El expresidente de Brasil y candidato a las elecciones de octubre, Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó que la organización del Mundial de 2014 dejara la imagen de que “todos robaron” de la construcción de los estadios y ha reconocido que casi se “destruyen” a sí mismos con la organización del evento.
“Casi nos destruimos a nosotros mismos”, reconoció durante un acto de campaña, en el que también admitió que “la imagen del país fue la de un organizador de un campeonato del mundo corrupto”, cuenta medios locales.
“Confieso mi frustración con el campeonato del mundo, si pudiera hacer como una avestruz y meter la cabeza bajo tierra y no sacarla, lo haría”, confesó Lula, quien durante la cita futbolística ya no ejercía como presidente.
Dijo que las sospechas de corrupción en la construcción de los estadios damnificaron la atmósfera del torneo, a pesar de que el Tribunal de Cuentas de la Unión solo señaló irregularidades en las obras del de Maracaná, en Río de Janeiro.
Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, aspira a volver al Palacio del Planalto el próximo 2 de octubre, cuando los brasileños están llamados a las urnas. Desde que recuperara sus derechos políticos al ser anuladas sus condenas por corrupción, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) lidera holgadamente las encuestas, tanto que no se descarta que pueda vencer en primera vuelta.