Zinedine Zidane cumple un año desde que asumió la dirección técnica del Real Madrid. Su balance de resultados es intachable. Solo dos derrotas en este periodo en el que ha conquistado tres de los cuatro títulos que se ha jugado el equipo blanco. Sin embargo, aún tiene un lunar en su hoja de vida: recuperar a James.
Hace un año exactamente Zinedine Zidane tomaba las riendas de un Real Madrid que venía cuesta abajo después del desastroso manejo de su antecesor Benítez. El equipo estaba roto, con peleas internas, la afición pedía la dimisión de Florentino, Atleti y Barça estaban por encima del club blanco y la prensa veía un futuro negro. Un año después el panorama no tiene nada que ver. El Madrid es el equipo que domina el fútbol mundial. Campeón de Europa y del Mundo. La envidia del resto de grandes y el conjunto del que todos los niños del planeta se hacen seguidores. Nadie confiaba en el novato Zidane. Pero el maestro francés, 366 días después, ha conseguido levantar un equipo que caía en picado para ponerlo en el primer puesto del escalafón mundial.
Su balance en este tiempo es intachable. El Real Madrid ha ganado tres de los cuatro títulos que ha disputado en este periodo. No pierde un encuentro desde el pasado mes de abril, cuando cayeron contra el Wolfsburgo en la ida de los cuartos de Champions. Además de ésta, solo suma otra derrota en los 53 encuentros que ha dirigido al conjunto blanco, la que sufrió contra el Atleti en casa en febrero. En los 35 partidos de liga, ha sumado 90 puntos, cuatro más que su enemigo directo el Barcelona en menos partidos -37 encuentros- y quince más que su rival local, el Atleti -en 36 partidos-.
Su estilo puede ser discutible, pero sus resultados son innegables. El conjunto de Zidane funciona como una superproducción de Hollywood, da beneficios pero no enamora al público. Y al fin y al cabo, lo que se mira en este deporte, son los números y ahí nadie puede discutir la categoría y la buena labor del técnico francés. El binomio entre entrenador y club es perfecto, la pareja del año en el mundo del fútbol.
“Algunos no creían que Zidane fuese entrenador” decía hace pocos días Ancelotti, su mentor. Y no anda lejos de la realidad el técnico italiano. Pocos confiaban en la buena labor de un DT inexperto, que tampoco había destacado con buenos resultados en su primera prueba de fuego en el Castilla.
James es su único lunar
Si bien hay que reconocerle al técnico francés que tiene a toda la plantilla enchufada en cada jornada, todavía existe un lunar en su hoja de vida: James. Zidane aún no ha dado con la tecla para sacar la mejor versión del colombiano. Jugadores como Lucas Vázquez, Morata, Nacho, Isco, Kovacic o Asensio han crecido de la mano del maestro galo, pero en el caso del cucuteño aún estamos muy lejos de poder hablar de su recuperación.
James ha vivido un año negro al lado de Zidane. En la presente campaña solo ha disputado 859 minutos de 2.370 posibles. Cifras muy pobres para un jugador de su categoría. El cucuteño se ha quedado fuera de las grandes citas. Ausente completamente en el Clásico contra el Barcelona y olvidado también en la final del Mundial. Esta última provocó el estallido en rueda de prensa del colombiano, harto ya de la injusta situación.
A pesar de esto, las sensaciones que se transmiten en los últimos días ilusionan con un cambio de actitud por parte de ambos. Los buenos gestos de Zidane con el jugador en los primeros entrenamientos, así como sus palabras de ayer, hacen ver que hay buenas intenciones para revertir la situación. Desde el club le transmiten ahora cariño y apoyo para la que puede ser la última oportunidad de James, en estos seis meses que restan hasta junio, para dar veracidad a las palabras que transmitió en verano: “Quiero triunfar de blanco”.