En búsqueda de un salario mínimo bueno para todos los colombianos

Juana Téllez

BBVA Research

Estamos en un momento clave para decidir el costo laboral para Colombia no sólo para el año entrante sino para el mediano plazo. La mesa tripartita para conversar sobre el aumento del salario mínimo para 2024 ya está trabajando. Esta es una decisión que afecta a los trabajadores formales directamente e indirectamente a todos los colombianos. El salario mínimo es la base de la estructura de los costos laborales, de las decisiones de inversión y, por tanto, del crecimiento del país. No podemos equivocarnos.

El aumento del salario mínimo ideal es aquel que promueva el crecimiento, esto es que promueva las decisiones de inversión y consumo, y no profundice el deterioro esperado de la creación de empleo. En BBVA Research estimamos que el año entrante la creación de empleo nacional va a crecer sólo 0,7% anual comparado con el 3,6% de 2023 y 4,5% en 2022.

El incremento debe tener en cuenta la reducción de inflación que esperamos para 2024 y las ganancias/pérdidas de productividad laboral de 2023 y no sólo el dato de la inflación de 2023. Estimamos una inflación del 5,4% anual al fin de 2024, con una inflación promedio de 7,2% y del 9,7% para finales de 2023. Esto con una productividad que cayó a septiembre de 2023, según el DANE. La productividad total de factores cayó 1% y la productividad laboral por persona empleada un 0,7%.

Tradicionalmente en Colombia se hace un cálculo, que no es el ideal, que suma/resta a la inflación de fin del año anterior el crecimiento/caída en la productividad laboral. No tengo la cifra mágica pero sí tengo claro que subir el salario mínimo muy por encima de la inflación esperada, sin tener en cuenta la productividad laboral, tendrá efectos negativos sobre la inflación (por la elevada indexación que aún existe atada al salario mínimo a pesar de las mejoras recientes), sobre la creación de empleo, sobre la formalidad laboral y sobre las decisiones de inversión.