Colombia debe pasar del plomo a un país aplomado y en paz

El proceso de paz que emprenderá el gobierno colombiano, debe partir del establecimiento, de las personas adineradas y de todo un país que reclama la conciliación negada por décadas.

Así lo declaró en Confidencial Colombia el consultor empresarial y experto en temas de paz, Eugenio Marulanda quien indicó que el país debe entrar de nuevo por los caminos de la pacificación, pero con socios y amigos del proceso y no con detractores ni enemigos agazapados de las negociaciones que ojalá conduzcan a la tranquilidad.

Marulanda expuso que le llegó la hora al establecimiento, a los intelectuales, a los curas y a los empresarios de jugársela por una iniciativa sana para no reincidir en esos lamentables abortos de negociación con el ELN y los mismos paramilitares.

“Es increíble que en plenos albores del siglo 21 aun persista un conflicto imbécil que a nada a conducido, salvo a la violación de los derechos humanos, a la proscripción de campesinos y a la degradación de una guerra que no tiene brújula y que mezcló inconformismos con secuestros, muertes selectivas, boleteos y todo tipo de agresión a la sociedad civil”, afirmó Marulanda.

En su opinión, no es posible que Colombia no le apueste a la gran empresa de la paz, esa que de conseguirse, dejará los mejores reductos y el más próspero camino para la inclusión social y económica que finalmente se traducirá en equidad como el punto de partida para la reconstrucción social y nacional.

“No debemos pecar en desarrollar procesos de paz en medio del empobrecimiento. Aquí le toca jugársela al ejecutivo como base de la institucionalidad y la ordenanza, al estamento, a los empresarios y a los ricos en general para garantizar ecuanimidad y futuro. Afortunadamente tenemos un decálogo de frustraciones que paradójicamente pueden ser el mejor precedente para empezar algo serio, sin algarabías y sin alharacas, ojalá todo con método, tranquilidad y sensatez, pero en el tren de la paz, indiscutiblemente hay que montarse”, conceptuó Eugenio Marulanda.


Hay que ensamblar la paz

Los industriales de las autopartes expresaron su total respaldo al proceso de paz que iniciará el gobierno con las guerrillas al considerar que la conciliación y el diálogo son la única salida coherente para darle a los colombianos la tranquilidad alterada por más de 70 años en la historia reciente.

El presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Autopartes (Acolfa), Camilo Llinás Angulo en diálogo con Confidencial Colombia manifestó su regocijo por los acercamientos entre el ejecutivo y la insurgencia, situación que genera “expectativa y mucho optimismo”.

En consideración del dirigente gremial hay que darle la oportunidad al Presidente Santos de hacer lo que otros mandatarios hicieron sin mucho éxito, corrigiendo lo errores y por sobre todo generando opinión ante el país y llevando el mensaje que este proceso se adelantará de manera seria.

“Hay que crear un entorno alrededor de los grupos armados de que la cosa es en serio y a su vez ellos, los insurgentes, deben transmitir ese sentido de sensatez y compromiso con los nacionales que se vuelven a ilusionar con una salida negociada”, declaró Llinás.

Consideró prudente que lo diálogos se realicen en el exterior para trabajar sin ningún tipo de presión e informar a la opinión pública cuando existan avances concretos sobe como marcha el asunto. “Bienvenido ese diálogo y lo único cierto es que todos tenemos que participar”.

Para el vocero, ahora más que nunca la nación tiene que volvérsela a jugar y aseguró que la experiencia de negociaciones pasadas le permite al ejecutivo regresar a la mesa de negociación con fortaleza y certeza de que todo saldrá bien porque lo cierto es que esa puerta no se puede cerrar.

“Ojalá y de corazón lo digo, en esta oportunidad las cosas si se den y lleguemos a feliz término porque estamos hablando de la tranquilidad y del sosiego de todos los colombianos”, dijo el presidente de Acolfa.

Aseveró que los más de setenta años de plomo le dan al estado la experiencia suficiente para aplomar el país y llevarlo por el derrotero de la paz, pero creando todo un entorno de credibilidad que permita todo el respaldo de los colombianos como hasta hoy se manifiesta por parte de la sociedad civil y el estamento como tal.

“Desde esta tribuna gremial le envío al gobierno todo mi respaldo y el de mis agremiados para que todo salga de la mejor manera. Si se hace necesario desplazarnos al exterior o a donde sea, allí estaremos jugándonosla por la patria y la reconciliación”, señaló el líder empresarial.


