En esta segunda edición de las decisiones más polémicas de la administración de Peñalosa, lidiaremos con dos temas que siguen siendo vigentes por haber sido de los que más han causado roncha en la opinión pública. Desde antes de realizar su posesión, el alcalde, Enrique Peñalosa, ha sido blanco de críticas por las decisiones que ha tomado para Bogotá.
¿Elevado o subterráneo?
Bogotá no necesita mucha creatividad para solucionar las congestiones que se apoderan de las vías y que dañan la calidad de vida. Lo que le hace falta es voluntad política.
Desde hace meses el tema del metro ha sido polémico en Bogotá, especialmente desde el momento en el que el alcalde aseguró que sería mejor elevado, que subterráneo.
El alcalde mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, anunció el año anterior que se iban a pedir sesiones extras en el concejo de la ciudad, para crear la Empresa Metro, uno de los requisitos exigidos por el Gobierno y el Banco Mundial, para hacer realidad el proyecto.
Como se había anunciado, el metro será elevado y la licitación se abrirá a comienzos de este año, el proceso para arrancar la obra sería en el 2018 y se iniciarían operaciones en el 2022.
El gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar, ratificó que la Nación financiará 70% y el distrito 30% de un metro elevado, que irá a una velocidad de 40 kilómetros por hora, transportará 990.000 pasajeros al día, requerirá una inversión de $13,8 billones
Peñalosa ha dicho que si bien el metro es importante, solo movilizará a cuatro o cinco de cada 100 ciudadanos por lo que dijo que no se olvidará del SITP y el Transmilenio que mueven a “70 de cada 100 ciudadanos”.
Sin embargo expertos aseguran que la ventaja de los metros subterráneos es que tienen características positivas para la movilidad urbana y aprovechan los espacios de las grandes ciudades. Ese metro se construyó soterrado, pero, por costos y menores tiempos de obra, se ampliará con tramos a nivel y elevados.
Los problemas que tiene una estructura en subterráneo ocurren durante su construcción, y una vez superados la estructura va a tener una vida útil de 100 años sin problemas, obviamente con mantenimientos, mientras que una estructura elevada, sobre los suelos complejos de Bogotá, podría llegar a tener problemas durante su vida útil, como está ocurriendo ahora en Ciudad de México. Allí tienen que estar haciendo cierres y reparaciones permanentes por los asentamientos (hundimientos) excesivos en algunas zonas. Hay que tener en cuenta cuál puede ser el costo de todas las reparaciones que hay que hacer durante la vida útil de la estructura.
¿La ETB puede competir en el mercado actual?
De acuerdo con la administración el problema que tiene la empresa surge, al menos, de dos fuentes: una estructural, en la medida en que el negocio base de la ETB, la telefonía fija, no registra ingresos desde hace una década, debido a que los ciudadanos cada vez usan menos ese servicio (se calcula que hasta 2014 perdieron 500.000 usuarios). En segundo lugar, la estrategia de la administración de Gustavo Petro: meter la compañía en negocios de nuevas tecnologías, como Internet, televisión digital y celular. Para ello, hizo inversiones por $2 billones en infraestructura como la fibra óptica. Se ha calificado esta gestión como mediocre pues los clientes que consiguieron fueron muy pocos. Un ejemplo es que del 1,2 millones de usuarios potenciales que podrían pagar por esos servicios, solo hay 110.000 clientes.
Sin tomar en cuenta los lamentos sobre lo que representó la ETB o lo que pudo llegar a ser, la evolución de la estructura del mercado y el desarrollo de la tecnología, junto con decisiones desacertadas de las administraciones anteriores, la condujeron a su estado actual. Es en esas condiciones que hay que determinar si venderla es lo mejor para los intereses de los habitantes de Bogotá.
Quienes quieren evitar la venta creen que las inversiones de la firma en fibra óptica y en telefonía móvil llevarán a la compañía a valorizarse. Las proyecciones hablan de generación de utilidades desde 2017.
Comercialmente la compañía puede ofrecer paquetes de servicios prácticamente al mismo precio que su competencia pero en mejores condiciones. Adicionalmente ETB es un “grupo empresarial de comunicaciones” y no una pequeña empresa de teléfonos.