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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

 Diez preguntas clave sobre TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es mucho más que una simple etiqueta diagnóstica; es una realidad que influye significativamente en la vida cotidiana de millones de personas. Comprender el TDAH implica aceptar que no se trata de justificar conductas o juzgar la crianza, sino de entender una forma diferente de procesar la información.

El cerebro humano es plástico y diverso, y el TDAH representa una variante de este funcionamiento, con desafíos y potencialidades únicas que merecen ser reconocidos más allá de las conductas indeseadas por las cuales se ha hecho conocido.

 

En este artículo, abordaremos 10 preguntas clave que nos ayudarán a desmitificar esta condición y a fomentar una comprensión más empática y basada en evidencia.

¿El TDAH es solo una moda o una condición médica real?

No es una moda. El TDAH es una condición del neurodesarrollo reconocida por manuales como el DSM-5. El TDAH no es una excusa ni una etiqueta para justificar conductas, sino una realidad que afecta el desarrollo emocional y cognitivo de las personas.

¿Es verdad que el TDAH solo afecta a los niños y niñas?

No. Aunque se diagnostica con mayor frecuencia en la infancia, el TDAH es una condición que persiste en la adultez.

¿Las personas con TDAH siempre son hiperactivas?

No necesariamente. Existen tres subtipos: inatento, hiperactivo-impulsivo y combinado. La hiperactividad no es el eje central del trastorno, sino el impacto en la autorregulación y el funcionamiento ejecutivo.

¿El TDAH es resultado de una mala crianza?

No. Aunque el entorno influye en cómo se manifiesta, el TDAH tiene bases biológicas y genéticas bien documentadas. La idea de culpar a las madres y padres no solo es incorrecta, sino también injusta. Sin embargo, las pautas de crianza sí serán un factor clave para la hetero-regulación.

¿Los niños y niñas con TDAH son menos inteligentes?

Falso. La inteligencia no está relacionada con el TDAH. Algunas personas incluso tienen talentos excepcionales, pero enfrentan barreras para demostrarlo debido a la desorganización o la falta de atención sostenida.

El TDAH no es la barrera, es la falta de conocimientos acerca de cómo abordar la conducta desafiante en el aula

¿La medicación es la única solución?

No. Si bien los medicamentos pueden ser parte del tratamiento, el enfoque debe ser integral, incluyendo terapia psicológica, estrategias de organización y un entorno adaptativo que identifique cómo abordar antes de medicar.

¿Cómo afecta el TDAH las relaciones sociales?

La impulsividad y la falta de atención pueden dificultar las relaciones, pero no las imposibilitan. Con apoyo y autoconocimiento, muchas personas logran construir vínculos significativos desde la infancia.

¿El TDAH tiene aspectos positivos?

Sí. Las personas con TDAH suelen ser creativas, curiosas y disruptivas en todos los entornos.

¿El TDAH desaparece con la edad?

No necesariamente. Aunque algunas personas desarrollan estrategias para manejarlo, los desafíos persisten.

¿Existe una vacuna para el TDAH?

No, no existe ninguna vacuna para el TDAH. Este trastorno no es una enfermedad infecciosa, sino una condición que se maneja con estrategias multidisciplinarias.

Ñapa

¿Por qué las personas con TDAH a veces parecen más agresivas?

La agresividad no es un rasgo inherente del TDAH. Sin embargo, la frustración derivada de la impulsividad o la dificultad para regular emociones puede manifestarse en conductas agresivas. Con estrategias adecuadas, estas reacciones pueden reducirse significativamente.

¿Por qué las personas con TDAH suelen decir groserías con mayor frecuencia?

El uso frecuente de groserías puede estar relacionado con la inhibición y la dificultad para filtrar lo que dicen. Esto no significa que se deba justificar, sino que es una forma de autorregularse.

Alexandra Parra

Navidad en familia

Así es, en familia pasaremos estas fechas, rodeados de potajes y luces. “Con regalos traídos por el Niño Dios si nos hemos portado bien”, es la frase que se dice a niñas y niños en estas épocas, trasladando la responsabilidad del comportamiento a la infancia, mientras se omite el papel fundamental del cuidado por parte de las y los adultos.

Tanto Cundinamarca como Antioquia lideran la lista de departamentos con más denuncias por delitos contra menores de edad en Colombia, un indecoroso récord. Las cifras de denuncias por delitos contra niños, niñas y adolescentes en el país han mostrado un preocupante aumento del 8% en lo que va de 2024, alcanzando un total de 78.124 reportes, en comparación con las 71.851 denuncias registradas en 2023.

 

Estos alarmantes datos fueron revelados por la teniente coronel Claudia Suárez Carrillo, jefa de Infancia y Adolescencia de la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional, quien destacó que los menores de 6 a 12 años son los más afectados, constituyendo 40.026 de las víctimas.

La Procuraduría alertó este año sobre el alto número de casos de maltrato infantil, feminicidio y transfeminicidio en el país. Entre enero y abril de 2024, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) reportó 177 homicidios de niños, niñas y adolescentes: 11 fueron cometidos contra población en etapa de primera infancia, 7 contra infantes y 159 en etapa de adolescencia.

Ante estas cifras, debemos preguntarnos: ¿Quiénes se portan mal? ¿Las niñas y los niños? ¿O las y los cuidadores? ¿Por qué nos centramos en mostrar a las víctimas sin analizar las causas de su victimización? ¿Qué tipo de intervención en salud mental se debe abordar tanto con los niños y niñas como con las y los cuidadores agresores? ¿Y en qué parte del país el problema es más grave?

Según la Procuraduría, hay 10 ciudades con mayores índices de violencia intrafamiliar, de acuerdo con informes del INMLCF: Bogotá reportó el mayor número de casos (880), seguida por Medellín (112), Cali (64), Villavicencio (52), Barranquilla (44), Ibagué (38), Cúcuta (35), Yopal (33), Bucaramanga (28) y Valledupar (25).

La Ley 1146 de 2007 establece dos acciones fundamentales en los territorios como guías para intervenir con los agresores:

Sensibilizar, orientar y concienciar sobre la existencia del abuso sexual a niños, niñas y adolescentes y sus consecuencias, actuando preventivamente.

Aportar herramientas a los niños, niñas y adolescentes que les faciliten su protección, defensa y detección de riesgos tendientes a evitar el abuso sexual.

Se debe partir no solo del castigo penal, sino también de la recuperación psicológica y física requerida por este daño. Este proceso evidencia que tanto la recuperación de niñas y niños como el castigo punible a sus abusadores requiere un fuerte enfoque de salud mental.

Es necesaria una reforma a la Ley 1616 del 2013 de Salud Mental, porque se deben garantizar tratamientos adecuados y accesibles, ejecutados por profesionales de las áreas de la salud, que permitan un desarrollo interdisciplinario en términos de tiempo y calidad, tanto para las víctimas como para los agresores, en aras de su recuperación y cumplimiento de penas.

Así, debemos portarnos bien, espiritual y emocionalmente, con las niñas y los niños, construyendo formas armónicas de cuidado desde lo cotidiano, reflexionando sobre nuestras pautas de crianza y rompiendo con el esquema del castigo y la letra con sangre entra, considerando a las niñas y niños iguales, velando por la postura de sus derechos, esto ha ido cambiando pero todavía falta mucho más, ahora debemos parar el chantaje la manipulación en la crianza y no tendremos narcisistas que aturdan emocionalmente a sus parejas y a sus hijos e hijas. Podemos parar este espiral de violencia y esto hace parte también de la salud mental y con enfoque de género por supuesto.

Por último, con la llegada de las vacaciones, el turismo aumenta, lo cual nos lleva a hablar de un término mal empleado: “Turismo sexual”. Este no existe. Lo correcto es referirse a explotación sexual y laboral de menores de edad. Según el Artículo 24 de la Ley 1336 de 2009, quien dirija, organice o promueva actividades turísticas que involucren la utilización sexual de menores de edad incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años. La pena se incrementará en la mitad cuando la víctima sea menor de doce (12) años.

No nos quedemos callados si vemos estos delitos, el estado debe poner a disposición de la protección y asistencia a toda mujer, joven, adolescente, niño o niña que necesite reportar una emergencia, hacer una denuncia o pedir orientación sobre casos de maltrato infantil, violencia sexual, acoso escolar, trabajo infantil o consumo de sustancias psicoactivas, entre muchas otras situaciones que amenacen o afecten su vida e integridad, por medio de las siguientes líneas gratuitas.

Línea 141 ICBF (Cuando la violencia ocurrió fuera de la familia y es un niño, niña o adolescente) 

Línea 106 Salud 

Línea de emergencia 123  

Línea 143 Personería Distrital 

Línea de teléfono púrpura: 018000112137 – WhatsApp: 300 755 1846 

En la línea telefónica 601-3808400 ‘Una llamada de vida’ 

Así que, cumplámosle al Niño Dios, portémonos bien unas y unos con otras y otros, para recibir el mejor de los regalos: la paz, la cual empieza por casa.

