total.
Manuel Ranoque, papás de dos de los pequeños hermanos que sobrevivieron a 40 días en la selva, luego de ser víctimas de un accidente en una avioneta, aseguró que las disidencias de las Farc lo tienen amenazado, según él, por no querer ceder ante sus presiones.
Hizo referencia al frente Carolina Ramírez de las disidencias de las Farc, “Mientras uno no se acoja a sus demandas, uno se convierte en un enemigo para ellos», afirmó.
Pidió además respeto por la intimidad de sus hijos porque según él, “han sido expuestos ante el mundo entero mediante la divulgación de fotos y videos en los medios de comunicación y redes sociales.
Ranoque pidió respeto para sus hijos y por las tradiciones su pueblo indígena. El padre de los menores dijo además que el presidente le puso cita y lo dejó esperando.
Los cuatro menores de edad hallados en las selvas del Guaviare fueron trasladados en las últimas horas al Hospital Militar en Bogotá.
Los cuatro menores llegaron a la capital sobre la medianoche del 9 de junio para ser atendidos y poder monitorear su estado de salud, ya que después de 40 días desaparecidos fueron hallados muy débiles y con signos de deshidratación.
Los niños son atendidos en estos momentos por personal especializado quienes monitorean su estado de salud.
El presidente Gustavo Petro se hizo presente en las instalaciones del Hospital para visitarlos y saludar a los familiares.
Después de 40 días de arduas jornadas de búsqueda, el Ejército Nacionalinformó que los cuatro menores perdidos en la selva del Guaviare tras un accidente aéreo fueron encontrados con vida.
Desde el pasado 1 de mayo, el Ejército de Colombia y la Aerocivil (Aeronáutica Civil de Colombia) ejercían tareas de búsqueda de los cuatro niños desaparecidos tras el accidente de avioneta de la empresa Avianline Charter’s que se dio en Caquetá.
Las identidades de los menores son Lesly Mukutuy, de 11 años; Soleiny Mukutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mukutuy, de 4 años, y Cristin Neruman Ranoque de 1 año.
Con las palabras «Milagro, milagro, milagro, milagro», cada una por cada niño, el Ejército dio el reporte oficial. Por el momento se ejecuta la evacuación de los niños con un helicóptero aero-médico, mientras les evalúan el estado de salud.
Hace una semana se hallaron huellas que permitían determinar que los cuatro menores seguían con vida. Aún falta por confirmarse si Wilson, el perro extraviado en la búsqueda, estaba o no con ellos.
Las Fuerzas Militares que componen el bloque de búsqueda de los cuatro menores de edad perdidos en la selva del Guaviare reportaron el hallazgo de una pisada que pertenecería a Lesly, la niña de 13 años.
Uno de los militares del Comando de Fuerzas Especiales, hizo una pisada al lado de la huella para corroborar que si se trataba de un indicio perteneciente a alguno de los cuatro niños y la diferencia en el tamaño del pie es evidente.
El hallazgo lleno de esperanza a los militares y comunidades indígenas que buscan afanosamente a los cuatro niños en una zona de difícil, poblada de animales como serpientes, insectos venenosos y tigrillos.
De acuerdo con el más reciente informe, el sitio por donde estarían caminando los menores se encuentran frutos que les servirían de alimento.
La búsqueda no se ha detenido y continúa avanzando sobre puntos estratégicos con ayuda de equipos satelitales que guían y orientan a las tropas y comunidades indígenas con el objetivo de encontrar pronto a los cuatro niños”.
De igual manera se efectuó la destrucción controlada de las estructuras del laboratorio sin generar afectación a los recursos naturales e hídricos; cabe resaltar que esta actividad contó con el acompañamiento del Escuadrón Móvil de Carabineros de la Policía Nacional, quienes certifican el procedimiento.
Con este golpe se afectó las finanzas de estas organizaciones en más de 1000 millones de pesos. El complejo fue ubicado en la vereda Puerto Nare, del corregimiento Charras Boquerón, en San José del Guaviare.
