Sida, una puerta a la esperanza

En las tres últimas décadas, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se ha cobrado más de 25 millones de vidas, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este agente infeccioso ataca el sistema inmunitario e impide su normal funcionamiento. Así, la persona infectada cae paulatinamente en un estado de inmunodeficiencia, lo que origina una gran vulnerabilidad ante infecciones y enfermedades que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida es la fase más avanzada de la infección por VIH. “Puede tardar de diez a quince años en darse y se define por la aparición de ciertos cánceres, infecciones u otras manifestaciones clínicas de gravedad”, expresa la OMS.

Este organismo explica que es posible combatir el VIH con tratamientos que combinan el uso de tres o más fármacos antirretrovíricos. Dichos medicamentos no curan la infección pero inhiben la replicación del virus en el organismo y permiten que el sistema inmunitario recobre fortaleza y capacidad para luchar contra las infecciones. “Gracias a la terapia antirretrovírica, los infectados por el VIH pueden llevar una vida sana y productiva”, destaca la OMS.

Asimismo, Juan Berenguer, miembro de la Unidad de Enfermedades Infecciosas/VIH del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, afirma que la introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad marcó un punto de inflexión en la historia de la infección por el VIH por el drástico descenso en la incidencia de las enfermedades oportunistas. En el pasado, estas suponían la primera causa directa de fallecimiento de los pacientes infectados por el VIH.

“Actualmente los tratamientos antirretrovirales son muy eficaces y se toleran bien”, precisa. Evitar el diagnóstico tardío o reducir su magnitud es otro de los objetivos en materia de VIH que el doctor considera “factible” siempre que se implanten estrategias de cribado universal de la infección, es decir, realizar la prueba a todas las personas que contacten con el sistema sanitario. Otra de las metas en la lucha contra el VIH es la obtención de una vacuna preventiva. No obstante, se trata de algo todavía lejano, aclara el especialista.

En 2011 había aproximadamente 34,2 millones de personas infectadas por el VIH en el mundo, según datos de la OMS. Esta entidad estima que el pasado año más de ocho millones de personas infectadas por el VIH en países de ingresos bajos o medios recibían terapia antirretrovírica. No obstante, considera “necesario” que la medicación llegue a otros siete millones de personas para alcanzar la meta de proporcionar dicho tratamiento a quince millones de seres humanos en 2015.

Además, para evitar la propagación de la enfermedad, es importante insistir en las medidas de prevención. Al mismo tiempo, el doctor Berenguer señala que se deben implantar medidas para identificar la infección oculta, pues es una fuente importante de transmisión y, según explica, hasta un 30% desconoce que está infectado.

Del mismo modo, Berenguer apunta que se debe contemplar el tratamiento de todas las personas infectadas, independientemente de su estado inmunitario, pues los pacientes en tratamiento que tienen el VIH indetectable en sangre no transmiten la infección.

LLEGAR A CERO.

El 1 de diciembre se conmemora el día mundial de la lucha contra el sida bajo el lema “llegar a cero”, pues el objetivo es que sea cero el número de nuevas infecciones por el VIH, que la discriminación llegue a cero y que la cifra de muertes relacionadas con el sida también sea cero.

“Los avances logrados deben fortalecer nuestra determinación de crear un mundo libre de sida. El VIH y el sida se pueden vencer mediante un compromiso renovado y una solidaridad duradera. Para ello, tenemos que emplear todos los recursos de la mejor manera posible y aprovechar toda la información disponible”, señala Irina Bokova, directora general de la UNESCO, con motivo del día mundial de la lucha contra el sida.

Así, la comunidad científica continúa trabajando para combatir la enfermedad. El caso de Timothy R. Brown dio alas a la esperanza, pues este paciente se curó gracias a un trasplante de médula que remplazó sus células sanguíneas por otras procedentes de un donante portador de una rara mutación.

“Fue motivo de mucho optimismo conocer que en este paciente se había logrado erradicar el VIH, algo que parecía imposible hasta entonces”, describe Berenguer. No obstante, el facultativo subraya que el procedimiento mediante el que se logró la cura es “de un altísimo riesgo”. Este consistió en un trasplante de médula ósea en el que el donante tenía una mutación en sus células que impide que el VIH entre en ellas.

“Lo que se ha hecho con el paciente de Berlín podría ser aplicable exclusivamente a pacientes con determinados tipos de cáncer, como leucemia aguda o linfoma, que precisen de un trasplante de médula ósea”, aclara.

Sin embargo, la cura del sida ha dejado de verse como una quimera. Los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, el principal organismo público de investigación biomédica, han hecho de la erradicación del VIH un objetivo prioritario, explica el doctor Berenguer. Además, la industria farmacéutica ha comenzado a trabajar en este sentido. Para el facultativo, todo esto “permite albergar la esperanza de que podamos algún día lograr la erradicación del VIH”.