Elon Musk vendió entre lunes y miércoles unos 22 millones de títulos de Tesla por 3.600 millones de dólares, según un documento de la SEC, que regula los mercados financieros de Estados Unidos.
El magnate, patrón de Tesla, SpaceX y Twitter, vendió desde noviembre de 2021 más de 39.000 millones de dólares en acciones del fabricante de automóviles, según The Wall Street Journal.
La mayor parte se destinó a la compra de Twitter, adquirida a finales de octubre por 44.000 millones de dólares, incluido un aporte personal de 27.000 millones.
Esta nueva venta, tras otra de casi 4.000 millones de dólares en noviembre, se produce cuando la cotización de Tesla se desmorona en la bolsa. Este miércoles cayó a su menor nivel en más de dos años (noviembre de 2020).
A un número creciente de inversores les preocupa que Musk esté dedicando una parte considerable de su tiempo a la reestructuración de Twitter, en detrimento de Tesla.
La liberación en el mercado de millones de acciones del grupo de Texas también está contribuyendo a la caída de su cotización.
Lo que pasa en Twitter
El servicio de audio en vivo de Twitter Inc., Twitter Spaces, se cayó después de que varios periodistas que acababan de ser suspendidos de la red social descubrieran que aún podían participar en ella.
Las prohibiciones han hecho sonar las alarmas entre los reguladores y políticos de la Unión Europea que ya advirtieron a la red social.
El propietario de Twitter, Elon Musk, dijo el jueves por la noche que la compañía estaba solucionando un error antiguo y que el servicio de audio “debería estar funcionando mañana”. Más temprano, la red de Musk impuso a los reporteros de CNN, el Washington Post y el New York Times, entre otros, una suspensión de siete días por presuntamente revelar la ubicación de su jet privado.
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La reportera de BuzzFeed News, Katie Notopoulos, se transmitió en vivo en Twitter Spaces para hablar sobre la abrupta serie de prohibiciones, que se produjo sin comunicación ni a los periodistas ni a sus publicaciones, y se unió a Drew Harwell del Washington Post y Matt Binder de Mashable, dos de los suspendidos. Sus tweets ya no eran visibles y no podían publicar otros nuevos, sin embargo, todavía se les permitía hablar en el servicio Spaces.
Musk también se presentó en la sesión, después de que acumuló miles de oyentes, para decir escuetamente que cualquiera que haga doxxes (brinde información de ubicación personal sobre otra persona) será suspendido. Los periodistas respondieron que no habían publicado ningún dato de vuelo en tiempo real, como él alegó, pero para entonces el multimillonario había abandonado la llamada. El diálogo atrajo a más de 40.000 oyentes en su punto máximo.
Twitter Spaces se cayó mientras la sesión de Notopoulos aún estaba en curso, desconectando a todos, dijo en un tuit posterior. Ninguna grabación o información sobre esa sesión está disponible en Twitter ahora.
Las prohibiciones de Musk han hecho sonar las alarmas entre los reguladores y políticos de la Unión Europea, quienes advirtieron que Twitter tendrá que andar con cuidado cuando entren en vigencia las nuevas reglas sobre contenido digital y libertad de prensa en los próximos meses.
“Las noticias sobre la suspensión arbitraria de periodistas en Twitter son preocupantes”, dijo la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourova, en un tuit . “Hay líneas rojas. Y sanciones, pronto”.
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