El Grupo Energía Bogotá (GEB) y Confidencial Colombia con el apoyo de Sectorial.co: Portal financiero, económico y empresarial que analiza, monitorea y evalúa los diferentes sectores de la economía nacional y las movidas empresariales en Colombia, traen para su audiencia, lectores y la comunidad en general, una serie de artículos que abordan diferentes temas de actualidad, interés, coyuntura e importancia nacional, los cuales trataremos en el Especial GEB: Perspectivas Económicas 2022 – 2, la visión de los economistas y expertos, conversación que será desarrollada el jueves 28 de julio a partir de las 8:00 am y a la cual se pueden conectar en vivo a través de www.confidencialcolombia.com
Por: Equipo Sectorial.co
El término “reduflación” viene de mezclar las palabras reducción e inflación, este fenómeno se aplica en tiempos de estanflación, lo que se conoce como un aumento sostenido y prolongado en los precios en el momento en que la economía se estanca. Es ahí cuando surge la necesidad en los productores y distribuidores, ya sea de subir los precios o de reducir el tamaño o la cantidad de los productos. La reduflación se aplica entonces con el fin de “camuflar” las subidas de los precios, suponiendo que el consumidor prefiere un producto con menor cantidad que pagarlo más caro.
Esta práctica es muy antigua y se viene aplicando en todos los países que se ven afectados por la alta inflación. Es considerada como una práctica legal siempre y cuando se refleje en la etiqueta la cantidad envasada que el consumidor está adquiriendo. En Colombia, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), asegura que en el país existe la obligación de informarle a los comerciantes sobre cambios en los precios con base en el peso y gramaje.
Los principales productos en los que sucede este fenómeno son los alimentos envasados, paquetes de frituras, dulces y chocolates, en las galletas, los lácteos, en las legumbres, por ejemplo, disminuyen la cantidad de gramos y pasa desapercibido para el consumidor, pero sobre todo ocurre en aquellos productos con sensibilidad alta al consumidor, es decir, aquellos en los que por una pequeña variación en los precios se generan grandes variaciones en la cantidad demandada, influyendo en la decisión de compra.
Muchas empresas están optando por la reduflación, por ejemplo, Frito Lay, desde hace meses introduce cinco doritos menos en cada bolsa. Unilever en Estados Unidos ha reducido el contenido de las botellas de geles de baño Dove, otros fabricantes realizan cambios en los envases para reducir la cantidad del producto. Esta estrategia también se extiende a los servicios, cadenas como Hilton y Marriott ofrecen el servicio de la limpieza diaria de las habitaciones como “opcional” de manera que los huéspedes no obtienen el servicio a menos que lo soliciten.
La Inflación Pone en Jaque a las Nuevas Generaciones
– Para personas que nacieron a mediados de los años noventa, contemplar tasas de inflación superiores al 5,0%, como las actuales, les resulta un suceso atípico.
– Inflación Por primera vez, este grupo poblacional experimenta una acelerada disminución de su poder adquisitivo, lo que ha alterado sus preferencias y la forma de visualizar el futuro.
– Inflación Muchos jóvenes se enfrentan a un mercado laboral cada vez más exigente, donde abundan los contratos temporales o como independientes.
– Inflación Del conjunto de la sociedad, el grupo de los jóvenes es el más vulnerable a los efectos del estancamiento económico, ya que es el primero en sentir los efectos de las crisis.
Las presiones inflacionarias, tanto domésticas como internacionales, están prolongando el episodio de incremento generalizado de precios, y la política monetaria, basada en un esquema de inflación objetivo, donde se busca la estabilidad de los precios al interior del país depende prácticamente de un solo instrumento para hacerle frente a la inflación: la tasa de intervención. El crecimiento desmedido de la inflación durante los últimos meses puede ser visto como un elemento extraño para las nuevas generaciones, especialmente para los grupos poblacionales más jóvenes en los países avanzados. Para muchos integrantes de la Generación Z (GenZ), aquellos que nacieron a mediados de los años noventa, contemplar tasas de inflación superiores al 5,0%, como las actuales, les resulta un evento atípico.
Esta generación ha experimentado crisis económicas, atentados terroristas, incluso guerras. Sin embargo, los adultos entre 25 y 41 años, los millennials y GenZ, se enfrentan a un nuevo problema: la inflación. Por primera vez está frente a una acelerada disminución de su poder adquisitivo, lo que ha alterado sus preferencias y la forma de visualizar el futuro. De esa forma, estudiantes, profesionales jóvenes o en posiciones junior son los más afectados. Dado que, usualmente, no están en posición de negociar alzas salariales, la mayoría no cuentan con casa propia y son más vulnerables al aumento de los alquileres; y en el caso de varios países, son los que más se movilizan en vehículos usados y consumen comida fuera de casa.
Problema para los jóvenes
Los miembros de la Generación Z encuentran que una mayor proporción de sus ingresos se destina a cubrir a los costos de arrendamiento de la vivienda. Los alquileres han aumentado de forma significativa. “La inflación es un desafío para las generaciones más jóvenes porque tienen que soportar los costos de la inflación, pero no necesariamente poseen los activos que ayudarán a que su balance general se mantenga a su ritmo”, dijo Jeff McDermott, planificador financiero de Create Weath Financial Planning. Asimismo, Juan Ramón García, economista de BBVA Research, señaló “los jóvenes ocupados en trabajos más inestables y peor remunerados se verán más perjudicados por el aumento de la inflación que los trabajadores de mayor edad, en buena medida porque sus remuneraciones crecerán menos”.
Criticados por antiguas generaciones (GenX y boomers) por ser poco trabajadores, la realidad es más compleja, muchos jóvenes se enfrentan a un mercado laboral cada vez más exigente, donde abundan los contratos temporales o como independientes, así, a medida que aumenta la inflación, la capacidad de compra se verá afectada. Cuando el costo de vida sube, todos los hogares experimentan una reducción en el nivel de consumo, no obstante, en aquellos con un nivel de ingresos más bajos, la reducción es más notoria. Según la Unesco “del conjunto de la sociedad, el grupo de los jóvenes es el más vulnerable a las repercusiones del estancamiento económico, ya que es el primero en sentir los efectos de las crisis”.