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Etiqueta: León Sandoval

Anora y la irresponsabilidad consciente

En la reciente edición de Los Óscar el premio a la mejor película fue para Anora (2024) escrita y dirigida por Sean Baker (1971), protagonizada por la estadounidense Mikaela Madison (1999), quien a la postre se llevaría el premio a la mejor actriz protagónica y el ruso de ascendencia judía, Mark Eydelshteyn (2002), considerado una de las revelaciones del cine europeo. La película tiene tintes melodramáticos con algo de humor negro. Su trama gira en torno de la relación de una pareja joven; de un lado una prostituta estadounidense y del otro, el hijo de un magnate ruso que busca diversión en Nueva York, quienes inician una relación comercial de sexo para terminar en un matrimonio exprés al estilo de Las Vegas, donde lo que sucede en Las Vegas se queda en Las Vegas. El idílico amorío encuentra obstáculo en la férrea oposición de los padres del novio, que no aprueban la decisión marital de su mantenido hijo.

Anora es una película entretenida con picos tragicómicos que mantienen en vilo al espectador sin mayores pretensiones, además esconde un mensaje oculto de su director: La irresponsabilidad consciente del grueso de la juventud contemporánea, avalada por padres, maestros y los influenciadores sociales, en el sentido que, hace carrera la existencia de sólo dos razones para darle sentido a la vida, en primer lugar, el dinero fácil y, en segundo lugar, la diversión. La película entreteje sendas razones encarnadas por sus protagonistas.

 

Anora el personaje femenino, es una joven que se dedica a la prostitución, prostitución es prostitución, así sea en una esquina de calle, en el más lujoso club de la ciudad o en internet, así muchas veces este viejo oficio se adorne con neologismos como “escort”, “sexual entrepreneur”, “table dancer” o “sexual influencer”, no por ello es siempre dinero fácil en estricto sentido, pero sí resulta ser un camino de menor esfuerzo para lograrlo y Anora ve en hombres acaudalados su clientela. Por su parte, Iván, el personaje masculino, es un inútil absoluto en todo el sentido de la palabra, tiene el privilegio de gozar de la riqueza de sus padres, su propósito en la vida es diversión permanente, dinero por sexo, por drogas, por alcohol, por viajes, pasar el tiempo frente a la pantalla de una consola de videojuegos.

Anora para Iván representa la diversión e Iván para Anora representa el dinero fácil. Reflejo cruel de la expectativa de vida para muchos jóvenes de hoy que, hallan en el dinero fácil la llave para acceder a la diversión, y de paso, hacia la felicidad, como si el dinero conseguido mediante atajos garantizara la felicidad. No en vano, las redes sociales y los mal llamados influenciadores son modelos a seguir, descrestan con conductas estrambóticas, comportamientos y estilos de vidas surreales que terminan por convertirse en ideales aspiracionales para los otros. Lo que exacerbe los sentidos para permitir una vida irresponsablemente consciente resulta deseable y aceptable en esta época.

La película exhibe la realidad de tantos inútiles jóvenes cuya vida corre paralela a una plataforma de juegos electrónicos alternada con sexo, alcohol y drogas, añorantes de dinero inmediato como regla, sin importar la moralidad del acto para su consecución. El binomio Diversión + Dinero Fácil nunca tendrá buen resultado, Anora lo experimentó. La sociedad está en mora para emitir alertas sobre la presión mediática desenfrenada que se cierne sobre la juventud en la que irresponsabilidad consciente campea. Lo importante es pasarla bien, disfrutar la vida con quién y dónde se quiera sin importar el cómo, porque el fin pareciera justificar los medios.

Algunos hogares están pletóricos de Anoras e Ivanes, sus padres muchas veces lo saben y aún lo justifican, pero voltean la vista para el otro lado. Algunos saldrán en defensa de sus inútiles hijos quizás tratando de tapar sus propios yerros y frustraciones quizás porque también son irresponsables conscientes.

León SandovalFerreira

El Brutalista

El Brutalista es una película estrenada en el año 2024, dirigida por Brady Corbet (1988), protagonizada por Adrien Brody (1973), Felicity Jones (1983), Guy Pearce (1967), entre otros. Es una película de ficción que traza cincuenta años en la vida de un arquitecto austrohúngaro que emigra a los Estados Unidos en pleno conflicto de la Segunda Guerra Mundial, su prioridad es recuperar a su familia de la cual ha sido separado durante el conflicto bélico. El título de la película obedece a una manifestación arquitectónica conocida como el brutalismo, modalidad arquitectónica desarrollada a mediados del siglo pasado en Europa consistente en el diseño de grandes estructuras con base en hormigón en las que prevalecen la masa, las dimensiones estrambóticas y geométricas que muchas veces dejan ver a la vista los materiales de construcción. El brutalismo se popularizó como un nuevo concepto arquitectónico por su funcionalidad y bajo coste en respuesta a la necesidad de reconstruir las ciudades bombardeadas durante la Segunda Guerra Mundial.

El brutalista es la epopeya personal del protagonista. En sus más de tres horas y treinta minutos de duración permite hacer una doble lectura, por un lado, las vicisitudes de un inmigrante europeo que forja camino en un nuevo país, tras su propio sueño americano; por otra parte, la industria de la construcción, el particular uso del brutalismo como novedad arquitectónica en Estados Unidos sumado a los avatares propios de la industria como los retrasos habituales en las obras y la consecución de materiales como el apreciado mármol de Carrara, Italia.

 

En este escenario, la película ofrece un trasfondo mucho más interesante, el protagonista es un arquitecto reconocido en Europa educado en la célebre escuela Bauhaus, y su esposa es una periodista educada en Oxford, víctimas de la Segunda Guerra Mundial, particularmente, del holocausto Nazi contra la población judía. Miembros de la comunidad judía de Budapest, Hungría, han sido prisioneros en los campos de concentración de Buchenwald y Dachau en Alemania.

Ajeno de la ficción de la película, si el protagonista existió o es inspirado, el drama invisible para el espectador son las vejaciones a las que fue sometida la comunidad judía durante la Segunda Guerra Mundial por parte del ejército alemán y sus aliados. Conductas oprobiosas contra la humanidad materializadas en los campos de concentración, miles de familias fueron recluidas en estos centros de tortura y exterminio, en los que muchas personas fallecerían bajo la bota implacable del nacionalisocialismo.

El mundo está en deuda con el pueblo judío no sólo por haber sido violentado durante el Siglo XX, también porque durante más de cinco mil años, este pueblo grande y hermoso ha sido vejado por diferentes civilizaciones a lo largo de la historia. Gracias a la generosidad de El Eterno, a la capacidad de resiliencia y de autoconservación el pueblo judío ha resistido mientras otras civilizaciones tienen su momento de esplendor y de decadencia para luego sucumbir en las sombras de la historia, en tanto que, el pueblo judío siempre permanece y permanecerá.

