Para los amantes del género de acción y aquellos que quedaron satisfechos con la primera entrega de “Búsqueda Implacable”, se estrenó en las principales salas de cine del país la segunda parte de esta historia protagonizada por el veterano Liam Neeson.

Después de dirigir películas de acción como “Transporter 3” y “Colombiana” (en la que Bogotá es retratada de nuevo como un pequeño y tropical pueblo mexicano) toma la dirección de este film el francés Oliver Megaton quien se encarga de darle la verosimilitud a esta historia y garantiza a los espectadores la emoción de los golpes, armas, explosiones y persecuciones que ya se esperan después de la primera entrega.

La historia se desarrolla en la bella ciudad de Estambúl, donde Bryan Mills (Liam Neeson) debe recuperar con vida a su esposa e hija, que tratan de pasar vacaciones cuando son víctimas de un grupo de mercenarios albanos, motivados por el deseo de vengar a sus familiares ejecutados por Bryan en la primera parte de la película. La trama no requiere mayor complicación porque todo lo demás lo completan las escenas donde el protagonista demuestra sus habilidades de búsqueda y rastreo y además, otras destrezas que son el material con el que se desarrollan las escenas de acción de la película.

El gran mérito de Neeson, es que logra darle a su personaje dos características que se contrarían pero que él logra equilibrar en la historia. Es un asesino en potencia que supera combates con un sinnúmero de hombres bajo todos los estilos de lucha y uso de armas posibles, pero también es un amoroso y entregado padre de familia que se preocupa porque su hija obtenga la licencia de conducción. Parece que con esto, el espectador debe entender que ante todo, este peligroso jubilado de la CIA es también un ser humano.

En definitiva, la trama no es muy compleja pero la película si cumple con su objetivo de emocionar al público y garantizarle un buen momento en el cine de este género de la misma manera como lo hizo la primera parte.