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Etiqueta: Gustavo Petro

Últimas noticias de Gustavo Petro

Alcalde de Cali celebra idea de Gustavo Petro de pensar en un metro

El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, se mostró a gusto con la idea del presidente Gustavo Petro de pensar en una primera línea de Metro para la capital vallecaucana.

«La propuesta del Sr Pdte @petrogustavo de iniciar estudios para un metro subterráneo en Cali nos parece muy bien y la recibimos con alborozo», escribió Ospina en su cuenta de Twitter.

 

Según Ospina, la idea de tener metro en la Sucursal del Cielo, se convierte en una importante y ambiciosa propuesta para el desarrollo de la ciudad, no obstante, destacó que en este preciso momento se debe priorizar la intervención al MIO.

El mandatario local mostró la preocupación, luego de conocer el riesgo de que la empresa Metrocali entre en liquidación por no contar con los recursos para pagar las deudas, ni lograr un acuerdo de pagos.

«Necesitamos ahora todo el esfuerzo para salvar al Mio y evitar las argucias de quienes quieren llevar a la liquidación a Metrocali», añadió Ospina.

El transporte público en la ciudad de Cali tiene únicamente el MIO y todos sus componentes, destacando las rutas alimentadoras, el MIO Cable, troncales y padrones, además, cuando hay crisis o suspensión de rutas, existen antecedente de la incorporación provisional de las tradicionales gualas (camperos)..

Claudia López y Petro sacan la banderita de la paz

El presidente Gustavo Petro y la alcaldesa de Bogotá Claudia López tomaron la decisión de reanudar las conversaciones en torno al futuro de la primera línea del metro y citar unas mesas técnicas para analizar la viabilidad jurídica que tendría la modificación del contrato.

 “Hemos llegado al ‘pacto de la Orinoquia’ entre la alcaldesa y el presidente alrededor del tema del metro. Eso implica unas profundidades jurídicas y técnicas que quiero que el Estado en su conjunto respete porque se trata de entregarle el mejor metro posible hoy, con los recursos que tenemos, a la sociedad bogotana que ha esperado por ello casi un siglo”, señaló el primer mandatario.

 

Entra tanto, la alcaldesa Claudia López aseguró que juntos tomaron la decisión de bajar el tono y la controversia política alrededor del tema.

https://twitter.com/ClaudiaLopez/status/1623784617328226305

Tanto López como Petro acordaron convocar a sus equipos políticos para tratar de convencerlos de unir esfuerzos y no dividir ni polarizar los ánimos.

El Presidente por su parte,  anunció que se estableció con la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, el Pacto de San José del Guaviare, para avanzar en la construcción del metro en la capital colombiana.

Además, ratificó el apoyo a los estudios de viabilidad para la construcción y subterranización de sistemas de transporte masivo, tipo metro, como en Cali, y Medellín, respectivamente.

“Hemos llegado al Pacto de la Orinoquía, al Pacto de San José del Guaviare, entre la alcaldesa y el Presidente alrededor del tema del metro. A mí sí me gustaría que se llamara el Pacto de San José del Guaviare. Eso implica unas profundidades jurídicas y técnicas que quiero que el Estado en su conjunto respeten, porque se trata de entregar el mejor metro posible hoy con los recursos que tenemos a la sociedad bogotana que ha esperado casi un siglo”, manifestó.

Recordó que la demora en el metro bogotano ha ocurrido por años de discusiones y circunstancias difíciles, como cuando quemaron, los que llamó “algunos gobiernos filofascistas, la idea del metro que eran los tranvías eléctricos, que en ese entonces existían”. Una situación que aseguró se produjo, porque esos mandatarios a los que se refirió, “eran los principales importadores de taxis y de buses, y establecieron un modelo del que todavía no escapamos, desde el año 1951”.

Proyecto de ley de sometimiento a la justicia llegará muy pronto al Congreso

Desde el municipio de  Yarumal, en Antioquia, el presidente de la república Gustavo Petro confirmó que el próximo 15 de febrero presentará la ley por medio de la cual los integrantes de estructuras crimínales, dedicadas al narcotráfico, se podrán acoger a la justicia.

El primer mandatario afirmó que se puede realizar un proceso de paz con el narcotráfico y por tanto solo cabe acordar un sometimiento a la justicia.

 

“Con el narcotráfico no se puede negociar el poder, sino que es el poder judicial el que tiene que negociar con ese tipo de organizaciones, porque se trata de un acogimiento a la justicia y vamos a presentar la ley el 15 de febrero, que puede presentar caminos, salidas, para que las cosas no tengan que llegar hasta el exterminio puro sino que pueda ser una salida pacífica si se quiere, si hay voluntad de hacerlo», afirmó el presidente.

Petro aseguró que se busca un camino para tener una salida pacífica a los diferentes conflictos que tiene el país, sin embargo, e invitó a estos grupos de participar en el proceso.

 

El presidente quiere…

Se les oye a los funcionarios aquello de que “el Presidente quiere…”; no es bueno para ellos porque incluso lleva a que sean tildados de títeres. Pero no hay que llamarse a equívocos. Esto siempre ha sido así. El régimen presidencial colombiano es tal cual como un reinado en el que el Presidente de turno tiene un inmenso poder, más que el que nos imaginamos los ciudadanos comunes. Y los funcionarios ejecutan según el programa del Presidente y no el propio. Ese es su rol y no es nada fácil.

