“La izquierda le está haciendo un grave daño a Bogotá”

El político liberal considera que la capital colombiana está siendo víctima de la improvisación de la administración de Gustavo Petro. Insiste en que se queda en el discurso y no ejecuta. Sin embargo, dejó en claro que no quiere que al Alcalde Mayor le vaya mal, solo que le dé un verdadero rumbo a sus políticas públicas.

Dos grandes mapas de Bogotá en los que se detalla cada una de sus localidades, que representan el sueño de David Luna por construir una mejor ciudad. Por ello continúa en su empeño de mantener la mirada crítica a los problemas que actualmente aquejan a la capital.

Su último cargo público fue el Viceministerio del Trabajo durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Ahora está dedicado a la academia y a la consultoría con el sector privado, mientras se da un tiempo y toma las decisiones más acertadas para su futuro. Volver al Congreso no es una opción a corto plazo, prefiere seguir preparándose para ser el próximo Alcalde de Bogotá.

En diálogo con Confidencial Colombia, sostuvo que la ciudad cada vez está más rezagada en materia de movilidad, infraestructura, vivienda, política social y ambiental e insistió en que se debe a que la izquierda se ha mantenido en el poder los últimos diez años.


Confidencial Colombia: ¿Cuál es el rumbo de David Luna en este momento?


David Luna: Llevo 17 años dedicado al servicio público y ya he escalado peldaño por peldaño. Después de ese tiempo de trabajo en lo público, tomé la determinación de retirarme, en primer lugar para dedicarle un rato a la academia, para poder pensar, poder construir y por supuesto para seguir hablando de política, hoy en día como miembro de la sociedad civil.

No tengo una aspiración puntual, ese cuento de que me retiré para ir al Congreso no es cierto, no he tenido ninguna intención de regresar por ahora, porque ya estuve en la Cámara de Representantes y creo que otras generaciones merecen esa oportunidad. Y entre otras porque lo que entiendo, lo que he construido y para lo que me he preparado en todo este tiempo es para ayudar a que Bogotá pueda salir del hueco en el que la tiene la izquierda colombiana durante los últimos 10 años.


Confidencial Colombia: ¿No es discriminatorio echarle toda la culpa a la izquierda?


D.L: Bajo ninguna circunstancia. Creo que las últimas tres administraciones, la de Lucho Garzón, la de Samuel Moreno y ahora la de Gustavo Petro, le han hecho un grave daño a la ciudad por varias razones:

Una de ellas, que la Alcaldía para ellos fue el plan de reciclaje por no haber llegado a la Presidencia de la República. Ese fue el caso de Lucho Garzón y el caso de Petro. Ellos no lograron ser elegidos Presidente y resolvieron que el único paso que les quedaba disponible era la Alcaldía, lo cual ha demostrado que fueron elegidos sin conocer Bogotá. Y en el caso de Samuel Moreno, pues que llegó, no solo a robar, sino a pretender un trampolín para llegar a la Presidencia. Entonces ahí ha habido una total improvisación, no solo en el manejo de la institucionalidad, sino en el manejo de los recursos y de la política pública. Acá lo único que se ha pretendido es buscar un beneficio electoral.

Me podrán corregir en lo siguiente, recuerdo mucho que Julio Sánchez le preguntó a Lucho cuando ya dejaba la Alcaldía, que cuál había sido lo más difícil en su administración, y él respondió que el primer año porque fue lo que se tardó en conocer y entender Bogotá. Lo mismo le pasó a Moreno y lo mismo le está pasando a Petro, por esa razón, la ciudad está descarrilada totalmente.


Confidencial Colombia: ¿Si no es Congreso entonces cuál es su aspiración o va a esperar para ser otra vez candidato a la Alcaldía en 2015?


