No todo en el 2020 es malo, no solo fue pandemia, picos de contagios, nivel de ocupación de camas UCI o incapacidad de todos los gobiernos para manejar la crisis sanitaria. En medio de estas situaciones es cuando más debemos resaltar los puntos positivos, pues son estos los que dan luz al final del túnel.
En el 2020 hubo 4 puntos clave:
Vacuna express
Antes de la actual pandemia, una vacuna para estar lista se tomaba aproximadamente 4 años, pero con el covid-19 la vacuna demoro 9 meses (marzo – diciembre 2020) en estar lista, lo que demuestra el gran avance tecnológico de la humanidad. Este antídoto no esta exento de riesgos, mas aun cuando se hace masiva en tan corto tiempo.
En el caso del SIDA se lleva buscando una vacuna desde la década de 1980, y no se ha logrado. 30 años en esta investigación, es una eternidad en comparación a los pocos meses (marzo – diciembre 2020) empleados para para tener lista la solución a la actual pandemia. Aunque son enfermedades distintas y el coronavirus también es el origen de del SARS (lo que da un punto de partida más avanzado en la búsqueda del antídoto), ante la opinión pública no deja de existir cierto temor ante esta vacunación.
Sin embargo, no solo es el increíble avance tecnológico, también la forma de trabajar mancomunada de los científicos alrededor del mundo. Estos compartían hallazgos, contratiempos, avances y obstáculos con sus colegas alrededor del planeta para acelerar el hallazgo de la vacuna. Un ejemplo de esto es el reciente acuerdo entre AstraZeneca/Universidad de Oxford y la vacuna rusa, Sputnik 5 para mejorar y acelerar los resultados de ambas vacunas.
Cambio de liderazgo
Al ser el país más poderoso del planeta, todo lo que pasa en Estados Unidos impacta el planeta, guste o no, ellos son los líderes. La elección de Joe Biden marca (según su discurso y su campaña) un retorno del mundo al multilateralismo, un impulso a la lucha contra el cambio climático y un apoyo a las luchas de las minorías.
Como en la vida, en política debemos esperar un tiempo para confirmar lo prometido. Hasta que se posesione el nuevo mandatorio y comience a dar las directrices, podremos confirmar sus promesas o no. Pero con lo visto en sus nombramientos, sus intervenciones como presidente electo y las acciones que ha adelantado se muestra que los próximos 4 años serán muy distintos a la era Trump.
Nuevo amanecer en el Medio Oriente
En los años de Donald J. Trump no todo fue malo. Esta administración fue uno de los grandes promotores de los acuerdos y restablecimiento de las relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (Acuerdos de Abraham), Bahréin y Marruecos, países con los que no había podido normalizar sus relaciones.
Históricamente, Israel no tenía relaciones con ningún país árabe debido a la anexión de territorios de Palestina durante el Siglo XX. Estos últimos actuaban enmarcados dentro de la solidaridad con la causa palestina, impulsados por el fuerte lobby de las autoridades palestinas con sus “paisanos”, para que estos no reconocieran y sancionaran al estado israelí. Con esa dinámica estuvieron en la guerra de los 6 días, del Sinaí o la guerra con el Líbano. Con esto como precedente y los intereses de EE.UU en esa zona del mundo, éste decidió impulsar acuerdos entre esos países e Israel.
Todos los astros se alinearon para crear estos acuerdos. En la búsqueda de formas de presión a Irán, EE.UU ha impulsado estos acuerdos que tienen como centro a su principal aliado en la región: Israel. Por ende, al tener acuerdos con países del golfo, Marruecos y próximamente Arabia Saudita, el Tío Sam podrá presionar más al régimen de los Homeini, creando un cerco (citando a Iván Duque) en esa región.
Por otro lado, Arabia Saudita al ser el país rival de Irán por definición (el primero, el país líder Sunita y el segundo, el país líder Chiita), no solo fortalece sus relaciones con la Casa Blanca, ya que estos acuerdos no hubieran sucedido sin su beneplácito. Sino que se posiciona geoestratégicamente con miras a enfrentar a los Ayatolas.
Finalmente, este restablecimiento de las relaciones de Israel se da en un afán de fortalecer los negocios e intercambios comerciales de ambas partes. Hay grandes intereses en incrementar el comercio, turismo e intercambio de tecnología, en lo cual, Israel es líder mundial.
La justicia…para los de ruana y para los otros
En Colombia, en el 2021, más allá del resultado de la diligencia judicial, el proceso por manipulación de testigos contra Álvaro Uribe Vélez demostró que la justicia todavía puede tocar a los poderosos. Sin embargo, faltan acciones contra los involucrados en los casos de Odebrecht, Reficar, que se abra investigación contra quienes se robaron recursos destinados a atender la pandemia o el desastre de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Claramente no es un año para olvidar. El 2020 nos deja la capacidad de trabajo colectivo de los científicos, que gobiernos, empresas y sociedad civil pueden copiar; la justicia colombiana puede seguir la senda abierta en el caso contra el Sr. Uribe Vélez, para que los otros poderosos que tienen cuentas con la justicia sean procesados; el medio oriente puede seguir fortaleciendo sus relaciones, evitando guerras y enfrentamientos; y en Colombia, podemos copiar a EE.UU, con la decisión del país por corregir el rumbo perverso que se tenía con la administración Trump.