Pero el Presidente es para todos los colombianos. Su responsabilidad principal es actuar para todos los colombianos, lo que hace que también deba ser normal que tenga que desalinearse consigo mismo con alguna frecuencia.

 

El tema de la primera línea del metro de Bogotá es un caso aparte, difícil de encuadrar en la anterior y más simple discusión.

Por una parte, un Presidente propositivo no es para nada un defecto. Se tornaría en malo si el Presidente no atendiera a los técnicos después de que sus evaluaciones terminen en conclusiones que no resulten favorables a las ideas presidenciales.

Por ejemplo, el canal seco ferroviario es una idea que hay que evaluar, porque se basa en aprovechar nuestra particular localización y condiciones favorables para atraer a la carga internacional que pasa al lado del canal de Panamá, en ferrocarril y en camiones  (¡sí, así sucede!). Y generar negocios en nuestro suelo, traer inversiones, generar trabajo durante las construcciones, crear buenos empleos estables y entrar divisas. Su principal talón de Aquiles podría ser el medio ambiente, pero, no obstante, soluciones de ingeniería hay para hacer desarrollo sostenible; es el resultado económico el que finalmente viabiliza una idea. Económico y social, no financiero solamente. Ninguna idea es mala hasta que se demuestre que no es buena, si queremos tener pensamiento crítico. En estos casos, debemos decir que se demuestre técnicamente.

Con esta visual, resultaría importante evaluar rápidamente la solicitud del Presidente sobre la primera línea del Metro de Bogotá.

Existen aspectos de ingeniería que podrían determinar un derrotero diferente en la discusión.

Dicen los expertos, ingenieros geotécnicos, que la cimentación de la alternativa elevada, que es sumamente exigente en cuanto a asentamientos diferenciales, podría ser bastante más costosa que lo esperado en el predimensionamiento inicial por la profundidad y tamaño de los pilotes requeridos, y que su comportamiento ante sismos es peor que en la alternativa subterránea, lo que indefectiblemente impactaría su costo. Que los suelos en Bogotá son más difíciles que los de Ciudad de México, que es el parangón frecuentemente usado, ciudad que tiene tanto estructuras similares elevadas como subterráneas. El primer escollo es que no hay diseños aún.

También se habla de la logística durante la construcción, que en la alternativa elevada puede llegar a dificultar del todo el uso de la Avenida Caracas, lo cual representa el colapso de la ciudad, y sin apelar a amarillismos. Debe recordarse que era requisito indispensable que la troncal de Transmilenio por la séptima estuviera funcionando antes de iniciar la construcción para descargar a la de la Caracas; no es un asunto menor, cuidado.

Se ha oído cómo serán las vigas, prefabricadas en secciones que deben transportarse por la ciudad y luego deben armarse en el piso al lado de su lugar final, postensarse y después izarse con grúas enormes; los inconvenientes serán espectaculares. Pero hay alternativas y mucha experiencia en el mundo para que se estudie más y esperar que esto no sea la complicación superior.

Pero el análisis no es “tan simple”. Precisamente esos suelos blandos saturados son una incógnita para el comportamiento de tuneladoras para el caso de la alternativa subterránea. Si no se pudieran usar tuneladoras, la ventaja de poder contar parcialmente con la avenida Caracas se desvanecería y entonces, de lo que habla el Presidente es del diseño fase 2 que dejó su alcaldía: por la carrera 13, con excavaciones en trinchera que, no obstante, también haría que la ciudad tuviera enormes impactos negativos en su movilidad durante la construcción.

Hay otros aspectos que no son menos importantes, como el posible impacto diferencial sobre el valor inmobiliario que se deriva del alineamiento vertical de la línea. U otros económicos, como el impacto negativo del mayor tiempo en tener una solución funcionando.

¿Y los técnicos qué?

Los ingenieros, los inmobiliarios, los economistas, los financieros ¿qué dicen? El problema no es actual. Cuando se empezó el diseño de la primera línea por parte de un consorcio con un líder internacional (Sistra) contratado por la administración Petro, llegaron a unas conclusiones con las que el Alcalde estaba conforme. Luego, la administración Peñalosa contrató a otro consorcio, bien similar por cierto, con un líder internacional (Senel) que llegó a conclusiones con las que el Alcalde Peñalosa estaba conforme.

En ese momento tuve la oportunidad de escribir un artículo llamado La ingeniería de la justificación, sin alineamiento político, quejándome de este tipo de resultados. Es como si los Alcaldes tuvieran una super inteligencia y ser los mejores ingenieros conocidos, y los expertos internacionales y nacionales tuvieran el oficio de darles la razón. Debo advertir que no puedo aseverar lo anterior y hasta me parece atrevido, pero no se puede ignorar que sí deja lógicas dudas. A pesar de ser parte del pasado, es esta historia la que nos está condenando a una situación caótica en el presente. Las más probables causas del problema son la mucha concentración de poder de Alcaldes y Presidente unida a nuestro problema crónico de falta de planeación de largo plazo. Y para eso no tenemos solución a la vista.

¿Qué debería hacerse aquí, dada semejante circunstancia?

