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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: PIB

Recesión en inversión

La inversión en Colombia o formación bruta de capital fijo total cayó al 17,1% del PIB en el 2024, un nivel insuficiente para que la economía crezca con dinamismo. El nivel promedio desde los 60s oscila entre el 19-20% del PIB, pre-pandemia la cifra esta en el rango 20-22% del PIB. La cifra podría parecer técnica, pero detrás hay un mensaje claro: el país está dejando de sembrar para el futuro.  Hoy solo hemos retrocedido, no por azar, sino por decisiones que minaron la confianza. Tras un periodo restringido por el Covid mas la incertidumbre de Petro, serian mas de siete anos sin inversión contundente en el país. Ahora hay que volver a poder decir que el progreso también es un propósito de Colombia.

La inversión extranjera directa (IED) sumó en 2024 apenas US$13.800 millones, un 19% menos que en 2022. De ese monto, el 42% fue a hidrocarburos y minería. Pese a la retórica oficial de “transición energética”, son estos sectores los que siguen sosteniendo la entrada de dólares. Pero incluso ahí el capital llega con cautela: la incertidumbre sobre nuevos contratos de exploración mas el vaivén de regulaciones ambientales ahuyentan proyectos. Pasamos a importar gas.

 

El 23% de la IED fue al sector financiero, mientras que manufactura, agroindustria, y tecnología recibieron en conjunto menos del 20%. En la práctica, el país está dejando escapar oportunidades de diversificación productiva por una mezcla de improvisación regulatoria y mensajes hostiles hacia la empresa privada.

Hay excepciones: la inversión en tecnologías de la información creció 14%, y las energías renovables comprometieron US$1.200 millones. Pero buena parte de esos proyectos enfrenta retrasos por trámites y licencias que el gobierno no ha sabido agilizar.

La foto negativa está en los sectores que deberían ser motores de empleo. La industria manufacturera vio caer la inversión un 11%, la agroindustria un 9%. En el agro, la inseguridad jurídica sobre la tierra y la falta de infraestructura han sido agravadas por discursos que demonizan a los grandes productores, justo cuando se necesita inversión para modernizar y exportar.

En infraestructura, los cierres financieros de nuevos proyectos se han ralentizado. Las concesiones 4G y 5G avanzan por inercia, pero la falta de una política de Estado coherente y estable frena nuevas apuestas. La inversión pública, en lugar de compensar la debilidad privada, se diluye en gasto corriente.

Mientras tanto, nuestros vecinos nos superan: Chile invierte el 22% de su PIB, Perú el 21%, y Vietnam supera el 30%. La diferencia no está en la suerte, sino en las reglas claras. Allá, el inversionista sabe a qué atenerse; aquí, debe leer el diario cada mañana para saber si todo cambió. La receta actual de más incertidumbre, más improvisación y menos inversión esta logrando crecimiento anémico, empleo precario, y pobreza persistente.

Invertir es un acto de fe. Cuando el gobierno envía mensajes contradictorios, cambia las reglas sobre la marcha o legisla desde el prejuicio ideológico, el capital simplemente busca otras tierras. Si no entendemos esto, no necesitaremos una gran crisis para estancarnos: bastará con seguir administrando la desconfianza. Las elites de las minorías son muy importantes, pero en teoría el bien general debe primar sobre el particular.

Simón Gaviria

PIB puede crecer aceleradamente en 2026

“Colombia se enfrenta a una serie de desafíos estructurales que podrían limitar el ritmo y la sostenibilidad de su recuperación. En el corto plazo, uno de los principales riesgos proviene del entorno global. A esto se suma un entorno doméstico de financiamiento más exigente. El déficit fiscal elevado y persistente ha incrementado la prima de riesgo país, lo que se ha traducido en tasas de interés más altas en el mercado doméstico”, explica Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research para Colombia.

Bajo este panorama, BBVA Research proyecta que el PIB colombiano crezca 2,3% en 2025 y se acelere a 2,7% en 2026, esto representa una reducción frente a la proyección de marzo donde se estimaba un 2,5% de crecimiento este año y de 2,9% para el próximo.

 

Según los analistas, el consumo privado mantendrá su dinamismo, con un crecimiento estimado de 3,7% en 2025 y 2,9% en 2026. Se espera que los bienes sigan liderando la expansión, mientras que los servicios se recuperarán de forma gradual, además, la fortaleza del mercado laboral y la reducción progresiva de las tasas de interés, entre otros factores, seguirán respaldando la demanda interna.

“El consumo público también contribuirá positivamente, con tasas de crecimiento proyectadas de 2,9% y 3,4%, en línea con una mayor ejecución de gasto en los niveles regionales. Este comportamiento sostendrá el dinamismo de la demanda interna, al tiempo que mantendrá elevada la demanda por bienes importados, que seguirán creciendo por encima del PIB”, asegura Mauricio Hernández, economista de BBVA Research.