El brutalista es un homenaje al arrojo judío y a su valor que, siempre se sobrepone y se sobrepondrá. La escena final de la película, explica cuál es el sentido de la construcción del Centro Cultural en torno de la cual gira la proyección profesional del protagonista, que no es otra que, el reflejo de los campos de concentración de Buchenwald y Dachau donde fueron recluidos por separado el protagonista y su esposa. En ese Centro Cultural estarían unidos para siempre y por siempre, la obra arquitectónica es un homenaje. La película es ficción, lo que no es ficción es la barbaridad nazi contra el pueblo judío. Lázló Thót, el protagonista, no es un hombre, son todas las víctimas del Holocausto.

León SandovalFerreira

Ancestralidad

Se ha acuñado el vocablo “Ancestralidad” como parte de la nueva construcción dialógica para referirse al pasado histórico, como un componente sociológico que contempla a los ancestros, su relación con el territorio y luchas por el poder. La palabra ancestralidad se utiliza como instrumento ideológico reivindicatorio de derechos para algunas comunidades en el marco de la actual batalla cultural. Ancestralidad se emplea de manera exclusiva para las comunidades afrodescendientes, árabes, nativoamericanas y el pueblo rom, pero se excluye al resto de comunidades, en otras palabras, la ancestralidad aplica para unos, pero no para todos. Los mestizos cuyos ancestros son europeos no tienen derecho a ancestralidad, según los adalides del progresismo.

Para el progresismo, los indígenas, antes denominados indios, los afrodescendientes antes llamados negros, los árabes antes denominados “turcos” y los rom antes denominados gitanos, son los únicos que pueden hablar de ancestralidad y reivindicar derechos aparentemente milenarios sobre el territorio y la cultura, pero los descendientes de españoles, lusitanos, franceses, ingleses, irlandeses, alemanes, italianos, en general europeos y judíos, no les aplica la ancestralidad; pareciera que en el proceso ideológico de reescribir la historia, los afrodescendientes, los rom y los árabes hacían presencia en América antes de la llegada de los vikingos y de Colón.

 

La ancestralidad no puede ser exclusividad de ciertas comunidades étnicas. La ancestralidad se refiere a los ancestros, fueren quiénes fueren y vinieren de dónde vinieren, no se puede reivindicar derechos a partir de la ancestralidad excluyendo culturas, comunidades y pueblos que hicieron gran aporte en la construcción de América. Hablar de ancestralidad desconociendo el glorioso pasado hispano, lusitano, francés, alemán o británico y su significativo aporte a la América es perversidad ideológica. Mal se hace al emplear el término “ancestralidad” para vindicar a unos e invalidar a otros, lo que hace carrera desde universidades, partidos políticos, gobiernos y académicos.

La ancestralidad no tiene porqué servir de pretexto para adjudicar derechos exclusivos a comunidades tradicionalmente excluidas del ejercicio del poder, la cultura es superior a ello, tampoco ha de ser utilizada para atacar a la herencia europea en beneficio de otras herencias y reescribir la historia. América es un crisol de razas, culturas, tradiciones y prácticas inveteradas cada una con sus defectos y virtudes, con sus logros, hazañas y yerros.

¡Que viva la América acrisolada! pero no la América elitista de ancestrales que el mal llamado progresismo quiere imponer. Si se trata de hablar de ancestralidad todos los humanos convergerían en el primer Adán y la primera Eva, y una gran mayoría compartiría genes con Gengis Khan. En virtud de la ancestralidad también debería reconocerse el papel de Europa que, indudablemente arrojó su semilla en la conformación de lo que hoy es América; de no ser así, por razones de igualdad, de justicia y de equidad se debería eliminar el uso del término “ancestralidad” y sus relacionados en la construcción de políticas públicas dirigidas a comunidades étnicas en particular desconociendo otras herencias.

Si a América no hubiesen llegado los europeos aún estaría en estado de vorágine y desconocería los valores occidentales, entre ellos, cristianismo y democracia. La cultura occidental es la que ha permitido el avance de América y del mundo, no en vano, en las famosas universidades americanas propagadoras de la ancestralidad, su línea de pensamiento tiene origen en la Grecia clásica: Se es platónico o aristotélico, y pare de contar, Occidente puro y en esplendor.

No se puede cambiar el presente manipulando el pasado. La ancestralidad es de todos o no es de ninguno. La América toda es el continente mestizo por antonomasia. Salvo muy contadas comunidades étnicas amazónicas y una que otra andina, en la América no hay comunidades étnicas de tradiciones puras. Algunos se disfrazan de ancestrales para obtener privilegios según conveniencia, pero viajan a Paris vestidos de Christian Dior. Basta de discursos mentirosos que hacen carrera, la ancestralidad uno de ellos.

León SandovalFerreira

Derechos mínimos para los criminales

El pasado 18 de febrero a la edad de 93 años, falleció el célebre jurista alemán Claus Roxin (1935-2025), uno de los penalistas más influyentes durante la segunda parte del Siglo XX y lo que va del Siglo XXI. El Profesor Roxin fue el creador de teorías jurídicas como la Imputación objetiva y la teoría del dominio del hecho incorporadas en la legislación penal colombiana. Fue defensor del estado social de derecho, enseñó siempre sobre la importancia del derecho penal para esta forma estatal. Acuñó frases que han hecho carrera entre las nuevas generaciones de penalistas: “Un estado de derecho debe proteger al individuo no sólo mediante el derecho penal, sino también del derecho penal.” y La misión del Derecho Penal está en asegurar a sus ciudadanos una convivencia libre y pacífica, garantizando todos los derechos establecidos jurídico-constitucionalmente.” A su muerte, bien vale la pena reflexionar sobre el exceso de garantismo existente en el ordenamiento jurídico penal colombiano, en el que, los criminales tienen tanto o más derechos que el común de ciudadanos ¿Acaso un criminal no debería tener derechos mínimos?

Los procesados y delincuentes tienen hiperderechos, los condenados adquieren un catálogo ilimitado de derechos. Las cárceles antes que purgatorios, para algunos académicos deberían ser resorts, donde los reclusos deben contar con todo tipo de garantías que van desde el trabajo, educación, recreación hasta derechos sexuales, reproductivos y al ocio. Las enseñanzas del profesor Roxin terminaron en retórica, el derecho penal y su adlátere, la política criminal, existen para que los delincuentes gocen de privilegios aún en penitenciarias.

 

En estricto sentido, a la víctima es a quien se le deben garantizar los derechos, cuyos bienes jurídicos tutelados han sido vulnerados; el Estado y el sistema judicial deben estar al servicio de la víctima y no al servicio del victimario. Una persona subjudice no debe tener derecho a ocupar cargos públicos, todo investigado debería ser apartado inmediatamente del cargo, jamás saltar de puesto en puesto estatal como frecuentemente ocurre en Colombia.

Los delincuentes reclaman derechos, dizque “Gestores de paz” organizados en fundaciones al servicio del delincuente, olvidaron que no son víctimas, son victimarios. Los criminales se pavonean en redes sociales y estrados judiciales con sus abogados venales expertos en hallar las zonas grises y las fisuras normativas para dilatar términos procesales y obtener beneficios por tecnicismos y no por aspectos sustanciales. Otrosí de la sobre carga laboral de fiscales y jueces, que hacen que los procesos penales se dilaten y las diligencias se reprogramen hasta agotar a la víctima que termina por desistir en su causa, mientras los delincuentes saturan el sistema judicial para salirse con las suyas.