Marcela Clavijo

¡El Metro hasta la Calle 100 empieza a ser una realidad!

La extensión hasta la 100 no es solo más viaducto para el Metro, es la primera de muchas soluciones para los habitantes de Suba y Usaquén que hoy están condenados al trancón eterno de sus localidades.

La radicación del documento de prefactibilidad de la empresa China Harbour Engineering Company Limited Colombia (CHEC) a la Empresa Metro de Bogotá para la extensión de la Primera Línea del Metro (PLMB) hasta la Calle 100 es solo la última acción de muchos esfuerzos para hacer este sueño realidad.

 

Mucho nos dijeron que no insistiéramos con incluir en el Plan Distrital de Desarrollo 2020-2024 el compromiso de llevar el Metro hasta la Calle 100; que no tendría aval de la Administración Distrital, que los concejales no apoyarían la propuesta y que era impopular. Más equivocados no podían estar: el Alcalde Galán la apoyó, la mayoría del Concejo votó a favor del artículo del Plan donde se incluyó y los ciudadanos reconocen que ahora Suba y Usaquén no estarán aisladas del tan anhelado Metro de Bogotá.

En 2021 la Empresa Metro contrató con la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) estudios de factibilidad que demostraron la viabilidad de este proyecto, con 3.25km más de viaducto y tres estaciones nuevas (Calle 80, Calle 92 y Calle 100), y un costo de alrededor de $3 billones (precios 2021). La radicación del documento de prefactibilidad de la firma China CHEC, empresa que hace parte de Metro Línea 1 S.A.S., concesionario de la PLMB, puede o no mostrar un proyecto diferente al estudiado en 2021, pero demuestra una cosa: estamos cada vez más cerca de subirnos al Metro en la Estación Calle 100. Ahora corresponde a la Empresa Metro revisar el documento presentado.

¿Y lo nuevo? No solo el documento de CHEC, sino que este busca que la extensión se haga por medio de una Alianza Público Privada de Iniciativa Privada (APP – IP), la primera iniciativa de esta naturaleza para un proyecto metro ferroviario en Colombia. Así podremos buscar la ejecución y operación de la obra sin depender tanto de los recursos del Distrito y, esperamos, tampoco de la disponibilidad y voluntad del Presidente de turno para lograr acuerdos de cofinanciación nacional.

Hoy el Metro va desde el Portal de las Américas hasta la Av. Caracas con Calle 72 en 23.9km de viaducto. Beneficia a los habitantes y trabajadores de Bosa, Kennedy, Puente Aranda, Los Mártires, Santa Fe, Teusaquillo, Barrios Unidos y Chapinero. Si seguimos trabajando en la extensión, los beneficiados estarán ahora también en Usaquén y Suba, y en la Calle 100 podrán hacer conexión con el TransMilenio de la Av. 68, de la Autopista y, a futuro, con el RegioTram del Norte para recorrer la Sabana de Bogotá.

No escuchen a quienes les dicen que no: la extensión del Metro de Bogotá hasta la Calle 100 comienza a ser una realidad y los actores están comprometidos. ¡El Metro no lo para nadie!

Juan David Quintero

El futuro del trabajo con la inteligencia artificial: ¿Revolución o amenaza?

En los últimos años, hemos sido testigos de una revolución en el ámbito laboral gracias a la irrupción de la inteligencia artificial (IA). Desde taxis autónomos recorriendo las calles de San Francisco hasta algoritmos que crean contenido artístico, la IA está transformando sectores enteros de la economía. Aunque estas tecnologías prometen eficiencia y avances, también plantean serios desafíos para los trabajadores que ven cómo sus empleos son reemplazados por máquinas. ¿Qué implica este cambio y qué podemos hacer para garantizar que la transición beneficie a la mayoría?

El ejemplo de los taxis autónomos en San Francisco es emblemático. Empresas como Waymo y Cruise ya operan flotas de vehículos sin conductor, desplazando a los conductores tradicionales. A nivel global, sectores como la manufactura, el comercio minorista y los servicios financieros también están adoptando soluciones basadas en IA. Chatbots reemplazan a agentes de atención al cliente; algoritmos optimizan cadenas de suministro, y herramientas de diseño automatizan procesos creativos que antes eran exclusivamente humanos. Esta transformación tiene un potencial económico enorme: la IA puede aumentar la productividad, reducir costos y mejorar la calidad de los productos y servicios.

 

Sin embargo, estos avances también generan incertidumbre. La automatización amenaza millones de empleos, especialmente en aquellos sectores donde las tareas repetitivas son comunes. Según informes recientes del Foro Económico Mundial, hasta el 40% de los trabajos actuales podrían verse afectados de alguna manera en las próximas décadas por causa de la inteligencia artificial. Esto podría exacerbar la desigualdad económica y dejar a muchos trabajadores sin las habilidades necesarias para adaptarse a las nuevas demandas del mercado.

No todo es pesimismo. La historia muestra que las revoluciones tecnológicas no solo destruyen empleos, sino que también crean nuevos. La clave está en gestionar la transición. Por ejemplo, la IA podría generar oportunidades en campos como la programación, la administración de datos y el diseño de soluciones tecnológicas. Además, sectores como la educación, la salud y la energía verde podrían experimentar un auge al integrarse con tecnologías avanzadas.

La gran pregunta es cómo garantizar que este cambio beneficie a la mayoría y no solo a una élite tecnológica. Para ello, es crucial invertir en educación y capacitación. Los gobiernos y las empresas deben colaborar para ofrecer programas que permitan a los trabajadores adquirir las habilidades necesarias para los empleos del futuro, como los cursos de reentrenamiento en tecnología promovidos por el Foro Económico Mundial o iniciativas de capacitación digital impulsadas por empresas como Microsoft y Google. Además, las políticas de protección social deben actualizarse para incluir medidas como el ingreso básico universal o sistemas de reubicación laboral.

Finalmente, debemos reflexionar sobre el propósito último de la tecnología. La IA no debería ser un medio para aumentar la desigualdad, sino una herramienta para mejorar la calidad de vida de todos. Esto implica un cambio de enfoque: en lugar de centrarnos exclusivamente en la eficiencia, debemos priorizar el bienestar humano. Si logramos esto, la IA podría ser una aliada poderosa en la construcción de un futuro más equitativo y sostenible.

La inteligencia artificial representa tanto una amenaza como una oportunidad para el mundo laboral. El reto está en gestionar esta transformación de manera inclusiva, asegurando que los empleos desplazados sean reemplazados por otros que no solo impulsen la economía, sino que también dignifiquen la vida de las personas. El progreso tecnológico sólo tendrá sentido si sirve para construir una sociedad más justa.

Alejandro Toro

¿Ha degenerado el conflicto armado interno en sólo criminalidad organizada?

El conflicto político armado entre la institucionalidad colombiana y los sectores que optaron por la insurgencia o la resistencia armada, como vía para cambiar al Estado, pareciera estar llegando a su fin. Más de 60 años de confrontación, han agotado generaciones enteras de luchadores sociales o políticos que optaron por la equivocación de la guerra, mientras la institucionalidad degradó el conflicto con acciones genocidas practicadas por cuerpos francos paramilitares y otras formas violentas de daño a los insurgentes y a la población civil afectada.

Luego del acuerdo con las ex-FARC, los grupos que no se acogieron a ese acuerdo, los entrampados por el incumplimiento y las guerrillas del ELN, no han podido convencer al pueblo colombiano de que aún persiguen ideales de cambio social, de transformación política y menos que estarían interesados en abandonar las violencias y sus consecuencias sobre los territorios afectados, para pactar una solución negociada que fortalezca los cimientos de una paz duradera y culmine con la dejación de armas.

 

Por largos periodos se muestran más interesados en comportarse como señores de la guerra, enseñoreados en los territorios y sobre las gentes. No parecieran encontrar salidas en los fundamentos políticos de un acuerdo de paz y se aferran a los fierros convirtiendo un instrumento de guerra, en un objetivo en sí mismo. Creen demostrar algún nivel de poder frente al Estado y se disputan procederes de delincuencia común con las llamadas bandas criminales que son ahora el gran motivador de los repartos territoriales y de las rutas del narcotráfico, entre otras.

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) reconoce que, en el contexto de un conflicto armado no internacional, los actores pueden tener motivaciones políticas legítimas, lo que habilita los diálogos y negociaciones como vía para la resolución del conflicto; sin embargo, este reconocimiento no es absoluto. Para que un Grupo Armado Organizado sea considerado como una fuerza política con legitimidad para negociar, su comportamiento debe ajustarse a normas básicas del DIH, como la protección de civiles, el respeto por los bienes indispensables para la supervivencia de la población y la no utilización de métodos de combate prohibidos.

