Según la fiscalía Shakira es Isabel Mebarak Ripoll y estuvo entre 2012 y 2014 más de la mitad del año más un día en España, es decir, 184 días, el mínimo para ser considerado residente fiscal.
Un informe del diario El País de España afirma que la inspectora Susana C. Revela que le hizo seguimiento estricto a Shakira y logra saber su gran imperio económico, que la llevan a defraudar 14.5 millones de euros.
En 2011 no pudo llevarse ante la justicia porque había prescrito. Se cerró con un acta de desacuerdo por la que la cantante pagó 24 millones de euros, la cuota defraudada. En 2011, la ubicaron 60 veces en España, muchas más que en cualquiera de los 37 países del mundo que visitó ese año. Ninguno de ellos, por cierto, era Bahamas.
Uno de los detalles es demostrar que la cantante colombiana no vivía en Bahamas sino en España, por eso debía pagar impuestos en España. Sabe que recibía clases de francés, el nombre de su profesora de zumba Betsie, que iba dos veces al peluquero, sus cuentas en El Corte Inglés, los restaurantes que frecuentaba, que pagaban sus cuentas sus asistentes con tarjeta de crédito American Express, y los seudónimos que utilizaba cuando ingresaba a la clínica tener sus hijos bajo el seudónimo de Sila Prieto.
La isla caribeña de Nassau ocupa un lugar central en esta historia. La inspectora denuncia la “nula colaboración” de Shakira, se mantuvo firme al afirmar “sin pruebas” que no vivió en España hasta finales de 2014, cuando ya era madre de su primer hijo (Milan) y estaba embarazada del segundo (Shasha). En la inspección, la artista dijo que hasta entonces residía en una casa comprada en Nassau por 1,1 millones de dólares. Y aportó como prueba un permiso de residencia permanente otorgado por Bahamas en 2007. Pero Susana C. no cedió. Demostró que el único requisito para obtener ese certificado es comprar una casa; cuanto más cara mejor, porque “si supera cierto importe, se aceleran los trámites”.
El exnovio y exmánager de la cantante de Barranquilla, Antonio de la Rúa, echó una mano a la inspectora sin proponérselo. De la Rúa le demandó en Nueva York, donde reclama 100 millones de euros por contribuir a crear “la marca Shakira”. La inspectora consiguió su declaración judicial, en la que afirmaba que él iba a quedarse la casa de Bahamas y que Shakira “mandó a sus asistentes a recoger sus pertenencias”.
La inspectora presume de haber “identificado a todo el núcleo” íntimo de Shakira: sus padres y hermanos, sus asistentes, la directora de la Fundación Pies Descalzos; los contables, estilistas, productores y amigos norteamericanos. Incluso su médico de confianza en Colombia. Todos ellos, en algún momento de los años investigados (2011-2014) la visitan en Barcelona. La mayoría venían expresamente desde Estados Unidos. “Si de verdad residía en Bahamas”, reflexiona en el informe, “les era mucho más fácil visitarla en su residencia de Nassau”.
Ni un solo día visitó Shakira su isla en ese periodo. Tampoco ha aportado pruebas (como billetes de avión) de que lo hiciera. No le une con Bahamas “ningún lazo profesional, familiar, personal o social”, resalta la inspectora. Viajó por todo el mundo para dar conciertos, rodar anuncios y descansar. Pero, por muy largos que fuesen algunos de esos viajes ―grabó The Voice en Estados Unidos varias semanas al año―, Hacienda los considera “ausencias esporádicas”. Porque cuando el trabajo (y el ocio) terminan, cuando toca volver a casa, su destino es Barcelona. Susana C. afrontaba, no obstante, el reto de demostrar que pasó aquí la mitad del año más un día en España, el mínimo para considerar a Shakira residente fiscal.
Hacienda concluye que Shakira defraudó en el impuesto de IRPF y patrimonio durante cuatro años. Su año de más ingresos, 2011, después del exitazo del Mundial y con la gira mundial en marcha, no pudo llevarse ante la justicia porque había prescrito. Se cerró con un acta de desacuerdo: la cantante pagó 24 millones de euros (la cuota defraudada) para regularizar antes de reclamar ante la Agencia Tributaria. Los inspectores sí llevaron a la Fiscalía el fraude de 2012, 2013 y 2014. En esos tres años se embolsó 34,9 millones y dejó de pagar al fisco 14,5.
La Fiscalía se querelló y la cantante permanece ahora imputada por seis delitos fiscales. El verano pasado, Shakira declaró ante la juez y volvió con lo mismo que le dijo a la inspectora: no vivía en España, no vivía en ningún sitio en particular, estaba de aquí para allá, era una “nómada sin raíces”.
En un comunicado, Shakira aseguró, tras rechazar un acuerdo con las autoridades, que ha optado por “dejar el tema en manos de la ley, con la tranquilidad y la confianza de que la justicia le dará la razón”.