El delincuente debe tener derechos mínimos. La justicia debe buscar la reparación integral de la víctima, pero también el castigo para quien delinque. El delincuente debe aprender cuál es su rol en el sistema judicial, y no obtener derechos y garantías por la simple invocación de la dignidad humana ¿Acaso el delincuente pensó en la dignidad humana de su víctima? ¿Por qué la sociedad sobredimensiona la dignidad humana del delincuente aún por sobre la de la víctima? Preguntas que bien valen la pena formular en gracia de discusión.  Al profesor Roxin le hizo falta pregonar que estado social de derecho no significa privilegios para los delincuentes.

El sistema penal no debe de ser un parque de diversiones con la justicia como rey de burlas y las cárceles lugares estivales para los criminales. O se ponen serios para juzgar a los criminales y, las Facultades de derecho dejan de enseñar tantos garantismo y retórica jurídica, o apague la luz y póngale candado al País. La delincuencia le está ganando la partida a la sociedad colombiana. La víctima siempre ha de ser preferida y favorecida por sobre el delincuente, sino es así ¿Para qué entonces, la justicia?

León SandovalFerreira

De hombres y  de mujeres

La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) fue uno de los grandes logros de la sociedad occidental, consecuencia de las atrocidades de las dos grandes guerras y del holocausto judío del Siglo XX. El reconocimiento de los derechos humanos como catalizadores de civilidad permitió la valoración del concepto de dignidad humana en su estatus ontológico y moral. Los derechos humanos fueron un revulsivo a la crisis humanitaria, lo cual es loable, no obstante, pareciera que han cumplido su ciclo, se han distorsionado al punto de desbordarse. Existe una crisis de hiperderechos. Todo lo que quepa en la imaginación human termina en derecho humano. El catálogo de derechos humanos cada vez se amplía más al punto que, rayan con la psicodelia, lo inmoral y la estulticia.

Este último escenario, llevó a la administración del presidente estadounidense Donald J. Trump (1946), a suscribir el pasado 05 de febrero, una orden ejecutiva que tiene por título “Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos”, increíble pero cierto, con esta distorsión de los derechos humanos, muchos hombres participan en competencias deportivas femeniles. La orden del Presidente Trump, pretende excluir a los atletas transgénero de las competencias femeninas de cualquier categoría, especialmente entre escolares. La orden tiene un argumento científico y natural, la elegibilidad deportiva ha de ser en función del sexo y no de la identidad de género o de reducción de testosterona. Lo cual es plausible y obvio. Las mujeres transgénero tienen ventajas atléticas sobre las mujeres, en tanto que, los hombres transgénero tienen desventajas atléticas frente a los hombres.

 

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La medida es apoyada por la mitad de los gobernadores de los Estados Unidos; también hay voces disonantes, como la de la Gobernadora de Maine, Janet Mills (1947), que amenazó con demandar la orden ejecutiva para ante los tribunales. La orden es realista, resulta indigno para una dama compartir espacios privados con alguien de otro sexo, como lo es también para los caballeros. No hay excusa para que mujeres transgénero invadan espacios reservados para mujeres, como baños, barracas de unidades militares, prisiones, hospitales, saunas y spas. La misma interpretación aplica para hombres transgénero invadiendo espacios reservados para hombres. El sexo genético no es una construcción social como aducen muchos académicos. El sexo es binario: hombre o mujer, pero no hay una puerta giratoria para que artificialmente se cambie de sexo según la conveniencia ideológica de turno. La carga cromosómica es XX y XY, en algunos casos hay variaciones excepcionales que deben ser atendidas según cada particularidad.

La identidad de género, es un constructo sexual a partir de la ideología que busca imponer una forma social donde desaparecen los roles naturales masculinos y femeninos. Moldear mentes infantiles por vía de discurso ideológico para crearles identidades sexuales ajenas a su naturaleza es un acto aberrante. Ocurre en California, por orden del Gobernador Gavin Newsom (1967) los niños son manipulados por el sistema educativo alterando su orientación sexual mientras se les omite la información a sus padres.

El exceso de derechos humanos y de humanismo está llevando a la hecatombe moral y al socavamiento de la familia. Cada día hay más proliferación de tendencias surrealistas sacadas de una agenda global perversa ¿Qué sigue en ese mundo de hiperderechos humanos? ¿Matrimonios interespecies, humano y gato? ¿Ideología de género perruna y gatuna? El movimiento cultural destructivo arroja creces contaminadas en la batalla cultural; impondrá su anhelado orden, la ideología de género es una de sus armas.

Sólo hay dos géneros, masculino y femenino. Afirmar que la condición sexual se construye en la mente es desconocer la condición humana. Suficiente ya de ese juego de palabras: hombros, hombres, hombras, mujeros, mujeres y mujeras. La realidad no cambia porque la reescriban sesudos académicos con Ph.D. desde una universidad. Simplemente se trata de ideología y manipulación social que rayan con la egolatría, el fanatismo y en algunos casos, la violencia.

León SandovalFerreira

La instrumentalización de los lazos familiares, crimen de lesa humanidad

Un crimen de lesa humanidad, según el derecho internacional humanitario, es un acto o conjunto de actos violentos contra grupos de personas, por lo general, estos crímenes de lesa humanidad se cometen en el escenario de conflictos bélicos o abusos del poder. Dentro del listado de los crímenes de lesa humanidad, están los homicidios, desapariciones forzadas, torturas, delitos sexuales, persecuciones, amenazas, secuestros, terrorismos digital y biológico, entre otros.

Este tipo de crímenes son juzgados por la comunidad internacional por medio de tribunales especiales como la Corte Penal Internacional.

 

El catálogo de crímenes de guerra no puede ser estático, hay una nueva modalidad de crimen contra la humanidad: La instrumentalización de los lazos familiares, manifiesto en el sufrimiento que los terroristas provocan sobre las familias cuando retienen a sus miembros para presionar decisiones. Caso actual, el crimen de lesa humanidad cometido contra la Familia argentino-israelí Bibas, secuestrados junto a otra grande cantidad de personas, por el grupo terrorista Hamas el 07 de octubre de 2023 en el kibutz Nir Oz en Israel.

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La familia Bibas está conformada por Yarden el padre, Shiri la madre y sus dos hijos, Ariel de 2 años y Kfir de 9 meses de edad para la época del secuestro. Hoy los menores tienen 4 y 2 años, respectivamente; han pasado la mayor parte de su vida secuestrados por terroristas.

El gobierno israelí llegó a un acuerdo con el grupo terrorista Hamas para liberar a los rehenes secuestrados en 2023, entre ellos, se esperaba la liberación de los niños Bibas, por ser los más pequeños de los secuestrados. Cuál sería la sorpresa, cuando el grupo terrorista Hamas liberó al padre, Yarden de 35 años de edad el pasado 01 de febrero, y mantiene bajo cautiverio a la esposa y a los niños ¿Qué sentirá un padre qué durante 484 días secuestrado luchó por su familia, y de un momento es separado de ellos para ser liberado? ¿Acaso lo lógico y humano no sería haber liberado a los menores y a la madre? Hamas comete acto de barbarie al instrumentalizar los lazos familiares para generar daño moral y psicológico a la familia y a la sociedad.

