El anciano de 105 años que ha batido el récord de la hora

Robert Marchand recorrió 22,547 kilómetros en apenas una hora dando 92 vueltas en el mismo velódromo donde hace dos años estableció otro récord. Este anciano demuestra que a pesar de los años no existe límite que uno se pueda marcar.

La verdadera edad está en el interior. Robert Marchand demostró que un espíritu mucho más joven que cualquier adolescente. A sus 105 años batió el récord del mundo de la hora personas de su edad. Lo consiguió este mismo miércoles en el Velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines, el mismo lugar donde hace dos años también estableció el anterior récord.

“No soy un fenómeno ni un campeón, soy un tipo normal”, explicaba hoy un Marchand emocionado tras lograr el hito. Pocos pueden presumir como él, de haber vivido dos Guerras Mundiales, la entrada del ejército alemán en su localidad Amiens en 1914, 16 presidentes de Francia, miembro de la Resistencia en la IIGM, encarcelado por negarse a dar clase a niños de los colaboradores de la Europa nazi, campeón de en su país de gimnasia, bombero en París, criador de pollos en Venezuela y leñador en Canadá. Una hoja de vida al alcance de muy pocos

¿Su secreto? No pasar de las 110 pulsaciones por minuto y llevar un poco de miel en su termo de agua. Marchand recorrió 22,547 kilómetros en apenas una hora dando 92 vueltas al velódromo. “Estoy bien. No lo he pasado mal por las piernas sino con los brazos porque tengo reuma”, confesaba una vez se bajaba de su cicla.

Corredor furstado, intentó hacer sus pinitos en el ciclismo a los 20 años pero corta estatura le privó de llegar a cumplir su sueño. Más de medio siglo después se resignó a abandonar esta aventura y comenzó su primera ruta de largo recorrido a los 86 años. En 2012 logró el récord de 100 km para personas mayores de 100 años, con un tiempo de 4 horas 17 minutos y 17 segundos.
“Toda mi vida he hecho deporte, he comido mucha fruta y legumbres, no tomo demasiado café, nada de cigarrillos, y poco alcohol”, revela. Apenas come carne, solo una vez a la semana porque es un amante del pescado. Realiza ejercicios cada día con un entrenador personal y sale con compañeros también a dar pedaladas. “Su cuerpo es pequeño pero tiene un corazón que bombea tanta sangre por minuto como el de una persona más grande”, explica Veronique Billat, psicóloga de Universidad que le sigue desde que cumplió 100 años.

Totalmente independiente a pesar de su edad. Es un ejemplo de lo que puede llegar a hacer una persona de más de 100 años. Vive en su casa solo, donde el mismo se hace cada día su comida y su mercado. “Este hombre nos va a enterrar a todos”, confiesa un amigo suyo a Le Parisien.