Primero, una invitación a la sensatez, y recordar que su trabajo, Presidente y Alcaldesa, se trata de encontrar las mejores soluciones para el bienestar y el desarrollo de colombianos y bogotanos. Nada más. Deben trabajar mandatoriamente en equipo. Segundo, que sean los ingenieros los que toman las decisiones de ingeniería, en equipo con los demás profesionales, en donde la evaluación económica integral señale la mejor alternativa para aumentar el bienestar de los ciudadanos y la competitividad del país. Tercero, la viabilidad jurídica y el impacto económico que resulte de la evaluación de los abogados también es algo técnico que deben definir con premura y hacer parte de este proceso de decisión.

Este es un proyecto de largo aliento, en el que se puede hacer esta evaluación mientras se continúan actividades de construcción que de todas maneras se van a necesitar.

Solo una evaluación técnica integral nos puede zanjar estas diferencias, que no son provocadas ahora ni hace unos días. Viene de atrás y son más producto de la polarización política. Por algo tenemos bajo desarrollo y pobreza y al mismo tiempo vivimos en una nación rica y con enormes potenciales. No nos merecemos más esto. Que la técnica tenga la palabra y que sus conclusiones sean plenamente respetadas y adoptadas.

Economía popular y justicia ambiental, las bases del Plan Nacional de Desarrollo de Petro

El presidente Gustavo Petro durante la radicación del proyecto de su Plan Nacional de Desarrollo presentó al país las bases de lo que será la carta de navegación de su Gobierno para el cuatrienio 2022-2026.

En su exposición ante representantes de los distintos sectores de la sociedad colombiana, quienes lo escucharon en la Plaza Núñez del Capitolio Nacional, el mandatario dedicó una parte de su discurso al tema de la Paz Total.

 

En este sentido, dijo que mientras en otros lugares se habla de guerra, “hoy desde este país nosotros queremos hablar en tonalidades de paz”, ya que “es desde Colombia de donde salen los mensajes de paz y no desde el mundo”.

‘Ojalá que seamos todos los colombianos y colombianas capaces de construir la paz, que no es solo la de las armas, sino la de la sociedad”, expresó.

El Congreso de la República dedicará las sesiones extras convocadas por el Gobierno nacional para debatir el proyecto de Plan Nacional de Desarrollo y además, la reforma a la salud, reforma al sistema carcelario, entre otras.

Economía popular

Consideró que hoy necesitamos acabar con el hambre en Colombia, no suplicando fuera de nuestras fronteras, sino haciendo de nuevo el surco en la tierra y produciendo los alimentos.

Al respecto dijo que la economía popular es uno de los enfoques del Gobierno del Cambio, y busca que la población obligada al rebusque se empodere, en términos, por ejemplo, de acceso a la tierra para los campesinos.

En este sentido, enfatizó que el Plan Nacional de Desarrollo de su gobierno incluye una partida en el presupuesto de este año, por 5 billones de pesos, para comprar 400 mil o 500 mil hectáreas de tierra, “que pasarán a decenas de miles de familias campesinas”.

“Yo a eso le llamo justicia social”, afirmó.

Justicia ambiental

Por otra parte, el jefe de Estado invitó a los capitales extranjeros a construir la red férrea nacional, las granjas solares, los parques eólicos y las grandes plantas para producir hidrógeno verde, en el marco de la transición energética.

“Lo podemos hacer en grande; podemos utilizar nuestros puertos para que los cargueros que dejarán de cargar carbón -porque la humanidad tiene que separarse de los combustibles fósiles-, empiecen a reemplazarlos por los limpios como el hidrógeno verde”, precisó.

Sostuvo que el Plan Nacional de Desarrollo desarrolla, asimismo, la manera de “ordenar a Colombia alrededor del agua”.

“Cuando nos posesionamos como el Gobierno del Cambio dijimos: la justicia social y la justicia ambiental son la base para que Colombia sea una Potencia mundial de la vida. Pues el Plan Nacional de Desarrollo, que se llama Colombia, potencia mundial de la vida, está constituido de una serie de páginas, de palabras y de artículos, que las llenan, que se dedican a cómo construir justicia social y justicia ambiental en Colombia”, recalcó.

Justicia social

El jefe de Estado recordó que en su discurso de posesión habló de muchos de los temas que configuran la justicia social.

“Si llenamos el territorio nacional de sedes universitarias públicas, en Chocó, Guainía, Arauca, La Guajira, el Pacífico colombiano afrodescendiente de sedes universitarias, claro que construimos justicia social y eso se encontrará en ese libro”, dijo.

“El Congreso de la República dirá si lo aprobamos y si les permitimos a las juventudes de Colombia la posibilidad del acceso al saber y a la frontera última del conocimiento humano en toda su diversidad”, puntualizó.

Las reformas

En este marco, el Mandatario se refirió a las reformas a la salud, de pensiones y laboral, y consideró que “un acuerdo nacional es necesario e imprescindible, pero no es un acuerdo nacional para arrodillar al pueblo y hacer más negocios sobre la base del sacrificio popular”.

“Es para que Colombia se enriquezca, pero toda, no unos pocos. Es para que las reformas permitan que los derechos se garanticen hasta el último colombiano”, declaró.

En este sentido, dijo que “mis privilegios no pueden ser la excusa para no permitir que la sociedad colombiana acceda a los derechos que están ordenados en la Constitución”.

Romper la inercia

En su discurso, el Mandatario invitó a su equipo de gobierno y a toda la sociedad romper la inercia y trabajar de la mano con la gente para construir los cambios que necesita el país.