La instrumentalización de lazos familiares con fines terroristas es un acto mezquino que demuestra el desprecio de los terroristas por la familia, para quienes todas las formas de lucha son válidas. No sólo han privado de la libertad a unos seres humanos ajenos a la guerra para presionar al gobierno israelí, también han provocado la instrumentalización de los lazos familiares para provocar dolor en el alma humana. No hay derecho a tanta crueldad. Ha malnacido un nuevo crimen de lesa humanidad, la instrumentalización de la familia como medio de presión para obtener prebendas.

Resulta urgente que la comunidad internacional reconozca a la instrumentalización de los lazos familiares como un crimen de lesa humanidad, que lesiona el alma y los cimientos de la familia como núcleo esencial de la sociedad y pilar del Estado. Quebrantar familias para lograr fines políticos o económicos es despreciable. Emplear el dolor de la separación de un padre de su indefensa familia también en cautiverio es una vileza, más vil que mil agujas de bambú entre las uñas y peor que las torturas de las que fueron víctimas los soldados estadounidenses en el Vietcong.

Nada justifica instrumentalizar los lazos familiares para generar zozobra en las sociedades. Al momento de la redacción de este artículo circula información que indica que la madre Shiri junto a sus hijitos Ariel y Kfir fueron asesinados en cautiverio, y que los terroristas de Hamas entregarán sus cadáveres ¿Hasta cuándo tanta hipocresía y doble moral de los gobernantes y organismos internacionales? Israel tiene derecho a ejercer implacable justicia ante el crimen de lesa humanidad cometido para con la Familia Bibas. Lehitraot Ariel y Kfir.

León SandovalFerreira

Falacias climáticas

Una falacia es una idea argumentativa que sirve para soportar una afirmación o una negación sobre algo. El sustento de la falacia parece válido y convincente, pero en realidad es engañoso, erróneo y desdice de la realidad. En otras palabras, detrás de cada falacia hay una mentira como consecuencia de un error en la forma como se razona, el cual puede ser intencional o resultado de ignorancia o desconocimiento. Ejemplo de una falacia de la argumentación, sería afirmar que tomar agua puede atraer pinchazos de mosquitos, porque en una experiencia previa la persona fue pinchada mientras tomaba un vaso de agua.

Las falacias han existido desde que existe el lenguaje y los seres humanos se comunican por medio de la palabra, ya sea oral o escrita. Las falacias son utilizadas para trazar acciones a nivel mundial y políticas de Estado represivas que dejan estelas de terror. La falacia más célebre es la denominada “El cambio climático”, que fue precedida por la falacia denominada “El calentamiento global”, mentiras que se argumentan con datos científicos cuantitativos que se utilizan según la conveniencia. Los índices de contaminación de los ríos van en alza y se destruyen ecosistemas, es a penas natural y propio de la vida. Todo lo que esté vivo tiene ciclos y no permanece para siempre; la extinción y modificación son propias de los seres vivos. El Planeta Tierra no era igual a como lo es hoy, hace 20.000 años, o como lo era en el Siglo XVII, se ha transformado de manera consecuente en la medida que la huella humana va en aumento.

 

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El cambio climático es una falacia que ha encontrado defensores oficiosos para promover una agenda política y económica, como la famosa Agenda 2030 que, forma parte de una serie de acciones globalistas que pretender homogeneizar el mundo, de tal manera que toda acción sea vista con efecto general, para atribuir responsabilidades. Verbo y gracia, es tan falaz, que se impide el desarrollo de los países amazónicos so pretexto de conservar el ecosistema amazónico, y en contraprestación los países desarrollados siguen aumentando su producción y producción de gases de efecto invernadero y para ello emiten bonos verdes para conservar la Amazonía, cuyos dineros terminarán empleando los estados amazónicos para pagar productos fabricados mediante procesos contaminantes de los países desarrollados.

En otras palabras, los estados desarrollados con su doble moral seguirán desarrollándose pero trasladarán la obligación de no contaminar jamás a los países subdesarrollados, para que sigan siendo subdesarrollados, mientras los estados desarrollados contaminan cada vez “menos” justificados por el pago de tasas verdes. En otras palabras, se puede contaminar siempre y cuando se pague por ello. Ese tipo de falacias climáticas, son vendidas por grupos de interés que hacen de ello su modus vivendi. No en vano, personajillos como la sueca Greta Thunberg (2003) han construido un discurso de odio proambientalista. Si desaparecieron los dinosaurios y los neardentales, por qué otras especies como la humana no pueden desaparecer.

La naturaleza se transforma, nada permanece para siempre, pretender lo contrario es negar el sentido de la existencia. Negar la economía extractivista so pretexto de proteger la vida, es una falacia, no en vano, gracias a la riqueza producida por el extractivismo hay bienestar para individuos y comunidades; gracias a la economía extractivista los humanos no se transportan a pie, no se sientan en el suelo y no se comunican a gritos. Es importante el imperativo categórico enunciado por Hans Jonas (1903-1993), actuar responsablemente frente a los demás y a las generaciones futuras, pero también es importante sopesar y entender que, el futuro no existe, sólo existe el presente que es finito y constante. Es el ahora dónde se debe actuar, no se puede pensar en riqueza para las naciones regresando a épocas primitivas, negando el cemento y argumentando que la vida se conserva al conservar el ambiente. El sentido de la vida es transformarse para morir. El futuro es el presente eterno.

León SandovalFerreira

Con los niños, NO

Provoca escozor las noticias recientes sobre la forma como se maltratan de diversas maneras a los niños. Son víctimas de todo tipo de vejámenes, algo atávico, pero no por ello se puede justificar y menos mantener. El secuestro de los bebés argentinoisraelíes Ariel y Kfir Bibas, quienes permanecen retenidos desde octubre de 2023 por la agrupación terrorista Hamas, el reciente empalamiento de un niño de cuatro años de edad en Bogotá por parte de la novia de su madre, por no hablar del mal llamado “turismo sexual” que sodomiza niños y niñas, constituyen actos aberrantes que merecen total repudio.

La cultura woke en furor que, forma parte de la agenda 2030, gana ventaja abismal a la institución de la familia, y busca acelerar la iniciación sexual de los humanos. Pretende normalizar una serie de condiciones, como la flexibilidad sexual en las relaciones de pareja, el transgenerismo infantil y por supuesto la anulación de dos géneros en niños y niñas. Ejemplo de lo anterior, lo visto en la reciente Marcha Federal del Orgullo Antifacista y Antirracista en Buenos Aires, Argentina, del pasado primero de febrero, acción vergonzante y bochornosa parecida a una indómita bacanal.

 

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En las calles de Buenos Aires se vieron hombres y mujeres semidesnudos introduciéndose juguetes sexuales en el ano, hay quienes reportan relaciones sexuales en plena vía pública y actos obscenos como defecar y estridencia mientras otras personas semidesnudas marchaban acompañadas de niños y niñas ¿Es natural que menores de edad sean acompañantes de este tipo de actos públicos disfrazados de protestas? ¿Realizar actos sexuales aberrantes frente a niños es una forma válida para combatir las tiranías? ¿Se debe permitir la instrumentalización de niños y niñas por parte de grupos que reclaman derechos para los diversos sexuales?

