El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pedido al emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Zani, que prosiga con sus promesas de reforma laboral a pocos meses de la celebración en el emirato del Mundial de fútbol, bajo la sombra de los abusos a los trabajadores que levantaron los estadios donde se disputarán los encuentros.
“Los dos líderes han discutido los preparativos de Qatar para albergar la Copa del Mundo de 2022 y la importancia de continuar implementando reformas laborales en el período previo a este evento fundamental”, según el recuento publicado por la Casa Blanca del encuentro mantenido en los aledaños de la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo más Jordania, Egipto e Irak celebrada en Yeda, donde Biden ha acudido como invitado.
Según un informe de ‘The Guardian‘ publicado en febrero del año pasado más de 6.500 trabajadores migrantes han perdido la vida en Qatar desde 2010, cuando el país fue designado sede del Mundial y puso en marcha la construcción de grandes infraestructuras para la cita.
El Gobierno de Qatar se excusó ante ‘The Guardian’ en un comunicado en el que aseguran que el número de muertes “es proporcionado al tamaño de la fuerza de trabajo migrante” y que en las cifras se incluyen trabajadores que mueren por causas naturales después de vivir muchos años en el emirato.
A finales del año pasado, Amnistía Internacional (AI) denunció que Qatar tiene “paralizados” los cambios que había prometido sobre su sistema laboral, mientras continúan con las “viejas prácticas abusivas” contra la mano de obra migrante.
Por lo demás, el presidente Biden expresó su aprecio por el papel de Qatar en la promoción de la seguridad y la estabilidad del pueblo de Afganistán tras la reconquista talibán y los esfuerzos excepcionales de Qatar en la evacuación de los afganos durante la caída del Gobierno afgano en agosto del año pasado.