El derecho a la rebelión, consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, establece que los pueblos tienen derecho a levantarse contra la opresión cuando no existen vías democráticas para el cambio. Aunque nuestra democracia sigue teniendo serias imperfecciones, como que la participación ciudadana con poder decisión no ha adquirido el reconocimiento necesario; no se garantiza el goce pleno de los Derechos Humanos; se reportan altas tasas de pobreza monetaria y multidimensional; esto no significa que todos los canales democráticos estén cerrados.

El conflicto armado en Colombia, que durante décadas tuvo un claro componente político desde la rebelión insurgente, sigue transitando hacia una dinámica donde predominan los intereses económicos y criminales. Adicionalmente, las estrategias desarrolladas o manifestadas por los grupos guerrilleros no contemplan con claridad una ruta política y social más o menos coherente con su desempeño territorial, para transformar estas realidades. Si esto es cierto y los grupos siguen empecinados en continuar por la ruta de la lumpenización, se generarían grandes desafíos para la sociedad colombiana, los gobiernos y el Estado.

Los diálogos con actores armados deben mantenerse e incentivarse, pues siempre serán la mejor vía, y tal vez la única, para cerrar el ciclo de violencia armada. Será necesario e igual de importante, debilitar el negocio ilegal de la cocaína y los precursores, mejorar los programas de sustitución de cultivos de coca, insistir en la legalización del comercio del alcaloide, y combatir la minería ilegal mientras se fomenta la formalización de la minería ancestral y tradicional con un esquema que recupere la comercialización exclusiva del oro para el Estado.

Se requiere un nuevo modelo institucional en el territorio, que integre la persecución de las estructuras delincuenciales, cero tolerancia a la corrupción, el fortalecimiento de la organización social, la movilización y la participación ciudadana, y el desarrollo de procesos basados en la equidad, la justicia social y la democracia. Solo así podrá emerger y consolidarse el Estado en los territorios históricamente marginados. El nuevo acto legislativo para el Sistema General de Participación y la Ley de Competencias son una oportunidad significativa para avanzar en este propósito, siempre y cuando se promueva la planeación participativa y el control social.

Luis Emil Sanabria D

Buenas noticias para Bogotá

Lograr avances significativos en temas de ciudad requiere voluntad, diálogo y, sobre todo, la capacidad de construir puentes entre diferencias políticas. En esta ocasión, varios colegas del Concejo, a pesar de tener posiciones ideológicas distintas, demostraron que el bienestar de Bogotá está por encima de cualquier barrera partidista. Gracias a este espíritu de colaboración, se lograron aprobar dos acuerdos que representan un hito para la ciudad: el proyecto de entornos educativos libres de discriminación en homenaje a Sergio Urrego y la implementación de bici parqueaderos gratuitos en eventos masivos. En medio de las complejidades que enfrentamos como ciudad, es un placer destacar estos acuerdos recientemente aprobados que marcan pasos significativos hacia una Bogotá más inclusiva y sostenible.

El primer acuerdo, inspirado en el legado de Sergio Urrego, establece entornos educativos seguros y libres de discriminación para niñas, niños y jóvenes LGBTIQ+. Este proyecto no es solo una declaración de intenciones; es un compromiso tangible para garantizar que las escuelas de nuestra ciudad sean espacios de respeto, aprendizaje y desarrollo integral, sin importar la orientación sexual o identidad de género de sus estudiantes. Las cifras lo respaldan: más de la mitad de los estudiantes LGBTIQ+ en Colombia se sienten inseguros en sus colegios, y una proporción significativa abandona sus estudios debido al acoso y la discriminación. Con este acuerdo, Bogotá se posiciona como un ejemplo nacional en la defensa de los derechos humanos desde la educación.

 

A nivel internacional, ciudades como Toronto y Estocolmo han implementado políticas similares que no solo han reducido las tasas de acoso escolar, sino que también han mejorado el desempeño académico y el bienestar emocional de estudiantes LGBTIQ+. Bogotá, con este paso, entra en esa lógica de ciudades que entienden que la inclusión es una inversión en el futuro de su juventud.

El segundo acuerdo aprobado también merece celebrarse. Se trata de la creación de bici parqueaderos gratuitos en eventos de alta complejidad. Este proyecto responde a una necesidad sentida por miles de ciclistas que, hasta ahora, enfrentaban dificultades para asistir a eventos masivos sin sacrificar la seguridad de sus bicicletas. En ciudades como Ámsterdam y Copenhague, la promoción del uso de la bicicleta ha sido clave para reducir emisiones, descongestionar el tráfico y mejorar la calidad de vida. Bogotá, una ciudad que ya es reconocida por su amplia red de ciclorrutas, da un paso más al fomentar el uso de este medio de transporte sostenible, asegurando que las personas puedan disfrutar de eventos públicos sin preocupaciones logísticas.

Estos acuerdos no solo demuestran que es posible avanzar hacia una ciudad más equitativa y sostenible, sino que también nos invitan a reflexionar sobre el poder de la participación ciudadana y la acción colectiva. Detrás de cada uno de estos proyectos está el esfuerzo de comunidades, colectivos y líderes que han trabajado incansablemente para que estas ideas se materialicen.

Es crucial que sigamos apostando por iniciativas que integren a Bogotá en el club de las ciudades progresistas del mundo. Cada paso cuenta, y estos dos nuevos acuerdos son un testimonio de que, a pesar de los retos, podemos construir una ciudad que sea ejemplo de inclusión, movilidad sostenible y respeto por la diversidad.

Estos dos acuerdos son parte de un balance positivo de mi primer año de concejalía, en el que hemos demostrado que, además del control político necesario y clave para la ciudad, es fundamental impulsar iniciativas que mejoren la calidad de vida de todas y todos. Pedalear por una Bogotá ciudad de derechos no es solo una tarea, sino un compromiso constante para garantizar una ciudad que realmente funcione para su gente.

Quena Ribadeneira

Bogotá no puede pagar los platos rotos

¡Hay que admitirlo! Bogotá es la ciudad con la que Gustavo Petro se desquita cada vez que algo sale mal en su gobierno. Pareciera ser la forma que tiene el jefe del Estado para desviar la atención sobre los fracasos de su mandato.

Para todos es bien sabido que, si por él fuera, el Metro de Bogotá no avanzaría y seguramente, estaría en veremos. La más reciente improvisación presupuestal de su gobierno llevó a que el director del Departamento Nacional de Planeación, Alexander López, dijera que se evaluarán los giros para la obra y todo por cuenta de la derrota que sufrió la reforma tributaria en el Congreso de la República.

 

La caída del proyecto impulsado por el gobierno es un ejemplo contundente del desorden que caracteriza a esta administración. Sin esta reforma, su capacidad para cumplir con ambiciosas metas queda severamente limitada, y no es para menos, pues el derroche, la falta de ejecución y la corrupción han imperado en la era del petrismo. En este sentido, aplaudo que el legislativo no se dejara meter los dedos en la boca y se opusiera a seguir exprimiendo el bolsillo de la gente.

El fracaso de la reforma tributaria es un claro síntoma de un gobierno que no logra articular una estrategia coherente y que solo vive para polarizar el país. La desconexión entre la retórica de Petro y las acciones concretas se hacen cada vez más evidentes.

En represalia por el hundimiento de la tributaria y como pataleta de niño chiquito, Petro anunció la ruptura de relaciones con las comisiones económicas del Congreso. En vez de comportarse como el gobernante y estadista que debería ser, decidió actuar como un opositor más, olvidándosele el cargo que ocupa y cuya dignidad irrespeta todo el tiempo.

Pero más allá del show semanal que ya estamos acostumbrados a ver por cuenta del presidente de Colombia, las implicaciones si se incumple con los pagos para el proyecto del Metro serían bastante graves. Aquí hay contratos de por medio y está en juego la credibilidad de la nación. Por eso celebro que el alcalde Carlos Fernando Galán respondiera y señalara que la obra sí o sí se tiene que blindar, independientemente de los caprichos políticos que vienen desde la Casa de Nariño. 

Bogotá es una de las ciudades con los peores niveles de movilidad en América Latina y lleva varias décadas esperando una solución real y estructural a su caos vehicular. La primera línea del Metro no solo representa un alivio para millones de ciudadanos, sino que es un paso necesario para transformar la infraestructura de la capital del país. Los retrasos y la incertidumbre perpetúan el rezago, afectando directamente la calidad de vida de las personas y la competitividad de la ciudad.

Lo cierto es que este gobierno, que parece más enfocado en las disputas políticas que en las soluciones concretas, no puede seguir desquitándose con Bogotá. Tiene bloqueado el proyecto para nuevos accesos por el norte de la ciudad, quiere acabar con TransMilenio y cada vez que puede pone una traba en la rueda para el avance del Metro.

Mientras tanto, Bogotá sigue esperando a que las palabras del presidente se conviertan en hechos, pero amanecerá y veremos. Por eso no nos podemos confiar, porque seguramente no cumplirá y la ciudad capital no puede someterse a seguir pagando los platos rotos.