En cuanto a la inversión, en el corto plazo se prevé una recuperación impulsada principalmente por la inversión en maquinaria y equipo, en respuesta al alto uso de capacidad instalada en la industria. En el largo plazo, el mayor dinamismo vendría por el lado de las obras civiles y edificaciones no residenciales, que se expandirán 2,7% en 2025 y 7,8% en 2026, gracias a una mayor ejecución regional, proyectos de infraestructura y el reinicio gradual de construcciones empresariales.

Empleo y consumo: mejoran el ritmo económico

Los datos más recientes han demostrado que la expansión del consumo de los hogares sigue estrechamente relacionada con el desempeño del mercado laboral, que ha mostrado avances importantes en lo corrido del año. El empleo total continúa creciendo, aunque con un mayor peso de la informalidad en los trimestres recientes.

“BBVA Research proyecta que la tasa de desempleo nacional promedio se ubique en 9,0% en 2025 y en 9,1% en 2026, niveles bajos en perspectiva histórica, aunque más cercanos a una estabilización que a una mejora adicional, en parte por una ampliación de la oferta laboral. Aunque el empleo seguirá siendo resiliente, la calidad del mismo y la elevada informalidad continuarán siendo retos estructurales que limitan el fortalecimiento sostenido del ingreso real”, explica el informe presentado.

Otras dos variables que determinan el consumo es el alza de precios medida por la inflación y las tasas de interés. Así, BBVA Research proyecta que la inflación cierre 2025 en 4,7% y continúe descendiendo hasta 3,8% en 2026. “Esta trayectoria refleja una normalización gradual, apoyada en la moderación de la inflación de alimentos, la desaceleración del consumo y el efecto rezagado del endurecimiento monetario aplicado en los años previos”, afirma Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research.

No obstante, dice Reyes, la convergencia hacia la meta del Banco de la República aún está lejos de completarse. La posibilidad de nuevos choques de oferta en alimentos, movimientos abruptos en el tipo de cambio o ajustes en precios regulados podría alterar la tendencia prevista. “A esto se suma que las expectativas de inflación, si bien han mejorado, siguen por encima del rango meta, lo que obliga a mantener una estrategia de política macroeconómica prudente”, explica.

Desde diciembre de 2023, el Banco de la República inició un proceso de reducción gradual de su tasa de interés de política, luego de un prolongado ciclo contractivo que comenzó en 2022. Sin embargo, desde finales de 2024, el ritmo de recortes se moderó. Hacia delante, BBVA Research prevé que el ciclo de flexibilización continúe, aunque con una senda más gradual y condicionada. Así, la tasa de intervención cerraría 2025 en 8,25% y 2026 en 7,25%.

El informe resalta que avanzar en una consolidación fiscal será clave para sostener la recuperación económica, mejorar las condiciones de financiamiento interno y enviar señales de tranquilidad a los mercados. Lejos de representar un obstáculo, el ajuste fiscal se presenta como un paso necesario para reducir la prima de riesgo y fortalecer la estabilidad macroeconómica.

En el plano externo, se espera que el peso colombiano mantenga una trayectoria relativamente estable, aunque con episodios de volatilidad. El tipo de cambio promedio se ubicaría en 4.280 pesos por dólar en 2025 y 4.400 en 2026, con un sesgo levemente depreciativo hacia el mediano plazo, condicionado por la normalización de los términos de intercambio y el ajuste gradual del déficit fiscal.

Incertidumbre global sigue “pasando factura”

Según Juana Téllez, “la economía global transita un momento de elevada incertidumbre, en el que las tensiones comerciales y fiscales han derivado en condiciones financieras más restrictivas y en una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento. La coyuntura actual combina factores transitorios y estructurales que alimentan una mayor prima de riesgo global”.

De esta manera, el crecimiento global enfrenta un entorno más desafiante que el anticipado a comienzos de año. Aunque algunos sectores y regiones han mostrado resiliencia, el impacto de las nuevas medidas arancelarias, los costos de financiamiento persistentemente altos, la fragilidad del consumo privado y la presión sobre las cuentas públicas configuran un escenario de desaceleración progresiva. Se prevé que el PIB mundial crezca un 3,0% en 2025 y se acelere levemente a 3,1% en 2026, cifras inferiores al promedio histórico de la última década.

Los retos para Colombia y su recuperación

En el horizonte de largo plazo, Colombia enfrenta barreras estructurales que han limitado históricamente su crecimiento potencial. “La productividad se encuentra estancada debido a la baja incorporación tecnológica, la informalidad laboral persistente y la débil articulación entre la oferta educativa y las demandas del mercado laboral. La infraestructura y la logística mantienen rezagos importantes que afectan la competitividad externa”, dice Hernández.

En ese contexto, la economía colombiana continúa vulnerable a choques externos, como cambios en los precios de materias primas o ajustes en los flujos de capital. Superar estos desafíos requiere una agenda ambiciosa que combine estabilidad fiscal, impulso a la inversión productiva y mejoras sustantivas en productividad, como base para un crecimiento más alto, más sostenido y más inclusivo.

Nota recomendada: Sugerencias para invertir bien su prima de mitad de año

Colombia en el camino de la recuperación económica

A lo largo de 2024, la economía colombiana comenzó a mostrar signos de recuperación, impulsada por una mejora parcial en la demanda interna. De consolidarse esta tendencia, el PIB pasaría de un crecimiento de 0,6% en 2023 a 2,0% en 2024, y seguiría acelerándose hasta 2,8% en 2025 y 3,5% en 2026.

