Los comedores comunitarios que se crearon en el plan de desarrollo social “Bogotá sin hambre” y que benefician a más de 100 mil personas, podrían terminar por las malas condiciones de los alimentos, el servicio y salubridad. Esto perjudicará a más de 38 mil familias bogotanas de estrato uno y dos.
Durante el Gobierno del exalcalde Luis Eduardo Garzón, se llevó a cabo en Bogotá uno de los planes de inclusión social más grandes e importantes para romper el sesgo de discriminación sectorial que se estaba produciendo en la capital durante 2004 y 2007. “Bogotá sin indiferencia” y “Bogotá sin hambre”, fue el nombre de los programas de desarrollo que pretendían reducir la vulnerabilidad y problemasnutricionales de la población de la capital.
Durante el programa “Bogotá sin hambre” se crearon una serie de estrategias alrededor de la problemática del hambre, la desnutrición y la malnutrición, problemas que trataron de ser solucionados con la creación de los comedores comunitarios. El proyecto en 2004 inició con 5565 cupos y para 2011 la cobertura se amplío logrando una solución alimentaria para 93.643 personas.
El día de hoy, y durante los próximos cuatro años que durará la alcaldía de Gustavo Petro, algunos de los comedores comunitarios podrían desaparecer.
El concejal de la Alianza Social Indígena (ASI), Juan Carlos Flores, asegura en su blog que “en el Plan de Desarrollo Bogotá Humana no se contempla ampliar la cobertura de los comedores comunitarios y se plantea un cambio en el modelo de gestión para convertirlos en ‘centros de referencia y desarrollo de capacidades sin que este claro que implicaciones tendrá’”.
Actualmente el distrito cuenta con un total de 316 comedores comunitarios ubicados en 19 localidades de la ciudad. 137 son operados con recursos de la Secretaria de Integración Social (SDIS), 173 funcionan con recursos de los Fondos de Desarrollo Local, y 6 son del Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud (IDIPRON).
Los principales problemas de los comedores comunitarios
La mala calidad de los alimentos, porque que se compran de bajo costo: se reparten en raciones inadecuadas porque que el instrumento de medición es manual; la baja calidad del servicio; el hacinamiento: las largas filas para esperar que se desocupe un puesto; la poca cantidad de baños para el excesivo número de personas y los constantes problemas de salubridad que se presentan en las instalaciones.
En algunos lugares el número de sillas dispuestas no está relacionado al número de beneficiarios del programa. Desde el 2008 la mitad de los conceptos de la Secretaría de Salud ha emitido conceptos desfavorables o pendientes a los comedores.
262 conceptos desfavorables en 2010, 169 en 2011 y 24 a febrero del 2012, son las mediciones negativas que han recibido el trato de los comedores en los últimos años. Lo que terminó en febrero del 2012 en el cierre de 25 comedores en 10 localidades de la capital afectando a más de 10 mil personas.
Por estas causas los comedores comunitarios podrán ser cerrados, aseguró el concejal Flores en los debates que se están adelantando en el Cabildo de Bogotá.
Los que están en riesgo de cerrarse
Son 173 los comedores comunitarios que están en riesgo de ser cerrados por las malas condiciones en las que se encuentran. Estos comedores son los administrados por el Fondo de Desarrollo Local de cada Alcaldía, ya que los administrados por el Distrito no presentan mayores problemas y tan sólo deben ser guiados por la entidad.
El Concejal Luis Carlos Flores aseguró que “la Secretaría de Gobierno, es un ente que no tiene competencia en la política de seguridad alimentaria”.
“Nuestra responsabilidad está en los de la secretaria de Integración Social” aseguró la secretaria de Integración Social Teresa Muñoz Lopera, quien además advirtió que los fondos de desarrollo local “deben dar garantía” del cumplimiento de los comedores comunitarios, ya que “nosotros sólo damos un lineamiento técnico”. Lo que evidencia la posición del Concejal Flores, quien asegura “la SDIS cumple un papel de vigilante pero se desentiende por completo de la operación de los comedores”.
“Si no se cambian los operadores y la secretaría no asume un mayor liderazgo en la gestión de los comedores, los problemas
que vienen del pasado se mantendrán. Hoy los comedores de la SDIS no tienen interventoría y está en riesgo la calidad de los alimentos que le suministran a las personas que más necesitan el apoyo de administración distrital”, aseguró el Concejal.
Los afectados
De llegar a cerrarse los 173 comedores que según señalo el concejal Juan Carlos Flores, se afectaría un total de 38.194 cupos que se brindan en este momento por los diferentes comedores comunitarios de la ciudad.
En Bogotá 1.287.982 (17.3%) personas carecen de ingresos suficientes para acceder a la canasta básica, y 300.456 (4%) viven por debajo de la línea de indigencia, demostrando que ese 4% está por debajo del umbral mínimo de necesidades nutricionales. Los 310 comedores que funcionan en la ciudad se atienden a más de 80 mil ciudadanos.
*Para Elena, una de las beneficiadas del plan, el servicio del comedor comunitario representa una gran ayuda, ya que “es desplazada y cuenta con alimento diario”. Por otro lado el servicio de alimentación para ella es “balanceado y las raciones son buenas”.
*El nombre de Elena fue cambiado.