Durante esta operación se logró la incautación de 12 kilogramos de clorhidrato de cocaína, 149.846 de derivados del clorhidrato de cocaína en solución y sus derivados en solución, un vehículo tipo camioneta, dos motocicletas, así mismo, fueron hallados insumos sólidos y líquidos, además de diferentes equipos, elementos y herramientas empleadas para el procesamiento de estupefacientes
“Vamos a cruzar nuestros datos con el SPOA y verificar si esas carpetas del ICBF fueron trasladadas cada una de ellas a la Fiscalía General de la Nación porque de lo contrario, si hay algún vacío iniciaríamos procesos penales por prevaricato por omisión contra los respectivos funcionarios”, explicó.
el jefe del ente investigador confirmó que la comisión especializada seguirá en el departamento para conocer el estado actual de estos hechos y tener claridad sobre las actuaciones de las distintas autoridades.
«Se fortalecerán en San José del Guaviare los actos urgentes con fiscales e investigadores dedicados exclusivamente a atender este tipo de delitos, y se trabajará articuladamente con Medicina Legal y médicos rurales para garantizar la atención y valoración a las víctimas», indicó.
Dijo además que el equipo especializado hará una priorización de los delitos sexuales y otros graves casos de vulneración de los derechos contra las mujeres, niños, niñas y adolescentes. No obstante, el Fiscal reiteró que no existe el caso específico al que se refiere el medio de comunicación Univisión, en el que aseguran que una menor de 10 años de edad, de la comunidad Nukak, habría sido abusada por un militar norteamericano y producto del delito habría dado a luz.
Asimismo, reveló que se trabaja en una estrategia de priorización de las investigaciones por afectaciones contra la integridad y formación sexual de los niños, niñas, adolescentes y mujeres indígenas.
El Presidente Gustavo Petro envío una comisión especial del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)y de la Presidencia de la República, para atender y verificar las denuncias conocidas en los últimos días de violencia sexual contra menores de edad en el departamento del Guaviare, y afirmó que se deben adelantar todas las investigaciones pertinentes para dar con los responsables.
El anuncio lo hizo el Jefe de Estado, a través de su cuenta de Twitter, en la que enfáticamente señala: “He pedido que una comisión del ICBF y de la Presidencia se desplace inmediatamente al Guaviare y atienda las denuncias de violaciones a menores de edad. Este horror lleva años estimulado por la impunidad. Se iniciarán todas las investigaciones, incluso por la omisión de funcionarios”.
La comisión adelantará jornadas de búsqueda e identificación de niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual, particularmente, los que pertenece a las comunidades Nukak y Jiw”.
la entidad anunció que se buscará trabajar de manera pronta con la Consejería para las Regiones y con la Fiscalía General de la Nación, esclarecer los hechos ocurridos en el Guaviare.
De acuerdo con Comando de la Vigésima Segunda Brigada de Selva, unidad orgánica de la Cuarta División, dos soldados abandonaron la su base de patrulla móvil e ingresan sin previa autorización a una vivienda del sector donde uno de los uniformados presuntamente realizó actos indebidos contra una menor que se encontraba en el lugar..
el hecho habría ocurrido en el sector Inspección de la Libertad, municipio del Retorno, departamento de Guaviare y es materia de investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación. La familia de la menor cuenta con el acompañamiento de la institución.
Por su parte, el Ejército Nacional dio inicio a la indagación disciplinaria en contra del soldado, con el fin de esclarecer los hechos sucedidos. Así mismo, se ordenó compulsar copias ante la justicia penal militar, contribuyendo con ello a mantener la política de cero tolerancias en actuaciones individuales de miembros de la institución que se configuren en delitos que atentan contra los ciudadanos, los principios y valores de la institución.
Hombres desconocidos lanzaron una granada contra la estación de Policía de la población de Calamar (Guaviare), durante la madrugada de este viernes.