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Los constantes abusos sexuales contra menores de edad van en aumento. Muchos lugares se han convertido en oprobiosos destinos para proxenetas y pervertidos abusadores de niños y niñas que pretenden hacer en el exterior lo que en sus países no les es permitido. Hacia los niños y niñas no puede permitirse violencia, ni acto de barbarie, sea cual fuere, especialmente conductas sexuales así sean consentidas. La pedofilia entendida como la excitación sexual que siente un adulto con un menor, y la pederastia como la relación sexual entre un adulto y un menor de edad poco a poco están siendo normalizarlas y hasta regularizarlas en sus diferentes manifestaciones: El matrimonio infantil, la pornografía infantil, la esclavitud de niños y niñas para el tráfico sexual, la educación sexual a tierna edad y el abuso sexual cometido por miembros y allegados a las familias y escuelas, no pueden, ni deben ser tolerados.

Pedófilos y Pederastas no corrompan el alma de un niño que inocentemente es llevado a la perversión y cargará durante su existencia la macula de su abuso en su cuerpo y en su psiquis. Un niño quebrantado jamás será un adulto reparado. Todo adulto que abuse, manosee, permita o mantenga relaciones sexuales o disfrute con imágenes eróticas de menores de edad, particularmente niños, niñas y adolescentes, consentidas o no, debería ser sujeto de la pena capital. Los estados deberían examinar el establecimiento de la pena de muerte para los aberrados sexuales de niños y niñas. Quien violente a un menor de edad y en especial para fines sexuales no tiene derecho a ser una carga para la sociedad. Llegó el tiempo de detener a pederastas, pedófilos y a sus alcahuetes. 

Quienes instrumentalicen niños para asuntos de género, cirugías transgénero, de derechos sexuales, de las libertades sexuales de miembros de colectivos que hacen de lo delicado un muladar y otras prácticas sexuales, deben ser judicializados y sometidos al imperio de la ley. Se requieren leyes y jueces comprometidos con la defensa de los niños y niñas.  Los niños y las niñas son inocentes. Con los niños, NO.

León Sandoval Ferreira

Aureliano presidente

Gabriel García Márquez (1927-2014) describió de manera exuberante la América del Caribe. Esa América, crisol de razas, costumbres y tragedias. La América que más pareciera un teatro por todo lo curioso, extraño y absurdo que allí ocurre. La América que inmortalizó en Cien años de soledad bajo el nombre de Macondo, el cual bien pudiese estar localizado en cualquier lugar de la América del Caribe extenso allende Los Andes, ese lugar donde todo sucede y nada pasa.

Macondo fue consecuencia de un crimen. Fundado por el asesino, José Arcadio Buendía, para huir de los tormentos del fantasma de Prudencio Aguilar. A José Arcadio le siguió una prole de Aurelianos y Arcadios, cual semillas contaminadas, se esparcen durante varias generaciones con un sino trágico de muerte, sufrimiento, lascivia, violencia y locura, que se enmarcan en lo que los críticos llamaron realismo mágico que, en el fondo no es más que, la tragedia del Caribe extenso.

 

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El primer Aureliano Buendía fue un taciturno revolucionario, escaso en el verbo, con capacidad para la clarividencia e incapacidad para amar, que se entretenía como orfebre fabricando pescaditos de oro, sin ideología alguna militó en el partido liberal simplemente por no pertenecer al partido conservador pues no tenía más para escoger. Aureliano fue también pedófilo, contrajo nupcias con Remedios Moscote, cuya mano pidió cuando la niña tenía nueve años de edad. También participó en 32 guerras civiles y todas las perdió. Luego de suscribir un tratado de Paz, regresó a Macondo como un badulaque que esparció su simiente en diecisiete mujeres, diecisiete hijos que fallecieron sistemáticamente de forma violenta.

Aureliano jamás presidió Macondo, no obstante haber sido el primer natal de este lugar. Macondo es reflejo de miseria, ruina, hambre, pobreza, pedofilia, decadencia e insania, donde se itera: Todo sucede y nada pasa. Macondo desaparece en un torbellino de polvo, pero el Macondo geográfico existe. Aparecería el último Aureliano Presidente de Macondo. Este nuevo Aureliano autodeclarado heredero de la simiente del primer Aureliano, se parece demasiado a la prole Buendía. Hasta el momento lo único que no ha demostrado es su capacidad para la orfebrería, pero se le debe conceder el beneficio de la duda, probablemente aplique la fórmula alquímica inversa y, el oro lo convierta en plomo.

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Aureliano Presidente, sabido es, padece de “gastristis” y pese a ello se toma sus whiskeys. No se conocen los periplos del primer Aureliano; a Aureliano Presidente no le gusta mucho viajar al Norte porque le resulta aburrido pese a que le gustan Whitman, Simon, Chomsky, Miller y otros anarquistas. El orden y la seguridad no son lo suyo, prefiere viajar a Haití, no hay que olvidar que Haití también es Macondo. Según Aureliano Presidente, Macondo es el corazón del mundo, razón tiene, si la tierra es redonda donde se pose estará el centro.

Macondo es tan etéreo como el viento. Lo que germinó en Macondo poco trascendió para bien. Aureliano Presidente ratifica que, pertenece a la estirpe de los Buendía, con cierta vanidad, “(…) quizás el último” pero no de los románticos como su coterráneo Nicola Di Bari. Ojalá Aureliano Presidente sea el último gobernante de la estirpe de los Buendía, ya tuvieron dictador, Arcadio, el hijo del segundo José Arcadio y Pilar Ternera. Aureliano Presidente tiene mucho de Arcadio, y también del primer José Arcadio, orate de barrabasadas por doquier, que terminaría amarrado a un castaño, en Macondo no hubo frenocomio.

Por el bien de Macondo, no más Buendías en el poder. Al gobernante no deberían elegirlo las mayorías macondianas, la historia ha demostrado que suelen ser populacheras, inescrupulosas, carentes de sentido común y emocionales, generalmente terminan por elegir al menos indicado. Macondo trascendió a Aracataca, razón tenía el novelista cuando sentenció su cimera obra: “Porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad en la tierra”. Ya pasaron cien años.

León Sandoval

La palabra

Refiere la filóloga española Irene Vallejo (1979) en su maravillo libro El infinito en un junco (2019) que en el siglo V a. C., Gorgias (483-375 a. C.) el sofista, escribió: «la palabra es un poderoso soberano; con un cuerpo pequeñísimo y del todo invisible, ejecuta las obras más divinas: quitar el miedo, desvanecer el dolor, infundir alegría y aumentar la compasión»”. La Palabra tiene valor y poder pese a lo diminuta que en apariencia es, según los fonemas que la componen; su grandeza está más allá de los fonemas. La palabra es aliento en tiempos de dificultad, llena de vigor y felicidad, e incluso sirve para expresar solidaridad para con el otro que sufre. La palabra construyó el Universo a partir del verbo, que es la palabra en acción.

