Centros Felicidad: un sueño de igualdad desperdiciado

Los Centros Felicidad (CEFE) se pensaron en la última alcaldía de Enrique Peñalosa como una de las políticas públicas más ambiciosas en Bogotá para garantizar el acceso, en igualdad de condiciones, a la recreación, la cultura y el deporte. Con una inversión de más de $833.400 millones (a valor presente), estos espacios deberían hoy ser el epicentro de la recreación en Bogotá, un lugar donde los ciudadanos, sin distinción de edad, género, ocupación o capacidad económica, pudieran encontrar oportunidades para el esparcimiento y el bienestar. Sin embargo, la realidad es otra: los cuatro CEFE administrados por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) han estado subutilizados, limitados a programas institucionales y su potencial sigue desperdiciado por falta de visión financiera y voluntad para fortalecerlos.

En 2020 se entregó el primer CEFE, El Tunal (en Tunjuelito), seguido por Fontanar del Río (en Suba) y San Cristóbal (en la localidad que lleva el mismo nombre) en 2021, Cometas en 2023 (también en Suba) y Chapinero en 2024, aunque este no es administrado por el IDRD. Desde su entrega, los primeros cuatro centros han estado cerrados a la práctica libre impidiendo el deseo de igualdad que se tuvo cuando se planearon en 2016. No fue hasta enero de 2025, después de múltiples denuncias nuestras (ocho, para ser exacto), que el IDRD habilitó la práctica libre en algunos espacios de los CEFE. Esto ocurrió después de que la entidad intentara, sin éxito, desmentir las denuncias nuestras y de cientos de ciudadanos, diciendo que esto era un mal entendido de mi parte. Este 29 de enero, en un debate en el Concejo, le volvimos a demostrar al IDRD que no había ningún mal entendido sino una intención por su parte de no reconocer el problema. Pero abrir las puertas de los CEFE a la comunidad no es suficiente si no se garantiza su sostenibilidad y pleno aprovechamiento. Hoy estos espacios administrados por el IDRD son deficitarios, pues en ningún caso los ingresos superan el 15% de los gastos.

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Hoy esta entidad no tiene un modelo financiero sólido que permita a los CEFE operar de manera sostenible. Estos centros no han logrado concretar su sostenibilidad financiera porque no cuentan con estrategias de ingresos que les permitan mantenerse y expandir su oferta. ¿Por qué no aprovechar su infraestructura y capacidad comercial de manera inteligente? Existen múltiples opciones: los cobros accesibles a usuarios por el uso de ciertos espacios, la instalación de restaurantes, gimnasios y tiendas, la realización de eventos públicos o privados, la explotación de publicidad, la firma de nuevos convenios con entidades públicas y la revisión de los que ya existen.

El IDRD ha demostrado falta de planificación y liderazgo en este tema. La celebración del contrato con RenoBo para estructurar el plan financiero de los CEFE es una muestra de ello. ¿Por qué recurrir a una consultoría externa cuando el mismo IDRD debería tener el conocimiento y la experiencia para gestionar estos espacios?

Bogotá no puede seguir permitiendo que una inversión tan significativa se desperdicie. Si los CEFE no se abren completamente a la comunidad y no se implementa un modelo financiero sostenible, estos centros continuarán fallando en su propósito de democratizar el acceso a la recreación y la cultura. El IDRD aún está a tiempo de corregir el rumbo y hacer de los CEFE verdaderos motores de bienestar para la ciudad.

Los CEFE son más que edificios, son la materialización de la igualdad, el desarrollo de una política pública recreativa y cultural. Todo mi apoyo a la Alcaldía de Bogotá, la Secretaría Distrital de Cultura y el IDRD para que saquemos juntos esta política adelante y podamos así recuperar este sueño de igualdad.

Les dejo el enlace al debate de control político que hicimos al IDRD por la indebida ejecución de la política pública de los Centros Felicidad: https://www.youtube.com/watch?v=KuE5qAvpw4M&t=12344s

Juan David Quintero