“Nosotros queremos cambiar y, por tanto, hay que romper la inercia; aventurar y gobernar con los movimientos sociales, con la gente, pegar el gabinete al territorio”, concluyó el presidente Petro.

Del Palacio de Liévano rumbo a la oposición

Claudia López es irreverente, hábil y ya sabe lo que es vencer al petrismo en las elecciones regionales del 2019. Es ambiciosa, quiere ser presidenta y, además, es probable que tenga que tomar distancia del gobierno actual, si busca llegar fuerte a las presidenciales del año 2026. La polémica sobre el futuro del proyecto Metro de Bogotá, es tan solo un abrebocas de lo que podría ser una ardua oposición al presidente Petro en los próximos tres años.

Desde su posición como investigadora, luego como senadora y ahora como alcaldesa, ha sostenido fuertes discusiones con expresidentes y presidentes de turno. Desde Uribe hasta Duque y muy seguramente en los próximos días con Petro, la mandataria de la capital no se ha quedado callada frente a nada, ni nadie, con lo que no esté de acuerdo. Este ha sido parte de su éxito político.

 

Sus declaraciones de estos días han sido inteligentes y directas, manteniendo un tono aún conciliador y propositivo, pero que de seguro con la cercanía al final de su mandato podría venir cargado de dardos implacables, como solo ella puede hacerlo. Recordarle a Gustavo Petro que ya no es alcalde, sino presidente, ha calado en la mente de muchos, porque recalca la idea casi que generaliza que muchos tienen del presidente como un hombre terco y obstinado.

Hoy muchos sectores políticos, que en el pasado no estaban con Claudia, apoyan la gestión de la Alcaldía de Bogotá y la postura de cumplir el contrato adjudicado al Consorcio. Además, los medios de comunicación que no son afines al gobierno están con una línea editorial de apoyo a la alcaldesa. Todos los hechos indican que esta disputa no le conviene en lo absoluto al Gobierno Nacional, cuando sobre la marcha este tiene muchos problemas de alto impacto a nivel nacional.

Es tiempo de que alcaldesa le recuerde al presidente Petro si es que quiere ser el Alejandro Ordoñez de su Alcaldía, que uso su envestidura como procurador para instigar y frenar por vías sancionatorias los proyectos de la Bogotá Más Humana. Hoy, Gustavo Petro quiere poner la talanquera a lo que podría ser uno de los logros más destacables de la administración López. Por lo menos, esa es la imagen que está dejando, cuando el proyecto del Metro ya tiene avances visibles frente a toda la ciudadanía.

Por estas razones, es muy viable que el camino de Claudia López sea hacia una oposición férrea al actual Gobierno, provocada por un trato mezquino, irrespetuoso y poco conciliador que se ha visto en cabeza del primer mandatario y seguido por sus secuaces políticos de turno por estos días. Se avecinan profundas divisiones al interior del Partido Verde, por cuenta de quienes son fieles a los planteamientos de la dupla López- Lozano y por cuenta de quienes están cercanos al presidente Petro.

Sin embargo, me atrevo a decir que esta malversación que apenas comienza le traerá grandes resultados y aliados a la futura exalcaldesa con miras a lo que será su plataforma política del 2026. Es probable que el Petrismo esté asegurando su derrota en Bogotá para las próximas elecciones regionales de mes de octubre, y que buena parte del resultado negativo sea gracias a la convicción argumentativa de López.

Si bien es cierto la ciudad capital se verá perjudicada por las discrepancias entre el gobierno nacional y el distrital, el grupo político de López estará más que listo para iniciar campaña desde la oposición en los primeros días del próximo año.

Luis Carlos Martínez

Metro 2035

Los lineamientos originales del metro de Bogotá pactados entre el gobierno Santos y el alcalde Petro dieron los insumos técnicos para estructurar la financiación del proyecto. De manera consecutiva: el alcalde Peñalosa, el presidente Duque, y la alcaldesa López fueron imprimiendo su visión sobre su alcance. Ahora el presidente Petro trata de enrutar el proyecto hacia su visión original, pero el proyecto ya está en marcha. Si no hay coordinación con la alcaldía y el contratista, el riesgo es que pierdan los bogotanos en su movilidad y los colombianos económicamente. Aun con el metro perfecto en 2035, siendo Bogotá la sexta ciudad del mundo que más pierde tiempo en trancones, 122 horas por persona, no hacer intervenciones de fondo por 12 años, sería un error.

De cinco propuestas que fueron evaluadas por Alcaldía y el Presidencia, dos fueron seleccionadas. La primera opción busca subterranizar de la calle 72 con Caracas hasta la calle 100 con autopista y la segunda desde la Primera de Mayo con carrera 50 hasta la calle 72 con Caracas. En esencia, la primera opción mantiene el actual proyecto, pero extiende el alcance con un tramo subterráneo. La segunda opción reemplaza parte del actual diseño volviendo al concepto subterráneo original. Por otro lado, el concesionario apoyó la segunda opción argumentando la importancia de ampliar el proyecto 3.9km que añadiría 20 mil pasajeros adicionales.

 

Para empezar, como estrategia de negociación contractual, entre menos se modifique mejor. Existe el riesgo que, en cualquier tipo de renegociación, el concesionario busque recuperar los cerca de $11 billones de mayores costos causados por la devaluación. La primera opción tiene el menor riesgo ya que se puede manejar como una adición. El reto financiero de los $12,3 billones de más, requiere que Bogotá aporte $4,1 billones, ya que la nación no puede financiar más del 70% del proyecto. También ese tramo de Unilago es donde la calidad del suelo limita las opciones de tunelización causando mayores gastos, tráfico, y tiempo.