Se dice que previamente a Gorgias, Pitágoras (569-475 a. C), el célebre filósofo y matemático de la Escuela de Crotona, imponía a quienes serían aceptados en su escuela un rígido régimen de silencio, consistente en callar durante cinco años, con el ánimo de aquietar la mente y abrir la conciencia. En ese escenario la palabra se silencia o al menos no existe en boca del candidato a la iniciación, sólo circula la palabra creadora del maestro. El candidato calla y escucha con atención, ausculta la palabra, medita sobre ella y en ella en el sonido del silencio que le rodea. Probablemente su voz interior también acalla. Esos profanos eran llamados “Acoustici”, que sólo escuchaban y no tenían contacto visual con el maestro. Una vez superada esa ardua prueba del silencio, el candidato pasaba a ser discípulo, en adelante “Mathematici”, momento a partir del cual le era posible ver al maestro. El silencio y la escucha se complementaban con la visión ocular.

 

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Superada la etapa del silencio, el candidato convertido en discípulo se adentraba en el aprendizaje del mundo pitagórico de la mano del maestro, quien, mediante la palabra y los números, hilaba lentamente un proceso de depuración en la vida del aprendiz que ávidamente buscaba la respuesta o quizás la palabra perdida en el marco de la vida. El maestro, fiel a sus discípulos, usaba la palabra para enseñar, pero también para corregir y sentenciar. La palabra en Pitágoras además era preceptora; el precepto cuida, guarda, protege e inculca. Se dice que Pitágoras les indicaba a sus alumnos el aprendizaje de la armonía de los cuerpos celestes antes que en los acordes de la lira. La misma armonía debería existir entre la preparación del alimento y su consumo.

También, se menciona que la palabra pitagórica edificaba, Pitágoras invitaba a encontrar la armonía entre el cuerpo físico y “la psyché” o alma humana, en armonía con la naturaleza y los dioses. Invitaba a edificar casas modestas para no tener que conservar en ella cosas innecesarias, la que debía de ser un lugar de paz, y no desear exclusivamente la paz de la tumba. El maestro Pitágoras desechaba la tiranía e invitaba a ser compasivo frente a la debilidad humana, que era la debilidad del otro y también la propia, y así mantener la confianza en la especie humana por perversa que pudiera ser. En algún momento la humanidad entenderá que no todo se vale y menos la guerra.

El maestro invitaba para que la palabra no fuese sólo látigo de la razón, sino también pebetero del corazón. La divinidad está acompañada de la Palabra que edifica, sana, cura, compone y revive. No en vano, una palabra es suficiente para sanar al hombre. Una palabra de El Eterno. La palabra para Pitágoras es el acto de la divinidad, manifiesto en un círculo que tiene un centro en todo lugar y una circunferencia en ningún sitio. La Palabra es espíritu, vida y materia.

León Sandoval

El rito

El hombre postmoderno desechó el rito porque el rito implica orden. Las sociedades humanas no tienen tiempo para rituales porque los rituales no son rápidos, toman tiempo. El orden ha cedido frente a la eficiencia entendida como hacer lo que se espera para obtener el resultado deseado a la mayor brevedad, de ser posible con eficacia, ésto es, con los menores recursos posibles. Para ser eficientes y eficaces no puede haber pausa. La economía del presente ha de ser circular donde todo debe aprovecharse hasta el más mínimo átomo. Los seres humanos deben “autorreciclarse” si quieren mantenerse en pie. El rito no permite la reutilización del recurso, menos la instrumentalización del ser humano. El deseo por vivir más y mejor para mantener el ritmo de las circunstancias es una constante. No hay cabida para los lentos; la lentitud debería ser una virtud, mas no síntoma de anormalidad.

El hombre no tiene derecho a ser ritualista porque el ritual es sinónimo de anacronismo. La calma y la quietud acompasadas de lentitud no son deseables. Los ciclos vitales consisten en ganar una carrera de corto aliento en la que la obligación es derrotar al tiempo. La razón de la existencia pareciera ser producir para ser feliz. El rito pareciera reñir con la felicidad y con la productividad porque el rito no parte del desear sino del ser y la quietud en la que halla la calma. El rito desconoce la pompa y el boato porque el rito no es igual a la ceremonia. La ceremonia es vacuidad. Lo ceremonioso cae en la superficialidad frente al rito pletórico de profundo significado que desborda la naturaleza humana como lenguaje, a veces indescifrable, que conecta con El Eterno.

 

El tiempo no es para rituales, enseñan los gurúes motivacionales de hoy; en su lugar, predican que el tiempo debe ser empleado para lograr la consecución de fines tangibles susceptibles de reconocimientos mediante bienestar físico y emocional. Reconocimientos loables que jamás suplirán el sentido de estar acorde con el orden. El rito entraña repetición y habitualidad, lo que exige tiempo suficiente para acción lenta y consciente sobre la necesidad de acatar las reglas que conducen al orden. Hoy no hay tiempo para reglas, ni para el orden y menos para la lentitud en los actos. Todo debe ser ágil, rápido e inmediato; ya no hay tiempo de espera para la riqueza y menos por el trecho largo.

El deseo marca el sentido de esta época, obtener lo deseado lentamente parece ser el peor negocio. El filósofo surcoreano de nacionalidad alemana Byung-Chul Han (1959) en su obra La desaparición de los rituales (2020) refiere que el capitalismo se basa en la economía del deseo por lo que es incompatible con la sociedad ritual, ya que el rito no busca el placer, tan prioritario en la sociedad actual. El socialismo, el comunismo y el progresismo son aún más incompatibles con la sociedad ritual, transformada en sociedad de afanes, en la que el reloj es su cancerbero.

La sociedad busca la felicidad en el consumo y en el descanso porque sólo allí hay placer; pareciera que la vida placentera es la vida de molicie. El rito se opone a la molicie y a lo rápido, el rito no demanda consumo. El rito es parte del Ser y de su despertar, de allí su habitualidad y permanencia. El rito requiere tiempo, pausa y lentitud acompasadas, calma, reposo, claridad mental, constancia, permanencia y conciencia, atributos éstos que los hombres de estos tiempos perdieron y otros desconocen. Los adultos deben permitir que los niños recuperen los ritos mediante el juego para las generaciones por venir.

León Sandoval

Salud

Salud, dinero y amor son tres aspectos deseables que evidencian el bienestar de las personas. Son los temas que preocupan al común de los seres humanos, son indicadores de la buena vida, no en el sentido griego, pero sí el sentido humano vital contemporáneo. Mientras haya buena salud, afectos y medios para satisfacer las necesidades de la vida, se podrá sentenciar con el adagio popular: “Barriga llena corazón contento”.  No obstante, la mayoría de las personas no logran tener los tres aspectos resueltos, generalmente, se concretan dos de tres, y son pocos los afortunados que resuelven favorablemente este trinomio.

