El Real Madrid vuelve a quedarse pálido por segundo partido consecutivo. Encadena su segunda derrota después de llevar 40 partidos invicto. Mostró una de sus peores caras desde que Zidane cogió las riendas del equipo y echó en falta el gran momento de forma que estaba viviendo James antes de su última lesión.
No han pasado ni tres encuentros para que el Real Madrid eche de menos el buen momento que vivía James en este inicio de año. Desde que se anunció la baja del jugador colombiano, el Real se ha adentrado en una racha negativa de resultados que no había vivido en toda la época de Zidane. Sea casualidad o no, la cuestión es que suman dos derrotas y un empate desde que el maldito sóleo volvió a acechar a James.
Contra el Celta se vio una de las versiones más grises que se han visto del Real Madrid de Zidane. Y eso que se han visto muchas, pero la diferencia es que antes ganaban. En Sevilla perdieron un invicto de 40 partidos y contra el Celta se evidenció que esta derrota puede haberlos afectado más de la cuenta. En algún punto estarán tocados psicológicamente los blancos, contra los gallegos no fueron nunca el equipo solvente de los últimos meses. Faltos de intensidad y de actitud, solo se engancharon al encuentro en el último periodo, cuando ya era tarde.
Los celestes aprovecharon el lapsus de los merengues y se ponen con una ventaja favorable para el encuentro de vuelta. Solo el Atlético de Simeone había sacado un resultado tan bueno del Bernabéu desde que Zidane es técnico blanco. El Celta volvió a lograr esta hazaña casi un año más tarde. Apoyados en el primer tanto de Aspas, que estaba ya medio cantado en la noche de Madrid. Aprovecharon una contra que cogió a contrapié a la defensa blanca. Bongonda colgó un balón que despejó Marcelo a la frontal. La pelota le cayó en bandeja de plata a Aspas, que no perdonó el regalo de cara al arco de Casilla.
El Madrid se volcó entonces al ataque, más a la desesperada que con criterio. Y en mitad de la precipitada avalancha, Marcelo rescató un premio con un rechazo en el área. Sacó una volea potente y puso de nuevo las tablas. Poco le duró la alegría al Madrid. 30 segundos más tarde, Lucas Vázquez cometía un error infantil en el medio y regalaba un balón a los delanteros celtas dejándoles toda la ventaja y el campo para correr. Jonny a la carrera anotó en el mano a mano contra Casilla.
Vuelta a los remos y a contracorriente, con la misma desesperación de minutos antes. El Madrid se perdió en las ansias y en su afán por demostrarse a sí mismo que lo de Sevilla fue un accidente. No lo fue. Fue un serio aviso que bien pudieron haber recibido antes, pero que no llegó gracias a la suerte infinita que había tenido hasta ahora Zidane. El técnico deberá trabajar ahora bien serio este bajón psicológico y recuperar cuanto antes a un James que se echó en falta en la noche del Bernabéu.