El consumo privado crecerá un 2,1% en 2024, 3,4% en 2025 y 3,2% en 2026, beneficiado por mejores condiciones financieras que incrementarán la capacidad de compra de los hogares, impulsando el gasto en bienes durables y semidurables. El consumo en servicios, tras una desaceleración cíclica hasta 2025, se dinamizará nuevamente en 2026. En efecto, la tasa de interés de política monetaria, que cerrará 2024 en un solo dígito, seguirá bajando hasta 6,00% en 2025. La inflación, que cerrará en 5,4% este año, disminuirá hasta 3,8% en 2025 y 3,4% en 2026. Además, la recuperación del mercado laboral desde 2025 será clave para sostener el crecimiento del consumo.

 

La inversión fija, que crecerá un 6,5% en 2025 y 2026, estará impulsada por infraestructura, edificaciones no residenciales y maquinaria desde este año, con la vivienda sumándose a partir de mediados de 2025. Sin embargo, la inversión como porcentaje del PIB ha perdido terreno en los últimos años, y serán necesarios nuevos catalizadores para alcanzar los niveles máximos del pasado, que sustentaban un mayor crecimiento potencial.

El crecimiento de la demanda interna incrementará las importaciones y ampliará el déficit en la cuenta corriente, que se espera cierre en 2,9% del PIB en 2024 y suba a 3,5% en 2025, financiado principalmente por inversión extranjera directa. Aunque el déficit fiscal seguirá disminuyendo, se mantendrá elevado en los próximos años. En este contexto, el tipo de cambio se depreciará ligeramente en 2025, alcanzando 4.265 pesos por dólar, para luego apreciarse moderadamente en 2026, cerrando en 4.195 pesos.

En conclusión, la demanda interna será el motor de la recuperación económica, impulsada por mejores condiciones financieras, la recuperación del empleo y la infraestructura regional.

Por: Mauricio Hernández-Monsalve

PIB de China cae al 0,7%

El producto interior bruto (PIB) de China registró una expansión del 0,7% entre abril y junio, un ritmo de crecimiento sustancialmente inferior al 1,6% observado en los tres primeros meses de 2024, según los datos publicados este martes por la Oficina Nacional de Estadística.

En comparación con el segundo trimestre del año pasado, la segunda mayor economía mundial experimentó un crecimiento del 4,7%, desacelerándose seis décimas respecto de la expansión del 5,3% del primer trimestre.

 

La expansión interanual de la economía china entre abril y junio de 2024 refleja el crecimiento del 3,6% del sector primario, mientras que el sector secundario aumentó un 5,6% y los servicios crecieron un 4,2%.

De este modo, en los seis primeros meses de 2024 el crecimiento anual del PIB de China fue del 5%, con un crecimiento del 3,5% del sector primario y del 5,8% del sector secundario, mientras que el sector servicios creció un 4,6%.

«En el primer semestre de este año, el entorno externo se ha vuelto más complejo, severo e incierto, han surgido los problemas del ajuste estructural interno y los factores que afectan el crecimiento económico son más complejos que antes», ha reconocido el portavoz de la Oficina Nacional de Aduanas.

En este sentido, el funcionario indicó que la desaceleración del crecimiento económico en el segundo trimestre se vio afectada por factores coyunturales como el clima extremo y los frecuentes desastres causados por lluvias e inundaciones.

«También refleja que las dificultades y desafíos en la operación económica actual han aumentado, especialmente el problema de la insuficiente demanda interna efectiva es más prominente y la circulación interna no es lo suficientemente fluida», ha admitido.

De cara a la segunda mitad del año, la Oficina considera que el entorno externo se está volviendo «más inestable e incierto», y todavía hay muchas dificultades y desafíos internos. Sin embargo, estos son problemas que se encuentran durante el progreso y problemas que se encuentran durante el crecimiento.

De su lado, Zichun Huang, economista para China de Capital Economics, confía en que, de cara al futuro, el crecimiento económico recupere cierto impulso gracias al impulso proporcionado por las medidas de apoyo al sector inmobiliario, mientras que, si bien es probable que el gasto de los consumidores se mantenga moderado, los continuos recortes de precios entre los fabricantes chinos significan que las exportaciones deberían seguir siendo sólidas por ahora a pesar del aumento de los aranceles de Estados Unidos y la UE.

«Esto debería conducir a una reaceleración del crecimiento en el corto plazo, aunque es poco probable que se mantenga en el mediano plazo», advierte.

Contribución de la industria del entretenimiento al PIB

De acuerdo con cifras del Dane, a pesar del inicio difícil en 2020, donde el Producto Interno Bruto (PIB) nacional disminuyó un 6,8%, el sector del entretenimiento experimentó una contracción del 11,7%. Sin embargo, en los años siguientes, el sector demostró una notable resiliencia y capacidad de recuperación.

