En el marco de la Audiencia Pública “Desafíos de la paz total del Urabá” realizada el pasado 13 de julio en Chigorodó, la comunidad expresó sus demandas de una solución estructural al problema de la violencia en la subregión, donde la población más afectada son las personas reclamantes de tierras y la juventud como actor y víctima de guerras ajenas y recicladas.
Frente al tema de la juventud queremos compartir las palabras de una lideresa ambiental de Carepa, Victoria Villanueva, quien lanza un S.O.S por la situación de vulnerabilidad que vive la juventud y por la falta de oportunidades que permitan romper el ciclo de las violencias:
¿Por qué los matan?
¿Por qué los jóvenes son asesinados semana tras semana sin que nadie haga nada al respecto? Es un dolor que me consume. El fenómeno de la limpieza social no está purificando nuestro territorio, está manchando nuestro futuro. En las últimas semanas Urabá parece estar reviviendo este fenómeno aterrador y nadie parece querer abordarlo. Cada día nos despertamos con la trágica noticia de otro joven asesinado en Carepa, en Apartadó, en Turbo, en Chigorodó y seguramente habrá muchos más casos de los cuales nunca nos enteraremos. ¿Por qué los matan?
Algunas voces susurran que estos jóvenes tuvieron que haber hecho algo para merecer su trágico destino, pero eso no justifica su muerte. Los publican en las redes sociales y los medios locales, pero las presentan como muertes fortuitas, como si ocurrieran sin razón ni explicación. Pero la verdad es que estas muertes no son accidentales; son planeadas por aquellos que dicen estar presentes en nuestras comunidades. Se planean cuando les venden drogas, cuando los convierten en traficantes, cuando los utilizan para vigilar los territorios, cuando los enseñan a delinquir. Les inducen por un camino oscuro y luego los ajustician sin piedad, derramando su sangre incluso a plena luz del día, cuando ya no están bajo su control.
¿Será que la muerte es la única salida para estos jóvenes? ¿Por qué permitimos que esto suceda? ¿Cuándo alzaremos nuestras voces para hablar de esta tragedia? Si la limpieza social fuera realmente la solución, ¿no deberíamos ver una disminución de estos crímenes cada año? Si la limpieza social es el camino a seguir, ¿por qué aún estamos perdidos en este laberinto de violencia y desesperanza?
A mí me duelen profundamente estas muertes. ¿A quién más le importan estos jóvenes asesinados? ¿Qué estamos dispuestos a hacer por los jóvenes de Urabá? ¿Cuándo pondremos fin a esta masacre que solo se basa en su doloroso existir, sin rumbo, sin familia y sin oportunidades? No podemos seguir permitiendo que arrebaten la vida de nuestra juventud de esta manera. Necesitamos tomar acciones concretas para brindarles un futuro mejor.
Es hora de que la sociedad se levante y exija justicia, protección y oportunidades para nuestros jóvenes. No podemos permitir que sigan siendo víctimas de esta violencia sin sentido. Debemos invertir en educación, en programas de rehabilitación y en la creación de oportunidades reales para que estos jóvenes encuentren un camino hacia una vida mejor. Todos tenemos la responsabilidad de construir una sociedad en la que cada joven tenga la oportunidad de crecer, desarrollarse y alcanzar sus sueños.
No podemos permitir que más lágrimas sean derramadas, más corazones sean destrozados y más vidas se pierdan en esta tragedia sin fin. Es hora de actuar, de unirnos y de luchar por un futuro más justo y esperanzador para los jóvenes de Urabá.
La paz territorial como base de la paz total debe incluir a la juventud con oportunidades, educación, cultura y deporte en un territorio que es potencia de vida, de biodiversidad. Se necesita que la juventud deje de ser la carne de cañón de los conflictos derivados de las disputas territoriales por narcotráfico, rentas ilegales, control social y territorial. Firmamos el Acuerdo de paz para poder construir un país al tamaño de los sueños de la juventud que desde las movilizaciones del 2019 viene exigiendo el cambio real. Sobre todo en los territorios más aporreados por el conflicto armado.
Postdata
Un resultado significativo de la Audiencia Pública es el compromiso de las entidades de dar participación amplia y activa a las Juntas de Acción Comunal y a las organizaciones del territorio como mecanismo para implementar el Acuerdo de Paz. La Agencia de Renovación del Territorio (ART) se compromete a su vez a tener en cuenta la voz de las comunidades para la puesta en marcha de los PDET, que le estén entregando tierras a las organizaciones y a las victimas como cumplimiento de la reforma rural integral y que la SAE impulse la administración de los bienes en extinción de dominio en beneficio de las organizaciones sociales, ambientales y de víctimas en el territorio.
Pedro Baracutao