Carlos Gaviria Díaz murió este 31 de marzo en Bogotá. Su vida marcó la historia política e intelectual del país. Con su muerte el país entra en un luto colectivo debido a la pérdida de uno de los más grandes faros éticos que ha tenido Colombia.
La vida de Carlos Gaviria fue la vida de un demócrata liberal, como el mismo se definía, que dejó como legado un comportamiento ético intachable a su paso por el poder judicial colombiano.
Nacido en Sopetrán, Antioquia, en 1937, Gaviria estudió derecho en la Universidad de Antioquia y logró una maestría en la misma materia en la Universidad de Harvard.
Su vida profesional empezó en un juzgado promiscuo municipal de Rionegro, Antioquia. Luego se vinculó a la academia en la década de los 60. Terminando esta década y comenzando los años 70, Gaviria dio un paso fundamental para su vida futura y para la celebridad que hoy lo cobija: se acercó a los movimientos por la defensa de los derechos humanos en Colombia.
Ese activismo, encarnado en su paso por el Comité Regional por la Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia, desembocó en un exilio en Argentina en 1987 después de que fuera asesinado Héctor Abad Gómez quien dirigía el comité. La violencia que vivía el país y, en especial, Antioquia tuvieron a Gaviria alejado dos años.
A su regreso volvió a vincularse a la academia hasta que en 1992, después de que la nueva Constitución Política estableciera la necesidad de una Corte Constitucional en propiedad, Gaviria fue ternado por el Consejo de Estado.
Su paso por la Corte Constitucional fue de 8 años, entre 1993 y 2001. Durante ese periodo Gaviria se caracterizó por representar la línea más progresista de la jurisprudencia constitucional. Suyas fueron las luchas por afianzar los derechos estrechamente relacionados con la libre determinación de las personas. Suyas fueron las sentencias en las que se despenalizó la dosis mínima o la eutanasia.
Al dejar la Corte Constitucional, Gaviria Díaz saltó a la política siendo elegido senador por el Frente Social y Político, que agrupaba a todas las vertientes de la izquierda democrática en el país. Su labor como senador estuvo marcada por una férrea oposición a Álvaro Uribe Vélez como presidente y, en especial, al deseo de reelección de ese mandatario en ese momento.
En 2003 la Alternativa Democrática y el recién creado Polo Democrático Alternativo se unieron con lo cual Gaviria quedó como uno de los líderes de esta unión. Su nombre logró tanta proyección y peso que fue escogido como el candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo en 2006 para disputarle a Uribe, en su reelección, la primera magistratura del país.
A pesar de que muchos de sus detractores lo consideraron como el candidato de las Farc, en esas elecciones, Gaviria posicionó al Polo como una fuerza política de peso logrando poner dos millones seiscientos mil votos.
Luego de perder en las urnas, entre 2006 y 2009, Carlos Gaviria se desempeñó como presidente del Polo Democrático en donde tuvo que afrontar las crisis internas del partido y las divisiones que dejaban ver el futuro de esa colectividad política.
En 2010 fue considerado como precandidato presidencial pero perdió la consulta interna frente al actual alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. Este último, con su salida del partido, generó una crisis al interior del Polo a la que tuvo que plantarle cara Gaviria Díaz buscando su reorganización interna.
Fue una persona cuya opinión tenía un gran peso en la vida política e intelectual de país. Sus conceptos, conferencias e ideas se han ido convirtiendo en un referente de la lucha por las libertades en la democracia colombiana. Además, la jurisprudencia que lleva su firma es considerada como la más progresista que se haya podido tener en materia constitucional. Para muchas voces, la muerte de Gaviria Díaz es la muerte de una gran esperanza para la izquierda democrática colombiana.
Después de estar hospitalizado gran parte del inicio de 2015, Carlos Gaviria Díaz murió el 31 de marzo de ese mismo año en Bogotá.