Puede que Karen Abudinen sea inocente, y no dudo que así sea, pero lo que no se puede desconocer, es que sí ha sido bastante incompetente en el cargo que ocupa. El que ni ella ni nadie de su equipo de trabajo se haya dado cuenta del entramado criminal que se estaba tejiendo en el contrato de Unión Temporal Centros Poblados, demuestra que no es apta para cuidar de los recursos públicos que se asignan a una entidad de carácter nacional como es un ministerio.
Me pregunto si la ministra es consciente del costo en términos económicos que tiene para el país el sostener a un grupo de personas que conforman su equipo y que deben advertirle sobre los riesgos que se pueden presentar en un contrato de 70 mil millones. De cuánto se les paga a cada uno de sus asesores que conforma una dirección jurídica, que se debe encargar de cuidar de que no le hagan trampas a la entidad.
Me pregunto además si el presidente de la república es consciente de lo que significa para el país, sostener una ministra pagada con dineros de los colombianos, que es incapaz de cumplir con el objetivo de vigilar los recursos de la entidad que dirige y así evitar goles. Vaya uno a saber cuántas veces habrá sucedido lo mismo en las narices de Karen Abudinen, en contratos firmados con cuantías menores.
Cuando uno revisa las noticias que tienen que ver con el contrato de la Unión Temporal Centros Poblados, uno no deja de preguntarse por la idoneidad de las personas que desde el Ministerio de las TIC estaban al frente de este proceso, ¿en serio no se dieron cuenta de que había pólizas falsas? ¿No se tomaron el trabajo de verificarlas? ¿No revisaron quienes conformaban esta Unión Temporal?
Pero la respuesta de la ministra es muy parecida a “todo fue a mis espadas”, y por supuesto ella no asume ninguna responsabilidad en el hecho, porque según ella, nunca tuvo nada que ver a pesar de ser la responsable de un Ministerio que maneja recursos por encima de billón de pesos. Solo le ha faltado decir, “me acabo de enterar” ¿Podemos entonces los colombianos del común confiar en una ministra incapaz de vigilar estos recursos?
Cuando se le delega a un portero de un equipo de fútbol la tarea de cuidar que la pelota no ingrese al arco de su equipo, este deberá responder por cada gol que le meta el contrario. Así mismo, cuando se le delega la tarea a una persona de dirigir una empresa de carácter público, no es precisamente para que se encargue de llenar los puestos al interior del ministerio con las hojas de vida de sus amigos y las que envían los congresista de la bancada de gobierno. Se la nombra en el cargo para que cumpla con unos objetivos misionales de dicha entidad y para que vigile de los recursos que se le asignan. Si no lo hace, sencillamente no sirve para ejercer ese cargo y por tanto debe renunciar. Así sucede en toda empresa privada, no tiene entiendo porque no puede suceder lo mismo en una de carácter oficial.
Todo lo anterior debería tenerlo en cuenta el presidente Duque, quien en lugar de exigir eficiencia a su ministra en las tareas que tiene asignadas, actúa como un verdadero alcahueta de la incompetencia de Karen Abudinen al frente del Ministerio, pero, pedirle coherencia y diligencia al primer mandatario, es un imposible, por tanto, no se me hace extraño que de tal Duque, tal Karen y que en ineficiencia, estén hechos el uno para el otro.
@sevillanojarami