Andrés Barrios Bernal

Ciudades-Puerto y Autoridades Portuarias: ¿Dónde está Colombia en el escenario global?

Los puertos son más que simples terminales marítimos; en ciudades como Rotterdam, Singapur y Hamburgo, se han convertido en motores de desarrollo económico, integración urbana y competitividad global. Mas del 90% del permanentemente creciente comercio mundial de bienes se hace por vía marítima; ese comercio demanda puertos eficientes y competitivos, por supuesto. (UNCTAD Review of Maritime Transport, 2024).

Sin embargo, en Colombia la gestión portuaria permanece desarticulada, con múltiples entidades operando de manera descoordinada, lo que afecta negativamente su competitividad. Nuestro modelo de gestión estatal portuaria sigue siendo centralista, desde la extinta COLPUERTOS (liquidada con el estatuto de puerto Ley 1ª del 91) continuó con el INCO, y hoy en día con la ANI.

 

Los planificadores del Departamento Nacional de Planeación (DNP) han diagnosticado esta desarticulación, como se describe en varios documentos CONPES, entre otros: 3990 Colombia Potencia Bioceánica Sostenible y 4118 Política Nacional Portuaria: modernización y sostenibilidad de la actividad portuaria y su articulación con el territorio, donde se plantean estrategias que no se concretan en normas, políticas de Estado o hechos. Todo apunta a la necesidad de una gobernanza local con autonomía para poder competir, y al mismo tiempo, servir de motor de desarrollo económico y social.

A través de ejemplos internacionales, este artículo explora cómo el país debe migrar hacia un modelo integral que responda a las necesidades locales, nacionales y globales.

Ejemplos de Éxito: Ciudades-Puerto y Autoridades Portuarias Integrales

PORT AUTORITY OF NEW YORK – NEW JERSEY.

Dos ciudades distintas, dos estados distintos, comparten territorio marítimo, y lo desarrollan de manera integral y sostenible. Las ciudades hacen parte, pero no son la cabeza directiva de la “autoridad”. La infraestructura administrada no se limita a los terminales marítimos, sino que se extiende a los tres aeropuertos del área, el Metro, los túneles y puentes, e incluso el World Trade Center, procurando el desarrollo económico y social de las dos “Ciudades-Puerto”. 

PORT OF ROTTERDAM. Rotterdam: La Ciudad-Puerto por Excelencia

Rotterdam, el puerto más grande de Europa, destaca por su integración entre la planificación urbana y una Autoridad Portuaria única que coordina intereses locales y globales. Entre sus logros destacan: Integración con el hinterland: infraestructura vial y ferroviaria que conecta eficientemente el puerto con el resto de Europa; Liderazgo en sostenibilidad ambiental: Implementación de iniciativas como el uso de energía renovable y tecnologías limpias; Desarrollo urbano: Revitalización de barrios cercanos al puerto, combinando usos industriales con residenciales y comerciales.

En contraste, los puertos colombianos carecen de esta articulación. Por ejemplo, Buenaventura opera sin un plan urbano que integre las necesidades portuarias con las de la población local, perpetuando conflictos sociales y limitando el desarrollo (Semana, 2019).

MARITIME & PORT AUTHORITY OF SINGAPORE (MPA). Singapur: Liderazgo Global desde una Isla

El éxito del puerto de Singapur, gestionado por la Autoridad Marítima y Portuaria de Singapur, se basa en la centralización de decisiones relacionadas con operación, sostenibilidad y desarrollo. Sus estrategias incluyen: Uso de tecnología avanzada: implementación de procesos automatizados que reducen costos y tiempos logísticos; Conexión eficiente: el puerto sirve como nodo central en una vasta red de comercio marítimo, aprovechando conexiones terrestres y ferroviarias en países vecinos.

HAMBURG PORT AUTHORITY. Hamburgo: Puerto Integrado y Sostenible

Hamburgo ha equilibrado la operación industrial del puerto con la sostenibilidad y la integración urbana. Su modelo incluye: Participación ciudadana: involucramiento de la comunidad en la planificación portuaria, minimizando conflictos sociales; Red de transporte multimodal: conexión eficiente del puerto con su hinterland, maximizando su competitividad en Europa; Reducción de emisiones contaminantes: priorización de prácticas sostenibles que refuerzan su reputación internacional.

En Colombia, puertos como Cartagena y Santa Marta han avanzado en tecnología y manejo ambiental, pero carecen de una conexión estratégica con sus ciudades y su hinterland, limitando su competitividad (UCC Repository, 2017).

Hacia un Nuevo Modelo Portuario

La competitividad de los puertos colombianos requiere una transformación estructural basada en las lecciones aprendidas de los mejores puertos del mundo. Este nuevo modelo debe centrarse en:

1. Creación de Autoridades Portuarias Regionales: Entidades con autonomía administrativa que centralicen la planificación, gestión y operación de todos los puertos en una región. Por ejemplo, una sola Autoridad Portuaria en Buenaventura integraría los intereses de varios puertos concesionados y privados, unificando esfuerzos para mantener el canal de acceso y optimizando recursos, y poder enfrentar la competencia de Posorja (Ecuador), de aguas profundas. Deberán funcionar como Cámaras de Comercio, exentas de politiquería, en donde el ente territorial local pueda tener voz y voto, pero tomando las decisiones en forma colegiada con la Autoridad Portuaria.

2. Unificación de Propósitos: Estas autoridades articularían objetivos comunes para garantizar la capacidad y funcionalidad de la infraestructura compartida, como los canales navegables, reduciendo duplicidades y conflictos entre actores.

3. Planes Ciudad-Puerto: La integración entre el puerto y la ciudad es clave, promoviendo desarrollo urbano que revitalice las áreas cercanas al puerto, reduzca impactos sociales y garantice beneficios económicos para la población local. Los modelos mundiales de Ciudades-Puerto, se pueden consultar en la IAHP, International Association of Ports & Harbors.

4. Optimización del Hinterland (áreas de influencia): Inversiones en corredores logísticos multimodales (carreteras, ferrocarriles y vías fluviales) que permitan expandir la influencia económica de los puertos y reducir costos logísticos. Incluye los aeropuertos para efectos de los viajeros de negocios portuarios.

5. Enfoque Ambiental: Adopción de prácticas sostenibles que integren eficiencia logística con cumplimiento de normas ambientales. Un solo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para el puerto, debe evitar la repetición y la tramitología burocrática; de hecho, los POT lo incluyen como documento único.

Nueva Articulación de la Normativa Nacional

La implementación de este modelo requiere una reorganización para cumplir con la normativa nacional y garantizar la coordinación entre los actores involucrados. Aspectos clave incluyen:

Relación con la ANI

La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) mantendría su rol en la contratación con concesionarios privados, pero en coordinación con la Autoridad Portuaria Regional, que centralizaría la PLANEACIÓN ESTRATÉGICA. Esto aseguraría que las inversiones en infraestructura portuaria estén alineadas con los objetivos regionales y nacionales.

Cumplimiento de Normas Ambientales

El Ministerio de Ambiente y las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) trabajarían directamente con la Autoridad Portuaria Regional para diseñar planes ambientales específicos para cada puerto. Estos planes incluirían: Estudios de impacto ambiental integrados: Supervisados por la Autoridad Portuaria para evitar duplicidad de trámites y conflictos; Monitoreo continuo: Utilización de tecnología avanzada para garantizar el cumplimiento de estándares internacionales; Estrategias de mitigación ambiental: Priorización de la reducción de emisiones contaminantes y la protección de ecosistemas costeros. La Autoridad Portuaria asumiría la responsabilidad integral de coordinar con el Ministerio para garantizar que todos los actores, incluidos concesionarios privados, cumplan con la normativa.

Articulación con Gobiernos Locales

Los planes de ordenamiento territorial incluirían los puertos como piezas clave del desarrollo urbano, asegurando su conexión vial y mitigación de impactos sociales. Las secretarías locales trabajarían en conjunto con la Autoridad Portuaria Regional para garantizar una planificación integrada y estratégica, bajo su coordinación.

Reflexión Final: De la Desarticulación al Liderazgo

Colombia tiene el potencial de convertirse en líder portuario en América Latina. Los ejemplos de NY&NJ, Rotterdam, Singapur y Hamburgo demuestran que los modelos portuarios, descentralizados del Estado, autónomos e integrales son el mecanismo para potenciar la competitividad. Una Autoridad Portuaria unificada, junto con un enfoque estratégico Ciudad-Puerto e inversiones en infraestructura (en el hinterland) y en lo social, transformaría los puertos colombianos en motores de desarrollo económico y social, enmarcados en lo sostenible. No actuar significa seguir perdiendo competitividad frente a países vecinos que ya son líderes en este ámbito con mayor visión y coherencia.

