Lo que menos me imaginé es que sean las mismas FARC quienes le disparen a la implementación del proceso de paz, en medio de un acto político como fue la llegada de uno de ellos a la segunda vicepresidencia del senado, negando un hecho que todo el país conoce y sabe que es cierto: el reclutamiento de menores.
Se equivocan los miembros del Partido FARC, si creen que la sociedad civil no les va a exigir que cumplan con los compromisos que adquirieron al firmar la paz.
El reclutamiento de menores y de adolescentes en las filas de la exguerrilla de las FARC, fue uno de los hechos que indignó al país y que no se puede desconocer. Gran de parte de ellos se hicieron adultos en la insurgencia y es por eso que resulta bastante exótico y tropical que políticos de derecha como María de Rosario Guerra por ejemplo, hablen de que se deben devolver los más de 8 mil niños.
Es una gran torpeza de una persona que como Sandra Ramírez, que ahora ocupa una dignidad de gran relevancia, saludada incluso por el mismo expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, niegue uno de los hechos que el país les exige no solo reconocer, sino además reparar.
Lo más insólito fue ver como Rodrigo Londoño (Timochenko), de unas declaraciones a los medios de comunicación, ratificando lo dicho por su copartidaria, en lugar de reconocer el error
Pudo suceder que muchos jóvenes entre 12 y 17 años ingresaron a las FARC de manera voluntaria, pero también es cierto que ese no era el lugar para ellos y el solo hecho de haberles aceptado, les hace responder ante la justicia.
Da la impresión de que los miembros del Partido FARC aún no se han concientizado de que ya no están en el monte, que hacen parte de la sociedad civil y que tienen una representación en el Estado a través de sus senadores y representantes y que cualquier cosa que ellos digan o hagan va a afectar la credibilidad de la implementación de unos Acuerdos de Paz, en medio de una fuerte polarización.
Los integrantes de la extinta guerrilla de las FARC que se reincorporaron a la vida sin armas, tienen obligaciones con el país, una de ellas, revelar la verdad de los hechos, y no desconocer lo que toda Colombia sabe y es que en sus filas habían menores de edad, algunos por la vía forzosa, otros de manera voluntaria, pero lo cierto es que a la luz del derecho, no tenían por qué estar allá y el haberles aceptado, les obliga a responder ante la justicia por este hecho y reconocerlo ante la sociedad en pleno y repararles.
Por último senadora Sandra Ramírez: no diga mentiras