El rap que quiere llegar a la Mesa de La Habana

Los jóvenes víctimas del conflicto armado también reclaman. Reclaman educación gratuita y de calidad, verdad, reparación, que no se les obligue ser parte de la guerra con el servicio militar, sino de la vida prestando servicio social o ambiental; que les garanticen que al terminar una carrera tecnológica y universitaria obtengan un empleo. Estas y otras propuestas serán llevadas a la mesa de negociación a finales de este mes.

Con esta propuesta se incluirá la canción que compusieron más 120 jóvenes de diferentes regiones del país que se reunieron la semana pasada en Bogotá con el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo.

“Nos reconocemos como víctimas y apostamos por la paz. (..) Trabajaremos por la comunidad con educación buscaremos cultura, que es la cura. Por un país donde la paz perdure”, este es el coro de la canción que a ritmo de rap los jóvenes víctimas del conflicto armado cantarán, si se les permite hacerlo, ante la Mesa.

Deyder Henríquez Matos fue uno de los jóvenes que estuvo presente en el encuentro, hace parte de la mesa municipal de Cartagena. Tiene 22 años y estudió Administración. Cuando tenía 11 años fue desplazado del corregimiento de Taganga– Santa Marta, junto a sus padres y su hermana por grupos paramilitares. Desde entonces han vivido en diferentes barrios de Cartagena. Cuando vivían en su tierra natal se dedicaban al trabajo comunitario, ahora a la artesanía.

Henríquez tiene la ilusión de que un grupo numeroso de jóvenes esté presente en los diálogos de paz, aunque comenta que les dijeron que “es imposible que fueran varios jóvenes, sin embargo que iban a gestionar para que por lo menos asistiera un representante”. La canción es compilación de todas las propuestas e ideas que se pactaron en el encuentro “esa canción es muy representativa. Metodológicamente no sabemos si será permitido expresar en la Mesa lo que nosotros pactamos”.

¿Qué quieren los jóvenes?


“En términos más concretos qué queremos: No queremos más violencia, queremos la desvinculación de niños y adolescentes de grupos al margen de la ley. Que no seamos obligados a participar en la guerra, que el gobierno y las empresas no nos exijan la tarjeta militar para trabajar o para estudiar, por ejemplo, hasta la fecha no me he podido graduar porque no tengo la tarjeta militar, aún teniendo preferencia por ser víctima del conflicto. En una nueva Colombia no debe ser necesario la liberta militar y en vez del tarjeta militar que se nos exija un certificado de prestación de servicio social o ambiental.

Exigimos una educación pública, gratuita, de calidad, financiada por el Estado, que puedan beneficiar a los jóvenes y que puedan llegar a los territorios más recónditos del país en donde se encuentran jóvenes con limitaciones de recursos” manifiesta Deyder.

Por su parte Fabricio Sánchez, tejedor de la iniciativa de la Unidad de Victimas de la comunidad de Tibú, le dijo a Confidencial Colombia que durante el encuentro crearon propuestas desde lo regional en educación, en cultura, en deporte, en empleo y en lo empresarial para niños, adolescentes y jóvenes que han estado en medio del conflicto armado.

En la mesa de participación en donde se encontraba Fabricio compusieron una canción, “Voces de paz”;ésta, igual que la otra, resume lo que los jóvenes le exigen al gobierno y a las Farc en los diálogos de paz: “Más amor, menos odio. Más educación en mi territorio, más reparación por lo meritorio. Empezar desde cero un nuevo episodio”.


“Reparación integral. Para que haya una reparación, primero tienen que haber esclarecimiento de la verdad por parte de Estado porque el Estado tiene víctimas dentro de todo este conflicto. Por ejemplo acá en el tema del Catatumbo la masacre del 1999 en la Gabarra y en el Tibú, se conoce que los paramilitares cuando incursionaron a esta zona lo hicieron en camiones oficiales del Ejército, entonces esas acciones son las que le exigimos al Estado para que haya una reconciliación y una reparación integral”.

Finalmente, entre las propuestas exigen que los jóvenes y niños que se encuentren en las filas de la guerrilla, se les prepare su desmovilización para ayudarlos en la reinserción civil, el recibimiento por parte de la sociedad y que se les garanticela educación y el empleo.