En el año 2021, el sector del entretenimiento registró un crecimiento del 33%, superando ampliamente la tasa de crecimiento del PIB nacional, y contribuyendo con un significativo 0,9 puntos porcentuales a la variación anual del PIB en comparación con 2020.

 

Este crecimiento ascendente continuó en los años siguientes, con un aumento del 37,9% en 2022 y un sólido incremento del 7% en 2023, a pesar de un entorno económico más desafiante. Estos resultados subrayan la capacidad del sector del entretenimiento para generar empleo, fomentar la inversión y estimular el consumo, contribuyendo de manera significativa al desarrollo económico del país.

A pesar de que el crecimiento del PIB colombiano se desaceleró en el 2023, ubicándose en apenas un 0,6%, el sector del entretenimiento continuó su tendencia al alza, registrando un aumento del 7%. Este crecimiento significó una contribución de 0,2 puntos porcentuales a la variación anual del PIB, consolidando al sector del entretenimiento como la tercera actividad económica con mayor aporte al PIB por primera vez en el cuatrienio.

Factores impulsores del crecimiento del sector del entretenimiento

El notable crecimiento experimentado por este sector en Colombia durante el cuatrienio 2020-2023 puede atribuirse a diversos factores clave, entre los cuales destacan la consolidación de nuevos venues para eventos y la creciente relevancia de Colombia como destino obligatorio Contren las giras internacionales de artistas de renombre mundial.

La proliferación de modernos espacios para eventos ha desempeñado un papel fundamental en el dinamismo y la expansión del sector del entretenimiento en el país. En este sentido, la infraestructura para eventos ha contribuido significativamente a la transformación del panorama cultural y del sector en Bogotá, posicionando a la ciudad como un destino destacado para la realización de espectáculos de alto nivel.

Por ejemplo, desde su inauguración en 2022, el Coliseo MedPlus ha sido escenario de actuaciones de artistas de talla mundial, tales como Imagine Dragons, Harry Styles, Christian Nodal, Arctic Monkeys, Daddy Yankee, The Killers, Roger Waters, Louis Tomlinson y Luis Miguel, entre otros. Estos eventos han atraído a una audiencia combinada de más de 535.000 mil espectadores, consolidando la reputación de Bogotá como uno de los principales destinos de entretenimiento en América Latina.

El director general de Coliseo MedPlus, Miguel Caballero, enfatizó la importancia del sector como un pilar en el desarrollo económico y social para el país. “el entretenimiento tiene un enorme potencial para ser un motor de desarrollo para Colombia. Este sector genera miles de empleos directos e indirectos, dinamiza la economía local y tiene un impacto positivo en sectores como el turismo, la hotelería y la gastronomía”

Colombia, un destino atractivo para las giras de conciertos internacionales

La consolidación de Colombia como destino obligatorio para giras de conciertos internacionales se debe a varios factores, entre los que destacan la creciente demanda de entretenimiento por parte de la población colombiana y la mejora de la infraestructura para eventos.

En este contexto, los promotores, empresarios y artistas han jugado un papel fundamental al demandar como venues de sus presentaciones escenarios que cumplen con los estándares internacionales más exigentes. Esto ha permitido que Colombia pueda atraer a artistas de talla mundial que antes no consideraban al país como parte de sus giras.

Las perspectivas para el futuro del entretenimiento en Colombia son muy positivas. Se espera que el sector continúe creciendo en los próximos años, impulsado por el aumento del ingreso disponible, la mejora de la infraestructura, el desarrollo de nuevas tecnologías, el auge de nuevos artistas y la demanda del público de la región que ven en Colombia el país ideal para ver sus artistas preferidos.

Crecimiento del PIB: Análisis de Bancolombia

El equipo de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia acaba de hacer la actualización de sus proyecciones económicas para Colombia. A continuación, resaltamos los elementos más importantes de estos nuevos escenarios:

Crecimiento económico

 

El crecimiento del PIB esperado para 2024 completo se incrementó de 0,6% a 1,3%. Esto incorpora la sorpresa positiva, frente a nuestro escenario de proyección anterior, de la cifra de crecimiento del PIB del primer trimestre de 2024, junto al recién publicado dato del Indicador de Seguimiento a la Economía de abril. Más allá de esto, la dinámica subyacente prevista se mantiene relativamente similar: la actividad económica irá “de menos a más”, en un entorno de relativa debilidad en la primera mitad del año y un fortalecimiento más evidente en el segundo semestre.

Una actividad económica más dinámica de lo antes esperado en algunos sectores, particularmente de la agricultura y los servicios, son la clave en la modificación del pronóstico. Además, en la primera mitad del año habría sumado sensiblemente un importante crecimiento real del gasto primario del Gobierno Nacional. Sin embargo, la prevalencia de señales desafiantes desde los principales indicadores líderes (la demanda no regulada de energía, las ventas minoristas, la producción manufacturera, el crecimiento real de la cartera) hace que aún no sea posible hablar de que la economía esté inmersa en un proceso de recuperación consistente y generalizado.

