Mientras que Donald Trump y Joe Biden se tiran los trastos a la cabeza acerca de la reciente elección presidencial, sus tres últimos antecesores han declarado dispuestos a ponerse la vacuna del Covid-19 de forma pública en cuanto sea posible para dar ejemplo y animar a los estadounidenses a hacerlo. Barack Obama (2009-2017), George W. Bush (2001-2009) y Bill Clinton (1993-2001) han reconocido que quieren poner de su parte para conseguir una vacunación generalizada en el país, necesaria para controlar la pandemia.
Dos vacunas, la de Pfizer/BioNTech y la de Moderna, han demostrado una efectividad cercana al 95% y han solicitado la autorización de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA). Se espera que a mediados de este mes se conceda la primera autorización y se empiece a administrar de forma inmediata. Las compañías estiman que habrá cerca de 22,5 millones de vacunas disponibles de aquí a final de año y la autoridad médica del país, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han recomendado a los estados que los primeros en recibirla sean los centros de cuidados de largo plazo -como residencias de ancianos- y el personal sanitario en contacto con el virus.
Solo el 58% de los estadounidenses asegura estar dispuesto a ponerse la vacuna
La vacunación generalizada se realizará en la primera parte del año que viene. El problema es que muchos estadounidenses no confían en la vacuna. Según una encuesta de Gallup, solo el 58% asegura estar dispuesto a ponérsela, y eso que ha mejorado la percepción frente a anteriores sondeos.
Freddy Ford, el jefe de Gabinete de Bush, aseguró a la CNN que el expresidente republicano, de 74 años, había contacto con Anthony Fauci -director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y el rostro más conocido en el país en la lucha contra el coronavirus- y Deborah Birx -la coordinadora del equipo de trabajo de la Casa Blanca frente al Covid- para mostrar su disposición a promover el uso de la vacuna. “Estará encantado de ponérsela delante de la cámara”, dijo Ford.
Algo similar dijo el jefe de prensa de Clinton, también de 74 años: “Lo hará en público si ayuda a todos los estadounidenses a hacer lo mismo”.
Obama, el más joven de todos a sus 59 años, aseguró lo mismo en una entrevista de radio que se iba emitir este jueves. “Hay gente como Anthony Fauci, a quien conozco, con quien he trabajado [ha tenido el mismo puesto con los últimos seis presidentes de EE.UU.], en el que confío plenamente”; dijo Obama.
El apoyo público de Obama a la vacuna y la imagen de él poniéndosela podría ser determinante en algunos grupos de población. El expresidente sigue siendo el político demócrata más popular y un tótem para la minoría negra, que está entre las más afectadas por la crisis del Covid y puede tener dudas sobre la vacuna. Obama aseguró que puede entender el ‘escepticismo’ de la minoría negra sobre la vacuna, y se refirió a los experimentos de Tuskegee del siglo pasado, un escándalo en el que se usó a cientos de negro de Alabama para un estudio sobre sífilis, se les ocultó información y no se les dio el tratamiento médico adecuado. «Es posible que me la ponga en televisión o me grabe haciéndolo», dijo Obama. “Para que la gente sepa que confío en esta ciencia y que no confío en contagiarme con Covid”.