El Sao Paulo, uno de los más laureados clubes brasileños, buscará este miércoles ante el Tigre argentino el inédito título de la Copa Sudamericana, confiado en la apuesta ofensiva del entrenador Ney Franco.
Con un esquema de 4-3-3, que sobre el papel parece similar al que era adoptado en los años 70 por la mayoría de equipos, Franco impregnó a ese modelo ofensivo una labor táctica y ordenada en marca para sus atacantes, que equilibra la supuesta desventaja de tener menos hombres en la mitad del campo.
La vocación ofensiva del tricolor paulista parte desde el propio portero Rogério Ceni, el experimentado capitán que el próximo mes cumplirá 40 años y que con su potencia de saque y certeza en el cobro de tiros libres y penaltis siempre suma un jugador de ataque más que el rival.
Los zagueros Rafael Toloi y Rhodolfo, sin igualar el papel ofensivo de sus recientes antecesores en la posición, también suman al Sao Paulo posibilidades en el ataque por vía aérea.
En los costados, con los laterales Paulo Miranda y Bruno Cortés, el Sao Paulo ofrece una salida más clara por la franja izquierda, una de las alternativas del entrenador Franco para sorprender y acompañar a los responsables de armar las jugadas ofensivas.
En la primera línea de volantes sobresale Denilson, quien tras tener una experiencia en el Arsenal inglés se consolidó en la posición y cumple una misión de marca y apoyo ofensivo.
Al lado de Denilson está Wellington, que poco a poco se abrió espacio en el equipo titular y le ganó la posición al también juvenil Cassemiro, que era un jugador de confianza de Franco en la selección brasileña sub’20 que ganó el año pasado el Mundial de la categoría.
La responsabilidad en la creación recae en Jadson, jugador con un amplio recorrido en torneos de Europa como jugador del Shakhtar Donetsk ucraniano y que en su retorno a Brasil se enfundó la camiseta diez, incluso con la sombra de Paulo Henrique Ganso, contratado del Santos a mitad de año.
El ataque del Sao Paulo tiene su artillería en los pies del talentoso centrocampista Lucas, negociado desde agosto con el París Saint Germain, y del mundialista y goleador Luis Fabiano, que estará ausente en el partido decisivo de la final por haber sido expulsado en el partido de ida.
Con ellos, forma Osvaldo que se afianzó como titular en la era de Franco, que comenzó en julio pasado.
El sustituto de Luis Fabiano para el partido de la final se escogerá de un trío que integran Cícero, el preferido del entrenador; Willian José, otro viejo conocido de Franco en la selección sub’20 y pedido por la afición, y Ademilson, que ya le resolvió la papeleta al técnico algunas veces con sus goles.