El país aún se enfrenta al reto subyacente que implican los bajos niveles de inversión en activos fijos que ha prevalecido desde el choque de la pandemia, algo que entorpecería parcialmente el proceso de recuperación económica. Sin embargo, la continuidad del proceso de recortes de la tasa de interés de política monetaria del Banco de la República y un contexto financiero internacional que se tornará paulatinamente menos restrictivo, con el reciente inicio de los recortes de tasa de interés del Banco Central Europeo y la expectativa de que la Reserva Federal iniciará con la reducción de sus tipos antes del fin de año, serían uno de los principales fundamentales del mayor crecimiento esperado para la segunda mitad del 2024 y para 2025.

Esperamos que en 2025 el crecimiento de la economía se acelere hasta 2,6% (revisado desde el 2,4% anterior), sobre la base de un entorno macrofinanciero local e internacional notablemente más estable y holgado.

Inflación y tasas de interés

En medio de los múltiples retos del periodo reciente de ajuste de la economía y bajo crecimiento del PIB, una de las consecuencias positivas ha sido la continuación del proceso de desinflación (reducción de la inflación anual). Al respecto, mantenemos la visión, pues esperamos que el incremento anual de precios pase del 9,3% en que cerró 2023 a 5,7% al final de este año, en un entorno en hacia adelante será fundamental la normalización de la inflación de los segmentos de servicios y regulados, pues son los que se mantienen más alejados de la meta de largo plazo del Emisor.

Luego del impacto del fenómeno de El Niño en los primeros meses el año, particularmente evidente en los precios de la energía y de alimentos perecederos, la llegada de un La Niña moderado en la segunda mitad del año aliviará algunos de los impactos. Así pues, es previsible una dinámica más normalizada de los precios de los alimentos. Ahora bien, uno de los principales retos de la continuación del proceso de desinflación será la influencia que siga evidenciando el efecto indexación en el rubro de servicios. Entre tanto, nos mantenemos a la expectativa de los anuncios sobre cómo será el proceso de ajuste de los precios del ACPM por parte del Gobierno para terminar de subsanar el déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles. Ante esto, para 2025, mantenemos el pronóstico de cierre de año de 4,3%.

Respecto a las decisiones de tasas de interés de política monetaria, prevemos que continuará la dinámica de recortes de la tasa de interés, en medio de un entorno de incertidumbre que lleve a que prevalezca la prudencia en la toma de decisiones. El Emisor mantendría recortes entre 50 pb y 75 pb en las decisiones que quedan de 2024, tal que el nivel del tipo de interés de intervención de cierre del año sería de 8,75%. En 2025, la mayor cercanía de la inflación anual al rango de tolerancia permitirá que continúe el proceso de recortes, de modo que a cierre de año la variable se ubicaría en 6,00%, nivel que estimamos sería el punto de equilibrio nominal de mediano plazo.

Sector externo y tasa de cambio

El bajo crecimiento de la economía ha permitido, también, que el déficit externo del país esté exhibiendo registros recientes menos desafiantes. Luego del bajo déficit de cuenta corriente del primer trimestre del año (1,9% del PIB), ajustamos a la baja (balance menos negativo) el déficit esperado para el 2024 completo, desde 2,7% a 2,3% del PIB, punto desde el que luego iniciaría un proceso de progresiva ampliación que llevaría a un registro de 2,9% del PIB en 2025 completo (0,1 pp menor al pronóstico previo), debido a la presión que generará la recuperación del crecimiento de la economía en la demanda por importaciones y en la salida de rentas factoriales.

La tasa de cambio, por su parte, luego de haber exhibido registros inferiores a los $4.000 en la primera mitad del año favorecida por el carry del diferencial de tasas de interés favorable a Colombia, dejaría de tener el impulso de este fundamental coyuntural, tal que durante lo que queda del año será más relevante la percepción de riesgo soberano, el diferencial de inflaciones con EE.UU. y la situación financiera global en su dinámica. Así pues, hacia adelante esperamos que predominen niveles del USDCOP superiores a los $4.000 y con una tendencia de devaluación moderada. Con esto, la tasa de cambio promedio de 2024 sería de $4.012 y la de 2025 de $4.238.

Perspectivas fiscales

La reciente publicación del Marco Fiscal de Mediano Plazo confirmó cómo el déficit fiscal tendrá un deterioro durante 2024. El documento fue un reflejo del compromiso del Gobierno con darle cumplimiento justo a las metas de la regla fiscal, pero también hizo evidentes los desafíos del contexto reciente: un bajo recaudo y un costo financiero elevado.

Ante estos factores, consideramos apropiado adoptar como pronóstico la visión propuesta por el Gobierno en este reciente documento. Así pues, incrementamos el déficit fiscal esperado para 2024 completo desde 4,9% a 5,6% del PIB, y el de 2025 de 4,6% a 5,1% del PIB. Esta expectativa implica que se da cumplimiento justo a la meta de la regla fiscal para ambos años, pero también llevaría a que la deuda pública se incremente (frente al tamaño del PIB), tal que no estaría asegurado el mantener el nivel de calificación de riesgo de crédito soberano actual.

Descargue aquí el informe completo de actualización de proyecciones económicas para Colombia.

