La actividad hotelera, una de las más golpeadas por ya casi dos años de pandemia, se sacudió en el último semestre de 2021 y comienza a presentar síntomas notorios de franca recuperación.
Sin embargo, de acuerdo con Alejandro Morales, vocero de la Organización Germán Morales Hoteles, que tiene a su cargo 12 hoteles con más de 750 habitaciones en Colombia, no es tiempo de cantar victoria. En su concepto, el desempeño de la actividad en el futuro inmediato dependerá del control y evolución del covid-19, con Omicrón en pleno auge, así como del primer semestre de este electoral 2022.
El experto hotelero, señala que tanto las nuevas dinámicas en las que se desenvuelve la actividad como las plataformas, le han dado un giro de 180 grados a la manera de desarrollar y mantenerse en el negocio. En el caso particular de la Organización Germán Morales Hoteles, los recientes desafíos que se han enfrentado, dejan como resultado una compañía hotelera a flote y ajustada a las circunstancias, no solo frente a la evolución de la pandemia, sino también a las realidades del mercado.
¿Cuál es la real situación del sector hotelero en este momento, tras la época alta de la pandemia y cuándo observaremos una reactivación sostenida?
La reactivación depende de la zona y la ciudad en la que se desarrolla la actividad hotelera. Hay casos donde es mejor de lo esperado. Por ejemplo, nadie se esperaba el crecimiento de 10% que observamos en el último reporte del Dane, lo que va en sintonía con el desempeño del PIB.
Santa Marta y Medellín muestran una reactivación más acelerada. Bogotá también se ha recuperado, pero no a la misma velocidad de otras ciudades. Es porque es una ciudad que atiende mercado corporativo y turismo extranjero, rubros que no han sido muy dinámicos desde el inicio de la pandemia.
Se habla de ocupaciones altas, incluso mayores a las que había entes de la pandemia. ¿es esto realmente cierto? ¿se da en los hoteles de la cadena GMH?
En GMH las expectativas posteriores a los cierres han sido superiores a lo esperado. Hay que partir el análisis en dos partes, un primer semestre de 2021 difícil, y un segundo mucho mejor, donde la recuperación es evidente.
¿Las ocupaciones del momento obedecen a una realidad del mercado o a una burbuja que se desprende de la actitud de muchos de salir, viajar, moverse, tras no haberlo podido hacer durante casi año y medio?
Creemos que el gasto de hogares ha empujado el crecimiento. Otra tendencia es que están llegando a los hoteles cada vez más clientes nacionales.
¿Hasta cuándo llegará la capacidad de gasto? Es probable que en 2022 volvamos a niveles ocupación, con respecto a lo que observamos en 2018 y 2019. Hay nuevas expectativas y experiencias para el viajero.
Y un punto interesante es que las tarifas en este segundo semestre son inferiores no solo real, sino también nominal a las de 2019. Dependiendo de ciudades y destinos, tenemos algunas incluso 40% por debajo de las que se cobraban en ese año y se compensan con más ocupación.
Usted dijo hace unos meses que las ocupaciones del 2019 solo se volverían a dar en el 2023, ¿mantiene esta teoría?
Históricamente el año de elecciones siempre le ha pegado a la economía y en particular al sector hotelero. Hoy, el nivel de incertidumbre es más alto, se están frenando inversiones y se aplaza la toma de decisiones. No hay seguridad si el candidato de la izquierda va a ganar y esto aumenta las inquietudes del empresariado en todos los renglones. No se sabe a ciencia cierta lo que haría, de llegar al poder.
Al margen de la pandemia, el sector hotelero continúa afrontando el problema tarifario. ¿Tras tanto tiempo con esta situación han encontrado una estrategia para combatirlo y hacer un mercado mejor regulado?
Tenemos un antes y un después de la actividad. Por ejemplo, la hotelería corporativa y la de turismo se movían antes con fuerzas de venta. La oferta llegaba directo a través de operadores turísticos y se distribuía con grandes redes a través del mundo.
Ahora se nos volteó la arepa porque nos enfrentamos a la era de la experiencia del consumidor. Es decir, los hoteleros en general ya no controlamos el mercado, es el cliente quien decide. Las empresas disminuyen gastos de alojamiento, le entregan es presupuesto directamente a sus ejecutivos y los dejan en libertad de escoger donde se quedan. Eso es algo que ya venía ocurriendo desde antes de la pandemia.
