Mindefensa engaña y viola la ley

Jorge Robledo

Luego de rueda de prensa del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, los medios titularon: “Mindefensa aseguró que Congreso autorizó presencia de militares de EEUU”. Pero Lidio García, quien fuera el presidente del Senado cuando esa supuesta autorización, le exigió en carta “que se rectifique la posición del ministerio de Defensa Nacional y/o la de los medios de comunicación, en el evento que estos hubiesen dado un alcance diferente a su pronunciamiento”. Y Gregorio Eljach, secretario del Senado, el encargado de dar fe sobre lo que allí ocurre, certificó: “El Senado de la República en ningún momento autorizó el ‘tránsito de tropas’” extranjeras por el territorio nacional.

¿Qué ocurrió? ¿Los medios actuaron de mala fe o fueron engañados por un ministro mañoso –que nunca les rectificó los titulares– y que los utilizó para tapar que el presidente Iván Duque había prevaricado cuando, en la segunda vez, autorizó que tropas de EEUU actuaran en Colombia? La siguiente es la historia de cómo Trujillo engañó y mintió y ayudó a violar la ley en materia gravísima, por lo que debe dejar de ser ministro.

El primero de julio pasado, por tutela de varios senadores, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le ordenó al presidente Duque que en un plazo de 48 horas suspendiera la autorización que les dio a las tropas de guerra del Comando Sur de los Estados Unidos para actuar en Colombia, exigencia que Iván Duque acató. El Tribunal además le ordenó tramitar que el Senado decidiera, según el artículo 173-4 de la Constitución, “permitir [o no] el tránsito de tropas extranjeras por el territorio nacional”.

Dos meses después, el ministro de Defensa convocó a una rueda de prensa en la que informó que el “señor Presidente (…) autorizó para que continuaran las tareas” de los soldados de EEUU en Colombia, determinación que sustentó con la falacia de que ya se había cumplido la orden del Tribunal de tramitar la aprobación del Senado, falsedad que con todo detalle les indujo a creer a los medios. Tanto fue el dolo con el que actuó en la rueda de prensa, que trece veces (!) repitió que 69 senadores, en unas cartas, habían expresado estar de acuerdo con que actuaran esas tropas en el país, dando a entender que eso configuraba la aprobación legal exigida, cuando él sabía –y lo sabía la Secretaría Jurídica de la Casa de Nariño–, que en el Congreso no se decide con cartas sino votando, votación que nunca ocurrió.

Así le destapó Lidio García a Trujillo la mentira de las cartas: “No se encuentra ajustado a la verdad que el Congreso de la República hubiese ‘autorizado’ la presencia de tropas norteamericanas en el territorio nacional”. Porque, explicó, esa información a la Casa de Nariño “no tiene ningún alcance jurídico que comprometa al Congreso de la República, porque simplemente se trata de una comunicación de carácter informativo, respecto a la gestión de 69 senadores”. Y esa verdad la ratificó el secretario del Senado al señalar que no hay norma en la Ley 5 de 1992, de su reglamento, que establezca que con cartas se pueden reemplazar las decisiones legales, que solo se pueden tomar votando en el Congreso.

Pero el ministro Trujillo –respaldado por el presidente Duque–, en vez de reconocer el error gravísimo cometido y pedirnos perdón a los colombianos renunciando a su cargo, insiste en sus vivezas, omitiendo verdades o tergiversándolas, sacando conclusiones falsas de situaciones ciertas, cambiando el foco del debate o mintiendo descaradamente, como cuando insiste en que Duque sí cumplió la ley al volver a darles permiso a las tropas de EEUU para operar en Colombia. Procede así a la manera de las llamadas fake news, astucias que consisten en insistir en las mentiras y los engaños, aun cuando estén descubiertos, porque los cálculos les dan que la trampa les resulta rentable, al sumar compinches, alcahuetas y engañados.

La última viveza de Trujillo consiste en recurrir al cambiazo, es decir, a intentar sacar el debate de sus varias conductas intolerables y pasarlo a la supuesta conveniencia para Colombia de dichas tropas, con lo que además oculta que sus actos se agravan por tratarse del ministro de Defensa, segundo al mando sobre las armas de la República y quien maneja información y fondos secretos y debe darle ejemplo de rectitud a la fuerza pública.

Coletilla. Rechazo el exceso de fuerza de numerosos policías en Bogotá. Les hacen mucho daño a la ciudadanía y a sus justos reclamos quienes utilizan las protestas democráticas para destruir propiedad pública y privada. Iván Duque debe promover un pacto nacional que facilite acordar los correctivos necesarios en la Policía de Colombia.

@JERobledo