D.L: Los políticos en el país han acostumbrado a los colombianos a que siempre tienen que aspirar a cualquier cargo de elección popular que esté disponible. En estos momentos no tengo una aspiración puntual, claro está que eso no quiere decir que en algún momento se me pase por la cabeza millones de ideas, una de ellas es volver a aspirar a la Alcaldía en el año 2015, porque creo que tengo cómo demostrar que tengo el conocimiento y las propuestas claras para que esta ciudad pueda salir del hueco en el que está.

Con el Partido Liberal por supuesto siempre tengo una constante conversación y en algunos momentos me han planteado que sea parte de la lista al Senado, a lo que he respondido que lo mío es Bogotá y que quiero concentrarme en ello.


¿Está esperando a que se resuelva lo de la revocatoria para ver si puede lanzarse como posible candidato en reemplazo de Petro?


D.L: Sobre la revocatoria, yo no vivo de inciertos. Ahí hay una revocatoria que está desarrollándose, legítima, porque recordemos que está consagrada en la Constitución política y también hay un proceso disciplinario que está adelantando el Procurador General de la Nación. Yo de ninguna manera soy persona que armo escenarios dependiendo de que le vaya mal a otra persona. Simplemente quien esté en ese proceso, que responda por ese proceso.


Confidencial Colombia: Además de la academia, también se ha dedicado a la consultoría. ¿Es consultor de la petrolera Pacific Rubiales? ¿En ese caso no estaría inhabilitado?


D.L: No soy consultor de Pacific Rubiales. En este momento lo que estoy construyendo es un escenario que se llama ‘el observatorio gubernamental’, que es una figura que de alguna u otra manera le permite a las empresas tener una relación directa con el Gobierno y yo la pongo a consideración o en utilización de muchas compañías. No estoy inhabilitado porque esa figura se la entregué a Loson y yo no tengo ninguna relación directa con esas consultorías.


El panorama actual de Bogotá



Confidencial Colombia: ¿En este momento cuál considera que es el problema más grave en Bogotá?


D.L: El de la movilidad. Bogotá requiere y tiene la obligación de un Sistema integrado de transporte público, ¿Qué quiere decir eso? Que un ciudadano se pueda montar en una ruta y movilizarse con facilidad, para que de alguna manera no pague los transbordos. Sin embargo, Bogotá diseñó ese modelo, lo puso en práctica, pero está ad portas de fracasar, por falta de control, y adicionalmente por falta de seguimiento.

Hoy en día ese sistema está perdiendo 4 mil millones de pesos a la semana. Está generando unas dificultades enormes en el transporte de las personas en situación de discapacidad y no está logrando lo que tenía que haber logrado, primero sacar las rutas tradicionales que en este momento siguen transitando por Bogotá, y en segundo lugar pues algo mucho más complicado poniéndolas a competir con el SITP. Si no hay gerencia en ese sistema, pues la situación va a ser mucho más dramática desde el punto de vista estructural que cualquier otro modelo de transporte. ¿Qué quiero decir con esto? Que estamos haciendo un gran esfuerzo para que no se pueda desarrollar un sistema adecuado en la ciudad. El SITP debe ser la prioridad más grande y tristemente no está cumpliendo con las expectativas.


Confidencial Colombia: ¿Hacia dónde va el problema de movilidad sumándole el problema del mal estado de la malla vial?


D.L: Es complicado porque el mantenimiento de la malla vial se asocia a la falta de ejecución. En 2012 la Unidad de Mantenimiento Vial, UMV, solamente ejecutó el 35% del presupuesto y el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, solo ejecutó el 65% del presupuesto, lo que significa que se dejaron de ejecutar más de 500 mil millones de pesos. Lo que va corrido del 2013 la UMV solamente ha ejecutado el 20 por ciento y el IDU el 14 por ciento.

