Un millón cuatrocientas mil personas han fallecido por cuenta de Covid19. El total de infectados conocidos supera los sesenta y dos millones. La pandemia ha resultado devastadora en materia económica y social. Según la OIT[1], en Latinoamérica se perdieron 34 millones de empleos. La OMS[2] estima que el número de personas en el mundo en estado de malnutrición, es decir, por debajo de la línea de pobreza extrema, aumentó 132 millones para un total de 822 millones. El atraso en la educación de niños y jóvenes, el aumento en los casos de violencia intra familiar y el auge de problemas de salud mental también han sido efectos preocupantes de la pandemia.
Desde el comienzo los epidemiólogos nos indicaron que la pandemia solo terminaría cuando se alcance la inmunidad colectiva o “de rebaño, es decir, cuando un número suficiente de personas estén protegidas frente al virus. Asumiendo que las personas quedan inmunes para siempre una vez superen la enfermedad (lo cual la todavía nadie está dispuesto a garantizar), lograr esta inmunidad de manera natural significaría más de 4,000 millones de contagios y 150 millones de muertes.
Gracias a la ciencia, se va a poder llegar a la inmunidad colectiva sin tener que sufrir estas aterradoras consecuencias. La mayoría de los expertos aseguran que, para efectos prácticos, la pandemia llegará a su final en el último trimestre del 2021. Las vacunas que serán aprobadas en los próximos días permitirán que la vida en la mayoría de los países regrese a la normalidad para esa fecha.
Las vacunas de los laboratorios Pfizer y Moderna parecen ser seguras y eficaces en prevenir los síntomas de las personas expuestas al virus. Sin embargo, no se sabe exactamente que tanto reducen su transmisión. En otras palabras, las personas vacunadas no se enfermarían, pero no sabemos si podrían pasarle el virus a otro. De resultar baja la efectividad de la vacuna en la transmisión del virus, se requerirá vacunar a más personas.
Es importante señalar que ambas vacunas se aplicarán en dos dosis. Por lo tanto, se requiere un adecuado seguimiento para completar efectivamente la serie. Las capacidades de los sistemas de salud se pondrán nuevamente a prueba. Se requerirá eficiencia en la adquisición, distribución y aplicación de las dosis para lograr la cobertura necesaria en el menor tiempo posible.
Los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud, las personas mayores de 70 años, y aquellas con morbilidades serán los primeros en vacunarse. Los niños serán los últimos, porque, si bien las vacunas se vienen probando en niños mayores de doce años, todavía no está clara su eficiencia en edades tempranas.
Si las vacunas resultaran tan seguras y eficaces como señalan las empresas farmacéuticas, y estas pudieran ser distribuidas masivamente, vacunar al 60% de las personas sería suficiente para que Covid19 empiece a morir. Simplemente, el virus no tendría a quienes infectar.
En estos momentos, hay rebrotes fuertes en muchas partes del mundo, y ante los riesgos de las celebraciones de fin de año es probable que aumenten los contagios y fallecimientos. Pero la introducción de las primeras vacunas en las próximas semanas, las otras que vienen en camino, y los nuevos tratamientos descubiertos nos animan a pensar que estamos entrando en una fase positiva en la lucha contra Covid19.
El optimismo debe manejarse con mesura. Ciertamente, aún hay preguntas por responder: ¿Qué tan seguras son estas vacunas a largo plazo? ¿Cuál es la duración de la inmunidad? ¿Qué tanto van a estar dispuestas las personas a vacunarse?
Los próximos meses serán duros. Seguramente, veremos muchas pruebas y muchos errores. Algunas regiones, sistemas y vacunas serán más efectivas que otras, muchas personas no querrán vacunarse, y tendremos casos aislados de contagios por mucho tiempo.
Pero de una cosa podemos estar seguros, es el principio del fin de Covid19.
[1] Organización Internacional del Trabajo
[2] Organización Mundial de la Salud