Este artículo fue posible por el trabajo en equipo con el conocido experto ingeniero Orlando Castañeda. Agradecimientos especiales por la generosidad con sus conocimientos y su dedicación.


Referencias Bibliográficas:

United Nations Trade & Devolopment, UNCTAD, Review of Maritime Transport, 2024. https://unctad.org/publication/review-maritime-transport-2024

Rotterdam Port Authority. (2024). Annual Report 2023. Recuperado de www.portofrotterdam.com.

Maritime and Port Authority of Singapore. (2024). Sustainability and Innovation in Port Operations. Recuperado de www.mpa.gov.sg.

Hamburg Port Authority. (2024). Integrated Urban and Port Planning. Recuperado de www.hamburg-port-authority.de.

Banco Interamericano de Desarrollo. (2023). Competitividad Portuaria en América Latina y el Caribe. Recuperado de www.iadb.org.

ProColombia. (2024). Análisis de Puertos en Colombia: Desafíos y Oportunidades. Recuperado de www.procolombia.co.

Semana. (2024). Los problemas estructurales de Buenaventura. Recuperado de www.semana.com

Racionamiento de agua en Bogotá ¿selectivo?

En las últimas semanas, la ciudad de Bogotá ha venido enfrentado un desafío sin precedentes: el racionamiento de agua, la sequía y la falta de lluvias han llevado a la ciudad a tomar medidas drásticas para garantizar el suministro de agua potable para sus habitantes, sin embargo, el racionamiento de agua no es solo un problema de infraestructura o gestión del recurso hídrico, es también un llamado a la conciencia sobre la forma en que vivimos y utilizamos los recursos naturales.; y es que precisamente este es uno de los temas relevantes en los que habría que hacer hincapié, pues las medidas de racionamiento tienen una razón de ser y eso es algo innegable, lo realmente preocupante de este racionamiento es que sea selectivo, que sea desigual pues mientras en Bogotá se habla de un racionamiento por días, en el sur de la ciudad se tenga que vivir a diario, que un servicio esencial  para la vida humana se convierta en un lujo de difícil acceso.

A partir del manejo silencio del racionamiento por parte de algunas entidades distritales y medios de comunicación, se ha vuelto común en Bogotá que los barrios más humildes sean los que más sufren con los cortes de agua, mientras que los sectores más acomodados de la ciudad pueden permitirse el lujo de tener sistemas de reserva de agua y bombas para abastecerse, es decir, que el racionamiento es una medida en la que un sector de la población ahorra agua ya sea de manera voluntaria u obligada, mientras que otros sectores de acuerdo a sus comodidades no saben lo que es un corte de agua.

 

Adicionalmente genera un poco más de incomodidad que el distrito quien es la máxima autoridad y quien debe poner ejemplo en estos casos, sea a la vez culpable del derroche de agua en Bogotá, pues según fuentes del Concejo Distrital se ha venido perdiendo tanta agua como para abastecer por dos meses a toda la ciudad, esto debido a causa de ciertas tuberías dañadas que han propiciado la pérdida de más de 89 millones de metros cúbicos entre enero y septiembre, una de las cifras más preocupantes en los últimos seis años.

Entonces, resulta cada vez más preocupante ver que la situación de cientos de ciudadanos es crítica, donde no tienen agua a diario y que las pocas veces que tienen el servicio llega deficiente (sin presión y sucia), mientras que el distrito pierde millones de metros cúbicos y en otros sectores ya sean los centros comerciales o instituciones del Estado no se incomodan y siguen con el consumo como si nunca hubiera existido racionamiento en Bogotá.

En conclusión, el racionamiento es un llamado a la conciencia sobre la forma en como cuidamos nuestros recursos naturales, es hora de que tomemos conciencia y nuestro racionamiento sea voluntario y no obligatorio, y los más importante que sea en todas las clases sociales, solo así podemos garantizar un futuro sostenible para nuestra ciudad.

Cesar Orlando Amaya

La Corte Penal Internacional, un tribunal desbordado (II)

Israel tiene derecho esencial a la defensa. Israel se ha defendido de sus enemigos, como siempre lo ha hecho ¿Es ilegítimo que Israel defienda a sus familias cuando 1.200 personas son asesinadas durante los actos demenciales del 07-10/2023 y 251 secuestradas? decenas de ellas luego de 400 días aún permanecen secuestradas. La Corte Penal Internacional, La CPI, con la absurda orden de captura emitida contra ciudadanos israelíes, socava la confianza legítima internacional, el principio de legalidad y las normas del derecho de los tratados. La CPI se arroga funciones jurisdiccionales que no le competen y envía al mundo un mensaje soberbio: No hay límites para un tribunal que desconoce absolutamente los derechos a la soberanía, a la defensa y a la autonomía estatal para abstenerse de suscribir tratados.

La CPI pareciera estar al servicio de la agenda globalista 2030, no en vano, las grandes potencias no aceptaron la suscripción del Estatuto de Roma, verbi gratia, China que participó y fue promotor de su creación, una vez a punto de suscribirlo, decidió recular y abstenerse. La decisión de La CPI contra Netanyahu (1949), líder del pueblo de Israel, es tan ilegal como la orden de detención que La CPI emitiera contra Vladimir Putin (1952) en marzo de 2023, La Federación Rusa tampoco es signataria del Estatuto de Roma.

 

En cuanto a Colombia, La CPI es un caso particular. Colombia suscribió el Estatuto de Roma bajo la presión de la comunidad internacional, en un contexto de gravísimas violaciones de derechos humanos por parte de diferentes actores estatales y paraestatales como grupos guerrilleros y narcotraficantes con ejércitos privados, otrosí de la ayuda económica internacional que recibiría a cambio, manifiesta en los famosos planes certificados, renovables anualmente.

Desde hace algunos gobiernos, El Estado colombiano es un dislate en materia de derecho internacional y en especial en asuntos de tribunales supranacionales; caso célebre acontecido con la Corte Internacional de Justicia, La CIJ, con sede también en La Haya, encargada de dirimir conflictos entre los Estados, para el caso concreto, la disputa territorial entre Colombia y Nicaragua por las plataformas marinas y submarinas en el Caribe. En 2012 La CIJ emitió fallo adverso a Colombia, como resorte, el Gobierno Colombiano denunció El Pacto de Bogotá y cínicamente, desconoció el fallo de la CIJ, cual tahúr mañoso que termina por incinerar la baraja al ver perdida la partida. Colombia no es un propiamente un Estado modelo a seguir de buenas maneras en el derecho internacional, entre otras prácticas.

La línea del denominado Gobierno del cambio conserva las mismas maneras, absoluta desorganización en materia de relaciones internacionales. Calla frente a las acciones rusas en Ucrania, hace mutis por el foro frente a la orden de detención emitida por La CPI contra Putin, silente frente a cubanos y venezolanos, empero, rápido para agitar las banderas del odio y antisionismo, dice mucho pero no dice nada. Defrauda los principios básicos del derecho internacional. Gobierno para el que, Netanyahu es criminal de lesa humanidad, pero no los terroristas que asaltaron El Palacio de Justicia, los que destruyeron Bojayá (Chocó) y Caldono (Cauca), ni “el gestor de paz”, violador de niñas que, pretendía crear un ejército con sus más de 60 hijos.

La CPI ha perdido su rumbo. Se ha erigido Tribunal de Tribunales, atentando contra la soberanía e independencia estatales. Claro es, no tiene jurisdicción sobre los ciudadanos de Israel, tampoco sobre los ciudadanos de los Estados que no han suscrito el Estatuto de Roma. Los Estados deben preservar no sólo su soberanía territorial, también su soberanía judicial, legislativa y administrativa. Con temor se observa que La CPI se ha convertido en un tribunal desbordado, amparado por manipulación mediática hacia el público. El Estado colombiano debería denunciar el Estatuto de Roma y otros tantos tratados de la agenda globalista. Hay un hecho diáfano: Israel tiene derecho a la defensa y a existir. El derecho a la defensa es un derecho fundamental de los ciudadanos y de los Estados.

León Sandoval

¡Lo que está en juego!

En los últimos 15 años (2007 – 2022) las reservas de gas natural en el país han caído el 50%, situándose en los 2.3 TPC  y con ellas ha caído también la producción el 9% entre junio de 2023 y junio de este año, pasando de 1.170 MMPCD hasta los 900 MMPCD. Según la Gestora del Mercado de gas natural, se prevé que el potencial de producción caerá el 19.8% entre los años 2024 y 2026. Y como la demanda crece y crecerá aún más hacia el futuro, como sustituto del carbón y de los combustibles líquidos, según la Gestora para el 2025 se estima el déficit en un 12% (120 MMPCD) y para el 2026 de un 30% (350 MMPCD). Déficit este que tendrá que cubrirse con importaciones.