No hay falta de ambición o de voluntad para lograrlos. Hablar de salud, dinero y amor, no es gratuito, si se llevaran al podio, la salud estaría en primer lugar. Gozar de buena salud es más importante que tener dinero y amor. El el dinero ayuda y mucho, es muy importante, con dinero muchas penas se espantan y la vida es resulta más “fácil”, muchas preocupaciones por asuntos materiales se desvanecen. El amor, es esencial, el amor todo lo puede, todo lo cree, todo lo soporta y todo lo sana, pero aún es posible la existencia buena sin amor; basta con amarse a sí mismo, respetarse y valorarse e indefectiblemente el amor llegará de manera magnética.

 

El punto es la salud, y no cualquiera salud, la buena salud. Cuando los hispanoparlantes brindan lo hacen a la salud.  En la edad media, se tomaba vino en recipientes macizos y ante el uso masivo de venenos, los comensales chocaban con fuerza las vasijas con el ánimo de que las bebidas se mezclaran mientras clamaban por salud. La salud es el bien más preciado que cada quien debería tener luego del temor por El Eterno, sin una buena salud difícilmente se podrá conservar la vida, ¿De qué sirven dinero y amor si no hay buena salud?

La buena salud es un acto individual que inicia en el subconsciente. El primer sanador es el pensamiento propio, es por ellos que muchas personas han logrado desarrollar la capacidad de autocurarse y logran que sus células se regeneren, ordenan a sus cuerpos la sanidad. Con el pensamiento se construye el universo. Mantener la salud es un deber, no en vano, el cuerpo es un templo. El paciente es el primer médico, requiere de paciencia como el águila que regenera su pico y sus garras. En la medida que se alberguen los mejores pensamientos se conservará la salud en bienestar, a lo cual se le debe sumar el alimento; se es lo que se come aunado a los buenos hábitos, no se puede pretender que un vehículo que es maltratado y abusado vaya a tener la misma duración que un vehículo que recibe mantenimiento adecuado.

Se trata de simple lógica y sentido común, no en vano el latinajo atribuido al poeta latino Juvenal (60-128) “Mens sana in corpore sano”. La buena salud se debe conservar, se debe mantener y atesorar. Si hay deficiencia sanitaria se debe buscar enmendar las causas de la enfermedad para recuperar la buena salud, y en su defecto, cuando las secuelas han avanzado, se debe perseverar en búsqueda de la calidad de vida, aprender a vivir lo bueno que haya en compañía de la condición deficitaria, siempre con la mente centrada en la recuperación.

Sin buena salud poco o nada valen dinero y amor. Con buena salud la carencia de los dos últimos aún puede ser sobrellevada, no quiere decir que, se debe ser conformista para mantener la buena salud y pare de contar, hay que trabajar y seguir el esfuerzo por el trinomio completo, en todo caso, se debe partir de lo primero, la buena salud.

León Sandoval

Reflexiones

Se acerca la época decembrina y el espíritu colectivo se pone animoso, huele a Navidad y a Año nuevo, temporada de reencuentros y añoranza de recuerdos idos. Bien vale la pena estar feliz, por lo menos, para gran parte del hemisferio occidental. Sea la oportunidad para trazar algunas reflexiones relacionadas con el sentido de la vida y la Navidad ¿Realmente el sentido de la Navidad está en la generosidad al compartir alimentos y obsequios? ¿Tendrá que ver con el Ser individual y su incidencia sobre la colectividad? ¿Soy necesario e indispensable para el Universo? ¿Soy una simple ficha de cambio que está disponible al vaivén de las circunstancias?

El paso de los años permite acercarse a posibles respuestas. La necesidad e indispensabilidad depende del nivel de importancia que cada individuo tiene, validado por el evento en particular. En las empresas hay personas que son necesarias e indispensables dada su destreza y habilidad laboral y terminan por ser parte de los procesos en la organización, al fin y al cabo, se irán, ya porque se jubilan o bien porque son despedidas y, la organización debe de continuar la marcha.

 

En materia deportiva, se han retirado los deportistas más grandiosos en sus épocas y las instituciones continuaron. Hubo fútbol antes de Maradona, partió Maradona, y el fútbol siguió. Las Familias pierden al padre o a la madre, la vida de los hijos debe seguir.

El Universo le da al individuo su valor, para un bebé su madre es y será su universo hasta que logre cierta independencia y desarrollo neuromotriz. El mundo es y seguirá siendo desde siempre y hasta siempre. Ningún humano es necesario e indispensable para el universo. Si por universo se tiene el núcleo de personas del cual se forma parte o se tiene pertenencia, verbo y gracia, la Familia, tampoco se será indispensable para nadie y para ninguno.

Con el paso de los años se descubrirá que el único universo para el cual se es indispensable y necesario es para el universo propio, es decir, para cada quien. Sólo para uno mismo se es indispensable y necesario; lo demás es llana retórica, para nadie se es por tal categoría. La vida sigue para quien continúan vivos, y quienes alguna vez manifestaron estar siempre, algún día no estarán.

Uno sólo se tiene a sí mismo y pare de contar. Uno mismo es la mejor y más confiable compañía. Es parte del ejercer el ciclo vital, el adulado y el adulador terminarán al paso del tiempo en soledad. La mejor compañía, la más sincera, leal y honesta es la propia compañía. Lo demás es oropel y vana gloria. Desde épocas pretéritas, el valor de las personas se ha determinado por su aporte manifiesto en utilidad. Según el grado de utilidad se es bienvenido y aceptado. El día que la utilidad se torne en inutilidad, no importará el pasado, ni qué haya hecho o quién haya sido, se terminará en el traste de los olvidos. El olvido que seremos borgiano.

En suma, lo más valioso e importante, es el sí mismo: El amor propio y la autoestima, lo demás no importa, ni aduladores, ni adulados, ni amores u odios, al final, siempre al final, se acabará solo. Nacer y morir son procesos individuales. Hoy se es amado, mañana seguramente odiado, y viceversa. Cuando los vientos cambien, cambiarán las rutas, menos el individuo, que seguirá siendo el mismo. Tantos grandes hombres amados e idolatrados que terminaron siendo odiados porque perdieron su valor. No depender para no sufrir, no esperar nada para no tener frustración. Ser generoso y honesto consigo mismo es más importante qué cientos de afectos efímeros sin raíces. La Navidad no son los regalos. Que vivan el individuo y su individualidad, el aquí y el ahora por siempre.

León Sandoval

La Corte Penal Internacional, un tribunal desbordado (II)

Israel tiene derecho esencial a la defensa. Israel se ha defendido de sus enemigos, como siempre lo ha hecho ¿Es ilegítimo que Israel defienda a sus familias cuando 1.200 personas son asesinadas durante los actos demenciales del 07-10/2023 y 251 secuestradas? decenas de ellas luego de 400 días aún permanecen secuestradas. La Corte Penal Internacional, La CPI, con la absurda orden de captura emitida contra ciudadanos israelíes, socava la confianza legítima internacional, el principio de legalidad y las normas del derecho de los tratados. La CPI se arroga funciones jurisdiccionales que no le competen y envía al mundo un mensaje soberbio: No hay límites para un tribunal que desconoce absolutamente los derechos a la soberanía, a la defensa y a la autonomía estatal para abstenerse de suscribir tratados.