DANE reporta caída del PIB

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, en el mes de octubre el Producto Interno Bruto (PIB), presentó una caída de 0,4%. En septiembre pasado se mantuvo esa tendencia y se contrajo otro 0,1%.

Para el periodo de julio a septiembre, el Dane reveló que el PIB cayó 0,3%. Los sectores que presentaron mayores caídas son las industrias manufactureras y la construcción, con -5,2% y -3,0, respectivamente.

 

¿Cómo le fue a Colombia en el crecimiento del PIB entre países de la OCDE?

Para el tercer trimestre de 2023, Colombia tuvo un aumento del 0,2 % en el PIB (Producto Interno Bruto) entre los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

En sí, el promedio de crecimiento del PIB en países de la OCDE subió un 0,5 %, lo mismo que se había reportado para el segundo trimestre del año.

 

Estados Unidos fue uno de los países que ayudó a elevar el promedio con un aumento del PIB en un 1,2 % con respecto al 0,5 % del segundo

Por otra parte, los otros países del G7 registraron bajos aumentos como Francia del 0,1 %, mientras que otras naciones como Reino Unido, Italia y Canadá no registraron.

Vale la pena resaltar que a mediados del mes el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), señaló que el crecimiento del PIB en Colombia para el tercer trimestre fue de -0,3 % con respecto al mismo periodo en 2022.

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*Foto: Pixabay

DANE reporta caída en el PIB

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), la inflación en Colombia continúa disparada y de los doce subsectores económicos medidos por el Dane , doce de ellos registraron caídas, siendo la industria la más afectada con una contracción superior al 6 %. 

Entre los sectores económicos que mostraron descensos se encuentran, la construcción (-8%), industrias manufactureras (-6,2%), transporte y almacenamiento (-3,5%), comunicaciones (-1,2%), al igual que las actividades profesionales (-0,8%).

 

De acuerdo con el Dane, la economía cayó levemente en el tercer trimestre del año con un Producto Interno Bruto de en el tercer trimestre del año cayó 0,3%, respecto al mismo periodo del 2022.

La caída del sector manufacturero se explica por una menor demanda en lo que tiene que ver con la hilatura, que cayó en 19,7% en la variación para el tercer trimestre de 2023.

Producto Interno Bruto creció 3%

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) informó este lunes que el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia creció 3 % en el primer trimestre del año, respecto al mismo periodo de 2022, impulsado principalmente por las actividades financieras y de seguros.

De acuerdo con Piedad Urdinola, Directora de la entidad, este ítem tuvo un crecimiento de 22,8 % y un aporte de 1,0 puntos porcentuales (p.p.) a la variación anual. Mientras que, las actividades artísticas y de entretenimiento fueron las segundas que más le aportaron a la variación anual con 0,7 puntos porcentuales.

 

En lo que tiene que ver con enfoque del gasto, el Dane explicó que el gasto de consumo final de los hogares creció 3,6 % explicado en el crecimiento de servicios y bienes no durables. En este último se destacó el crecimiento de consumo de alcohol en los hogares asociado a la celebración de carnavales, ferias y fiestas que se realizan en el primer trimestre del año.

Por el lado de la construcción, fue la única actividad economía en negativo decreciendo -3,1 %. Al respecto, Urdinola indicó, en rueda de prensa, que este comportamiento se explica por “la caída de las obras civiles (…) que siempre se ve al final de los gobiernos y al comienzo de otros”.

Necesitamos más confianza

Se siguen cumpliendo las predicciones para La economía colombiana para este 2023 a la fecha, salvo que cada vez es un poco más optimista el nuevo escenario para algunos sectores, para otros talvez no. Por ejemplo, el Banco de la República renovó su pronóstico de crecimiento del PIB para este año, un poco más optimista del 1%, en marzo era del 0,84 %. De todas formas, el mismo banco sigue señalando el tema de la llegada de la desaceleración, tal como lo hemos dicho también desde esta columna.

Pongamos sobre la balanza los factores de esta situación en cuanto a la desaceleración, por ejemplo, la caída de las importaciones, la producción se ha debilitado en las manufacturas y también se ha reducido el crecimiento de la cartera crediticia. Entonces sí habrá crecimiento, no debemos equivocarnos, pero básicamente será menor que en años anteriores, lo que necesitamos es más confianza, sobre todo ahora ante todos estos cambios ministeriales que hubo. Lo anterior en cuanto a la desaceleración, es una señal de que la economía no podrá mantener más las tasas elevadas de crecimiento que se venían viendo, lo cual, en parte, es deseable y es lo que se busca por la política monetaria para seguir bajando la inflación, incentivar más el ahorro privado y con esto disminuir los desbalances macroeconómicos.

 

Efectivamente, una de las prioridades sigue siendo la de contener la inflación. Este viernes pasado, aunque todos los análisis señalaban que no existirían más ajustes, el Banco de la República subió sus tasas de interés al 13,25 %. En marzo, la inflación fue del 13,34 %, la cifra más alta desde marzo de 1999. Los datos mostraron que los precios están aumentando, pero a menor velocidad y que la inflación en los alimentos continúa desacelerándose.