En el caso de nosotros, que somos hoteleros pequeños, nos defendemos de la competencia de las grandes cadenas gracias a las plataformas. Adaptados a esta nueva realidad, hemos incrementado reservas, ventas y volúmenes.
A propósito de regulación ¿debería el gobierno intervenir en el control tarifario para contrarrestar la guerra que se vive en este momento?
En un mercado tan abierto es imposible. Si los llegara a imponer regulaciones y controles estaríamos ante una flor de un día, pues de inmediato la competencia se las ingeniaría para salirle al paso a estas medidas.
Otro aspecto interesante a observar es que la devaluación en Colombia ha frenado la salida del turista medio al exterior. Y de otro lado, encontramos tarifas hasta de 90 dólares en un hotel cinco estrellas en el mercado local. Esto incentiva el mercado extranjero, al tiempo que las restricciones de ingreso al país son menores.
Estamos avisados que esta pandemia de la que no se sabe si salimos o estamos de regreso, puede volver, o puede haber otra, pero eso volverá a suceder ¿Qué mediadas a adoptado GMH en lo financiero, en lo logístico, en lo operativo para otra situación similar?
Las decisiones hoy serían muy diferentes. En el primer año de la pandemia se cerraron hoteles, se suspendieron contratos, se redujo el rubro en seguridad y se adoptaron menores costos y gastos. Hoy, no se puede volver a hacer lo mismo, no vemos posible que el gobierno vaya a cerrar la economía. Lo que tenemos ahora es una experiencia para manejar la situación y los cierres, de haberlos, serían muy puntuales y eventuales. Cuidar costos y gastos, así como pasar de fijos a variables será una constante en la actividad hotelera.
¿La pandemia cambio la operación de hoteles en algún aspecto?
Sin lugar a dudas. En nuestro caso, le dio paso a la experiencia del trabajo en casa. Se cambiaron paradigmas y pudimos girar hacia la cultura online, lo que ha dado resultados muy favorables en incremento de la productividad. Bajo esa modalidad, en las reuniones se va grano y se han aumentado los niveles de responsabilidad.
¿Cómo enfrentar con efectividad la competencia con los arrendamientos informales y plataformas?
La hotelería tiene que transformarse. Por ejemplo, para nuestro caso Booking es un canal de distribución. Airbnb, en cambio, es competencia directa y el crecimiento ha sido monstruosamente grande. En Bogotá, más de 50% de las unidades se está rentando por Airbnb. Ante clientes cada vez más exigentes, la tendencia en general de la actividad hotelera tradicional es fortalecerse en servicio para mantenerse en el mercado.
¿Qué tan efectivos han sido los alivios del gobierno para la actividad hotelera?
La exención del IVA es hasta 2022. Y en esto quiero ser enfático en resaltar la oportunidad y efectividad de los alivios, reconociendo, sin duda, el esfuerzo del presidente Iván Duque y sus ministerios de Comercio, Industria y Turismo, así como el de Hacienda. Es un excelente ejemplo de buena comunicación entre el gobierno y el sector privado.
¿Cuáles son los destinos para los nuevos desarrollos hoteleros en el país?
En nuestro caso, lo que yo puedo señalar es que los proyectos se quedan por ahora guardados en el cajón, pues lo importante era mantener la operación de la compañía. Por ahora, esperaremos.
¿Cuándo estiman que se va a observar una verdadera recuperación de la actividad?
Esto es como poner una hoja al viento para ver como se mueve. En todo caso, estimamos que hacia 2023, a menos que salgan otras variables de covid-19 y echemos para atrás. Pero en el caso de Colombia vemos como muy positivo el desempeño en materia de vacunación y prevención hasta la fecha.
¿Cuáles son las tendencias de la industria hotelera y la forma de aprovecharlas?
La tendencia en general es que el mercado se está recuperando por efecto tarifario y consumo de los hogares. Hay mercados que no conocíamos. Ahora el reto es mantenerlos y reconquistar un mercado corporativo no se puede perder.
¿De qué dependerá el retorno a la normalidad en el turismo de negocios y convenciones?
Mientras no se normalice la pandemia en los países del primer mundo seguiremos afectados, indudablemente.