“Lo que ha acontecido con este trágico evento es responsabilidad directa de la empresa Lamia y el piloto”, dice el Ministro de Obras Públicas y Servivios de Bolivia, Milton Claros. Concretamente culpan a la aerolínea de “los delitos de incumplimiento de deberes, uso indebido de influencias y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública”.
“Lo que ha acontecido con este trágico evento es responsabilidad directa de la empresa Lamia y el piloto”, afirmó rotundamente este martes el Ministro de Obras Públicas y Servicios, Milton Claros, quien convocó una rueda de prensa con los medios para dar a conocer públicamente los resultados de la investigación que realizó el gobierno.
En las indagaciones que han realizado también confirmaron que han encontrado indicios suficientes para sancionar los actos de responsabilidad de servidores públicos “por algunas omisiones que se han presentado”. Entre ellos se encuentra la funcionaria de AASANA, Celia Castedo -la cual había sido extraditada desde Brasil, donde acudió para pedir asilo, a Bolivia- junto a unos de subordinados por no haber realizado la advertencia en su debido momento sobre los errores que tenía el plan de vuelo de LaMia.
Tampoco se han librado de las respectivas sanciones los responsables de la Dirección General de Aeronáutica Civil, César Varela, y de AASANA, Tito Gandarillas, los cuales fueron apartados de sus cargos tras el fatídico accidente aéreo. El segundo se enfrenta a un sumario administrativo y se le acusa de incumplir deberes, mientras que el primero está imputado por “omisión de denuncia” al no haber puntuado en su momento por la evidente relación -padre e hijo- que existe entre el director de la aerolínea, Gustavo Vargas Gamboa, y el exdirector de DGAC, Gustavo Vargas Villegas.
La acusación que hace el ministerio sobre Vargas Villegas es de participar “en los delitos de incumplimiento de deberes, uso indebido de influencias y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública”. El Director de Transporte Aéreo, Andy Rocabado, confirmó que LaMia logró todos esos permisos y certificaciones de forma ortodoxa, aunque admitió que pudo incurrir en tráfico de influencias, ya que Vargas Villegas era el supervisor de todo esto. En cuanto al tema del la escasa gasolina con la que volaron, Rocabado especificó que es reponsabilidad directa del piloto, el cual “tiene que verificar que la dotación total no sea igual a la autonomía de vuelo”.