Después de un fin de semana en el que el optimismo llenaba las cabezas de los petristas, el lunes 13 de enero, con la negación del recurso de reposición al alcalde Gustavo Petro, pareciera que toda la estantería se vino abajo. Petro mantiene su posición mientras el procurador gira por los medios dando parte de victoria. Una batalla política sin precedentes.
Desde que el pasado 9 de diciembre, Alejandro Ordóñez anunciara la destitución e inhabilidad por 15 años del alcalde Gustavo Petro mucho agua ha corrido bajo el puente.
La semana iniciada el lunes 9 de diciembre fue testigo de unas movilizaciones masivas sin precedentes para acompañar a un político colombiano, tal ves el referente más marcado en la memoria del país es Jorge Eliecer Gaitán. Ese mismo lunes, Gustavo Petro le apostó a la movilización popular, casi que permanente.
Mientras la Plaza de Bolívar se llenaba de manifestantes y se instalaban otros tantos en el campamento llamado Aldea de Paz Bacatá, el procurador Alejandro Ordóñez guardó silencio . Quienes no guardaron silencio fueron el Ministro de Justicia y el Fiscal General de la Nación, quienes dejaron ver en sus conceptos ante los medios que no se encontraban de acuerdo con la decisión de la Procuraduría.
El receso de fin de año atemperó los ánimos, mientras Ordóñez pasaba sus vacaciones algunas veces fungiendo como una celebridad al repartir regalos en Soledad Atlántico, Petro acudió a Washington a solicitar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos que se el dictaran medidas cautelares a su favor. Esta solicitud implica que el sistema interamericano entraría a garantizar la administración de justicia cuando los mecanismos internos de Colombia se agotan.
Mientras Petro esperaba que la transición de año llegara para poder convocar de nuevo a la ciudadanía bogotana que lo apoya, el Presidente Santos, el Procurador Ordóñez y le Ministro de Justicia seguían guardando silencio. El único que habló hacia el final de 2013 fue el Fiscal General al decir que él, como máxima autoridad investigativa, podía suspender la decisión de Ordóñez si encontraba irregularidades o conductas delictivas dentro de la investigación disciplinaria. Para esto abrió una investigación preliminar en contra del Viceprocurador Juan Carlos Novoa.
Además, un hecho capital hizo cambiar la percepción que algunas personas tenían sobre la decisión de la Procuraduría. Con autorización del Fiscal Montealegre, uno de los testigos estrella del Carrusel de la Contratación fue entrevistado por El Espectador y afirmó que el caos de las basuras, razón por la cual se destituyó a Petro, había sido concertado por los operadores privados de basuras. Una muy oportuna, para el petrismo, intervención de quien Emilio Tapia que llegó a sembrar la idea un complot en contra del alcalde mayor.
El viernes 10 de enero, volvió a activarse la movilización popular en respaldo al alcalde. Una marcha que no cumplió con lo prometido por Petro, empezó a minar su imagen de gran convocador de masas. Aunque valdría la pena señalar que muchos de los que asistieron en diciembre se encontraban, para ese momento, de vacaciones fuera de Bogotá. En uno de los habituales discursos con los que el alcalde ha cerrado las marchas, Petro anunció que estaba confiado en la respuesta afirmativa de la CIDH y en el respaldo de los bogotanos. Además, animó al Presidente Santos a que tome una decisión que, según él, respete la voluntad popular. También se refirió a la convocatoria hecha por el registrador nacional para una jornada de elecciones en la que se revocaría o ratificaría a Gustavo Petro como alcalde de Bogotá el 2 de marzo.
El fin de semana siguiente no hacía presagiar lo que sucedería la mañana del lunes 13 de enero. Regresando de vacaciones, el procurador Alejandro Ordóñez anunció hacia el mediodía que había resuelto negar el recurso de reposición y la recusación presentadas por la defensa del Alcalde en contra de la sanción.
Para Petro esta celeridad en negar los recursos presentados es una muestra de que Ordóñez no quiere que exista un referendo que confirme al primero en su cargo con lo cual su decisión de destituirlo perdería mucha más legitimidad. Además, esa celeridad estaría mostrando que Ordóñez no quisiera la intervención de la CIDH, algo que dejaría sin sustento jurídico su decisión.
De manera espontánea algunos miles de bogotanos se hicieron presentes en la Plaza de Bolívar el lunes 13 para expresar su respaldo al Alcalde, sin embargo la convocatoria no fue tan grande como se esperaba y como se había vuelto habitual. El fervor no era el mismo hasta que Petro se asomó al Balcón del Palacio Liévano, sede de la alcaldía mayor. Segundos antes de su aparición por los altavoces se escuchaba una entrevista que le hacía Hollman Morris, gerente de Canal Capital, a Manuel Sánchez, otro testigo clave del Carrusel de la Contratación que hablaba, también, con autorización del Fiscal General.
El martes 14 de enero amaneció con un procurador Ordóñez invitado a las principales emisoras de radio del país para dar entrevistas y un parte de victoria en una situación que él ha considerado como desprovista de toda carga ideológica o política. Sin embargo, muchas voces ciudadanas como la de Evaristo Andrade, padre de cuatro y que lleva más de un mes durmiendo bajo la estatua de Bolívar en la emblemática plaza, consideran que la persecución de Ordóñez a Petro radica en que las “relaciones de los políticos con los contratistas y empresarios son muy fuertes y cuando Petro los denuncia y pone en evidencia lo que les toca es sacarlo de circulación. Si no mire como algunos medios le dan duro todo el tiempo a Petro y le echan flores al procurador y esos mismos periodistas aparecen en fotos con los empresarios a los que el alcalde les quitó el negociado”.
Así las cosas, mientras se pronuncia la CIDH, último reducto de esperanza del alcalde Petro, este ha convocado movilizaciones para esta semana y reuniones de planeación programática a la par que termina de agotar los recursos judiciales internos como una solicitud de medida de protección ante un tribunal. Por su parte Ordóñez le ha solicitado al Presidente de la República que sancione la destitución del alcalde para que se haga efectiva y Bogotá empiece a hablar del exalcalde Petro como algo tangible.
Por ahora el futuro de Petro como alcalde mayor se encuentra en manos del Presidente Santos, quien desde que avale la destitución le da diez al primero para abandonar su despacho en el Palacio Liévano.