En las últimas semanas el dólar se afianzó por encima de los $4.500 (tras el anuncio del cambio en el gabinete volvió al terreno de los $4.600, y este viernes estuvo a $4 de los $4.700), a esta semana vuelve a cotizarse en el nivel de los $4.500 nuevamente.

Por lo tanto, sí se requiere más confianza, luego de estos cambios ministeriales de este gobierno tan recientes, varias agremiaciones lo reclaman, piensan que es muy importante que el ministerio de Hacienda, por ejemplo, evalúe los impactos del Plan Nacional de Desarrollo, las reformas de la salud, pensiones y laboral, así como la política de Hidrocarburos.

El nuevo ministro Bonilla, de Hacienda, debe ahora garantizar que estas propuestas de reformas son viables desde el punto de vista económico, para mantener la confianza de las agencias calificadoras, inversionistas y el mercado en general. Nuevamente desde el gobierno se afirma que respetará la independencia del Banco de la República bajo el nuevo ministro, indicios para preservar y aumentar la confianza, pero se requiere más, opino.

Los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, siguen elogiando las políticas macroeconómicas colombianas, sobre todo las referentes a la inflación, y al cumplimiento de reglas fiscales, entre otras, pero también piden prudencia y cuidado con la implementación de reformas venideras. Tema que debe seguir con esa cautela para ganar más confianza, que es lo que realmente necesitamos.

Al poner esto sobre la balanza, podemos afirmar, por ejemplo, que la reforma laboral pretende que la regulación responda a realidades del actual sistema laboral, pero para algunos empresarios en la práctica, esto también puede generar menos empleo. Con la reforma pensional bajo el sistema de pilares, para algunos analistas, esto no es sostenible en el largo plazo. Por lo tanto, las reformas deben ser continuar ante los nuevos ministros, pero se torna todo ahora con una mayor importancia en el trámite del congreso.

Lo que se juegue ahora el Gobierno, impactará, positiva o negativamente a la economía en el largo plazo. Hay bastantes retos para los nuevos ministros. De su desempeño está dependiendo, en buena medida, la confianza de este gobierno con los cambios ministeriales, y obviamente, adicional, estamos hablando del bienestar de todos los colombianos. Por esta razón, el llamado a generar cada vez más confianza.

John Escobar Reyes

@jack80x

Remesas digitales

El 2022 fue récord histórico, llegaron US$10,981 millones de remesas al país. Con el precio del dólar subiendo $762 durante el año, su impacto económico fue aún mayor, cerca del 66% del presupuesto de inversión del gobierno. La diferencia es que este llega directamente al bolsillo del consumidor, con una capilaridad que permite la diversidad territorial. Según el Banco Mundial, Colombia es el tercer país de América Latina que más recibe mayor estímulo de remesas como proporción del PIB. Muchos esperaban que después de años de crecimientos elevados, finalmente llegara un descenso, pero a pesar de la meseta de la pandemia, durante el primer trimestre de 2023 se presentó un incremento del 23.6% en dólares frente al año anterior, fue sorprendente. Aunque hay voces escépticas sobre las causas, sin duda las remesas digitales están revolucionando el sector.

Según el estudio del Banco Mundial, entre 2011 y 2020 globalmente las comisiones de envío de remesas se redujeron en 32.4%. Al principio de la década pasada el intermediario, se quedaba con 7.7 pesos de cada 100 enviados. El tamaño del mercado, la estabilidad cambiaria y la penetración bancaria contribuyeron al descenso tarifario, pero los avances tecnológicos de banca digital fueron trascendentales.

 

A pesar de que no existen datos consolidados del último año, la proporción de remesas digitales hacia Colombia en 2019 pasó del 12% del total a casi duplicarse en 2021, con 21%. Teniendo en cuenta la profundización digital que ocurrió durante las cuarentenas, es razonable pensar que esa tendencia seguirá creciendo. Como consecuencia del incremento del espacio digital y la reducción del manejo del efectivo, las comisiones siguen cayendo. En consecuencia, WordRemit, una empresa digital de remesas, recortó en abril en 43% el costo de enviar remesas de EEUU hacia Colombia.

Este fenómeno de digitalizar remesas también está conduciendo a un incremento en la bancarización. Durante el periodo de 2019 al 2021, el giro de remesas a cuentas bancarias incrementó 30.4% para llegar a 46% del total. Al formalizar estos giros y permitiendo la minería de datos, se fomenta un círculo virtuoso de democratización del crédito.

Naturalmente las condiciones macroeconómicas facilitan incrementos, pero también se debe ser conscientes de la creciente importancia de nuestra diáspora colombiana. Si las remesas se clasificarán como una exportación, no solo equivaldría a más del 220% de lo que se exporta de hidrocarburos, sino que aumentaría las exportaciones en 51%. Este dinamismo actual es crítico, ya que marzo fue el peor mes de inversión extranjera de portafolio desde noviembre de 2021.

El costo de remesas ha tomado tanta importancia que es un propósito explícito en el punto 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una visión más escéptica argumenta que el incremento de remesas esta correlacionado con lavado de activos. Los carteles fragmentan los recursos para disimularlos como remesas, por debajo de US$10 mil pasan de agache. Dado el incremento radical de las actividades de narcotráfico puede que haya algo de eso. Al mismo tiempo es incuestionable que la tecnología de remesas digitales está bajando costos, disminuyendo tiempos, y facilitando crédito como nunca antes.