La segunda opción es volver al proyecto original, pero es una opción más costosa. Como regla general con sinnúmero de asteriscos, si una opción férrea terrestre cuesta 1 peso, una opción elevada cuesta 2 pesos y un subterráneo cuesta 5 pesos. Con esta opción solo quedarían solo 10.6km de metro elevado, cuyo beneficio de movilidad significa una mayor capacidad carga. Algo que una de las ciudades más densas del mundo, Bogotá, sin duda necesita. Como en su momento existían limitantes financieras, al metro volverse elevado se habilitaba recursos para construir Transmilenio que alimentaba la demanda y disminuía el costo del pasaje.

Hay que abonarle a la alcaldesa su no disponibilidad de sacrificar los cables ni el tren de cercanías. Al mismo tiempo, decisiones de ella como no construir la Alo o APPs para mejorar la entrada/salida de la ciudad se ven menos sabias. Todo el ruido de amenazas, parece se resuelve con la chequera nacional asumiendo los gastos adicionales. La preocupación es que lo que parecía una impresionante bolsa adicional de $20 billones de la tributaria para cumplir el plan de gobierno, entre SOAT, subsidios y salarios, ya se está comiendo un tercio de la plata y solo vamos en febrero.

Simón Gaviria

¿El nuevo dictador?

El Metro de Bogotá se ha convertido en un capricho del Presidente y de paso ha sacado a la luz sus verdaderas intenciones.

El gobierno del presidente Gustavo Petro está tomando decisiones mezquinas y caprichosas para Bogotá. El hecho de amenazar a toda una ciudad con la suspensión del 70% de los proyectos que financia la nación si no se hace la primera línea del Metro subterránea, ha sido un acto de un presidente con ínfulas de dictador.

 

Los bogotanos llevan más de 60 años esperando el Metro, pero entre discusiones y promesas han retrasado un proyecto que pareciera que no tiene cuándo terminar. Durante años se ha hablado de la posibilidad de hacer un Metro elevado o subterráneo y cada uno de los alcaldes que han llegado a administrar la ciudad han prometido cosas diferentes, lejos de entender que los bogotanos estamos cansados de la pésima movilidad y que lo único que nos interesa es poder tener un medio de transporte efectivo y rápido en beneficio de la capital.

Y es que es imposible ver con buenos ojos lo que el presidente Petro está pretendiendo hacer con el proyecto más importante de los bogotanos. Frenar de esta manera esta importante obra, y condicionarlo para que sea hecho a su medida, dejará a la ciudad con múltiples problemas jurídicos y contractuales que seguramente entorpecerán indefinidamente este megaproyecto.

Lo que sí resulta claro es que el presidente de los colombianos olvida que este ya no es un proyecto, o un plan venidero para la ciudad. Estamos hablando de un contrato firmado, financiado y en ejecución, por tanto, la única discusión debería ser sobre la extensión de la primera línea, o la financiación de la tercera. Pese a lo anterior, lo único que encontramos es que el Presidente de la República busca detener e imponerse como un dictador ante sus caprichos.

Si nos apartamos de la discusión sobre la construcción del Metro para los bogotanos, se hace cada vez más evidente el nefasto mandato por el que pasa el país. Tenemos un Ministro de Transporte que chantajea, un Secretario General del Departamento de Prosperidad Social acusado por corrupción, un Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), investigado por acoso sexual, una Ministra de Minas acabando el sector energético del país. Así mismo no hay que olvidar que la Directora del ICBF no tiene experiencia con niños; el Ministro de Defensa con orden de captura de la Fiscalía de Guatemala por corrupción y dos viceministras ya han pasado su carta de renuncia. ¡Vaya cambio el que nos esperaba a los colombianos!

En tan solo cuatro meses el costo de vida ha aumentado drásticamente, el dólar sigue disparado y ni hablar de los combustibles: el galón de gasolina corriente ya bordea los 11 mil pesos, nada extraño que la aprobación del presidente Gustavo Petro en la última encuesta haya bajado y que un porcentaje de sus electores se sientan defraudados y hasta arrepentidos de haber creído en el supuesto Gobierno del cambio.

La historia de Petro con el Metro de Bogotá narrada por Jorge Robledo y Manuel Sarmiento

El excongresista, Jorge Enrique Robledo y el concejal Manuel Sarmiento, señalan que el presidente de la república, Gustavo Petro, junto con el exalcalde Enrique Peñalosa, tiene responsabilidad en el atraso que hoy presenta el proyecto.

Los dos políticos aseguran que la administración Petro no tomó decisiones a tiempo y que gracias esto, el exalcalde Enrique Peñalosa puso su cuota cambiando el modelo, lo que retraso aún más la construcción.

 

Lo primero que recuerdan Sarmiento y Robledo es que, durante la campaña por la Alcaldía de Bogotá del año 2011, el entonces candidato Gustavo Petro propuso la terminación del sistema TransMilenio que contemplaba las troncales de la Carrera Séptima, Avenida 68, Avenida Boyacá y Avenida Ciudad de Cali y que, al posesionarse como burgomaestre de la ciudad, propuso la construcción de un tranvía.

