Colombia es un país resiliente, su encanto lo posee en su gente y en la capacidad de sobreponerse a las dificultades; todos los años han traído grandes retos consigo, y es indudable que hemos mejorado como país – A paso lento –. Grandes han sido los esfuerzos por construir nuestra institucionalidad, y por definir y avanzar en nuestro modelo político, económico, educativo, y de justicia etc. Que aún siguen representando los grandes desafíos del país, y de las reformas que se les pueda aplicar depende en gran medida que Colombia logre estar a la vanguardia de las grandes naciones.
I) Propongo un referéndum en el 2022 por una Justicia más justa y menos ciega. Desde hace años distintos sectores de la sociedad han reconocido la necesidad de construir nuevos diseños institucionales, que permita que los funcionarios judiciales y de control, etc. Sean verdaderamente autónomos, para que puedan garantizar los derechos de los ciudadanos. Es momento de realizar una reforma, que corte de raíz, esas disputas de poder, entre fiscal, contralor, o entre la Corte Suprema y la Corte Constitucional.
Los últimos intentos de reformar la Justicia han fracasado, y una de las principales razones es porque se hace la reforma y se llama a concertar con las Cortes, que obviamente no van a dejar reformar sus funciones. La Constitución de 1991 creó unos lazos entre política y justicia, mal sanos, que degeneraron en corrupción y en el debilitamiento de nuestras instituciones representativas, son lazos que sin duda, hay que volver a cortar; empezando por los sistemas electorales para elección de magistrados, de organismos que control, de procurador, de contralor… Que han despertado en su interior una serie de ambiciones burocráticas y de poder. Sea a través de referéndum, Constituyente, o de cualquier otro mecanismo constitucional, es imprescindible reformar la justicia.
II) Aunque la economía colombiana se ha caracterizado por ser volátil y frágil al momento de enfrentar grandes crisis (como la sanitaria del covid-19), las proyecciones para el 2022 son muy positivas; según la OCDE la economía del país crecerá 5,5% convirtiéndose en una de las mejores proyecciones en Latinoamérica.
En el 2022 debemos elegir un Gobierno que promueva el emprendimiento y la economía solidaria, que proteja la pequeña y mediana empresa, al sector privado, y que aplique políticas completamente liberales que incentiven la competencia y el libre mercado. Articulado a la protección del medio ambiente, y a la producción de energías limpias; es imprescindible continuar con la ruta de la transición energética que el Presidente Iván Duque ha iniciado.
III) Que el 2022 sea el año en que se elija un Gobierno capaz de reformar la educación e insertarla en la revolución 5.0. Desde este campo se deben zanjar los espacios para formar a los jóvenes en áreas STEAM allí está el futuro, el progreso. Deseo una educación inclusiva y de calidad, que se convierta en el mejor aliado de ese medio país que está sumido en la pobreza, para cerrar brechas sociales.
IV) Mi cuarto deseo por Colombia en este 2022, es que en las urnas rechacemos contundentemente aquellos populismos peligrosos, que buscan implantarse en el poder; y que en nombre de la llamada ‘Justicia Social’ amenazan con imponer un sistema obsoleto que históricamente ha demostrado no funcionar. Desde posturas democráticas hemos insistido que no existe una fórmula mágica para superar la pobreza. Ojo con el 2022.