Que pesar los francotiradores

Para el presiente de Acolfa, Camilo Llinás, en todo proceso de paz siempre habrá enemigos de la reconciliación por diferentes motivos. En su opinión los francotiradores de las negociaciones encaminadas a la avenencia estarán siempre a la orden del día.

Explicó que el proceso tendrá enemigos desde el punto de vista militar, político o financiero.”Todo eso lo tendremos que superar por el bien común y por el bien de la paz”.

Conceptuó que contrario a lo que algunos dicen, en esta eventual negociación es cuando más condiciones hay toda vez que el gobierno le ha dado golpes muy fuertes a la guerrilla lo cual se traduce en ventajas.

Llinás anotó que la negociación no será sinónimo de pérdida de institucionalidad y afirmó que la mesa debe estructurarse y apoyarse desde todos los sectores.

El vocero de Acolfa dijo que los precios y las cifras de la paz no deben verse como un costo sino como una inversión en vista que al término de las negociaciones, con un país productivo y en armonía se disfrutará de mayor riqueza y de una equidad social real. “Sin atentados a la infraestructura, con garantías y la gente volviendo al campo a este país no lo para nadie, pues si como vamos, vamos bien, con concordia y amistad iremos mucho mejor”.


Fedegan le apuesta a herramientas militares y judiciales

El gremio ganadero del país aseguró que no le cree a los procesos de paz con las guerrillas por cuanto en negociaciones pasadas demostraron que el diálogo no es de su interés a tiempo que consideró que no hay condiciones para dar un paso de semejante magnitud con grupos terroristas y vinculados al narcotráfico. Asegura que la única vía para consolidar un país legítimo y constitucional es la seguridad democrática.

El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), José Félix Lafaurie indicó que la única manera de enfrentar la criminalidad es haciendo uso de los instrumentos que tiene el estado, llámese fuerza pública, justicia y desarrollo rural. En su concepto, solo desplegando estos factores en las zonas vulnerables y en donde el orden público apremia es que se hacen visibles los resultados.

“Como presidente de Fedegán, soy el primero en aplaudir cualquier gestión que conduzca a una paz segura y duradera, porque el ganadero ha sido uno de los sectores que más ha sufrido el conflicto. Lo que no veo son las condiciones. No creo que Colombia hoy pueda dar un paso como el que se está proponiendo”, declaró el dirigente gremial.

Afirmó que el proceso de paz que se abre paso es una apuesta demasiado arriesgada por las condiciones en las que están catalogadas las fuerzas insurgentes que entre otras cosas le incumplieron a toda una sociedad que otrora creyó en un verdadero encuentro de reconciliación.

Lafaurie defendió las políticas del ex presidente, Álvaro Uribe Vélez al considerar que por la iniciativa del en 2002 nadie daba un peso por la tranquilidad, salvo una rendición ante los violentos. Afirmó que las cosas cambiaron de manera radical porque anteriormente la gente se escondía en las casas donde la sacaban para secuestrarla o extorsionarla.

“En 2006 y 2007 el empresario volvió al campo a hacer inversiones. Hoy nos planteamos si esto es con diálogos, si es abriendo, como dice el presidente Santos, la llave para la paz que el país merece, o por el contrario, hay que continuar en el camino que ya traía el país para finalmente derrotar la criminalidad, como hace cualquier Estado legítimo con los instrumentos que tiene”, afirmó.

Lafaurie desestimó los oficios de paz del Presidente Santos al precisar que la coyuntura no se presta para que el Gobierno avance en un acuerdo de paz, porque el mandato que le dio el país no era para hacer lo del ex presidente, Pastrana en su momento, es decir negociar la conciliación nacional con los subversivos.

“La sociedad no entendería cómo un Gobierno puede sentarse con un grupo de terroristas ligado al narcotráfico. Una cosa era el Estado para reprimir el crimen antes de 2002, sin helicópteros ni soldados entrenados, con dificultades para confrontar. Mientras que en los ocho años de la seguridad democrática, la capacidad de enfrentar la criminalidad fue de tal naturaleza, que permitía soñar con la paz, porque el colombiano del común se sintió tranquilo”, aseveró el vocero de los ganaderos.

Criticó duramente la labor del gobierno Pastrana a quien señaló de buscarle a las FARC un reconocimiento internacional con cargo al presupuesto nacional con el que el ex comisionado de paz, Víctor G. Ricardo paseó a los insurgentes por Europa.

Igualmente invocó la vigencia del Tratado de Roma, sobre el cual explicó que cualquier actor que incurre en crímenes de guerra o lesa humanidad, que violente los principios básicos del Derecho Internacional Humanitario, no tiene ninguna posibilidad de sentarse a negociar con un Estado.