La llave de la paz la tiene Colombia

Más allá del escepticismo o confianza con que se reciban los anuncios hechos por el Presidente Juan Manuel Santos y por el máximo líder de las Farc, alias “Timochenko”, la coincidencia existente entre ambas anuncios plantea una posibilidad, cada vez más clara, de que Colombia pueda por fin alcanzar el fin del conflicto armado que sufre el país hace medio siglo.

Entre las 12 y media del día y las 2 de la tarde del 4 de septiembre de 2012, Colombia se detuvo. El Presidente, Juan Manuel Santos y el máximo líder de las Farc le dijeron a Colombia y al mundo que la llave de la paz está en manos del pueblo colombiano.

Basados en el acuerdo firmado en La Habana, Cuba, hace unos días, ambas figuras intervinieron, Santos en directo desde el Palacio de Nariño y Timochenko en un video grabado en las montañas de Colombia, presentado por “Marcos Calarcá” en la capital cubana.

Lo llamativo de las intervenciones es la coincidencia de ideas y estrategias. En ambas intervenciones y en ambos discursos prima la idea de llegar al final del conflicto para poder llevar a Colombia en una senda marcada por el desarrollo con equidad. Tal vez un concepto que no es tradicional en las guerrillas colombianas pero que demuestra el deseo de tener concordancia con los anhelos del Gobierno Nacional.

También llama la atención que se haga tanto énfasis en la necesidad de frenar a los sectores guerreristas que alejan a la población colombiana de su derecho a vivir en paz. Sin embargo, ambos oradores hicieron un reconocimiento de los miembros de las fuerza armadas colombianas; Santos como jefe supremo de las FF. AA. y Timochenko como comandante de sus principales enemigos.

Santos se mostró ante el país como el artífice de una iniciativa de paz que lleva año y medio fraguándose y que plantea la posibilidad de que medio siglo de guerra termine; algo que Timochenko considera como un acto de resistencia después de la sentencia del gobierno Pastrana al anunciar, a finales de los diálogos del Caguán, que cada uno de los miembros de la guerrilla serían aniquilados.

Con esta concordancia de intereses y metodologías ambos voceros le apuestan a una solución negociada de cara a un país inmerso en medio siglo de guerra que no solo padece como víctima sino que además cobra una fuerza inusitada al ser el portador de la llave que abrirá la puerta de la paz.

“Otra Colombia es posible”, una Colombia en paz que se dirija hacia la solución civilizada y civilista de sus conflictos y que permita llevar al país hacia un estado de tranquilidad y bienestar que no vuelva a incubar el germen de la violencia en su seno.