Pero hay una cosa adicional, todavía más compleja, y es que las alcaldías locales han dejado de ejecutar 216 mil millones de pesos, lo que quiere decir que lo tenemos disponible para tapar los famosos huecos, para las pésimas condiciones que tienen nuestras vías en estos momentos, podrían ser invertidos y podrían estar mejorándose. Sin embargo, hasta el momento eso no se está dando y por ello hemos emitido una serie de alertas a la administración para que desarrolle esa actividad correctamente.


Confidencial Colombia: ¿Entonces a la administración le falta gerencia?


D.L: Básicamente hay una falta de gerencia inmensamente grande, que se demuestra en más de 46 cambios en su gabinete en el último año y medio. Hay inestabilidad, falta de direccionamiento total y falta de seguimiento a sus políticas públicas. Lo más difícil es que no hay personas expertas en la administración de lo público, lo cual hace notar que todo este tipo de temas se están quedando en el ambiente, se están quedando en los anuncios, en los llamados, pero no en la ejecución que claramente le está generando a Bogotá una dificultad que se suma a la improvisación.


Confidencial Colombia: ¿El Alcalde Petro no se deja ayudar?


D.L: Es muy difícil tratar de conversar con él y los miembros de su equipo. Cuando yo particularmente lanzo mensajes para alertar o con el ánimo de recomendar, esos mensajes no son bien recibidos por las personas de su entorno. Todo se cree que es una oposición y acá lo que se está buscando es que la ciudad tenga la posibilidad de encontrar un rumbo.

A Jaime Castro lo van a recordar siempre por darle orden a la institucionalidad. A Anthanas Mockus por su cultura ciudadana. A Lucho Garzón por su política de ‘Bogotá sin Hambre’. A Samuel Moreno por ladrón. Y a Petro uno no sabe por qué lo van a recordar.

Dice que su gobierno es el gobierno del agua, pero no estamos hablando de las dificultades pueda tener la represa de Chingaza en 15 años; no sabemos cuál es el futuro sobre la remodelación del acueducto y alcantarillado que necesita esta ciudad. Él dice que es un modelo ambiental pero está ad portas de terminar la vida útil de Doña Juana. En fin, hay unas dificultades muy grandes que no sabemos claramente hacia donde van.


Confidencial Colombia: ¿Qué ha hecho bien el Alcalde?


D.L: Varias cosas. La política de desarme es valiosa, es sensata. Creo que ha hecho un esfuerzo muy grande en la protección de los animales. Ha sacado adelante recuperar la importancia que tiene el uso de la bicicleta.

Lo único que yo le pediría a Dios si voy en un avión que pilotea Petro, es que no le falle nada absolutamente nada al avión. Porque él para resolver algún inconveniente organizaría una marcha o un mitin. Lo que Bogotá necesita son soluciones y claramente con Petro nos estamos quedando en el discurso.


Revocatoria y Procuraduría



Confidencial Colombia: ¿Está de acuerdo con la Revocatoria al mandato del Alcalde?


D.L: Algunos dicen que tramitar una revocatoria en este momento es atentar contra el proceso de paz y les he contestado que Petro evidentemente es fruto de un proceso de paz, pero también es importante recordar que el M-19 es coautor de la Constitución del 91 que consagra la revocatoria. Entonces pretender desvirtuar la revocatoria per se, es una equivocación, porque es una figura que creo que ha adelantado de manera correcta el Representante a la Cámara, Miguel Gómez, y que las instancias competentes son las que tendrán que definir si se puede o no se puede llevar a feliz término.

De otro lado me preocupa mucho que por la revocatoria, el Alcalde todos los días cambie de ideas, de percepción y de estrategia. Me preocupa, porque de esa misma manera está llevando las decisiones de la ciudad. Un día en materia de movilidad dice una cosa, al siguiente dice otra y con esto quiero decir que Bogotá no está siendo gobernada bajo un esquema y una línea.

Yo firmé la revocatoria, como un ciudadano común y corriente y hasta lo publiqué en mi web porque uno no debe ocultar esas cosas. Algo muy distinto es hacer campaña para que al Alcalde no le vaya bien, y a mí sí me interesa que le vaya bien, sin embargo, él es el que no está haciendo las cosas bien.