En ello coincide el Presidente de ECOPETROL, Ricardo Roa: “va a haber unos faltantes el año entrante que van a estar cercanos a los 160 de gigas de BTU, luego va a subir a 180, y de ahí en adelante a 300 y hasta a 500, si no incorporamos reservas”. No obstante, el negacionismo del ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, lo llevó a decir que “no es cierto que vayamos a tener escasez de gas los próximos años, no hay ninguna crisis energética y no estamos ante un riesgo inminente de desabastecimiento razón por la cual no hay ningún traslado de costos adicionales a los usuarios”.

 

Por su parte Roa se ratifica en lo ya dicho y afirma no sólo que “sí vamos a depender de la importación, de aquí a 2029”, sino que advierte que “eso va a hacer que se tenga un incremento significativo de la tarifa”. ¡Más claro sólo el agua! Bien dijo la Presidenta de NATURGAS Luz Stella Murgas que “el déficit del gas natural no es una alerta, es una realidad, no es una narrativa”, como aduce el Gobierno.

Según había asegurado el Ministro Camacho “nunca ha estado en nuestros planes opciones de importación desde otros países…No hemos visto ningún problema de abastecimiento porque estamos tomando medidas…No es cierto que vayamos a tener escasez el próximo año”. Tal vez estaba imbuido de la idea de su antecesora, la ex ministra Irene Vélez, cuando vaticinó irresponsablemente que “según los cálculos, las reservas probadas, probables y posibles garantizarían un suministro de gas hasta el 2037, es decir de 15 años más”.  

Contra todos los pronósticos y previsiones del Gobierno nacional, desde el día 1 de diciembre de este año Colombia, por primera vez en 45 años, inició las importaciones de gas natural para atender el consumo esencial. En efecto, a través de un Comunicado público la mayor distribuidora de gas importado TLP GAS informó que a través de la regasificadora SPEC, recibe 40 MMPCD desde el pasado 29 de noviembre, requeridos por 8 empresas distribuidoras. Los hechos son tozudos. Entre tanto el Ministro de Minas y Energía Andrés Camacho se obstina en negar, contra toda evidencia,  las importaciones y sostiene que se cuenta con “excedentes” de gas extraído en el país, que no se traducen en oferta firme en el mercado. Y no explica por qué.

La razón está en la norma aludida, que es muy clara al respecto cuando establece que “los agentes que atiendan la demanda esencial tienen la obligación de contratar el suministro y el transporte de gas natural para la atención de dicha demanda con agentes que cuenten con respaldo físico”. Que no es el caso de aquella producción de gas proveniente de campos que aún están en prueba extensa. En últimas la que cuenta es la oferta en firme, que no sea susceptible de interrupción en sus entregas por parte del proveedor.

El Ministro Camacho se niega a dar su brazo a torcer e insiste con terquedad aragonesa en que no hay necesidad de importar, que “las cifras revisadas muestran que las declaraciones de producción y disponibilidad de gas en los campos nacionales son adecuadas para atender la totalidad de los requerimientos del mercado”. Para él este es un axioma que como tal no necesita demostración. Al parecer el Ministro hizo suya la truculenta frase atribuida al ex presidente de EEUU Harry Truman: “cuando no puedes convencerlos, confúndelos”.

Ello lo ha llevado a poner en pausa la expedición del Decreto 2024 de 2024 que se publicó para comentarios en el mes de noviembre, que los agentes llevan meses requiriendo para habilitar las importaciones y dar vía libre para que la CREG expida la Resolución para homologar las condiciones contractuales para comprometer gas en firme proveniente del exterior y establecer el indexador de precios, los cuales, dicho sea de paso, serán mucho más alto. Aunque ella advierte que “el gas barato”, al que hemos estado acostumbrado, se acabó por fuerza de las circunstancias, porque hasta el gas producido en el país terminará por nivelarse con los precios internacionales.

Es de anotar que esta primera importación es solo la cuota inicial, ya que de acuerdo con el Gestor del Mercado, que maneja la cifra oficial,  se estima un déficit del orden del 8,2% de la demanda total en el 2025 y  en 2026 el mismo llegaría a un 20,6%. Sin fundamento alguno el Ministro Camacho se aventuró a afirmar que el uso del gas importado no será inmediato. Según él dicha importación sólo busca “cubrirse en caso de ser necesario”, pues “la producción nacional de gas será suficiente para cubrir la demanda de diciembre”.

En estas circunstancias en las que estamos se está incurriendo en el mismo error en el que cayó la Unión Europea al precipitarse a abandonar prematuramente a las energías de origen fósil, a las que tuvo que volver apresuradamente ante el riesgo del colapso de su economía. De ese trance del que todavía no termina de reponerse le quedó una lección aprendida, de la cual debemos tomar atenta nota: la Transición energética no debe poner en riesgo la seguridad energética. La otra lección que se sigue de la anterior es que tan importante para un país como la seguridad energética es la soberanía energética.

¡Ello es lo que está en juego!

Amylkar Acosta

Llevamos 16 días de activismo y nos siguen matando; 25 N y el 4D

El 4 de diciembre de 2016 en Bogotá más exactamente en la localidad de Chapinero los niños y niñas ya se encontraban en vacaciones en el barrio Bosque Calderon uno de los barrios más pobres y sin legalizar de esta localidad, se esperaban las fiestas navideñas, y asimismo la mesa local indígena con más de 13 pueblos venía trabajando en la caracterización de las familias y sus necesidades, ¿a qué se dedican los indígenas en la ciudad? ¿en que trabajan y qué tipo de acciones hacen desde los territorios para preservar su cultural ancestral? Son preguntas que desde el escritorio los politilogos/as, psicólogos/as, trabajadores sociales y demás profesionales de las ciencias sociales se hacían para formular los proyectos que benefician a estas comunidades.

La realidad indica que las familias indígenas tienen hijos por tradición y desde corta edad así mismotienen que trabajar en servicios de cuidado y servicio doméstico, restaurantes o servicios generales por días, en muy pocas ocasiones tienen un empleo con prestaciones de ley.

 

La familia Samboni no escapaba a esa realidad, y mientras llegaban los proyectos sociales la pareja de padres jóvenes salía a trabajar dejando a sus pequeños en una vivienda prefabricada sin mayor seguridad, los pequeños curiosos estaban pendientes de las visitas al barrio, que en muchas ocasiones regalaban onces y juguetes, pues ya se sentía el aire navideño. Yuliana una pequeña graciosa, fue la elegida para subir a esa lujosa camioneta, contaron los niños y niñas de ese entonces, que generaba alegría y envidia por esa invitación, la que después generó terror pues Yuliana de ese paseo jamás volvió.

La búsqueda de la menor se agudizó por los chats locales y pasó a las autoridades, la comunidad preocupada empezó también a buscarla, hasta que en la cámara de seguridad de una tienda del barrio se ve como la pequeña sube a la camioneta y allí se ven las placas. Qué rápido hubieran podido responder las autoridades, pero como es el calvario para las víctimas la respuesta es lleva muy poco tiempo desaparecida. Sin embargo, al cumplirse el tiempo, ya se sabía que la camioneta tenía un dueño y ese dueño sabía que lo estaban buscando, noticieros redes sociales y todos los espacios de participación estaban concentrados en saber algo de la niña, pero nada pasaba. Finalmente, el dueño de la camioneta le dice a las autoridades quien tiene mi camioneta es mi hermano, lo estamos buscando. Mientras tanto él señor Rafael Uribe Noguera ese 4 de diciembre drogaba, violaba y estrangulaba a esta pequeña en un apartamento en el sector más exclusivo de Chapinero; Rosales, también Chapinero, por que esta localidad es multiestrato.

¿Pero como ingresa una niña a un edificio con seguridad cámaras y nadie dice nada? ¿Por qué? así como a Uribe Noguera no le importó hacerle daño a esta pequeña, al celador de ese edificio tampoco le preocupó que, hacia esta niña con ese hombre, la indiferencia también mata y es la peor cómplice, sin embargo, la subordinación y la falta de pedagogía en estos casos no alertaban ni al celador ni a la sociedad. Hoy en día la pedagogía y la prevención nos llevarian a sospechar de este tipo de situaciones y alertar a la policía.

