Un total de 196 países que forman parte de la XV Conferencia de Naciones Unidas de Biodiversidad se han comprometido a proteger el 30 por ciento de la superficie terrestre y marina antes de 2030 para preservar la biodiversidad.
Durante la Cumbre de Biodiversidad celebrada en Montreal (Canadá), equivalente a la Cumbre de Cambio Climático, los negociadores han anunciado un acuerdo en este sentido después de casi dos semanas de reuniones. El acuerdo supone elevar el porcentaje actual de protección que según la ONU se limita en la actualidad al 17 por ciento de los ecosistemas terrestres y el 10 por ciento de las áreas marinas bajo alguna figura formal de protección.
El acuerdo marco incluye también un acuerdo para aumentar la financiación, especialmente dirigido a los países en desarrollo y pequeños estados insulares para prevenir la pérdida futura de biodiversidad. Esa hoja de ruta contempla una movilización de 200.000 millones de dólares en 2030 procedentes de recursos públicos y privados.
Además, las partes llaman a eliminar los 500.000 millones de dólares en subsidios que podrían estar perjudicando a la naturaleza antes de que acabe esta década. En la actualidad aproximadamente el 17 por ciento de los ecosistemas terrestres y el 10 por ciento de las áreas marinas están bajo alguna figura formal de protección, según la ONU.
La XV Conferencia de la Partes de la Convención Marco de Biodiversidad de la ONU debía haberse celebrado en 2020 en China, pero la cita fue postpuesta debido a la pandemia.
Para la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que participó este fin de semana en las negociaciones, “por fin” se logra acordar un marco global que oriente los esfuerzos para lograr la cumbre del Protocolo de Aichi de “vivir en armonía con la naturaleza para mediados de siglo”.
El acuerdo alcanzado de madrugada (hora local) incluye seis documentos relativos al Marco Global de Biodiversidad; la estrategia de movilización de recursos; el reparto de beneficios de la utilización de información digital de secuencias de recursos genéticos (DSI); el marco de seguimiento; el mecanismo para seguimiento, informes y revisión; y la decisión sobre creación de capacidades.
Ribera ha valorado que el compromiso permitirá alcanzar la protección y gestión efectiva para la conservación del 30% de la superficie terrestre y de la superficie marina para 2030.
“Por fin conseguimos acordar un marco global que oriente nuestros esfuerzos para detener y revertir la pérdida de biodiversidad y alcanzar un mundo con una naturaleza en positivo para 2030”, ha manifestado Ribera que ha recordado que España defiende un alto nivel de ambición.
En concreto, el acuerdo incluye compromisos para reducir de forma significativa el riesgo de extinciones de especies y la restauración del 30% de la superficie de ecosistemas degradados para 2030; la planificación espacial favorable para la biodiversidad en todo el territorio y la reducción de la contaminación, incluyendo la reducción del riesgo de los pesticidas de alta peligrosidad al menos a la mitad, así como el descenso de pérdida de nutrientes al medio ambiente, también a la mitad.
Además, el nuevo marco Global 2030 pretende eliminar, minimizar y reducir los impactos derivados de las especies exóticas invasoras, a través de la identificación y gestión de las vías de entrada de especies alóctonas, reduciendo al menos a la mitad las tasas de introducción y establecimiento de estas especies.
Igualmente, se compromete a minimizar el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad y promover la adaptación, mitigación y reducción de riesgos de desastres mediante soluciones basadas en la naturaleza.
Otro de los puntos se dirige a lograr la plena integración de la biodiversidad en las políticas sectoriales, en especial de los sectores con mayor impacto para la biodiversidad como la agricultura, la pesca, la gestión forestal y la acuicultura.
En materia de financiación, se sumará la movilización de recursos de todas las fuentes domésticas e internacionales, públicas y privadas, para la financiación necesaria para la ejecución del marco global, al tiempo que se identificarán, eliminarán y revertirán los incentivos y subsidios perjudiciales para la biodiversidad. Igualmente, se establece un nuevo mecanismo para el reparto justo y equitativo de beneficios derivados de la utilización de la información digital de secuencias derivadas de recursos genéticos.
En la misma línea de celebración, la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, con el acuerdo la comunidad internacional ha decidido poner fin de una vez a la extinción de las especies. En declaraciones a DPA, ha calificado el final de la cumbre como una señal de determinación que abre ahora un “paraguas de protección” parra los medios de subsistencia.
Para Lemke este es un buen día para la protección del medio ambiente. “Protegiendo a la naturaleza nos protegemos a nosotros mismos y aseguramos un entorno habitable para nuestros hijos”, señaló.
Ong ven riesgos en la implementación
Para Greenpeace, la COP15 de Montreal no ha logrado brindar la ambición, las herramientas o la financiación necesarias para detener la extinción masiva pero hace un reconocimiento explícito de los derechos, roles, territorios y conocimientos de los pueblos indígenas y su “trabajo insustituible” como la forma más efectiva de proteger la biodiversidad.
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Así, la ONG considera que la financiación directa a los Pueblos Indígenas será el siguiente paso crítico y celebra que se haya incluido el objetivo de proteger al menos el 30 por ciento de la superficie terrestre y marina. Por el contrario, ve negativo que no incluya expresamente la exclusión de las actividades dañiñas en esas nuevas áreas protegidas. “Tal como está en el texto, es un número vacío, con protecciones que quedan en el papel”, advierte la asesora política y representante de Greenpeace en las negociaciones de la COP15, Anna Ogniewska.
También WWF ha celebrado el acuerdo de Montreal pero alerta de que el objetivo acordado podría verse socavado si no se tratan adecuadamente a nivel nacional cuestiones tan importantes como la protección de ecosistemas intactos y la lucha contra la producción y consumo insostenibles.
En ese sentido, el director globla de WWF, Marco Lambetini, ha calificado de “proeza excepcional” para quienes han negociado que hayan logrado acordar un objetivo mundial común que guiará la acción colectiva e inmediata para detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030 y como “una victoria para las personas y el planeta”** “Envía una señal clara y debe ser el lanzamiento para la acción de gobiernos, empresas y sociedad hacia un mundo con la naturaleza en positivo, en apoyo de la acción climática y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, considera.
Sin embargo, pese al “hito importante” para la conservación, advierte de que el acuerdo estaría en riesgo por una implementación lenta y falta de movilización de los recursos prometidos. Entre las críticas, añade que el Acuerdo carece de un mecanismo obligatorio para que los gobiernos adopten medidas más ambiciosas si no se logran los objetivos.
“Los gobiernos han escogido el lado correcto de la historia en Montreal, pero la historia nos juzgará si no cumplimos la promesa que hicimos hoy”, subrayó.
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