El Ángel Alexander Galvis, comandante de la Policía del Guaviare, explicó que un hombre vestido de negro lanzó el artefacto explosivo contra la estación, posiblemente en retaliación por los operativos contra las disidencias que delinquen en la región.
El estallido dejó varios daños materiales a los alrededores de la estación, incluyendo varias viviendas, sin embargo, los policías que estaban en la estación no resultaron heridos.
Las primeras hipótesis señalan a los grupos disidentes que delinquen en la zona, los cuales estarían protestando por las capturas y las operaciones de allanamientos de las últimas semanas.
Desde el mes pasado se reportó intermitencia en la conectividad del Vaupés. El daño provenía de la vandalización a la torre de red de transporte de tecnología Las Brisas, que se ubica en Miraflores (Guaviare).
Aunque el nodo está ubicado en el Guaviare, es el que permite la conectividad del Vaupés, y una semana después el daño fue reparado.
«El operador Andired, encargado de la operatividad y mantenimiento de la red de transporte de tecnología de microondas hasta el departamento de Vaupés, reportó que se ha trabajado en la reparación de la infraestructura ubicada en el Nodo Las Brisas…y, por tanto, se ha restablecido el servicio que esta presta», señaló el Ministerio de las TIC’s en un comunicado.
La reparación tuvo en cuenta los esfuerzos de la misma Andired, el Ejército Nacional y el Ministerio de las TIC’s. Desde este sábado la conectividad del Vaupés funciona de manera óptima y desde el gobierno nacional se buscó la socialización para dar solución a estos actos vandálicos.
Llega el día de sentarse con las personas interesadas en aprender a formular un proyecto productivo orientado a conservar o recuperar el bosque, el cual posteriormente debe ser implementado por cada familia.
Tras varias semanas entrando y saliendo del bajo río Caguán, es el turno de desarrollar ese ejercicio con las familias asentadas en la verada Peñas Rojas, la más austral de la cuenca, solo a pocos minutos de la desembocadura en el río Caquetá.
Este ejercicio ya nos es familiar, pues venimos de una dinámica similar en la zona rural de San José del Guaviare, pero también en otras veredas del bajo Caguán, aunque no en ésta, la más alejada de todas.
Desde Florencia hay que viajar poco más de 2 horas hasta Cartagena del Chairá, por una carretera casi totalmente pavimentada, pero que durante años fue una pesada trocha, como cualquiera otra del Caquetá.
Una vez en Cartagena del Chairá se inicia una jornada que toma 9 horas de viaje aguas abajo en un “deslizador” o lancha rápida con motor fuera de borda de 200 caballos de fuerza, para empezar un recorrido de 450 kilómetros, siempre paralelos al Parque Nacional Serranía de Chiribiquete. Unos kilómetros antes de llegar a Peñas Rojas se cruza la línea ecuatorial y estamos ahora en el hemisferio sur colombiano. Peñas Rojas ya está en el área rural de Solano, Caquetá.
Archivo particular
El lugar definido por la Junta de Acción Comunal es una balsa: una caseta flotante que la noche anterior debió cumplir el papel de bar local, pues gran cantidad de latas de cerveza vacías adornan el lugar.
Iniciando el taller planteamos los diversos tipos de proyectos sobre los cuales las familias podrán escoger el que más les interese: meliponicultura o producción de miel de abejas nativas sin aguijón; cercas vivas que incluyen maderables, frutales y forrajeras; superalimentos para transformar y comercializar frutos del bosque, así como también agroforestales y viveros comunitarios, entre otras opciones.
Doña Carmenza, con marcados rasgos indígenas, es una de las personas interesadas en formular un proyecto agroforestal que se agrupan en torno a la mesa para empezar el ejercicio. Un sistema agroforestal es básicamente un proyecto de restauración productiva, idóneo para ser aplicado en la recuperación de áreas intervenidas al interior de la reserva forestal de Ley 2ª de la amazonía, donde está íntegramente localizada la vereda Peñas Rojas.