Días después de declarase enfermo, de estar hospitalizado, este violador, confiesa y así las autoridades encuentran el cuerpo de la niña, en el baño de un apartamento de su propiedad, el pequeño cuerpo fue manipulado para eliminar pruebas, y así con talanqueras y trabas, el violador después de contradecirse en el relato, confiesa haberla matado. Con la indignación de toda la cuidad, cientos de mujeres gritaban justicia, frente al lujoso edificio donde fue asesinada Yuliana y frente a la clínica donde este asesino recibió asistencia médica mientras los efectos del alcohol y otras sustancias psicoactivas se disipaban de su cuerpo. Así Rafael Uribe Noguera fue capturado y procesado a 52 años de cárcel. Los padres de Yuliana recibieron muchas ayudas, pero ninguna recuperó el vacío que dejó Yuliana, así que al poco tiempo regresaron al Cauca y nunca volvieron a Bogotá.
Casi dos años después el Concejo de Bogotá honra a Yuliana Samboni de 4 años de edad, denominó este día como el día distrital del feminicidio, y con ello la recordamos. También surgió un proyecto de ley que fue archivado de acuerdo con el artículo 375 de la CN, el cual proponía que modificar el artículo 34 CN en el que la prisión perpetua a los violadores solo se aplicara en los dos siguientes casos: Cuando la víctima de un delito de homicidio, acceso carnal violento, secuestro, explotación sexual o feminicidio sea menor de 14 años y cuando la víctima de un delito de homicidio, acceso carnal violento, secuestro, explotación sexual o feminicidio sea menor de 18 años con discapacidad. En términos normativos sigue teniendo peso la ley 1257.
Han pasado 8 años de este feminicidio y 15 años de la ley 1257, la impunidad y el acceso a la justicia siguen siendo una lucha estéril, ya que las mujeres desisten de la denuncia por qué no pasa nada, se cuenta la historia y la defensa de los agresores atropella la dignidad y la poca salud mental que puedan tener las victimas. La revictimización y negligencia institucional ya no son agravantes, no pasa nada, si no, miles fueran las mujeres que serían atendidas.

En general, el avance en la implementación de la Ley ha sido lento e insuficiente para responder de manera eficaz al aumento de la violencia contra las mujeres. Y a raíz de esto hacemos un llamado al Estado en cuanto a la implementación de la Ley, un instrumento fundamental para la garantía de los derechos humanos de todas las mujeres y niñas para una vida libre de violencias.

Las medidas precarias de estabilización por parte del sector justicia, demuestran el desconocimiento y por parte de este sector son necesarias las medidas para la reconstrucción de los proyectos de las mujeres víctimas de violencias mediante el acceso al sistema pedagógico y formación.

El sector justicia no reporta avances en la ejecución de las medidas de
sanción, por qué no hay un sistema de información que desagregue los datos y por la negación de acceso a la justicia para las mujeres víctimas del delito de acoso sexual, pues el 99 % de los casos entre 2010 y 2023 se encuentra en la impunidad. Solamente del 2017 en adelante se observa un ligero incremento en la judicialización de la conducta punible que, en todo caso, no supera el 7 %.

A pesar de algunos avances para cumplir los objetivos legales en cuanto a las medidas de garantía del acceso a la justicia, protección y atención y del cumplimiento al seguimiento a la Ley, la eficacia de las acciones desplegadas para impartir justicia ha sido escasa por las barreras institucionales y burocráticas que enfrentan las víctimas.

Aunque se han realizado algunas acciones para la implementación de las medidas de garantía, protección y atención en el sector justicia, tales como las rutas y las líneas de atención telefónicas y virtuales, éstas siguen siendo ineficaces por obstáculos institucionales reiterados en el acceso a la justicia a las mujeres víctimas de violencias.

Estos obstáculos se relacionan principalmente con los procedimientos y las instituciones encargadas de implementar las medidas, entre ellas las Comisarías de Familia, y el ICBF, que no garantizan la protección integral a las mujeres dado su enfoque familista que las revictimiza y las invita a conciliar, cuando claramente acá no hay nada que conciliar, por que la violencia no se concilia.

En cuanto a las medidas de atención en salud, en su reglamentación se han desarticulado de un modelo de salud el cual debe ser un modelo integral y de bienestar de las mujeres víctimas de violencias, que cuando necesiten alejarse de su hogar o lugar de residencia por el riesgo para su vida o su integridad, tal como lo dispone la Ley, carecen de lugares casa refugio suficientes para la cobertura en especial si tienen hijos e hijas a cargo.

A lo anterior se le puede sumar la baja cobertura de servicios de orientación y asistencia legal para las mujeres víctimas de violencias en todo el territorio nacional, especialmente de las mujeres rurales, las mujeres con discapacidad y las mujeres indígenas, afro raizal o palenqueras. La cual debería ser más amplia y totalmente gratuita.

Los sectores educativos y de salud no muestran avances en la implementación de la Ley, principalmente por la ausencia de aplicación efectiva de la perspectiva de género y por la falta de consideración de la Ley como un factor determinante en las acciones relacionadas con la prevención y atención de las mujeres y niñas víctimas de violencias.

En el sector de políticas públicas se evidencia la falta de integralidad e intersectorialidad para la prevención y atención de las violencias contra las mujeres, tal como lo ordena la Ley 1257, se carece de un diagnóstico completo y actualizado que evalúe tanto la problemática de las violencias contra las mujeres como la respuesta del Estado para reducir su incidencia.

En el diseño e implementación de las políticas públicas, se debe avanzar en inclusión y creación de indicadores de resultado que permitan evaluar el cumplimiento de la ley.

En el sector de comunicaciones, las acciones se deben dirijir principalmente campañas de comunicación que permitan prevenir las violencias contra las mujeres y las niñas no sólo en los ámbitos digitales si no en promover la igualdad entre hombres y mujeres exclusivamente en el acceso y uso de las tecnologías de información y comunicaciones, sensibilizando que es la violencia, los tipos de violencia que hay, las relaciones asimétricas y de dominación y como se sostiene el patriarcado.

El Comité de Seguimiento debe visibilizar la gestión realizada para la pedagogía y aprendizaje de las definiciones y rutas a seguir en caso de violencia hacia las mujeres.

El sector trabajo presenta avances progresivos en la implementación de la Ley, por medio la implementación de los protocolos de prevención y erradicación de violencias de género los cuales se ha convertido en oportunidades de mejora en las empresas, sin embargo, su recien sanción y legislación hace lo suyo. Se espera que haya continuidad en los procesos pedagógicos pero que así mismo haya continuidad y justicia en la implementación y coherencia y sostenibilidad en las consecuencias. Todo lo anterior implica estar más firmes que nunca con las consecuencias de las denuncias y su solución, y no solo por la vía de la justicia ordinaria.

Hoy se cierra este ciclo de 16 días de activismo del 2024 con este breve resumen de los 15 años de la ley 1257 o la ley Rosa Elvira Cely, otro feminicidio sucedido en Chapinero, espero que en todos los partidos políticos haya un compromiso frente a este tema y que el documento del protocolo de prevención y sanción de violencias hacia las mujeres de lo partido en el cual milito sea firmado para que tenga validez, no solo por los casos de violencia política que se han expuesto ante el consejo de ética, si no por los casos de las mujeres que hacen eco en que en este partido se empodera y defiende a las mujeres.

Ya no tenemos miedo nos crecieron alas.

Justicia, justicia, justicia.

Marcela Clavijo

Café amargo

Bajo cualquier métrica histórica, estamos gozando una bonanza cafetera. El precio de carga en $2.8 millones, representa un aumento de casi 120% frente el año pasado. Con precios que llegan a los US$3.20 la libra, el PIB cafetero creció 33% durante los primeros nuevos meses del año. Además, con una producción que podría superar los 13 millones de sacos, la cosecha rondaría los $13billones. Sin embargo, este éxito tiene un sabor amargo: el programa de forwards de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Aunque la FNC pre-compró la cosecha de café a un buen precio, sus cooperativas afiliadas prefirieron incumplir. Este pasivo creciente, en medio del alza de precios, pone en jaque las finanzas de una de las instituciones pilares del país. ¿Cómo se resuelve? No es tan claro.

En el marco de una estrategia del gobierno Duque de formalizar el agro, la FNC montó una estrategia de compra de café para entrega futura. Se buscaba cooperativas cafeteras para pre-comprar su cosecha, muchas veces sin contratos formales, utilizando apenas mensaje en WhatsApp. Mientras acumulaba posiciones de compra en Forwards, hacía ventas por esos montos en futuros. Este programa, que empezó en 2017, referenciaba precios entre US$0.80 y US$0.90 por libra de café durante el periodo 2018-2020, la FNC hizo plata con la iniciativa. El problema surgió con el alza de precios: cuando el café llegó a US$1.10, las entregas empezaron a quedarse cortas, con US$1.50 la no entrega se generalizó. La consecuencia patrimonial para la FNC se puso complicada.

 

Para entender la equivocación, es clave comprender la diferencia entre un forward y un futuro. El primero se hace a la voluntad entre dos privados que hacen compromisos de compra futura, pero el cumplimiento está sujeto a cumplir un contrato, otras palabras, en un forward existe riesgo de incumplimiento bilateral. Mientras tanto, los futuros son contratos de compra estandarizados donde el vendedor no conoce el comprador, usualmente hay un intermediario que hace que se pague y sino hace efectivo el colateral.

La FNC compraba con forward (expuesta al riesgo de la contraparte) y vendía futuros, donde sin duda le iban a exigir que pagara. Cuando se disparó el precio, las cooperativas prefirieron incumplir para aprovechar el precio alto, cerca de 700 cafeteros vendían su café y no lo entregaban. En vez de demandar el incumplimiento, una solución políticamente complicada, se decidió socializar la pérdida, para que muchos pudieran privatizar la utilidad adicional.

