Un analista de Fitch Ratings considera que la reforma fiscal aprobada por Colombia en diciembre puede no ser suficiente para justificar una actualización de la perspectiva de las calificaciones del país de negativa a estable.
Actualmente puntuado con la acreditación BBB por la agencia de calificación con sede en Nueva York, Colombia está sufriendo la incertidumbre económica más profunda en años. Fitch y Standard & Poor´s pusieron al país en categoría negativa el año pasado, y a funcionarios oficiales en Bogotá, incluyendo al ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, por lo que se produjo una revisión del sistema tributario para preservar la calificación actual. “Vamos a introducir todas medidas que sean necesarias para mantener nuestra calificación BBB,” el ministro dijo a Bloomberg el año pasado.
Por su parte la firma calificadora Standard & Poor´s determinó rebajar a negativo el panorama de la deuda de Colombia producto de los efectos de los bajos precios del crudo y sus efectos en el déficit presupuestal.
Sin embargo, mantuvo la nota soberana en BBB e indicó que las perspectivas de crecimiento se han deteriorado debido al panorama internacional.
Richard Francis, analista de esta firma encargado de Colombia habló con el portal financecolombia.com en Nueva York tras una reunión con Cárdenas, aseguró que la reforma era realmente importante para el país para minimizar las preocupaciones sobre la deuda y garantizar el frente fiscal en el mediano plazo. Sin embargo, para el analista todavía es demasiado pronto para que la agencia realice algún cambio en la puntuación hasta que quede claro si el aumento del impuesto sobre el IVA del 16% al 19%, entre otros cambios que generan ingresos, será suficiente para reemplazar las enormes sumas que el gobierno ha perdido desde que el precio del petróleo se desplomó en el segundo semestre de 2014.
“Tenemos que esperar a los resultados de la reforma tributaria”, dijo Francis en Nueva York. “No podemos cambiar las calificaciones en el corto plazo sólo debido a la aprobación de la reforma que pasó en el Congreso el año pasado”.
La situación financiera por la que atraviesa el país es preocupante precisamente porque las agencias calificadoras de riesgo son las entidades encargadas de realizar estudios que indican el riesgo crediticio de una entidad o emisión de títulos con el fin de facilitar a los inversionistas la toma de decisiones a la hora de colocar sus recursos.
Son empresas cuya función es elaborar opiniones independientes, objetivas y estandarizadas sobre emisiones o titulaciones de valores o instrumentos financieros, a través de las que establecen la probabilidad estadística de que el emisor cumpla sus obligaciones derivadas de los valores o títulos. El objeto principal de la calificación son los valores de renta fija, de deuda, pero también se emiten en relación con valores de renta variable y sus emisores.
Entre estos dos extremos, las calificaciones se dividen a su vez en dos sub-grupos o categorías: los títulos calificados desde AAA hasta BBB – se consideran “grado de inversión”, en tanto los calificados entre BB y C son emisiones “grado especulativo”. El rating es una nota o calificación de la solvencia que tiene una empresa, un país, instituciones públicas, emisiones de deuda, estructurados o fondos para hacer frente a sus obligaciones de pago.