“Tomó al menos dos decisiones irresponsables: primero, perdió más de un año concentrado en un Tranvía por la séptima que no contaba con estudios, relegando el Metro a un papel secundario; segundo, como candidato y como alcalde, llegó planteando un Metro diferente al que ya se había consolidado por parte de la administración de Samuel con estudios serios de las firmas Sener y Steer Davies And Gleave, a un precio accesible de 4 billones de pesos. Con ello se perdió un tiempo valiosísimo que hoy tiene a la ciudad en esta disyuntiva”, dice el documento.

De acuerdo con Robledo y Sarmiento, “Gustavo Petro cambió la coordinación del proyecto dejándolo en manos de funcionarios del IDU y contrató una interventoría sobre los nuevos estudios – que no exigía el Banco Mundial- y que terminó retrasando en varios meses el inicio de los nuevos estudios”.

Nota relacionada: Metros y autoritarismos

Ambos líderes del Partido Dignidad, recordaron, además, que el entonces alcalde de Bogotá llamó al Concejo de Bogotá a sesiones extras pidiendo un cupo de endeudamiento por 800 mil millones que serían utilizados no para el proyecto metro sino para un tranvía por la Carrera Séptima. La Comisión de Hacienda del Concejo de Bogotá no aprobó el proyecto de acuerdo de Petro y decidió mantener el cupo de 800.000 millones exclusivamente para el Metro pesado.

El entonces alcalde de Bogotá, insistió en su idea del tranvía, a través de una alianza pública privada, sin embargo, esta no cuajó. “El Tranvía por la séptima se cayó definitivamente por decisión del mismo Petro: cuando la multinacional francesa Alstom, que tenía prioridad por haber sido la primera en radicar la propuesta, desistió. Petro adujo intereses de su concuñado, Carlos Gutiérrez, quién hacía parte de consorcio que quedó como segundo oferente, para no continuar con la APP”, recuerda el concejal Sarmiento.

El cabildante dice que el actual presidente de la república en calidad de alcalde de Bogotá, retomó el proyecto del metro subterráneo en el año 2013, contratando los estudios de ingeniería básica avanzada a cargo de las firmas Euroestudios e Idom y la firma colombiana Cano Jiménez, bajo la coordinación del IDU. El trazado de la primera línea terminó haciéndose con base en los estudios de ingeniería conceptual de Sener contratados por la administración de Moreno en 2008 y terminados en 2010, aunque con un Metro totalmente subterráneo.

El entonces alcalde concretó una primera línea que saldría desde el Portal de las Américas hasta la Calle 100 con Carrera 11, toda subterránea, con 23 estaciones, un máximo de 80 mil pasajeros-hora, velocidad comercial de 35 km/h, y un valor a licitar de $13,79 billones, cotizado a una tasa de cambio de $3.149 por dólar.  Recibió aval del Confis el 26 de octubre de 2015 a un costo de $15,085 billones, considerando gastos adicionales del Distrito. Bajo este escenario, Juan Manuel Santos en calidad de presidente de la república y Simón Gaviria, para entonces director nacional de Planeación, entregaron a Gustavo Petro un cheque simbólico por $9 billones”.

El apoyo de Petro a la reelección de Santos solo le alcanzó para avanzar hasta la ingeniería de detalle y  un Confis por 13 billones de pesos. Terminado el período de Petro, y tras el retorno de Enrique Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá, Santos y su vicepresidente, Germán Vargas Lleras, le entregaron tres Conpes a reelegido burgomaestre, quien cambió el diseño subterráneo por uno elevado recortando el trazado hasta la Calle 72.

Al respecto la concejal María Fernando Rojas, quien ocupo el cargo de directora del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), durante la administración de Gustavo Petro,  dijo en su cuenta de Twitter,  que nunca se relegó el proyecto de la primera línea del metro y que ella fue la encargada de revisar y dar viabilidad  al  proyecto heredado de la administración de Samuel Moreno Rojas.

Chantaje del gobierno Petro a Bogotá por primera línea del metro

El Gobierno Petro a través del Ministro de Transporte, Guillermo Reyes, chantajea no solo a Bogotá, sino al país entero, al exigir de manera arbitraria que se hagan cambios al proyecto de infraestructura más importante que se viene adelantando en Colombia y la capital. Para satisfacer su capricho con cálculos políticas durante la época de las elecciones locales. Pasan por alto los avances de la primera línea del metro de Bogotá sin importar los billonarios sobrecostos que traería aceptar dicha exigencia.

El Gobierno Nacional busca a toda costa sabotear el megaproyecto del Metro y utilizar la posición de poder de manera dictatorial para que el Distrito acepte el capricho del Presidente Petro. Coaccionan a la Alcaldesa Claudia López al señalar que “si no se acepta, como se ha venido diciendo, que se hagan las modificaciones propuestas dentro del marco jurídico, pues el Gobierno también, en la medida en que financia el 70% de los otros proyectos, pues esos otros proyectos se van a tener que parar” expresó el Ministro Reyes.

 

Hay tres elementos que el Mandatario y su gabinete están pasando por alto en su afán por cumplir un capricho. El primero, suponer que se puede hacer cambios a un contrato cuando ya está en ejecución. En segundo lugar, ignorar la descentralización administrativa de las entidades territoriales y considerar que estas deben estar a merced de los intereses del Gobierno Nacional, como si se tratara de un vasallo. Lo tercero, desconoce los principios de planeación contractual y de gestión de proyectos, lo que conlleva a que exista una falsa idea sobre el uso eficiente de los recursos.

