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Según datos recientes del Ministerio de Salud, alrededor de un 30 % de la población colombiana experimenta síntomas de ojo seco, una enfermedad multifactorial que aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de forma adecuada. Aunque el ojo seco es frecuente en mayores de 50 años, sobre todo en mujeres, se están incrementando los casos en la población infantil debido al uso temprano y prolongado de dispositivos electrónicos.
“En los últimos años, se ha visto un incremento significativo de consultas oftalmológicas en niños con síntomas de EOS como ardor, picazón, irritación, lagrimeo, sensibilidad a la luz y sensación de tener cuerpos extraños —advierte el Dr. Alejandro Gómez Giraldo, oftalmólogo pediatra adscrito a Coomeva Medicina Prepagada—. Están apareciendo casos muy tempranos de astigmatismo y miopía en niños muy pequeños, directamente relacionados con el uso prolongado de celulares y tablets”.
El especialista explica que el mayor crecimiento del ojo se da entre los 2 y los 8 años de edad. La exposición tan temprana a las pantallas perjudica el desarrollo normal de las estructuras del ojo, que se acostumbra a ver los objetos de cerca y ya no puede adaptarse a la visión de lejos. ”Estamos viendo casos de niños y niñas de corta edad con miopía avanzada que no se puede corregir con gafas”, comenta el Dr. Gómez.
El especialista de Coomeva Medicina Prepagada indica, además, que los casos más graves pueden dar lugar a una reducción de la vitalidad, un mal estado de salud general y hasta depresión.
Factores de riesgo y prevalencia
El aumento en Colombia de los casos de ojo seco en niños y jóvenes está vinculado a factores como el uso excesivo de pantallas (computadoras, teléfonos móviles, tablets), que se ha incrementado debido a la educación virtual y al poco control parental en los tiempos de exposición a estos dispositivos en los niños y niñas. Además, la contaminación ambiental, especialmente en grandes ciudades como Bogotá y Medellín, y el clima seco en regiones como la Sabana de Bogotá, contribuyen a la prevalencia de esta condición. Otros factores asociados con EOS en niños y jóvenes son: el uso de lentes de contacto; tomar medicamentos antihistamínicos, antidepresivos o contra el acné; cambios hormonales; deficiencias en las glándulas lagrimales del ojo o enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren.
Recomendaciones y prevención
Según el oftalmólogo de Coomeva Medicina Prepagada, el uso diario de lágrimas artificiales puede prevenir y tratar el ojo seco, pero hay otras medidas que ayudan a manejar los molestos síntomas:
Higiene visual: aumentar el parpadeo y hacer pausas durante el uso de pantallas, aplicando la regla 20-20-20 (cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies de distancia ¬—unos 6 metros— durante 20 segundos). En los niños más pequeños, evitar el uso de pantallas o, al menos, limitarlo mucho.
Proteger sus ojos: se debe reducir la exposición directa al aire acondicionado y otras corrientes de aire. Proteger siempre los ojos al aire libre con gafas con filtros de sol adecuados, en especial, si se monta en bicicleta o patineta.
Hidratación y dieta: beber suficiente agua y mantener una dieta equilibrada rica en ácidos grasos omega-3 y en vitamina A. Ingerir legumbres, pescados, verduras y evitar alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
Ambientes saludables: usar humidificadores en espacios secos y evitar la exposición al humo del tabaco y vapeadores.
Cuidado médico: consultar a un oftalmólogo ante los primeros síntomas para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuados.