A través de un comunicado, la mesa directiva de la Cámara de Representantes, defendió el proceso de renovación de un buen número de vehículos que, según la valoración más reciente, se encuentra en estado de obsolescencia, generan un alto costo de mantenimiento y ponen en riesgo la seguridad de los congresistas.
De acuerdo con la Corporación, el proceso de baja de los vehículos se inició en 2022, sin embargo, ninguno de los posibles oferentes ha logrado reunir los requisitos para terminar con éxito el proceso.
Se aclara que no hay detrimento, al contrario, se busca generar ahorro al presupuesto público.
Mientras dure el proceso la mayoría de los vehículos deben permanecer parqueados, evitando más desgaste y problemas por posibles accidentes de tránsito que pueden generar daños a terceros.
La Cámara de Representantes explicó además que, desde el 2021 la oficina de Control Interno solicitó la baja de la flota de estos vehículos luego de un minucioso estudio técnico-mecánico que determinó que el cambio era necesario.