En siete meses, el Presidente de Filipinas elimina a 7.042 traficantes y consumidores de droga

En el análisis, se comprende que de los 7.042 fallecimientos , 2.517 corresponden a presuntos consumidores o traficantes muertos en operaciones policiales, las autoridades manifestó que sus decesos fueron justificados por resistirse a la autoridad, mientras que se registraron otros 3.603 asesinatos bajo investigación. Asimismo, la investigación de otras 922 muertes ya fueron cerradas.

Salió a la luz el primer reporte de la Policía Nacional de Filipinas, manifestando los resultados de la guerra antidrogas que su presidente, Rodrigo Duterte, ha realizado tras los primero siete meses de su mandato.

1000 muertos por mes, es el promedio que a día de hoy registran los más de 7.042 fallecidos, según lo anunció la propia policía en el más reciente pronunciamiento a los medios nacionales.

En el análisis, se comprende que de los 7.042 fallecimientos , 2.517 corresponden a presuntos consumidores o traficantes muertos en operaciones policiales, las autoridades manifestó que sus decesos fueron justificados por resistirse a la autoridad, mientras que se registraron otros 3.603 asesinatos bajo investigación. Asimismo, la investigación de otras 922 muertes ya fueron cerradas.

Por otra parte, también se registran en este gobierno Duterte que se han producido 52.041 detenciones, así como 6,8 millones de casas fueron registradas en su proyecto «TokHang» (llamar y alegar), donde las autoridades “acuerdan” llegar a las casas para prevenir cualquier tipo de actividades delictivas.

Ante las diferentes acusaciones y denuncias sobre la gestión de Duterte, el mandatario les respondió. “Los defensores de los derechos humanos dijeron que ordené los asesinatos. Les digo “OK”. Vamos a parar. Dejaremos a los consumidores de drogas multiplicarse para que cuando llegue el tiempo de cosecha, más gente muera”, aseguró.

“Si Alemania tenía Hitler, Filipinas tendrá …“, llegó a asegurar Duterte en un discurso en la ciudad de Davao, procediendo luego a una pausa para señalarse a sí mismo.