Al sentarme para facilitar el ejercicio con este grupo, doña Carmenza alza la voz y me pregunta si en esa mesa van a trabajar el “proyecto de comida”. “Yo quiero el de plátano”, menciona con insistencia.
Para doña Carmenza es la oportunidad de tener su propio proyecto de “comida”. Una vez terminamos de explicar los distintos tipos de proyectos que ellos pueden escoger para formularlo posteriormente e ir a un proceso de selección, las familias lo aterrizan a su lenguaje y lo que para nosotros es un sistema agroforestal que incluye el establecimiento de especies maderables, frutales y pancoger en un modelo con diseño espacial que recupera parte de la estructura y función de un ecosistema alterado, para doña Carmenza es “el proyecto de la comida”.
Fue el tipo de proyecto ideal para la gran mayoría. Más que transformar frutos del bosque en “superalimentos” como helados o yogures, e incluso más que la meliponicultura o producir miel de abejas nativas sin aguijón, que toma su tiempo. El problema es de comida. Pero para doña Carmenza hay algo más.
Una vez termina el ejercicio, doña Carmenza me busca de nuevo en el caserío, frente al alojamiento. Se me acerca y me pregunta mi profesión. Le respondo que soy biólogo y de su cara surge de repente una increíble sonrisa: es la profesión que quiere estudiar su hija Támara.
Archivo particular
Támara ya ha venido un par de veces a echarle una mano a su mamá en la formulación del proyecto. Apoyó a construir objetivos y a hacer el presupuesto, mientras entraba y salía sudorosa de la balsa. Luego nos dimos cuenta que estaba al mismo tiempo participando de un partido de microfútbol femenino en la cancha de la vereda.
Doña Carmenza empezó a contar con su nueva sonrisa, cómo hace unos 3 ó 4 años, otros colegas de la Fundación* y del Field Museum (“unos gringos”) habían llegado también a la vereda a buscar animales y plantas. A hacer un inventario. Támara aprendió que eran biólogos y quedó tan entusiasmada con lo que vio, que le confesó a su mamá que ella también quería estudiar biología. Y ahora yo era parte de esa historia. Me preguntó de universidades, de cuánto duraba la carrera, de costos del estudio. Le dije que tal vez un solo semestre podría costar entre 5 y 8 millones de pesos. “Tengo unos ahorros”, me dijo… y volvió a sonreír.
Támara cursa grado 10, interna en el colegio del bajo Caguán que está en la vereda Monserrate, unas 4 horas aguas arriba en deslizador. Su casa materna está en Peñas Rojas pero no en el caserío, sino a dos horas de camino más al sur, a la orilla de la laguna El Limón, que según ella se puede visitar de un extremo a otro en un recorrido mágico de 45 minutos a remo. Quedé comprometido de ir a visitarla en su casa.
Allí, en El Limón, viven las esperanzas de Doña Carmenza y de su hija Támara. Por ahora concentradas en cómo un proyecto nuevo ayudará a mejorar su dieta y en cómo un biólogo venido de lejos le ayudará, al menos con las fechas y requisitos de exámenes en universidades públicas. La más cercana, a 9 horas en “deslizador”, en un recorrido que cuesta $180.000 solamente de ida, más luego 2 horas de bus a Florencia.
Ahí en Peñas Rojas hay muchas otras Carmenzas y Támaras. Colombianas que solo ven llegar de vez en cuando a su vereda una ayuda humanitaria de manos del Comité Internacional de la Cruz Roja. Y para quienes vivir en una reserva forestal es tan normal como para mí lo es vivir en Chapinero. Un sencillo proyecto agroforestal ayuda a abrir los ojos, a acercarse a la realidad de una familia y entender que estas mujeres no deberían estar abandonadas a su suerte, que la vida digna y los derechos humanos también son el sueño de la madre sonriente de una futura estudiante de biología en una reserva forestal.