La “advertencia” es en realidad una amenaza al transporte público multimodal que merecemos los bogotanos y la evidencia del talante antidemocrático y dictatorial del “Gobierno del Cambio”. Desconocen los avances de la obra: Construcción (18%), patio taller (68%) y el Traslado Anticipado de Redes (95%). Los únicos perjudicados con las demoras en las obras y el caos actual en la movilidad serán los 2,5 millones de bogotanos que se beneficiarán con el Metro que se está ejecutando.

Presenté ante el Tribunal Administrativo de Bogotá y Cundinamarca una Acción Popular, con el fin de salvaguardar los intereses de los bogotanos a quienes se les está vulnerando sus derechos colectivos con la propuesta del Gobernante de la Nación de retrasar la primera línea del metro.

Ojalá, la rama judicial se pronuncie lo más pronto posible sobre el bienestar de los capitalinos y su derecho a una movilidad digna que está en construcción. Hago un llamado a los ciudadanos para que me acompañen en esta Acción Popular con sus firmas, a fin de detener la improvisación y la amenaza del Gobierno de Gustavo Petro.

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Lucia Bastidas

 

Metros y autoritarismos

Siempre he pensado que lo mejor para Bogotá es un metro subterráneo. Como el que empezamos en la alcaldía que se inició en 2008 y que no pudo concluirse porque lo saboteó Gustavo Petro, alcalde de 2012 a 2016, sabotaje que aprovechó Enrique Peñalosa durante su alcaldía –con la ayuda de Santos– para cambiarlo a metro elevado y dejárselo contratado a la alcaldesa Claudia López. La construcción la ganó el consorcio chino APCA Transmimetro, debe terminarse en 2028 y va invertido el 19 por ciento de su valor, sin contar el costo de la deuda.

Pero ahora el presidente Petro, abusando de su poder, quiere cambiarles al consorcio y a Claudia López, y a la brava, el metro elevado por uno subterráneo. Este acto de autoritarismo, sin antecedentes en la historia de Colombia, significa que las obras del metro se demorarían otros 7 años, hasta 2035, y costarían hasta 17 billones de pesos más, para un total de 29 billones. Y ese cambio de obra y de contrato, al decir de respetables abogados, es abiertamente ilegal, lo que significa que si se hiciera, podría acarrearle fuertes sanciones legales a la firma constructora y hasta cárcel a la alcaldesa.

 

Como el consorcio y Claudia López –la alcaldesa de Bogotá, así no le guste a Petro– se resisten a violar la ley y a correr el riesgo de sufrir sanciones legales, Petro le dio orden a su ministro de Transporte, el conservador Guillermo Reyes, que la chantajeara públicamente, anunciándole que el gobierno nacional no le transferirá a Bogotá los 28 billones de pesos que necesita para otras obras, como llevar el metro a Suba y Engativá y construir el Regiotram y tres cables aéreos.

La rabieta autoritaria de Petro es un descarado chantaje a la alcaldesa de Bogotá, que no es su subalterna, y una dura agresión a los bogotanos, que no tienen nada que ver en la controversia y que sí pagan un porcentaje altísimo de los impuestos que se gastará Petro en su gobierno.

El debate ya no es entonces sobre si se prefiere metro elevado o metro subterráneo, asunto sobre el que cada uno tiene la libertad de opinar como quiera. La controversia se centra en si Petro puede obligar a la alcaldesa de Bogotá –elegida por los bogotanos derrotando a Holman Morris, el candidato petrista–, a someterse a sus caprichos y si, además, puede hacerle el vulgar chantaje que le está haciendo.

La controversia es sobre si Petro puede usar el presupuesto nacional para arrodillar a cada alcalde y gobernador de Colombia a lo que se le dé la gana y maltratar a la ciudadanía y sobre si este país es una democracia, con todos sus defectos, o una autocracia.

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Para completar su autoritarismo, otra hazaña de Gustavo Petro, esta vez defendiendo a ultranza a Irene Vélez, su ministra de Minas, quien nos presentó a los colombianos cifras falsas inflando la reservas de petróleo y gas, puso a firmar dichas cifras a altos funcionarios del ministerio que no las suscribieron y no las comparten y se empecina en que en este gobierno no habrá nuevos contratos para buscar hidrocarburos, con lo que también viola la ley porque a los ministros de Minas no les pagan para impedir la minería sino para promoverla, cuidando por supuesto el medio ambiente, conductas graves e ilegales que debe sancionarle la Procuraduría.

Pero según Petro, como a la MinMinas “no se la critica por bombardear niños o robarse o dejar robar recursos públicos”, no hay problema. Mientras sea petrista, puede proceder a su antojo.

Jorge Enrique Robledo

Exsenador de la República.

Presidente del Concejo pide a Gustavo Petro no paralizar a Bogotá

El presidente del Concejo de Bogotá, Edwar Arias, junto a un grupo nutrido de concejales de diferentes bancadas dirigió una carta al presidente de la república, Gustavo Petro, pidiendo el respeto por las condiciones en las que está firmado el contrato para la construcción de la primera línea del metro.

Arias solicita al primer mandatario evaluar la decisión de viajar a China para tratar de convencer al Gobierno de ese país de modificar el contrato.

