Un grupo de expertos en conservación marina y voluntarios han conseguido rescatar finalmente a 108 de las 450 ballenas piloto varadas en la costa occidental de la isla de Tasmania, al sur de la Australia continental.
El pasado lunes 450 ballenas piloto quedaron atrapadas en estas aguas, lo que desencadenó una operación de las autoridades australianas para tratar de salvar al mayor número posible de cetáceos.
Pese a que más de 300 animales fallecieron, los responsables de la operación han asegurado en un comunicado que se ha conseguido un resultado “fantástico” gracias al “trabajo duro”.
En ese texto, también han señalado que solo una de las ballenas liberadas en días anteriores ha vuelto a quedar varada, lo que según la bióloga de fauna silvestre del Programa de Conservación Marina Kris Carlyon se trata de un “buen resultado”.
Este ha sido el mayor suceso de estas características de la historia de Tasmania, según el Gobierno de la región, en la que este tipo de sucesos ocurren con cierta frecuencia.
Según el registro histórico, iniciado en el año 1802, se han producido 800 varamientos de cetáceos en los que han estado involucrados unos 6.652 animales. Curiosamente las ballenas y delfines solo quedan varados en la isla de Tasmania y no en el resto de la inmensa costa australiana.
Ahora, la prioridad del operativo es sacar de la zona los cuerpos de las ballenas muertas que, según la cadena local ABC, están empezando a atraer a tiburones al área y mantienen uno de los puertos de la región cerrado.
Dependiendo de las condiciones metereológicas, este proceso puede durar varios días