Un pulso bastante fuerte se vive por estos días en la política bogotana por cuenta del proyecto de acuerdo presentado al Concejo de Bogotá por la Alcaldía de Carlos Fernando Galán, con el que se busca reacomodar el cobro de los impuestos en la ciudad, añadiendo el cobro del alumbrado público.
Como era de esperarse, el Concejo de Bogotá inició la ya conocida «operación tortuga», una estrategia recurrente cada vez que se presenta un proyecto importante para la administración de turno: surgen impedimentos —algunos con argumentos absurdos, otros no tanto—, sumados a las recusaciones de ciudadanos que aparecen de la nada, sin que se sepa a qué intereses responden.
El Concejo lleva ya dos semanas tratando de resolver estos impedimentos y recusaciones, que se han convertido en una piedra en el zapato para el inicio de la discusión. Hoy, la iniciativa parece estar muerta, y la única forma de salvarla sería que Carlos Fernando Galán convoque a sesiones extraordinarias una vez finalicen las sesiones ordinarias, las cuales fueron extendidas hasta el 9 de septiembre.
Solo así se podría dar paso a la discusión, una vez se surtan los trámites de recusaciones e impedimentos. Algunos concejales han manifestado temores por demandas en los órganos de control que cursan actualmente por errores de procedimiento de sus partidos en el pasado, lo que podría perjudicarlos. Por ello, han debido retirarse, junto con sus bancadas, de las votaciones, un hecho que ha impedido la conformación del quórum decisorio. A esto se suma el ausentismo de varios cabildantes, quienes suelen llegar a registrarse apenas diez o cinco minutos antes de que se levante la sesión, obligando así al Distrito al pago del día.
¿Solicitud de renuncia protocolaria de los alcaldes locales: método de presión del alcalde Galán?
Para algunos concejales, como Heydi Sánchez, resulta curioso que el alcalde Galán haya solicitado la renuncia protocolaria a los alcaldes locales justo ahora, cuando el Concejo de Bogotá no ha iniciado la discusión de un proyecto que es de alto interés para su administración.
La cabildante exhortó al alcalde Galán a retirar el proyecto de reforma tributaria y reorganizar primero las alcaldías locales, para luego presentar de nuevo la iniciativa.
“Los impedimentos, en su gran mayoría, se han presentado por concejales que hoy hacen parte de la bancada de gobierno. Y qué casualidad que varias bancadas hayan amenazado con declararse en independencia, y usted (Galán) decida pedir la renuncia protocolaria a los alcaldes locales. (…) Si quiere que este proyecto de acuerdo salga adelante con transparencia, retírelo y, una vez reorganice las alcaldías, sí podemos discutir”, sentenció Sánchez.
Nota recomendada: ¿Por qué Galán pidió la renuncia protocolaria a los alcaldes locales de Bogotá?
Por su parte, la concejal María Victoria Vargas invitó a la bancada Liberal a declararse en independencia del alcalde Carlos Fernando Galán. Aunque insiste en que existen actas que pueden probar esta intención, lo cierto es que hasta el momento no están firmadas ni existe una decisión formal en ese sentido, ya que algunos de sus colegas del partido no comparten su postura.
En la Alianza Verde también se ha discutido la posibilidad de abandonar la coalición de respaldo a Galán. Sin embargo, la última votación —según lo reveló el periodista Manolito Salazar— terminó en empate (4-4), lo que obliga a quienes no están de acuerdo con seguir apoyando al burgomaestre a permanecer, por ahora, en la coalición.
Nota relacionada: Podcast: Manolito Salazar cuenta una vez más hechos de la política bogotana en su ‘Rapidito’
En el Nuevo Liberalismo, partido del alcalde Carlos Fernando Galán, hay quienes no ven con buenos ojos apoyar una reforma tributaria, pues consideran que podría perjudicar las aspiraciones del movimiento de aumentar su número de senadores y obtener más curules en la Cámara de Representantes por Bogotá.
Los caminos que le quedan al alcalde Carlos Fernando Galán
El primer camino que le queda al alcalde es esperar a que se resuelvan los impedimentos y recusaciones, para luego citar a sesiones extraordinarias y permitir que el proyecto se debata durante ese periodo. Esto, una vez se presenten las tres ponencias respectivas y se discutan primero en la Comisión de Hacienda y luego en la Plenaria.
Otra opción sería retirar el proyecto, aunque muchos consideran que esto es poco probable, ya que tendría que volver a presentarlo en plena campaña política. En ese contexto, varios concejales, ocupados en apoyar a sus candidatos al Senado, la Cámara de Representantes e incluso a la Presidencia de la República, difícilmente votarían a favor de aumentar los impuestos a los bogotanos.
«Nadie presenta una reforma tributaria para recaudar lo mismo o menos de lo que ya cobra; lo hace para recibir más», afirmó un concejal que pidió mantener su nombre en reserva.
De esta manera, Carlos Fernando Galán debe encontrar una fórmula que le permita sacar adelante su proyecto de reforma tributaria sin sacrificar su coalición en el Concejo de Bogotá, una vez tenga claro quiénes están con él y quiénes no.