Simón Gaviria Muñoz

 

 

El Fondo Monetario Internacional revisa el crecimiento para 2023 en América Latina

El Fondo Monetario Internacional ha empeorado en dos décimas las perspectivas de crecimiento de la economía de América Latina en el año 2023, pasando del 1,8% estimado el pasado mes de enero al 1,6% que ha dado a conocer este martes en su último informe de ‘Perspectiva Económica Mundial’.

No obstante, el crecimiento de la región en 2024 se situará una décima por encima de lo previsto en el informe anterior, llegando al 2,2%. Esta cifra seguirá siendo inferior a la alcanzada en el año 2022, cuando se registró una expansión del PIB de América Latina del 4%.

 

América Latina será así una de las regiones que menos crezca tanto en 2023 como en 2024 dentro del grupo de las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Sin embargo, a nivel global, tendrá un mejor desempeño económico que la Unión Europea, cuyo PIB aumentará un 0,7% en 2023, o igual que el de Estados Unidos, que también crecerá un 1,6%.

En lo que se refiere a la región de Centroamérica, la actividad económica tendrá un mejor comportamiento, llegando a un 3,8% de expansión al final de año. Al mismo tiempo, los países del Caribe crecerán en su conjunto un 9,9% en 2023.

Por su parte, Sudamérica se quedará con un crecimiento del 1% este año y no superará el 2% en el 2024, quedándose a las puertas, con un 1,9%.

Por países, Chile experimentará una contracción del 1% de su PIB, mientras que Brasil o Argentina crecerán un 0,9% y 0,2%, respectivamente. México y Bolivia llegarán al 1,8%, mientras que Paraguay o Perú alcanzarán el 2023 un crecimiento menor al 3%.

INFLACIÓN EN EL 13,3%

La región terminará 2023 con una inflación del 13,3% interanual, apenas 1,4 puntos por debajo de la cifra del 2022. Ya en 2024, el índice de precios caería de los dos dígitos, hasta registrar una cifra del 9,9%.

De nuevo por países, cabe señalar que Argentina y Venezuela registrarán tasas interanuales en 2023 muy elevadas, aunque el primero bajará del 100% al final del año. Mientras, el régimen de Nicolás Maduro llegará a diciembre con una inflación del 400%, y ya en 2024 se reducirá la cifra a la mitad.

Colombia no conseguirá reducir la cifra interanual por debajo del 10%, quedándose en el 10,9%. Mientras, Chile cerrará en el 7,9%, México en el 6,3% o Brasil en el 5%.

Economía en Colombia creció tan solo el 7,5%

El reciente boletín del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), solamente en diciembre la economía registró un crecimiento en la economía de 7,5, muy por debajo del crecimiento registrado en 2021 de 11%.

De acuerdo con el DANE, los sectores, según el organismo, que más contribuyeron fueron el comercio, mantenimiento transporte, alojamiento, textil, actividades artísticas, de entretenimiento y recreación y servicios de comida, lo mismo que el turismo.

 

Los  de apuestas, juegos de azar, conciertos y eventos como el Mundial de fútbol contribuyeron para el crecimiento.

«hay un renglón que estuvo afectado durante el año como lo fue el sector de agricultura, así como explotación de minas y carteras», explicó Piedad Urdinola, directora del DANE.

 

EEUU sale de la recesión técnica con un alza del PIB del 0,6 por ciento

Foto: tomada de portafolio.com

El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos experimentó un incremento del 0,6 por ciento en el tercer trimestre de 2022, según se desprende de la primera estimación del dato publicada este jueves por la Oficina de Análisis Económico del gobierno estadounidense (BEA, por sus siglas en inglés).

 

De esta forma, Estados Unidos abandonó la recesión técnica en la que había entrado en el segundo trimestre, cuando la economía se contrajo un 0,1 por ciento, tras haber observado una caída del 0,4% en los primeros tres meses del año. Se denomina recesión técnica, según el consenso de los economistas, a la situación económica que se da al encadenar dos trimestres de contracción económica.

La BEA ha explicado que, entre julio y septiembre, se registró un pequeño descenso en la inversión en inventarios privados, aunque se aceleró la inversión fija no residencial y aumentó el gasto del gobierno. También descendieron la inversión fija residencial y se desaceleró el gasto de los consumidores.

En términos puramente anualizados, la forma preferida por la Oficina de presentar los datos, el PIB de Estados Unidos se elevó un 2,6 por ciento en el tercer trimestre del año, frente al descenso del 0,6 por ciento del segundo trimestre. El descenso anualizado en el primer trimestre fue del 1,6 por ciento.

En el tercer trimestre, la BEA ha indicado que la tasa de ahorro de los estadounidenses fue del 3,3 por ciento, una décima menos que en los tres meses anteriores. De su lado, los ingresos disponibles aumentaron un 1,7 por ciento, tras haber caído un 1,5 por ciento entre abril y junio.