El precandidato republicano Donald Trump confía en que se logró frustrar una rebelión interna que apuntaba a negarle la nominación para representar al partido. Aún falta que culmine la convención republicana clave para declarar el candidato presidencial.
Los delegados reunidos en Cleveland para la Convención Nacional Republicana querían estipular una votación de los 2,474 delegados en el piso principal, el fin era decidir un cambio de las reglas que podría perjudicar la nominación del ganador de la primaria.
El congresista de Arkansas Steve Womack, que presidía el proceso, la sometió la noción a voto de noes y síes, decidiendo que carecía del suficiente apoyo. Molestos, los delegados rebeldes pedían a gritos “votación nominal”, algo que fue desestimado.
En la última semana, el equipo de Donald ha trabajado para combatir una oposición interna al presunto candidato del Partido Republicano para las elecciones generales del 8 de noviembre, puesto que algunos miembros de la élite republicana estarían preocupados por las declaraciones incitadoras que hizo Trump sobre los inmigrantes y los musulmanes. Un punto de discusión con la posición ortodoxa del partido que al candidato como el más probable nominado sin haber ocupado ningún cargo electivo antes.
Los seguidores del empresario multimillonario le entregaron a los conservadores del partido, el control de la plataforma política, lo que ayudó a terminar con las iniciativas de cambiar las reglas internas sobre cómo se votan los delegados que definen a los candidatos. La mayoría de los delegados votados en la interna están comprometidos con Trump, ya que el candidato luego venció a 16 rivales republicanos durante las contiendas por la nominación presidencial del partido, con la certeza de mantener a los delegados de sulado, la confianza de Donald se incrementa pues la rebelión interna anti-Trump “fue aplastada”, como dijo el colaborador Paul Manafort.
El principal objetivo de la convención es nominar al candidato republicano y definir las propuestas políticas del partido. En el pasado solía caracterizarse por acalorados debates desde el podio y en pasillos, pero eso quedó atrás, la convención se han convertido en un espectáculo político, en el que las estrellas del partido se mezclan con algunas de la farándula en un evento que busca lanzar mediáticamente la candidatura del nominado presidencial, que en este caso será alguien que es celebridad y político al mismo tiempo.
Los opositores Donald Trump intentaron retumbar en la convención que se llevó a cabo hoy lunes y el jueves, puesto que los organizadores anti-Trump creyeron que con su acto opositor se lograrían una votación, que permitiría a los delegados registrar su descontento con el precandidato. No obstante, este esfuerzo fue apabullado por el poco apoyo del partido.