Con el fin de brindarles a los asalariados un crédito que no les exija mucha movilidad, mayor cumplimiento y tasas más cómodas, la banca ha desarrollado el modelo de libranza.
Este tipo de préstamos no es más que un trabajo conjunto entre el empleador y la banca, que tiene como finalidad descontar las cuotas de un crédito de consumo, a través de la nómina.
Este crédito, que ha sufrido algunas variaciones a raíz de la ley de libranza, que contempla al crédito como “una autorización dada por el asalariado o pensionado, al empleador o entidad pagadora, según sea al caso, para que realice el descuento del pago por sus servicios o pensión disponibles, con el objeto de que sean giradas a favor de las entidades operadoras, para atender los productos, bienes y servicios objeto de libranza”.
A partir de la expedición de dicha ley, según un documento de Asobancaria sobre el tema, se ha determinado que quien está en condiciones de prestar a través de la figura de libranza serán las entidades operadoras, que no tengan calidad de personas naturales, es decir compañías que estén autorizadas por ley, para el manejo del ahorro público y los aporte de captaciones asociadas.
De acuerdo con economista jefe del Citibank, Munir Jalil, este tipo de colocación, hecha para quienes están vinculados con una empresa, es una ventaja para el tomador, dado que “es más cómodo que se realice un descuento por nómina, además que el préstamo tiene unas mejores tasas, con relación al crédito de consumo, pues las entidades financieras no corren mucho riesgo y lo entregan más barato”.
Estas son las cuatro ventajas que tienen los créditos de libranza, según expertos en banca
No requiere muchas garantías
El principal factor a destacar del crédito de libranzas es que no requiere de muchas garantías a la hora de solicitarlo, debido a que la entidad bancaria, deposita su credibilidad a la empresa en la cual labora el empleado que lo solicita. Es así como no se requiere de codeudor, con lo que se libera al usuario de la obligación de buscar una persona, con ingresos suficientes e historial de crédito adecuado, que le ayude con ese requisito
El empleador debita las cuotas
El crédito de libranza se cubre con los descuentos nominales, que realiza el empleador para depositarle al banco. Antes de la ley de libranzas, los únicos trabajadores que podían acceder a este tipo de crédito eran los que contaban con un ingreso superior a un salario mínimo legal vigente. Ahora, este crédito cubre a contratistas, pensionados y asalariados. Cabe resaltar que el valor de estos préstamos, no podrá superar el 50% del salario que registra el empleado.
Elija su mejor opción de crédito
Para tomar un crédito de libranza, ahora, no requiere de un convenio especial con alguna entidad. Es más, ni siquiera con el mismo empleador. Anteriormente el préstamo solicitado para ser descontado por nómina debía ser totalmente cancelado, en caso de despido o cambio de empleo. Sin embargo, con la nueva ley de libranza, se ha estipulado que en el momento en que haya un cambio de empleador, se establecerá una continuidad en el crédito.
Tasas de interés, más flexibles
Debido a que los riesgos para otorgar este crédito no son muy altos, pues la entidad se basa en el empleador y no en el empleado, la tasa de interés que ofrecen los bancos son menores a la de otros créditos de consumo, debido a que los costos de originales son más baratos. También, cabe mencionar que los interés por este crédito están condicionados por la legislación nacional, la cual dice que no podrán superar el tope estipulado en créditos ni tampoco podrán variar.