 

“Bogotá es la única ciudad de su tamaño que no cuenta con un sistema de transporte como un metro”, afirmó el cabildante quien más añadió que no se puede aplazar más la solución a una necesidad de mejor y mayor movilidad para los ciudadanos.

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El presidente del cabildo propuso la continuidad del proyecto como está planeado y concretar las siguientes en la modalidad bajo tierra, “presidente su victoria en la China es la derrota de los bogotanos”, concluyó.

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Petro convoca a una marcha que apoye su reforma a la salud

El presidente Gustavo Petro convocó a una marcha con la idea de lograr apoyo popular para su proyecto de reforma a la salud que será presentada en el Congreso de la República en las sesiones extraordinaria que inicia el próximo 7 de febrero.

“Acompáñame este 14 de febrero. Que la salud sea para todo el pueblo colombiano, que la salud sea para Colombia. Desde la plaza de Bolívar de Bogotá hablaré a Colombia reunida en todas las plazas públicas del país. Llegó el Cambio y sus reformas”, dijo del presidente desde su cuenta de Twitter.

 

Lo que se conoce del proyecto de reforma a la salud fue criticado por el ministro de Educación, Alejandro Gaviria, quien considera que es equivocado eliminar del todo a las entidades promotoras de salud (EPS), y destacó además «la experiencia de Colombia con pagadores únicos públicos ha sido desastrosa. Lo fue con la llamada libre adscripción del Seguro Social en 1996, con los recobros directos del Fosyga por la atención a la población desplazada en 2001 (…). El país recuerda los carteles de la hemofilia, el VIH, enfermos psiquiátricos, y demás».

 

 

Comité Intergremial Bogotá Cundinamarca le recuerda a Petro que en el proyecto del metro intervino la banca multilateral

El Comité Intergremial Bogotá Cundinamarca, a través de un comunicado le recordó al Gobierno Nacional que el contrato de la primera línea del metro fue validado por tres diferentes CONPES nacionales y tres bancas multilaterales (BID,el BM y el Banco Europeo de Inversiones).

«Este proyecto cuenta con un 60% de avance en el patio taller y un 18% en su ejecución, por lo cual no existe justificación técnica ni jurídica  que amerite cambiar este contrato. Por el contrario, los riesgos legales son altísimos y significaría mayores costos, más años de congestión vehicular e ineficiencia logística y afectación a las personas de menores ingresos. Cualquier modificación contractual debe realizarse bajo criterios técnicos y jurídicos que sustenten debidamente dicha decisión», dice el texto.

 

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Le advierte al Ministerio de Transporte y la presidente de la república que estarían en riesgo también proyectos que avanzan en diferentes etapas con cofinanciación de la Nación y suman un total de $65 billones de pesos, entre los que se destacan por su importancia para la competitividad, sostenibilidad ambiental y la modernización de la ciudad y la región: el Regiotram de Occidente, la segunda línea del metro de Bogotá, la Calle 13, los accesos norte, la ALO SUR, el Regiotram del Norte y 3 cables aéreos.

«Es prioritario garantizar la seguridad jurídica para concretar estas grandes obras de infraestructura que la ciudad necesita hace más de SO años y frente a las cuales existe ya un avance y unas inversiones significativas que no pueden detenerse», afirma el comunicado.

Por último el Comité Intergremial le advierte al primer mandatario que  la incertidumbre en las obras para Bogotá y la región impactará la competitividad del tejido empresaria l y afectará directamente a los miles de bogotanas y bogotanos que dependen del transporte público para su movilidad.

Sigue el cruce de declaraciones entre Claudia López y Gustavo Petro por el metro de Bogotá

Al entregar un balance sobre los avances que al día de hoy presenta la primera línea del metro en Bogotá, la alcaldesa Claudia López, lanzó una nueva pulla al presidente de la república Gustavo Petro, quien insiste en subterranizar una parte del trazado.

“Si o si va iniciar su operación en el año 2028 mientras yo sea alcaldesa y de mi dependa”, afirmó la mandataria de la capital.

 

Y añadió, “la mejor línea de metro es la que se tiene, la mejor línea de metro es la que se construye y la peor línea del metro es la que no tiene”.

“La prioridad de Bogotá es cofinanciar los tres cables y el Regiotram del Norte. No es cambiar el contrato de la primera línea del metro”, recalcó la alcaldesa Claudia López.

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El primer mandatario respondió que no será cómplice de la construcción de un metro elevado por la Avenida Caracas que desde su punto de vista es “una chambonada” y que si lo hace, tres generaciones después de que lo inaugure, “lo van a maldecir”.

El pasado lunes 30 de enero se conoció el concepto jurídico que daría viabilidad para que el tren metropolitano sea subterráneo. El documento de 70 páginas elaborado por la firma de abogados del exministro de Justicia Enrique Gil Botero, sostiene  que se podrían hacer las modificaciones para que el futuro sistema de transporte masivo de la ciudad vaya bajo tierra.

“Se trataría simplemente de la adecuación de uno de los parámetros constructivos para adecuar el proyecto al interés común”, afirmó Gil Botero en declaraciones para la Wradio.

El mandatario, reiteró, que no se ha entregado la fase tres de los diseños y que hasta el momento solo han avanzado las obras complementarias del proyecto, refiriéndose al patio taller y compra de predios, entre otras.