La CPI pareciera estar al servicio de la agenda globalista 2030, no en vano, las grandes potencias no aceptaron la suscripción del Estatuto de Roma, verbi gratia, China que participó y fue promotor de su creación, una vez a punto de suscribirlo, decidió recular y abstenerse. La decisión de La CPI contra Netanyahu (1949), líder del pueblo de Israel, es tan ilegal como la orden de detención que La CPI emitiera contra Vladimir Putin (1952) en marzo de 2023, La Federación Rusa tampoco es signataria del Estatuto de Roma.

 

En cuanto a Colombia, La CPI es un caso particular. Colombia suscribió el Estatuto de Roma bajo la presión de la comunidad internacional, en un contexto de gravísimas violaciones de derechos humanos por parte de diferentes actores estatales y paraestatales como grupos guerrilleros y narcotraficantes con ejércitos privados, otrosí de la ayuda económica internacional que recibiría a cambio, manifiesta en los famosos planes certificados, renovables anualmente.

Desde hace algunos gobiernos, El Estado colombiano es un dislate en materia de derecho internacional y en especial en asuntos de tribunales supranacionales; caso célebre acontecido con la Corte Internacional de Justicia, La CIJ, con sede también en La Haya, encargada de dirimir conflictos entre los Estados, para el caso concreto, la disputa territorial entre Colombia y Nicaragua por las plataformas marinas y submarinas en el Caribe. En 2012 La CIJ emitió fallo adverso a Colombia, como resorte, el Gobierno Colombiano denunció El Pacto de Bogotá y cínicamente, desconoció el fallo de la CIJ, cual tahúr mañoso que termina por incinerar la baraja al ver perdida la partida. Colombia no es un propiamente un Estado modelo a seguir de buenas maneras en el derecho internacional, entre otras prácticas.

La línea del denominado Gobierno del cambio conserva las mismas maneras, absoluta desorganización en materia de relaciones internacionales. Calla frente a las acciones rusas en Ucrania, hace mutis por el foro frente a la orden de detención emitida por La CPI contra Putin, silente frente a cubanos y venezolanos, empero, rápido para agitar las banderas del odio y antisionismo, dice mucho pero no dice nada. Defrauda los principios básicos del derecho internacional. Gobierno para el que, Netanyahu es criminal de lesa humanidad, pero no los terroristas que asaltaron El Palacio de Justicia, los que destruyeron Bojayá (Chocó) y Caldono (Cauca), ni “el gestor de paz”, violador de niñas que, pretendía crear un ejército con sus más de 60 hijos.

La CPI ha perdido su rumbo. Se ha erigido Tribunal de Tribunales, atentando contra la soberanía e independencia estatales. Claro es, no tiene jurisdicción sobre los ciudadanos de Israel, tampoco sobre los ciudadanos de los Estados que no han suscrito el Estatuto de Roma. Los Estados deben preservar no sólo su soberanía territorial, también su soberanía judicial, legislativa y administrativa. Con temor se observa que La CPI se ha convertido en un tribunal desbordado, amparado por manipulación mediática hacia el público. El Estado colombiano debería denunciar el Estatuto de Roma y otros tantos tratados de la agenda globalista. Hay un hecho diáfano: Israel tiene derecho a la defensa y a existir. El derecho a la defensa es un derecho fundamental de los ciudadanos y de los Estados.

León Sandoval

El precio de la dignidad

El combate pugilístico protagonizado por uno de los mejores boxeadores de pesos completos de la historia, Michael Gerard Tyson, más conocido como Mike Tyson (1966) y el influenciador avenido en boxeador profesional, Jake Joseph Paul (1997), evidenció marcadas diferencias entre los dos pugilistas, además de la técnica. El hambre hizo que Tyson se hiciera boxeador a temprana edad, no había otra alternativa para un huérfano busca pleitos callejero; Paul llegó al boxeo por morbo y placer, se trataba de una figura de redes sociales que ya era millonaria. La otra gran diferencia son los 30 años de edad de Tyson sobre Paul. Un cansino musculoso de 58 años que, pese a su atlética figura, está en la etapa donde todo empieza a mermar, frente a un veinteañero en plena vitalidad.

El show Tyson-Paul, parecía sacado de la Saga de Rocky Balboa. Fue presentado como un combate oficial y terminó en una singular pelea de exhibición pactada a ocho asaltos, cada uno de dos minutos, autorizada mediante licencia especial de la Comisión de Boxeo del Estado de Texas, otros estados habían negado la licencia dada la “tierna” edad de Tyson. El combate no resiste un análisis desde lo deportivo, se trató de un montaje megamillonario auspiciado por Netflix, la gran plataforma de streaming, para incursionar en el negocio de los eventos en directo con sus más de 250 millones de abonados en el orbe. Al absurdo punto que, hubo localidades junto al cuadrilátero por las que se pagaron hasta dos millones de dólares. Se estima que los organizadores recaudaron más de cuatro mil millones de dólares.

 

Muchos de los espectadores querían ver al Tyson de sus mejores épocas: Sonando las neuronas del bocón Paul, pero no fue así. Se vio un Tyson pugilísticamente acabado frente a un regular contendor, al cual no logró conectar, a diferencia de su contendor que, sí hizo blanco e hizo ver mal a Tyson. Los asistentes a la velada boxística, especialmente aquellos que vieron en directo a ese Joven Dinamita que enviaba a la lona a sus oponentes en par de rounds, fueron testigos de la debacle de quien fuera una de las figuras más rutilantes del deporte de las orejas de coliflor. Les quedó claro que, Tyson no es Rocky Balboa y, jamás volverá a un tinglado.

Que Tyson es un valiente por enfrentar a un joven vigoroso, o que Paul es un cobarde por enfrentar a un veterano decadente, ambas son ópticas válidas del prisma analítico. El meollo del asunto salta a la luz cuándo la dignidad se justiprecia. Se debería saber decir adiós preservando la dignidad. Paul, organizador del evento, recibió cerca de 40 millones de dólares, mientras Tyson, recibía 20 millones, el precio de su dignidad, lanzaba cieno en el ring. Algunos pensarán: “USD 20mm bien valen la dignidad”.

Poner fin a una carrera es aceptable y necesario. La dignidad no debería perderse, por el contrario, debería mayormente estimarse con el paso de los años, nunca ponerle precio. No es un juicio a Tyson, en últimas aumentó su billetera. Las canas, la debilidad física, junto a la perdida de agilidad debe ser aceptadas con orgullo como señales de que se ha vivido sólo compensadas con una vida buena, fructífera, honesta y sabia. De no ser así, todos los grandes campeones serían eternos. La vida terrena es efímera ¡La máquina Tyson de los Noventas quedará en la memoria, no volverá!

El combate Tyson-Paul fue una estocada a un precioso deporte que fue excluido recientemente para futuras Olimpiadas, empero se trata de uno de los deportes más antiguos, exigentes y meritorios. Ojalá reviva el deporte de las narices chatas. Larga vida a los boxeadores de todos los tiempos, entre ellos a Mike Tyson, y en especial, a todas aquellas personas que no han querido vender su dignidad.

León Sandoval