¿De cuánto es el daño? No es tan claro porque sobre estos temas no hay transparencia. La nueva administración no ha podido liquidar los contratos. Se estima que hay 3.000 contratos pendientes, equivalentes a cerca de 700 mil sacos. La FNC viene haciendo un “roll-over” permanente de este pasivo que no se sabe su costo real por falta de transparencia. Irónicamente, los altos precios del café, motivo de jubilo colectivo, son la mayor preocupación de la FNC, cuyas finanzas se deterioran. Sin tener detalles, esto podría costar entre $400 mil y un billón de pesos. No creo que haya plata del gobierno para regalarle a la federación, pero al mismo tiempo un pilar institucional del país no puede caer. Un buen inicio sería que el señor Bahamón y el presidente se tomaran un café.

Simón Gaviria Muñoz

Mercenarios colombianos en el extranjero: ¿héroes, víctimas o culpables?

La presencia de mercenarios colombianos en conflictos internacionales ha puesto a nuestro país en el centro de una controversia global. Desde Yemen hasta Sudán, y más recientemente en Ucrania, exmilitares y combatientes colombianos han encontrado en la guerra extranjera una nueva ocupación, alimentando debates éticos, legales y sociales sobre las raíces de este fenómeno y las responsabilidades que tenemos como nación.

Colombia, un país con una historia marcada por décadas de conflicto interno, ha producido una fuerza militar con habilidades excepcionales en combate y contrainsurgencia. Estas competencias, desarrolladas en escenarios de guerra prolongada, se han convertido en un activo valioso para empresas internacionales de seguridad privada. Sin embargo, el vacío laboral y la falta de reintegración efectiva para quienes dejan las armas han hecho que muchos vean el mercenarismo como una salida económica ante la falta de oportunidades. En el caso de Ucrania, el conflicto armado entre Rusia y las fuerzas ucranianas ha atraído a combatientes internacionales, incluidos colombianos, que ven en este escenario un lugar para poner en práctica su experiencia militar a cambio de una remuneración significativa.

 

El problema no es solo económico, sino profundamente estructural. La transición a la paz dejó a miles de hombres y mujeres entrenados para la guerra en un limbo laboral. Sin programas sólidos que les ofrezcan un camino digno en la vida civil, el mercado internacional de la violencia se convierte en una opción atractiva. En Ucrania, el reclutamiento de mercenarios no solo se ha presentado como una cuestión económica, sino también como un llamado ideológico, en el que algunos colombianos dicen unirse para “defender la libertad”, mientras otros lo hacen exclusivamente por la paga.

Este fenómeno plantea serias preocupaciones éticas. ¿Es legítimo que colombianos con experiencia militar exporten su conocimiento para perpetuar guerras en otras naciones? Por otro lado, ¿podemos culpar a quienes ven en esta actividad una forma de sustento cuando no se les ha podido brindar mejores opciones para un retiro digno? En el caso de Ucrania, la participación de mercenarios colombianos no solo amplifica las tensiones en un conflicto con implicaciones globales, sino que también expone a estos combatientes a riesgos extremos sin garantías legales o protección por parte de ninguna institución.

Además, la participación de mercenarios colombianos en guerras internacionales tiene implicaciones legales. Aunque existen tratados como la Convención Internacional contra el Reclutamiento, Uso, Financiación y Entrenamiento de Mercenarios, Colombia no ha firmado ni ratificado este acuerdo, dejando un vacío normativo que perpetúa esta práctica; no obstante, se debe resaltar que en agosto del presente año el Ministro de Relaciones Exteriores y el Ministro de Defensa presentaron ante el Senado de la República la Convención, para que esta sea ratificada por el Congreso y se subsane el vacío normativo.

El caso de Ucrania resalta esta problemática: muchos de estos mercenarios viajan bajo la figura de “voluntarios internacionales”, lo que los sitúa en una zona gris legal y los deja a merced de las dinámicas del conflicto.

Es hora de que Colombia aborde esta problemática de manera integral. Primero, debe firmar y ratificar tratados internacionales que prohíban el mercenarismo y comprometerse a cumplirlos, paso que ya comenzó su trámite. Segundo, es fundamental establecer una legislación nacional que prohíba estas actividades y sancione a quienes participen en ellas, incluyendo a las empresas intermediarias. Finalmente, el gobierno debe invertir en programas de reintegración que brinden oportunidades reales a quienes dejan las armas, rompiendo el ciclo de exclusión que lleva a muchos a buscar trabajo en escenarios de guerra.

La discusión no es sencilla. Los mercenarios colombianos son, en muchos casos, víctimas de un sistema que no les ofrece alternativas, pero también se convierten en actores que perpetúan la violencia en otras regiones del mundo. En Ucrania o en Sudán, su participación se suma a las complejidades de un conflicto que ya ha costado miles de vidas y que tiene consecuencias para la estabilidad global. Reconocer esta dualidad es el primer paso para enfrentar el problema con una visión ética y responsable. Colombia tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo, regulando este fenómeno y mostrando que la paz no es solo un discurso interno, sino un compromiso global. En un mundo cada vez más interconectado, nuestra responsabilidad no termina en las fronteras. Es hora de actuar.

Alejandro Toro

Un protocolo para las víctimas de hurto

Hace unos meses conocí el desgarrador caso de Juan Gabriel Tavares, de 38 años, a quien la delincuencia le arrebató a su esposa de 27 años. Juntos tenían un local de comidas rápidas en Bosa la Independencia, pero todo se convirtió en tragedia, cuando, en diciembre de 2022, hombres armados ingresaron a robar en su establecimiento comercial.

Aunque en ningún momento se opusieron y entregaron todas las ganancias del día, los delincuentes abrieron fuego, disparándole en tres ocasiones a la joven mujer llamada Heidy. Ella murió, dejando huérfana a una niña de once años.

 

Dolorosamente, como este caso, hay miles en Bogotá. Ciudadanos apuñalados, agredidos o escopolaminados en el transporte público solo por robarlos. Algunas personas, como Heidy, pierden la vida, pues la sevicia de los delincuentes es inexplicable.

Durante la administración de Claudia López, en la que se descuidó abismalmente la seguridad de Bogotá, más de 620.000 personas fueron víctimas de hurto. La cifra es escandalosa y exageradamente preocupante, pues debemos recordar que en ese periodo hubo pandemia y la ciudadanía estuvo en casa. Aún así el hampa tuvo alta cabida.

Con la llegada del alcalde Carlos Fernando Galán, la gente conserva la esperanza de que esa realidad cambie, pues se eligió con la bandera de una Bogotá que caminará segura.

Sin embargo, el sol no se puede tapar con un dedo y sabemos que la delincuencia y la criminalidad están enquistadas en la capital del país. Tan solo de enero a octubre de 2024 se registraron 131.774 casos de hurto en todas sus modalidades y tal vez podrían ser muchos más, pues estos son solo los denunciados.

Ante esta alarmante realidad, la ciudad necesita un Protocolo de Atención Integral para Víctimas de Hurto, y, pensando en ello, presenté el proyecto de acuerdo 552 de 2024, ante el Concejo de la ciudad, que ya pasó a sanción del alcalde.

Considero que si a la gente no se le está garantizando su derecho a la seguridad, lo mínimo es que se le pueda orientar y brindar apoyo tras la materialización de un delito, que sin duda, deja profundas heridas. 

Lo que busco con este Protocolo es que el Distrito cree una ruta y haga esfuerzos suficientes para acompañar a las víctimas con apoyo jurídico, psicosocial y mayor acceso a la oferta institucional.

Se trata de un paso significativo para estar del lado de las víctimas, de los agredidos, de los vulnerados. La desconfianza en las instituciones es otro factor que debe analizarse. Actualmente, tenemos un problema delicado y es que gran parte de la gente no denuncia. El 39 % de las víctimas de algún delito considera que hacerlo no generará ninguna solución.

Pido al Distrito y en especial a la Secretaría de Seguridad que actúe y reglamente esta iniciativa de forma rápida. No solo es cuestión de implementar nuevas estrategias, sino de lograr de nuevo la esperanza en la ciudadanía, de crear un entorno donde las personas se sientan protegidas y escuchadas.

Queremos justicia por Juan Gabriel Tavares y su pequeña hija, pues él asegura que la justicia en este país no fluye y que el Distrito los abandonó por completo. En su inmenso dolor y frustración ante lo ocurrido señala que el homicida sigue libre en las calles de la ciudad.

Ya está bueno de privilegios para los victimarios, que por cierto, son muchos por parte del gobierno de Gustavo Petro. Desde que llegó a la presidencia solo ha enviado mensajes errados, en los que los criminales terminan siendo favorecidos. El país necesita recomponer el rumbo, saber que la legalidad es el camino y no la delincuencia que tanto daño nos hace.

Andrés Barrios Bernal