Éste mensaje que le está mandando la ciudadanía, 500 mil personas o menos o las que sea, de alguna forma contempla que bajo ninguna circunstancia se puede relajar, y que tiene que concentrarse es en gobernar.


Confidencial Colombia: ¿El Alcalde se puede estar equivocando al confiar que la propia ciudadanía puede ser su salvavidas en la revocatoria?


D.L: Cambió de estrategia al pasar de la defensa frontal del proceso, a decir que políticamente es posible que se convoque la revocatoria y las personas que crean en su gobierno salgan a defenderlo. Eso es normal, pero lo único cierto es que cambia constantemente de posición y preocupa que eso esté sucediendo respecto al gobierno de Bogotá, respecto a las dificultades que se están presentando en diferentes materias.

Dijo un día que iba a continuar con la política de seguridad alimentaria, pero cerró los comedores comunitarios; dijo un día que le interesaba la niñez, pero cerró algunos colegios que tenían los niños para asistir a sus clases; dijo un día que estaba convencido en el plan de desarrollo, que la vivienda era pieza esencial del funcionamiento y sobre todo del desarrollo de una ciudad y no ha cumplido ninguna meta de la vivienda. Y así hay varios ejemplos que permiten dejar ver es la clarísima contradicción entre sus tesis y sus ejecutorias.


Confidencial Colombia: ¿La posible destitución por parte de la Procuraduría podría poner en riesgo otras administraciones en el país?


D.L: Lo importante es que Petro tenga todas las garantías para poderse defender. Lo que es absolutamente cierto es que es una herramienta que contempla el Estado colombiano, que hay que respetar y que hay que permitir todas y cada una de las posibilidades de defensa para que después no se diga que fue un fallo de carácter político. Recordemos que Petro votó por el Procurador, que otro de los investigados, Diego Bravo, trabajó con Alejandro Ordóñez, entonces es un poco incongruente que una persona que votó o trabajó con el procurador se sienta perseguido políticamente.


Confidencial Colombia: Si Gustavo Petro sale bien de ambos procesos y logra terminar su gobierno ¿Qué debería hacer el Alcalde para encaminar su administración?


D.L: Tres cosas fundamentales, primero, debe entender que el gobierno es el arte de hacer y no de decir. Que hay una serie de propuestas contempladas dentro de su plan de desarrollo que si las pone en marcha, muy posiblemente podrá concluir con buenas ejecutorias. Pero todos los días cambia su plan de desarrollo y al hacerlo públicamente distrae a sus funcionarios. En ese primer punto debe tener unas metas claras y contundentes.

Ejemplos: si en materia de vivienda no podrá construir las 75 mil casas porque ya el tiempo se pasó, pero entonces trate de dejar 35 mil. En reubicación de familias en alto riesgo, no va poder reubicar las 15 mil, pero puede reubicar siete mil. Con el Sistema Integrado de Transporte, no podrá poner en marcha en su totalidad, pero si puede evitar que sigan compitiendo los buses contra los concesionados. Sobre la política social, sino le gustan los comedores comunitarios, tampoco le apueste a entregar mercados, porque los niños y los ancianos prefieren recibir es comida caliente y no una simple bolsa con cosas para preparar. En movilidad es posible invertir la plata que tiene en arreglar la malla vial, y pues en lo que va bien, seguirlo desarrollando de manera correcta.

En el segundo punto, debe rodear a sus funcionarios de institucionalidad, significa tener la capacidad de lograr lo mínimo de interlocución como los consejos de gobierno que hace mucho no se hacen, lo mismo que los consejos de seguridad, etc. Ese tipo de cosas son fundamentales para los gobernantes.

Y el tercer punto debe ir encaminado a que los ciudadanos tengan claras las metas propuestas y puedan ejercer un control social.