El pueblo indígena colombiano cerró 18 socavones de minas auríferas que eran explotadas de manera ilegal en un cerro sagrado de su comunidad en la población de Santander de Quilichao, dijeron fuentes de la minoría étnica.
Las explotaciones estaban situadas en Munchique, cumbre sagrada de los nasas o paeces, y fueron selladas el lunes por orden de los cabildos (órganos de gobierno) de los resguardos con asiento en el área, los de Munchique los Tigres y Canoas.
“Con los socavones se estaba causando un daño enorme al ecosistema, al equilibrio natural, pero también al sitio sagrado”, advirtió a Efe por teléfono el responsable de los asuntos de paz en la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acín), Nelson Lemos.
En Munchique “nacen las fuentes de agua para el consumo en las veredas de la parte baja”, explicó el dirigente aborigen.
Pero Lemos resaltó que la minería en Munchique “estaba causando un daño a un sitio sagrado, a un cerro que debe estar muy tranquilo, (porque) allí están los espíritus, los duendes”.
De manera que “se estaba generando un desequilibrio muy grande”, insistió el dirigente de la Acín, quien observó que en las minas, cuyos socavones fueron taponados con rocas, trabajaban unas 200 personas.
Unas 2.000 “comuneros” participaron en las tareas de cierre de estas explotaciones, tarea que les tomó toda la jornada del lunes y que dejó una mujer herida por una roca que se desprendió de la montaña.
Las explotaciones eran financiadas por personas que no pertenecen al pueblo indígena, dijo Lemos, y apuntó que los aborígenes que trabajaban en ellas lo hacían como jornaleros, por lo que los beneficios no se quedaban en su territorio.
Unos 300 socavones han sido documentados en dicha zona por la Acín, que reúne a las autoridades de los 19 resguardos de los nasas o paeces y que el pasado julio se declaró en “resistencia permanente” para exigir la salida de los militares y guerrilleros de las Farc que actúan en sus tierras ancestrales.