Los países africanos, donde Ómicron hace presencia, no superan el 23% de vacunación” (El Espectador, Diciembre 1, 2021)
La crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia se ha agravado en los últimos días, a medida que miles de personas provenientes de Medio Oriente y África están tratando de ingresar a territorio polaco (BBC, Noviembre 13, 2021)
Daniel Ortega: viejo presidente, nuevo dictador (DW, Noviembre 8, 2021)
COP26: ¿fracaso o baño de realidad? (The Conversation, Noviembre 15,2021)
En este segundo semestre del año II de la pandemia (2021), creíamos ver el final de los confinamientos, la vuelta de viajes, visitas familiares, parrandas, asados/BBQ y demás eventos sociales, pero nos dimos cuenta que todo era una ilusión. Ómicron nos ha dado un baño de realidad con la interrupción de vuelos desde el sur de África, futbol sin público y retorno del porte de tapabocas obligatorio. Sin embargo, esto no es lo único que pasa en el planeta por estas semanas.
La crisis en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, se deriva de la promoción de la migración hacia la UE por Lukashenko (Líder Bielorruso), mientras en Polonia bloquean la frontera, impidiendo el paso, y produciendo una crisis humanitaria más. Estas crisis se están volviendo, cada vez más, parte del paisaje en el viejo continente (¿recuerdan los fallecidos en un bote en el canal de la Mancha, en la frontera Reino Unido – Francia?).
Cruzando el Atlántico, nos encontramos con los pronunciamientos tibios de Estados Unidos, condenando la dictadura de Nicaragua. El guerrillero que luchó contra Somoza, resulto peor que él. Ortega fue el único candidato en las ultimas elecciones presidenciales, mandó a todos los opositores con opciones a la cárcel, tiene al Consejo Supremo Electoral a su servicio y dirige un teatro donde su esposa, Rosario Murillo, hace de escudera.
No podemos dejar pasar a la intrascendente y triste COP26, cuando a comienzos del mes pasado, la humanidad depositó todas sus esperanzas en que los gobiernos llegaran a un acuerdo para acelerar y profundizar los cambios necesarios, para evitar la extinción del homo sapiens. Obviamente, los gobiernos, sobre todos de los países ricos, no pudieron llegar a un consenso.
Estos 4 hechos, tienen un común denominador: el fracaso del sistema internacional. Por sistema internacional me refiero a estancias como Naciones Unidas y/o el liderazgo de países llamados a mandar la pauta en el comportamiento de las demás naciones del planeta.
Es claro que ya no estamos en la guerra fría donde dos superpoderes tenían unos Estados satélites que los seguían. Pero en este mundo multipolar y cambiante (que ya suena cacofónico), es necesario que esos lideres regionales o multipolares asuman su rol y comiencen a tener acciones concretas frente a crisis de migrantes, dictaduras o nuevas variantes del Covid.
Es un fracaso anunciado y repetitivo, donde los países ricos y lideres acaparan el mayor número de vacunas contra el Covid, para que sean aplicadas a su población, y dejan atrás a países pobres con un promedio de aplicación del 5.8% (en África), mientras que la media mundial es del 54.2%. En ese continente, 40 (de 54) de los países tienen menos del 10% de su población vacunada.
El acaparamiento de vacunas no solo pasa por comprar un exceso de dosis (como Canadá que compro 4 veces el numero de su población), sino que el mecanismo COVAX (diseñado por la Organización Mundial de la Salud – Agencia de Naciones Unidas), que era el encargado de distribuir estas dosis a las naciones que no tienen recursos, también ha sido un total desastre.
Casi 100 países de bajos ingresos dependen de este programa para recibir vacunas. Inicialmente, COVAX tenía como objetivo administrar 2 mil millones de dosis para fines de 2021, suficiente para vacunar solo a los grupos de mayor riesgo en los países en desarrollo. Sin embargo, su pronóstico de entrega se redujo en septiembre a solo 1.425 mil millones de dosis para fin de año. Para finales de noviembre, solo se habían administrado menos de 576 millones de dosis. Este predecible fracaso se debe en gran parte a que los países ricos absorbieron más de la mitad de los primeros 7.500 millones de dosis de vacunas desarrolladas a través de acuerdos previos a la compra, dejando solo migajas para COVAX.
En cuanto a la crisis migratoria en Europa Oriental, la UE no ha podido controlar la llegada de inmigrantes provenientes de África y el Medio Oriente. Aun peor, no es capaz de diseñar un plan de recepción para esta población, sentenciándolos a un invierno a la intemperie en la frontera polaca, o haciendo que gobiernos extranjeros como el turco, se hagan cargo del “problema”.
El bloque está en una situación difícil pues este tema pasa por las relaciones con Rusia, el suministro del gas, Bielorrusia, que es la última dictadura europea, ONG a favor de la inmigración y los partidos de extrema derecha que se encuentran en la órbita del poder, sin nombrar su constante crisis política y económica, de la cual no se han podido recuperar desde 2008. El liderazgo por este lado no fue.
En Centroamérica, Estados Unidos ni suena ni truena. Mas allá de un pronunciamiento que no pasó de los titulares, haciendo referencia a la crítica situación de los derechos humanos y la dictadura de Ortega, no sucede nada más. Las sanciones económicas impuestas por el Tío Sam, no han tenido consecuencias importantes en el circo nicaragüense (como ha pasado en Venezuela). Ante la ausencia de EE. UU, México, un líder natural en la región, se pierde entre la presión recibida del norte y los actos histriónicos de AMLO, quien asumió su gobierno como una esperanza para Latinoamérica.
Para finalizar este recorrido mensual por el mundo, aterrizamos en el COP26, donde nos encontramos un llano árido y seco, donde ya se han llevado los avisos de Naciones Unidas y multinacionales, y solo quedamos unos pocos con columnas y megáfonos abogando por la lucha contra el cambio climático.
Noviembre siempre pasa desapercibido porque los ánimos cambian de Halloween a Navidad directamente, y sin darnos cuenta, November Rain casi ni se siente. Pero el noviembre de 2021, es más que lluvia, nos está mostrando lo que sería la vida después de la pandemia, no solo por las vacunas o confinamientos, sino por migraciones, dictaduras, tensiones entre naciones y las recurrentes caídas de las bolsas de valores en todo el mundo.
Como humanidad, debemos estar preparados y adaptarnos a estos post-covid times.